viernes, 29 de junio de 2012

Ruta nocturna de Bolonia a la Silla del Papa y amanecer en la cala de Camarinal


CRÓNICA: MIGUEL ALONSO


El pasado viernes día 29 de junio salimos de Estepona, cerca de las doce de la noche, un grupo de diez socios del club Los Pinsapos para dirigirnos por la autovía A-7 hacia Cádiz.


Pasado Tarifa, nos desviamos a la izquierda en el kilómetro 70 de la carretera, siguiendo la señalización hacia Bolonia y nada más tomar el desvío, paramos con el fin de reagruparnos los tres coches en que íbamos. Al poco, tras subir un corto puerto de apenas 5 kilómetros, y pasada la venta El Tropezón, continuamos en bajada otros 6,5 kilómetros hasta tomar la carretera que salía a la derecha, antes de llegar a Bolonia, pasando junto a las ruinas romanas de Baelo Claudia, hasta llegar al paraje llamado Molino de Carriza, en donde nos esperaban Carlos, Gisela, Juan Manuel y Nico, lugar donde dejamos aparcados los coche.


Desde este punto comenzamos (01:30 h) un itinerario a pie, de unos 4,5 kilómetros de longitud, hacia la Sierra de la Plata que nos estaba esperándo al frente. La carretera nos llevaría a nuestro destino, la cima de la Silla del Papa, ascendiendo por ella y tomando como guías las luces rojas de posición de las antenas de repetición situadas en la cumbre.


La mitad de la ascensión se realizó de forma muy llevadera, pues las rampas no eran excesivamente duras y a veces se intercalaban con falsos llanos donde recuperábamos el resuello.


Llegados al último cruce, donde había que tomar a la izquierda, sólo nos quedaba poco más de kilómetro y medio sin ninguna otra complicación, nada más que seguir la pista asfaltada hasta el final, caminando por un tramo de duras rampas que tomamos con tranquilidad hasta por fin llegar al final.


La noche estába clara pudiendo divisar, al otro lado, las oscuras aguas, el Estrecho y el puerto de Ceuta perfectamente alumbrado al igual que la ciudad portuaria de Tánger, ligeramente iluminadas por una luna creciente que comenzaba a ganar altura desde el este.


Llegados a la explanada (03:00 h), donde están las instalaciones de los repetidores, nos dirigimos a un promotorio donde estába el vértice geodésico (señal que indica una posición exacta formado por un cilindro sustentado en una báse cúbica de hormigón) y que se encontraba situado por detrás de la torreta más alta, desde donde pudimos disfrutar de amplias vistas de la zona del Estrecho: al sur y hacia el oeste, siguiendo la línea de costa, vimos Zahara de los Atunes, Barbate y Vejer de la Frontera. Hacia el interior las localidades de Facinas, Medinasidonia y las luces intermitentes de los molinos o turbinas de viento existentes para generar energía eléctrica.


En este lugar se respiraba la mezcla de aires provenientes de los dos continentes; el europeo y el africano en la unión de los dos mares, el mediterráneo y el atlántico, entre las míticas columnas de Hércules: el Peñón de Gibraltar (426 m) y el famoso Yebel Musa (851 m) ya en la costa magrebí.


Una vez que hubimos disfrutado de las vistas, emprendimos el regreso bajando por un bonito sendero que atravesaba un bosque de pinos y eucaliptos con una abundante fronda de helechos, jaras y palmitos, que nos hacían sentir duendecillos de la noche, caminando hacia la costa para desviárnos, más abajo, hacia la antigua Torre del Cabo de Gracia hoy reconvertida en el Faro Camarinal a donde llegamos sobre las seis de la madrugada.


Aquí tomamos un largo descanso mientras esperábamos el amanecer, pudiendo contemplar, a nuestra derecha, la playa de Altanterra o de los alemanes, con el Cabo de Plata al otro lado de la ensenada. Si la vista la dirigíamos hacia la izquierda, entonces era la espectacular cala del Cañuelo, encajada entre una manta de pinar y la Punta de Camarinal, la que desde el mirador, al pie del faro, domina nuestras vistas en tierra. Mirando hacia el mar era la silueta del continente africano, al otro lado del Estrecho y las aguas del Atlántico a nuestra derecha.


Posteriormente nos desplazamos al lugar donde dejamos aparcados los coches, al comienzo de la ruta, para dirigirnos a Bolonia donde desayunámos en el Hostal-Restaurante Bellavista.


Una vez que hubimos desayunado, nos dirigimos a la playa junto a las dunas, donde plantámos las sombrillas y sillas o tumbonas que llevábamos para pasar el día disfrutando de los baños y paseos por la playa. Algunos aprovechamos la ocasión para dar una cabezadita cubiertos por las toallas ya que soplaba un viento de poniente algo fresco.


Al fin regresaron, al cabo de dos horas,  los que decidieron recorrer la playa hacia el este y nos dispusimosa comer. Lupe y Chema nos obsequiaron con un rico gazpacho y Javier con unos ricos pinchos a base de queso fresco, tomate y una conserva. Entre las tortillas, ensaladas y luego la fruta nos dimos un buen festín.


Posteriormente, nos dirigimos a la zona del Lentiscal para tomarnos unos cafés en el chiringuito “La Cabaña” regresando después a nuestros hogares tras haber pasado un inolvidable fin de semana.




   Mapa con el recorrido en coche, marcado en tono azul, desde Estepona a Bolonia.

   Croquis del recorrido a la Silla del Papa marcado con trazos de flecha.

   De izquierda a derecha: María Fernández, Javier Duarte, Miriam Duarte, Miguel Alonso, Ángeles Tirado, Charo García, Juan Manuel Cappella, Pepi González, Sofía Mateos, Gisela Torandell, Carlos de Lara, Guadalupe Ortiz y José María Martín. No sale en la foto Nicolás Herrera.


Vídeo Bolonia Silla del Papa
   
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sábado, 23 de junio de 2012

Recorrido desde Genalguacil al Prado de la Escribana y, por el río Genal, a la Venta de San Juan

CRÓNICA: José María Martín


El pasado sábado día 23 de junio realizamos la excursión, ya emblemática de nuestro club, al río Genal, partiendo, como de costumbre, desde el Bar Estadio de Estepona, cuando eran las 09:20 horas, en tres coches en dirección a Genalguacil, a donde llegamos depués de recorrer unos 40 kilómetros en una hora y media, por una carretera con un trazado de muchas curvas, por lo que debímos conducir con precaución.


En el punto de encuentro situado a la entrada del pueblo, en el paraje de las Cruces, nos esperaban Mike y Ángela Drury, su esposa, iniciando en este lugar nuestro recorrido a pie hacia el Prado de la Escribana, cuendo eran las 10,55 horas, por el sendero de pequeño recorrido (PR-A 240) de Genalguacil a Benarrabá, caminando los primeros 4,6 km de la ruta, como indicaba la tablilla que había al inicio del sendero.


Al llegar al Prado de la Escribana, paramos para darnos el primer remojón donde, normalmente, se forma una gran poza junto al puente por donde el camino continúa hacia Benarrabá.


Tras un gratificante baño nos hicimos la foto de ritual de grupo para, a continuación, comenzar el ascenso andando por el cauce del río Genal hacia la venta de San Juan. Un recorrido muy agradable y bonito por la gran belleza del entorno. Daba la impresión de caminar por un río de la jungla. El recorrido se nos hizo más facil que el año pasado, por no haber tanta maleza debido a la falta de fuertes lluvias, lo contrario que ocurrió el año anterior.


Al puente de San Juan, punto final de la excursión, donde se unen los términos municipales de Jubrique y Algatocín, llegamos sobre las 15:00 horas. Algunos, que no llevaron comida, almorzaron en la venta y el resto comimos a escasos metros, río arriba, donde se encuentra una de las pozas más impresionantes y de mayor tamaño de todo el Genal, muy frecuentada en verano por los habitantes de la zona, ya que es posible darse un agradable baño en un paraje ribereño tan hermoso como insólito.


Después de disfrutar del baño y de unos masajes de agua natural en una pequeña cascada decidimos, pasadas la 18:00 horas, regresar a Estepona, después de haber disfrutado de un día super agradable, tanto por la excursión en sí como por la entrañable compañía de los componentes del grupo.

    Mapa de la ruta con el recorrido marcado con un trazado de flechas en color morado.




De izquierda a derecha: Juan Manuel Usero, Vanesa Manzano, Raquel Ocaña, Sofia Mateos, Margaret O'Connor, María Lozano, Ángela Drury, María Fernández, Pepi González, Javier Duarte, Michael Drury y José María Martín. La fotografía la hace José Antonio Quirós.

Vídeo Genalguacil - Prado de la Escribana

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sábado, 16 de junio de 2012

De Tarifa al Guadalmesí por la "Colada de la Costa"

CRÓNICA: Miguel Alonso y Rafael Rodríguez


De Estepona salimos pasadas las 8 de la mañana, en tres coches en dirección a Tarifa por la autovía A-7, a donde llegamos pasadas las 9 y media de la mañana, aparcando los coches cerca de la iglesia de San Mateo (iglesia principal de Tarifa).


Una vez aparcados los coches, nos dirigimos a desayunar, parando en el camino ante la estatua erigida al general malagueño Francisco Copons y Navía, defensor de la plaza de Tarifa, en diciembre del año 1811, en la que obligó a las tropas napoleónicas a levantar el sitio con grandes pérdidas por parte de los franceses. Después de hacernos la consabida foto de grupo, ante la estatua, continuamos hasta el cercano Restaurante-Cafetería Morilla, junto a la iglesia, donde se nos unieron otros cuatro compañeros. Una vez que hubimos desayunado, nos dirigimos hacia la Puerta del Retiro para continuar andando por la calle María de Molina, que discurre junto a la vieja muralla de la ciudad, bajo el castillo de Sancho IV El Bravo o de “Guzmán El Bueno”.


Al poco llegamos al camino denominado Vista Alegre, que está señalizado a su entrada por dos pilares blancos y tras pasar un grupo de casas, continuamos adentrándonos por un sendero de tierra que nos condujo a la costa, siempre a nuestra derecha, siguiendo las indicaciones de Cañada Real.


El recorrido nos fue mostrando las impresionantes vistas del continente africano a lo largo de los 6,3 kilométros de recorrido, según marcaba nuestro GPS, que hicimos hasta la desembocadura del río Guadalmesí.


Caminábamos por un sendero que discurría por pastizales costeros (había muchas vacas pastando) y zonas de matorral bajo. Nos sorprendió la grandiosidad de unos fenómenos geológicos producidos por la erosión, vestigios que hacen visible los efectos de los fuertes vientos del estrecho sobre las paredes de acantilados. Se trata de unas formaciones sobre las rocas llamadas “rasas mareales”: unas plataformas, al nivel de la marea baja, que aparecen por delante de los acantilados rocosos debidas a la erosión del mar sobre la roca, que daban la sensación de campos arados.


A lo largo de nuestro camino, denominado “La Colada de la Costa o Camino de Algeciras”, que estaba señalizado con balizas verdes de Vía Pecuaria y otras veces por balizas de madera, fuimos serpenteando la costa. La vegetación nos dificultaba algunas veces el camino y por la playa no podíamos por la peligrosidad de transitar por ella, aún estando baja la marea, debido a lo resbaladizo que era andar por las “rasas”.


Al poco de iniciar el recorrido, pasamos por un puente de madera que nos permitía salvar un arroyo, continuando el camino costeando las playas y acantilados, a veces por arriba y otras por calas de cantos rodados. Se trata de un sendero estrecho que aprovecha una vía pecuaria costera, atravesando los acantilados del litoral de Tarifa hacia Algeciras. Discurría, en su mayor parte, paralelo al litoral, siguiendo las indicaciones de Cañada Real, con la vista del Estrecho de Gibraltar y la costa norteafricana a la derecha, pudiendo observar, con gran nitidez, las ciudades marroquíes de Tánger y Ceuta.


Dada la situación geográfica por la que discurría el sendero, a lo largo del mismo fuimos encontrando restos de baterías militares, ya abandonadas, conservándose aún pabellones y ruinas de los antiguos cuarteles y de otras construcciones para la vigilancia y defensa de la costa.


Recorridos 6,2 kilómetros de sendero, llegamos al observatorio dispuesto para contemplar el vuelo de las aves que cruzan el estrecho hacia el continente africano. Este se encuentra situado en las inmediaciones de la antigua Torre vigía de Guadalmesí, que se alza sobre un montículo inmediato a la orilla del río del mismo nombre, construcción que data del siglo XVII y que fue construida durante el mandato de Felipe II. Cuenta la leyenda que esta torre se edificó para defender la costa ante los continuos ataques de los piratas bereberes que asolaban el litoral por esta zona.


Debido al viento de poniente, tuvimos que desplazarnos al otro lado de la torre, donde protegidos por el promotorio donde se alza esta, pudimos disfrutar de unos refrescantes baños y acto seguido, nos dispusimos a dar cuenta de nuestros bocadillos y refrescos.


Después de un descanso en el lugar, emprendimos el regreso a Tarifa por el mismo sendero, llegando al lugar donde dejamos aparcados los coches y partir seguidamente hacia Estepona dando por finalizada la ruta.


Al llegar a Estepona nos dirigimos a la Cafetería Ophira, donde habíamos preparado el cumpleaños de nuestro socio fundador y amigo Miguel Alonso, ya que 70 años no se cumplen todos los días, y aunque adelantamos la fecha, pues era el día 17, este era el único día en que podíamos reunirnos para compartir con él ese momento.


Fueron apareciendo otros compañeros que no pudieron asistir a la excursión y que no querían perderse la celebración: María Fernández, Ángeles Tirado, María Luisa Gómez, Roque Gómez, Robert Sinnock… Al fin apareció la tarta y Miguel se emocionó y nos agradeció el detalle. Luego cantamos “Cumpleaños feliz…” y le entregamos los regalos: un polo gris, que se encargó de comprar Ana y una botella de Beefeter que le regaló María.


Tomamos café y refrescos y terminamos con un rato de charla y relax un día muy completo.


   Mapa del recorrido por carretera desde Estepona a Tarifa.

   En color naranja, la ruta de Tarifa a Guadalmesí denominada "La Colada de la Costa"



   De izquierda a derecha: Rafael Ramírez, Guadalupe Ortíz, Pepi González, Pura Ruedas, Ignacio Pérez de Vargas, Ana Ortíz García, Miguel Alonso, Javier Duarte, José María Martín, Maragaret O'Connor y José Antonio Quirós. Faltan Gisela Torandell, Carlos de Lara, Juan Manuel Cappella y Nicolás Herrera que se incorporaron después.

Vídeo Tarifa -Guadalmesí



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Cumpleaños de Miguel

sábado, 9 de junio de 2012

Canuto del Risco Blanco y Cruz del Romero

CRÓNICA: Miguel Alonso
El pasado sábado día 9 de junio, un grupo de doce socios de Los Pinsapos realizamos la excursión que, con anterioridad, hubimos de cancelar por dos veces consecutivas debido a las adversas condiciones meteorológicas.


De Estepona salimos, pasadas las 8:30 horas, hacia el Parque Natural de los Alcornocales, en las cercanías del pueblo gaditano de Los Barrios, llegando a la Venta El Frenazo, lugar elegido para desayunar, después de haber recorrido unos 57 kilómetros, cuando eran aproximadamente las nueve y media.


Tras el desayuno, continuamos el recorrido por la misma carretera (C-440), siguiendo la indicación que nos señalaba hacia el Parque Natural de los Alcornocales, tomando más tarde un desvío a izquierda, a la altura del km 87, para entrar con los coches en la pista forestal, antigua carretera Los Barrios-Facinas (CA-221), continuando unos 9 kilómetros hasta encontrarnos con las ruinas del cortijo de San Carlos del Tiradero, también llamado Tejas Verdes, que dejamos a nuestra izquierda, siguiendo un kilómetro más adelante hasta llegar al inicio de nuestra ruta hacia el Risco Blanco y La Cruz del Romero.

Subida al Canuto de Risco Blanco
El inicio de este sendero se encontraba en una cancela a la derecha, pasadas las ruinas del cortijo de San Carlos del Tiradero. Tras sortear la entrada comenzámos el recorrido a pie, (10:30 h) en un principio, por una pista en subida para después, al llegar a la altura de un pequeño puente, desviarnos a la izquierda continuando por un sendero que atravesaba un frondoso bosque rodeado por una increíble belleza y frescura. Los magníficos quejigales estában adornados de grandes helechos y enredaderas que extendían su dominio por los troncos de estos vetustos árboles. El camino discurría por una zona cercana al arroyo. Tras atravesar el espectacular bosque, continuamos en dirección al Risco Blanco por un sendero, bastante incómodo debido a los matojos llenos de espinos, llegando a la cima cuando pasaba media hora del medio día. Después de las rituales fotos emprendimos la bajada continuando hacia la otra cumbre, la Cruz del Romero.


Subida a la Cruz del Romero
Caminamos por un tramo de campo a través, hasta llegar a un gran cortafuegos que recorría la cresta de la montaña. Una vez alcanzado este, giramos a la derecha dirigiéndonos hacia las formaciones rocosas, siguiendo una senda que discurría al lado de una cerca de alambres. Desde este sendero pudimos contemplar, a nuestra espalda, unas preciosas vistas del Peñón de Gibraltar y de la costa africana. Al otro lado del sendero por el que subíamos, tras la cerca, pudimos ver más abajo, el embalse de Almodóvar que abastece de agua a Tarifa y su entorno.


Una vez que llegamos al pie de la Cruz del Romero (14:00 h) nos dispusimos a comer los bocadillos para después, subir unos metros llegando a su punto geodésico (767 m) desde el cual pudimos disfrutar, pese a una sutil bruma, de unas bellas vistas del entorno, del Estrecho de Gibraltar y las costas magrebíes al fondo.


Posteriormente (14:45 h), descendimos de nuevo al cortafuegos para tomar hacia la derecha y dirigirnos a las formaciones de lajas de areniscas (15:15 h) y disfrutar de sus impresionantes formas modeladas por la erosión geológica a lo largo de milenios.


Finalmente volvímos sobre nuestros pasos para seguir de nuevo en dirección al Canuto de Risco Blanco (16:15 h). Una vez que llegamos al cruce que dejamos en el arroyo, al inicio de la subida, tomamos de nuevo la senda balizada de la ruta del canuto, descendiendo por ella a través de un gran bosque de quejigos, junto con una impresionante vegetación que se forma en sus alrededores, llegando al punto de inicio (18:30 h), donde dejamos aparcados los coches, dando por finalizada esta ruta que por su belleza paisajística a todos nos dejó con un buen recuerdo.

   Recorrido por carretera desde Estepona al inicio de la ruta en el parque de Los Alcornocales.

  Mapa del recorrido de nuestra ruta resaltado por una línea discontinua.


   De izquierda a derecha: Javier Duarte, Luisa Cañizo, Margaret O'Connor, José Antonio Quirós, Marion Lapchouk, José María García de la Nava, Miguel Alonso, Ignácio Pérez de Vargas, Charo García, Ana Ortíz García, Carlos de Lara y Sofía Mateos.

Vídeo Risco Blanco - Cruz del Romero




viernes, 1 de junio de 2012

Recorrido por el cañón de Río Verde


El itinerario parte de una de las carreteras paisajísticas más espectaculares del sur de España, conocida como “Carretera de la Cabra Montés”, que comunica el pueblo costero granadino de Almuñecar con la comarca de Alhama de Granada. Antaño fué refugio de moriscos, bandoleros y en la época de la dictadura de 1936-1975, de los maquis (resistentes antifranquistas).

Es muy singular para todos aquellos amantes de las chorreras y saltos de agua, con grandes pozas de agua azul turquesa ideales para disfrutar del baño.


Haremos un recorrido, en parte, junto al río y otras veces más separados de el, por lo que hay que llevar el calzado habitual de senderismo. El baño en las pozas es opcional, los que lo deseen no olvidéis llevar el bañador.

El Barranco de las Chorreras y su afluente de los Chortales abren, en la Almijara, la garganta más larga, profunda y estrecha de todos los cursos de agua que en ella nacen. Sus saltos de agua han hecho famosos estos riachuelos porque son una delicia para los aficionados al descenso de los barrancos.


  Recorrido por carretera desde Estepona a Otívar y al punto de inicio de la ruta.

        Mapa donde se resalta la ruta representada con trazado verde.   

   El grupo de 13 socios de Los Pinsapos que participaron en el recorrido. De izquierda a derecha: Pepi González, Ana Ortíz García, Rafael Rodríguez, Lupe Ortíz, José María Martín, Francisco Javier Duarte, Miguel Alonso, Margaret O'Connor, Jesús González, Isabel Naranjo, María Fernández, Charo García y Ángeles Tirado.

Vídeo Cañón Río Verde


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