sábado, 28 de enero de 2012

Recorrido por el valle del bajo Genal

Desde el lugar de cita de siempre, en el Bar Estadio, emprendimos el viaje los catorce compañeros que íbamos a compartir una estupenda jornada, en un día espléndido en cuanto a condiciones meteorológicas.
Acomodados en tres coches, nos dirigimos hacia el cruce de Peñas Blancas a donde llegamos cerca de las nueve de la mañana. Una vez agrupados, continuamos por la carretera que conducía a Genalguacil hasta llegar, a pocos metros de recorrido, a un pequeño rellano situado a nuestra izquierda, según bajábamos, en donde aparcamos los coches. Después de calzarnos las botas y cargar los chubasqueros, por si llovía, emprendimos la marcha por un camino de tierra rodeados por un extenso pinar.

Nuestro recorrido fue por el Valle del Bajo Genal, una subcomarca dentro de la Serranía de Ronda, integrada por los municipios de Atajate, Benadalid, Benalauría, Algatocín, Benarrabá, Gaucín, Jubrique y Genalguacil, rodeados de laderas cubiertas de castaños, pinos y chaparros.

Caminamos al pie de la Sierra Bermeja, por su cara noreste, (la parte trasera de la sierra que vemos desde Estepona), con la intención de llegar cerca del Monte del Duque, extensa finca privada situada en el término municipal de Casares, en las cercanías de Estepona.

La temperatura era ideal (rondando los 15°C) y el cielo estaba cubierto por algunas blancas nubes, que no presagiaban peligro de lluvia, temor que les hizo desistir a varios compañeros de acompañarnos en un día que resultó estupendo.

Andamos por una larga pista, en cuya inmediaciones existe una amplia red de caminos y carriles que discurren por parajes totalmente vírgenes, disfrutando de unas bonitas imágenes del pinsapar de los Reales, en lo más alto de esta montaña. Al oeste pudimos observar el cerro del Fraile y el formidable peñón de Benadalid.

Al cabo de dos kilómetros nos desviamos por una pedregosa vereda, que encontramos a nuestra derecha y que en bajada nos adentró en el Valle del Genal, a una altura media, sin llegar al río.

En nuestro tránsito pudimos observar una vegetación compuesta de helechos, cardos borriqueros, ardivieja, palmitos, lentiscos, retamas y un matorral de jaras y brezos. Este valle posee espacios naturales de enorme valor y belleza; masas forestales de castaños, quejigos, pino de Monterrey, alcornoques y encinas.

Tras un recorrido de unos cinco kilómetros, decidimos pararnos a la altura de un cruce de caminos, para tomarnos un breve descanso y engullir unos bocadillos con los que saciar el hambre.

En vista de que unas tímidas gotas de agua nos salpicaron el rostro, decidimos emprender el regreso, poco antes de llegar al cercano Monte del Duque, caminando por otra pista que nos indicaron unos campesinos y que al cabo de un rato se uniría a la misma por la que habíamos hecho el recorrido.

Nuestro temor, aparte de la lluvia, consistía en que el regreso era en subida y por lo tanto nos llevaría más tiempo realizar el recorrido. Finalmente lo hizimos en menos tiempo y la amenaza de la lluvia desapareció, por lo que, una vez en el lugar donde aparcamos los coches, decidimos subir al Refugio de Sierra Bermeja para tomarnos uno cafés.

Accedimos por la carretera, que desde la explanada de Peñas Blancas, da acceso a dicho lugar, tras sobrepasar una barrera que está siempre abierta, a excepción de cuando cae mucha nieve. La carretera era estrecha y después de recorrer unos 4,5 km llegamos al refugio donde, en determinados días y a ciertas horas, Paco y Antonio, que regentan el pequeño bar, sirven comidas. Tuvimos tiempo de relajarnos y de tomamos un calentito café de olla, a excepción  Belén que pidió una cazuela de callos con garbanzos, a la que algunos le "metimos mano".

Estábamos muy agusto y felices cuando reparamos en que una niebla cahía y nos podría dificultar la bajada. Por lo que decidimos dar por finalizada la jornada retornando al Bar Estadio de Estepona en cuyas inmediaciones, algunos, habíamos dejado aparcados los coches.

Nos despedimos, comprometiéndonos a salir de nuevo, el sábado día 4 de febrero, para realizar una excursión desde Jubrique a Genalguacil, conducida por José Antonio y Chema que promete estar muy bién.




   Antes de comenzar el recorrido en las cadenas, delante Belén y Chema, detrás Roque, Marja,  Domingo, Ángeles, Robert, Miguel, Flora, Ana, Rafa, Paco y Pepi. José Antonio hace la fotografía.


Este es el vídeo y las fotos de esa salida. Para reproducir, haced doble clic sobre la imagen.

Vídeo Los Reales Valle del Genal

Galería Fotográfica


sábado, 21 de enero de 2012

Ruta por la Zagaleta


Pasadas las ocho de la mañana, contando los diez minutos de cortesía para los rezagados, partimos de Estepona un grupo de cuatro compañeros: Ángeles, Marja, Charo y Miguel, dirigiéndonos a la autovía A-7 en sentido San Pedro de Alcántara, para desviarnos hacia Ronda por la carretera A-387.

Una vez que rebasamos el restaurante el Coto, que dejamos a nuestra izquierda según subíamos, y pasada La Zagaleta, nos paramos en una explanada, a la altura del kilómetro 38,5 donde nos estaban esperando Violeta, Margaret, Mike y Chema, cuatro de los compañeros con los que haríamos el recorrido. Más tarde llegarían, José y José Carlos, los dos compañeros que faltaban.

Completo el grupo de diez "pinsapos", emprendimos la ruta, cuando eran las nueve y cuarto, por un carril que a su inicio impedía el paso de vehículos una cadena. A nuestro frente la imponente sierra Palmitera, macizo montañoso situado en el término municipal de Benahavís, considerada como la continuidad natural del macizo de Sierra Bermeja en Estepona.


Comenzamos a caminar con el fresco de la mañana y el aroma del bosque mediterráneo. A unos 30 minutos del inicio llegamos a una encrucijada de tres caminos, nosotros seguimos por el de en medio. Cuando llevábamos andando una hora, desde el comienzo, nos topamos con un ciclista a la altura de una cabaña derruida y los restos de un antiguo corral de cabras en estado ruinoso. Ante nuestras dudas, el ciclista nos indicó el camino correcto que debíamos seguir; según su podómetro, llevábamos andados unos 3,2 km y que aún teníamos unos ocho kilómetros por recorrer hasta llegar al Daidín.


Seguimos caminando abriéndose ante nuestros ojos el valle del Guadaiza; un extenso bosque de alcornoques, quejigos, alisos y pinos con la agreste sierra de las Nieves y el pico de La Torrecilla como telón de fondo.


La caminata transcurrió por un camino, prácticamente sin desniveles, a lo largo de las frondosas laderas de la sierra, cruzando arroyuelos de agua virgen.


Al cabo de unas dos horas de caminar, llegamos a una bifurcación en la que tomamos el camino que seguía a la izquierda. A poco rato, nos encontramos con el cartel que nos había anunciado el ciclista, y que nos indicaba que estábamos en la finca La Máquina, en el Dairín, que es otro nombre con el que se conoce a esta zona, aparte de Aidín o Daidín, apelativo del despoblado que se encuentra en el término de Benahavís. Se sabe que fue el nombre de uno de los más destacados señores del lugar, ya que las villas de Benahavís y Daidín fueron fundadas durante la dominación de los nazaríes.


Una vez que llegamos al Daidín, cuando eran las doce, nos dispusimos a tomarnos los bocadillos ante los restos del Daidín; ruinas reducidas a algunos arranques de los muros de las antiguas casas y de una torre vigía que se encontraban invadidos parcialmente por la vegetación.


Después de una hora de descanso, que aprovechamos para comernos los bocadillos, emprendimos el regreso por el mismo camino, llegando a la explanada donde habíamos dejado aparcados los coches cuando eran las cuatro de la tarde.


Una vez llegados a este lugar, y tras las despedidas, emprendimo el regresos los participantes que habíamos venido en tres coches, después de haber disfrutado de un excelente día en cuanto al tiempo reinante y a la camaradería que existió entre los participantes.




El grupo compuesto por: Mike, Chema, Margaret, Miguel, Violeta, Ángeles, José Carlos, José, Marja y Charo no sale ya que elle es la autora de la foto.


Transitamos por un camino que, en principio, atravesaba un bosque de pinos.




Teníamos unos ocho kilómetros por recorrer hasta llegar al Daidín, andando por un camino prácticamente sin desniveles.

A nuestro frente la imponente sierra Palmitera, macizo montañoso situado en el término municipal de Benahavís y a la derecha la agreste sierra de las Nieves.

Bello espectáculo con los rayos del sol colándose entre los pinos.

El valle del Guadaiza, un extenso bosque de alcornoques, quejigos, alisos y pinos con la agreste sierra de las Nieves y el pico de La Torrecilla como telón de fondo.

Por fin llegamos al punto donde estaba el cartel que nos nos indicaba que estábamos en la finca La Máquina, en el Daidín.

Cerca del Daidín,  el camino atraviesa un extenso bosque de alcornoques desnudos por la extracción del corcho, lo que se denomina "saca del corcho".

Tomándonos los bocadillos ante los restos de las ruinas del antiguo poblado del Daidín. 




sábado, 14 de enero de 2012

Del Cortijo de Juanar al pico de la Concha

Esta ruta nos situó en una de las cumbres más bellas de la Costa del Sol, que junto con la de Sierra Bermeja, en Estepona, quizás sean las que ofrezcan las vistas más impresionantes.

Comenzamos la caminata, cuando eran las 9:30 horas, desde la portada donde unas cadenas impiden el paso a los vehículos, cerca del Hotel Refugio de Juanar. Caminamos por un carril que, en subida, nos llevó hasta el Cortijo de Juanar y desde allí, seguimos el sendero que nos marcaba una señal, que se encontraba al inicio del camino en un olivar, en el que estaban haciendo la recolección de la aceituna. El camino estaba cubierto por una fuerte escarcha (capa de hielo cristalino debido a una temperatura por debajo de 0°C) que nos hizo resentirnos del frío reinante por dicho motivo.

Al pasar al pie del pico de la Cruz de Juanar (1.178 m), un grupo, que iba más atrasado, se despistó y comenzaron el ascenso a dicho pico hasta que repararon el error. Este despiste nos supuso una hora de retraso.

Después de las correspondientes disculpas, continuamos la caminata, siempre en subida, atravesando un gran bosque de pinos por una rampa estrecha y muy dura, que discurría bajo el famoso “Salto del Lobo”, antiguo lugar de tránsito hacia La Concha. El sendero nos acercó a la cumbre más alta de la zona, el cerro Lastonar de 1.270 m.

Cuando llevábamos andados unos 2.000 metros y al cabo de unas tres horas, llegamos al punto donde el recorrido tomaba otro cariz. Aquí se quedaron dos compañeros que no se atrevieron pasar un trecho de unos 6 ó 7 metros de longitud, ya que a la izquierda había un corte o tajo profundo de cierto peligro.

Superado ese punto, continuamos el resto de compañeros por una arista muy pedregosa que presentaba alguna dificultad debido al piso pedregoso, una constante de esta ruta. Tras pasar la parte más bonita del recorrido tras andar unos 3.200 metros, en unas dos horas, llegamos a nuestro destino, el pico de la Concha (1.215 m), el segundo en altitud en la zona.

Arriba, las vistas panorámicas eran espectaculares, una gozada digna de contemplar. Tras disfrutar del espectáculo visual y hacer las fotos de ritual, regresamos al lugar donde quedaron los dos compañeros donde nos tomamos los bocadillos. Posteriormente tuvimos que emprender el regreso ya que teníamos el tiempo justo antes de que la noche se nos echara encima.

Una vez que llegamos al lugar donde habíamos dejado los coches, nos dirigimos al Hotel Refugio de Juanar para tomarnos unos cafés. En la recepción del hotel, nos sorprendió un marco con una copia del cheque con el que abonó los gastos de su permanencia en el hotel, donde escribió parte de sus memorias en junio de 1970, el famoso general francés Charles de Gaulle*.

* Militar y político francés, líder de la «Francia libre» durante la Segunda Guerra Mundial y presidente de la República Francesa de 1958 a 1969, una de las figuras influyentes en  la historia del proceso de construcción de la Unión Europea.


   El grupo de diez compañeros, antes de cruzar la arista que conduce a la Concha: Chema, Jaime, Belén, José Antonio, Pepi, Margaret, Gregorio, María Ángeles Navarro, Yolanda y Miguel.


   Por un sendero ascendente, cada vez más pendiente, hacia el Salto del Lobo.


   Transitando por una rampa estrecha y dificultosa bajo el Salto del Lobo.


   Caminando por un pedregoso sendero que discurre, a través de una ladera, hacia la Concha.

   José Antonio conversando con Yolanda y al fondo la arista por la que pasamos hacia la cumbre.

   Un breve descanso antes de emprender el paso por el tajo.

   El sendero, antes de superar el tajo, con el pico de la Concha asomando al fondo.

   Al regreso, Belén y Gregorio caminan por el sendero con el pico de Juanar al fondo.


 

    El embalse de la Concepción, que veremos desde la cumbre de la Concha.

sábado, 7 de enero de 2012

Ruta de los cortadores de corcho

De Estepona partimos por el camino que desde el Polígono Industrial nos llevó a Casares y desde allí continuamos hasta llegar a la carretera A-377 en dirección Gaucín, a donde llegamos una vez recorrido unos 40 km en un tiempo aproximado de una hora.

Una vez en Gaucín, aparcamos los coches frente a la gasolinera de Repsol y nos dirigimos al comienzo del sendero que se iniciaba detrás de la gasolinera.

Comenzamos el recorrido avanzando por un estrecho sendero en cuesta que transcurría al pie del pico del Hacho, en la ladera sur de la sierra, entre alambradas que cercan las propiedades para proteger el ganado así como las huertas y los campos de olivos y almendros. Más adelante pasamos bajo una gran roca escultural, desde donde al volver la vista atrás pudimos disfrutar de unas buenas vistas de Gaucín.


Continuamos el camino por un sendero a través de robles y coníferas. Después de un descenso abrupto, llegamos a una cerca de alambre, que cruzamos por una puerta hasta llegar a una pista que cruza un espacio abierto.

El entorno presenta un paisaje variado de alcornoques, encinas y bosquetes de pinos, así como formaciones de arbustos mezcladas con castaños y acebuches.

Al cabo de un buen trecho llegamos a la altura de la finca La Brazuela, donde discurre una pista que a la izquierda va en sentido a El Colmenar o Estación de Gaucín y a la derecha conduce al pueblo de Gaucín. Nosotros continuamos el recorrido por este tramo de la derecha disfrutando del extenso bosque de alcornoques.

Después de caminar una hora y media llegamos a un punto donde un letrero en un árbol ponía "Camino Gaucín a Cortes". Siguiendo la indicación continuamos a través de un bosque de alcornoques y acebuches.

Cerca ya de Gaucín, pasamos por la finca La Shambala, donde hay un templo budista y más adelante por la finca Arroyo Luca, además de huertas y casas rurales.

Llegados al pueblo nos tomamos los bocadillos en un parque a un lado de la carretera. Tras la comida nos dirigimos al castillo con la intención de visitarlo pero estaba cerrado. Mientras llegaba la hora de abrirlo, nos dirigimos a una plaza cercana para tomarnos unos el cafés en una terraza de un restaurante junto a la famosa fuente de los Seis Caños.

Después del café nos dirigimos de nuevo al castillo transitando por calles de evidente trazado morisco, que dibujan las curvas de nivel sobre un cerro desde la carretera hasta el roquedal saliente donde se alza el castillo.

Finalmente nos dirigimos al lugar donde dejamos los coches para emprender el regreso a Estepona.



     El grupo ante la famosa fuente de los Seis Caños: Belén, Chema, Margeret. Robert, Ana, Marja y Miguel sentado.

     Belén Margaret, Ana y Marja, las cuatro mujeres del grupo.

     Vista de Gaucín, en primer término, y las Sierra Bermeja y de las Nieves al fondo

     Robert le sujeta el cierre de la cerca a Ana para pasar.

      Caminando entre quejigos.

     Por la pista entre alcornoques.

     El campanario de la iglesia de San Sebastián desde el camino de subida al castillo del Águila.

     El castillo del Águila visto desde el cementerio de Gaucín.