sábado, 28 de febrero de 2015

Subida al Hacho de Gaucín y celebración del Día de Andalucía en Gaucín


CRÓNICA: RAFAEL RODRÍGUEZ



Desde Estepona partimos por la Autopista del Mediterráneo A-7 en sentido Algeciras, en tres coches, trece compañeros, desviándonos en la salida 142 para continuar por la carretera A-377 que, desde Manilva, conduce al pueblo de Gaucín, nuestro destino, donde llegamos una vez recorridos unos 40 kilómetros en un tiempo aproximado de una hora.


El día está estupendo, si bien corre un fino aire serrano que nos hace abrigarnos antes de entrar en calor.

Tomamos el sendero que parte detrás de la gasolinera Repsol y acompañados por  los almendros que jalonan el camino, iniciamos las primeras rampas dirección este hacia el Hacho.

Alguna que otra parada para volver la vista y contemplad explendidas vistas de Gaucín  y el Castillo del Águila.  Pronto, el sendero sigue entre dos cercados y sube entre olivos y almendros, avanzando por la colada del camino del Molino al Peso, al pie de la cara norte del monte Hacho, que transcurre por la ladera sur de la sierra del mismo nombre.
Llegados a una bifurcación con un pino en el centro, tomamos el camino de la izquierda, entre alambradas que cercan campos con rebaños de cabras y huertas con árboles frutales.
Más adelante, caminamos rodeados de quejigos. Mirando al frente, se aprecia la zona por la que discurre el camino de subida. El sendero se desvía a la derecha, estrechándose, rodeados de matorral.
Tras unos tres cuartos de hora de marcha, y algunas paradas para fotos y recuperar el resuello llegamos a un punto cercano a la cumbre donde esperamos al resto de compañeros resguardados del viento.
Continuamos por una zona de piedra y matojos, tomando como referencia una alambrada, que queda a nuestra izquierda. Subimos pegados a ella, entre una espesa vegetación, por un camino de tierra con piedras que nos dificultan el ascenso. A nuestra derecha, sobresale una mole de roca conocida como tajo Bermejo.
Seguimos hasta llegar a una angarilla, que no atravesamos, accediendo por una zona rocosa por la que caminamos más fácilmente, pero con más pendiente, llegando a un alto, a modo de mirador, avistando a nuestros pies el Puerto de los Hinojales.
El camino continúa a través de un muro de piedras, donde el desnivel es más fuerte, afrontando los últimos metros por una cañada con encinas, hasta llegar a una meseta entre las dos cumbres del Hacho.
Nos dirigimos a la izquierda, hacia unas rocas obteniendo unas magnificas vistas de Gaucín. Luego nos desplazamos por la meseta hacia la otra cumbre del Hacho, avistando el vértice geodésico (1.011 m) que se halla rodeado por unas encinas.
Tras contemplar unas vistas increíbles del entorno: la Sierra del Líbar, Jimena de la Frontera y más cerca San Pablo de Buceite y el Colmenar, aprovechamos para tomar algo de alimento y hacer la foto de grupo.
Iniciamos el descenso por la parte izquierda del hito, teniendo como referencia la alambrada que corta la ladera perpendicularmente. Tras varios zigzagueos, resbalones y paradas en el descenso para reagruparnos, llegamos al sendero que comunica Gaucín con el Colmenar.
Paramos un momento para reagruparnos y retomamos la marcha en dirección de vuelta.
Al llegar a la bifurcación coincidimos con una pareja que resulta ser familia de Luis Cerrillo,  vecino  de la Barriada del Cobre que nos acompañó  en una ocasión, y que gustosamente nos hacen algunas fotos con Gaucín como fondo.
Llegados al pueblo nos acercamos a la Iglesia para degustar de la paella que todos los años realizan con motivo de la festividad del 28 de Febrero.
El local está a rebosar y aún queda más de una hora para la comida por lo que decidimos volver sobre nuestros pasos y comer,  en primera instancia, en el Restaurante el Hacho, que también está lleno y como segunda opción, en el Bar-Restaurante La Serranía, junto a la gasolinera.
Menú de platos sencillos pero muy variados: carrillada, jibia con patatas, churrasco de pollo, patatas, lomo y chorizo… así como postres caseros: arroz con leche, tarta de queso, tocino de cielo… y cafés e infusiones, para dar por terminada esta salida corta, pero muy intensa por lo dificultoso del terreno y que sin duda hemos disfrutado todos...



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   MAPA DEL RECORRIDO POR CARRETERA DE ESTEPONA A GAUCÍN




VISTA SATÉLITE

MAPA TOPOGRÁFICO

PERFIL DE ALTURA

PARTICIPANTES

De izquierda a derecha: Javier Duarte, Miguel Pernas, Rosa María Martín, José Luís Gil, Violeta Montequín, José María García, Margaret O'Connor, Isabel López, Manuel Peña, Miguel Alonso y Rafael Rodríguez.



GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Miguel Alonso, José Luís Gil, Javier Duarte, Isabel López y Rafael Rodríguez).






  

sábado, 21 de febrero de 2015

Recorrido circular por la Sierra Crestellina

CRÓNICA: JOSÉ ANTONIO QUIRÓS

El pronóstico del tiempo frío y con posibilidad de caminos nevados para la ruta que nos tocaba el sábado 21 de febrero en la Sierra de las Nieves, obligó al cambio de tercio y a buscar una alternativa divertida y no muy lejos de Estepona, se decidió ir al bonito pueblo de Casares a recorrer las laderas de Sierra Crestellina. 

Tras este contratiempo el número de participantes bajó y por si era poco amaneció el día del evento chispeando, otra razón más para que algunos que aun teniendo ganas de patear Casares también desistieran de hacer la ruta a última hora, con lo que el montante final de aguerridos caminantes se redujera a cuatro, Rafa, José Luis, Margaret y el mismo que teclea. Esperamos al calorcito del Bar Estadio con nuestros atuendos preparados para empezar, se preguntó “Bueno…que hacemos?” Ya se sabe… te levantas temprano!, te disfrazas de senderista!, todo preparado!... nos miramos y ya sabíamos que iríamos, Alea jacta est! 


De Estepona a Casares en el super 4x4 de Rafa veinte minutillos, aparcamos al final de la ruta en el camino denominado de la “Arquita”. A las nueve y cuarto desenvainamos nuestros bastones y caminamos por el sendero de madera en la parte izquierda de la carretera en dirección hacia el puente de lata” o parte más baja de Casares, es justamente en esa vaguada donde dejamos la carretera y debemos subir. Aún habiendo estirado las piernas en la bajadita es necesario meter la reductora para subir despacito en dirección al refugio y ser consciente que los cuarenta y cinco minutos de subida no nos lo quita ni dios. He de decir que el hecho de ir solo cuatro hizo que nos tomáramos la subida de forma muy relaja y distendida, con tiempo para hacer fotos de Casares con unas perspectivas que solo desde allí se pueden hacer y sobre todo seamos humildes para coger resuello. 

     
Hay que apuntillar que esta ruta la caminamos en sentido inverso a lo que normalmente se hace y a lo que las señales apuntan, la razón no es otra que por ser la parte final de pronunciada bajada y sobre todo estar las piedras del camino mojadas y resbaladizas, es mucho mejor empezar subiendo que no terminar bajando, cansados  y con bastantes  posibilidades de partirse la crisma. Con lo cual se sufre al principio y una vez llegado al refugio el resto…de “verano azul”.
    
Por fin alcanzamos el refugio y tras tomar unas frutas y refrescarnos charlamos y comentamos lo divertido que sería la posibilidad de celebrar allí algún evento festivo con el resto del club, ya que es posible acceder con coche por la parte de arriba para el avituallamiento y la llave del refugio la deja el ayuntamiento de Casares tras recibir un depósito de cincuenta euros. El refugio por dentro es una maravilla tiene diez literas, chimenea, cocina y tiene un porche magnifico, ahí queda el aviso para navegantes.
    
Partimos en dirección opuesto al camino, es decir hacia la izquierda para alcanzar el mirador de sierra Crestellina donde nos hacemos la pertinente foto con la bandera del club y disfrutamos de las magníficas vistas. El día acompaña y es justo reconocer que no habíamos podido elegir mejor ruta ya que el macizo de la sierra evitaba que el fuerte viento de poniente nos azotara. Continuamos caminando en dirección norte hacia la puerta de entrada de “el Monte del Duque” y es allí donde empezamos la bajada en dirección sur. 
     
Margaret haciendo gala una vez más de su virtud para pronosticar el tiempo comenta que sobre las doce y media llovería y claro llovió, pero ya era tarde para que nos mojáramos, no tanto por lo fino del “chirimiri” si no porque estábamos sin darnos cuenta cerca del final, pasamos por la famosa “arquita” y tras varias sesiones de fotos y de amenas  conversaciones habían transcurrido tres horas y cuarenta y cinco minutos, habíamos llegado a nuestro destino final. ¡Fantástico día!


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   RECORRIDOS POSIBLES POR CARRETERA DE ESTEPONA A CASARES

VISTA SATÉLITE DEL RECORRIDO
MAPA TOPOGRÁFICO
PERFIL

PARTICIPANTES
De izquierda a derecha: Margaret O´Connor, José Antonio Quiros, José Luís Jiménez y Rafael Rodríguez.

GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: José Antonio Quiros y Rafa.)











 


sábado, 14 de febrero de 2015

Desde los Pedregales por Sierra Bermeja a Estepona




CRÓNICA: MARGARET O`CONNOR
A las ocho y veinte José Luis Gil, Ana María y una servidora, Margaret, nos encontramos en el aparcamiento al lado del río Cala.

Allí dejamos dos coches y en el coche de José Luis, nos fuimos hasta el bar Estadio punto de encuentro, de donde salimos los nueve componentes del grupo: José Luis Gil, Ana María de Torre, Ilse Bullerdieck, José Antonio Quirós, José Luis Jiménez, Miguel Ángel Pernas, Sofía Mateos, Carlos de Lara y yo, Margaret O’Connor. Todos distribuidos en los coches de Miguel y Paco, el marido de Sofía, y así, dejamos un coche en los Pedregales.

A las nueve emprendimos la ruta bajo un frío y un viento bastante fuerte. Todos estábamos de muy buen humor y encantados de tomar parte de otra ruta en un paisaje precioso. Las vistas de la primera parte eran impresionantes, entre sol y sombra y un verdor abundante en el horizonte.
La primera parada la hicimos después de una hora y media andando, para agruparnos allí a contemplar el bonito paisaje de la costa de Estepona.
Ilse nos regaló a todos un corazón de chocolate negro, delicioso, por la fecha que era San Valentín.

Seguimos ruta hasta una casucha con muchas cabras y detrás de ella una calera antigua, esto lo encontramos después de haber cruzado dos cauces: el arroyo Guadalobón y su tributario, la Garganta de las Minas, los dos llevaban abundante agua.

Allí tomamos un tentempié, algunos su primer bocadillo. Posteriormente continuamos algunos kilómetros por la carretera hasta meternos otra vez en un camino de barro, mal señalizado.

A la una y media de la tarde paramos en el Puerto de las Palmas, en una explanada con unas vistas impresionantes del mar, la costa, la Sierra Blanca con su pico de la Concha y la Sierra Bermeja, por cuyas faldas discurría nuestra ruta, y allí, viendo este paisaje tan bonito, comimos. A partir de este lugar tuvimos hasta calor.

Tras un breve descanso y la comida, seguimos caminando hasta meternos en otro sendero que pasaba bajo la finca de nuestro compañero Javier Duarte. Esta fue la parte más bonita de la ruta dada la frondosidad reinante.

A lo largo de esta parte del recorrido, tuvimos que cruzar cuatro veces el arroyo la Cala. La última vez, lo cruzamos tres afortunadas con la ayuda de un conductor, muy amable, que nos subió en su coche para que no nos mojáramos los pies. Los que no tuvieron esta suerte terminaron con los pies bien mojados.

A las dieciséis horas llegamos al aparcamiento de la Cala, todos felices y sonrientes. Ana María llevó a Miguel Ángel Pernas a recoger su coche, a la entrada del Parque de Los Pedregales, y los demás, nos fuimos al bar Estadio donde tomamos un refresco mientras filosofábamos sobre la vida, aguardando el regreso de Ana María y Miguel Ángel. Así terminó otra excursión exitosa.


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   MAPA DEL RECORRIDO EN COCHE DE ESTEPONA AL PARQUE DE LOS PEDREGALES

   Trazado de parte de la Etapa 29, de la GR 249, desde el Parque de los Pedregales al Paseo Marítimo de Estepona.

    Parte del grupo en un descanso del recorrido. De izquierda a derecha: Sofía Mateos, Margaret O'Connor, Carlos de Lara, Ana María de Torres e Ilse Bullerdieck. Al fondo a la derecha, José Luis Jiménez y Miguel Ángel Pernas. No salen en la foto: José Antonio Quirós y José Luis Gil.

GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: José Luis Gil y José Antonio Quiros)

  

sábado, 7 de febrero de 2015

Por la Senda de los Prisioneros al río de la Miel


CRÓNICA: RAFAEL RODRÍGUEZ


Al llegar al lugar habitual, Bar Estadio, recibimos un mensaje de nuestro compañero Luis Clemente que se encuentra en Algeciras, indicándonos que diluviaba en esos mometos. Tras llegar todos los participantes y tras unos minutos de conversación decidimos probar suerte.

Nos dirigimos en dos coches nueve compañeros por la auovia en dirección a Algeciras (N-340), para desviarnos en la salida 105 y continuar, por la carretera vieja de Los Barrios, en dirección Barriada El Cobre. Una vez en la barriada, nos dirigimos a la calle Maestra María Luisa número 14, donde nos esperan Luis,  Pilar y Jesús. Llamamos en varias ocasiones a José Cerrillo, vecino de la localidad que nos iba a acompañar, sin poder contactar con él, por lo que decidimos iniciar la ruta.

En este lugar aparcaremos los coches iniciando posteriormente el recorrido por una pista forestal que nos llevará a la Senda de los Prisioneros. Desde que salimos de Estepona hemos recorrido unos 56 kilómetros en un tiempo aproximado de unos 60 minutos.

Comenzamos tras sortear una verja por una pista que nos introduce en el parque. Tras un kilómetro de marcha, llegamos a una bifurcación, tomando el camino de la izquierda en dirección al conocido lugar de Los Tres Pinos. En una leve, pero continua subida muy pedregosa, nos dirigimos hacia el Puerto de la Higuera, disfrutando de unas maravillosas vistas de la Bahía de Algeciras, el Peñón de Gibraltar y la costa magrebí al fondo, sobresaliendo el Yebel Musa, en bereber Adrar Musa (La mujer muerta), promontorio de 851 metros sobre el nivel del mar, la otra columna de Hércules, según la mitología griega.

Transitamos por un camino construido por los prisioneros hechos en la guerra civil de 1936, de ahí el nombre, que discurre entre las sierras del Algarrobo y el Bujeo. Al cabo de un trecho, llegamos a un claro en el alcornocal, junto a un cortijo, donde el camino gira a la derecha y, cerca de este, un poco más adelante, se encuentra un llano donde están los famosos Tres Pinos.

Seguimos ascendiendo a buen ritmo con una fina lluvia y algún que otro claro como compañeros de camino. Ya en el alto vemos, abajo, la zona por donde hemos transitado y la casa de piedras en la falda del Cerro del Rayo. Detrás del cerro, a la izquierda, asoma la Bahía de Algeciras y a la derecha el Peñón de Gibraltar.

Antes de finalizar la subida  encontramos un pequeño cobertizo para el ganado que aprovechamos para resguardarnos de la lluvia, hacer un receso y tomar algo de alimento entre las bañeras bebederos-comederos destinados al ganado.

Reanudamos la marcha para no enfriarnos en exceso, por la pista por la que habíamos llegado dirección norte. Bordeamos la ladera de la sierra con impresionantes vistas de las sierras colindantes y de la costa.

Llegados al final de la pista no sabemos muy bien por donde seguir, un corredor que llega en ese momento nos indica que sigamos hacia arriba a pesar de que el gps indica hacia abajo. Subimos unos cientos de metros hasta salir del espeso bosque y no encontramos el sendero que buscamos.

Tras unos minutos de indecisión vemos una vereda a nuestra izquierda que habíamos dejado atrás en el subida. Nos encaminamos hacia ella, no sin dificultad, cruzamos un arroyo y serpenteamos por la ladera entre la vegetación hasta alcanzar la pista que habíamos dejado.

La lluvia arrecia y tras llegar todos al comienzo de la vereda, decidimos que hacer. La votación no resuelve nada y tras conversar unos minutos y escuchar razones a favor y en contra de seguir, regresamos sobre nuestros pasos por la misma pista a las 13:00 horas.

El descenso es rápido, aprovechando los claros en la persistente lluvia, el grupo se fragmenta debido a los distintos ritmos de bajada.

A las 15:00 horas llegamos al lugar de aparcamiento el grueso del grupo, momento que aprovechamos para realizar la foto y despedirnos de algunos compañeros que deciden volver por cuestiones personales.

El resto nos dirigimos  al cercano bar de la Asociación de Vecinos de El Cobre,  donde al calor de unos callos, caldereta, rabo de toro, secreto, calamares y de unos exquisitos postres: mouse de piñones, de chocolate blanco, arroz con leche,... damos por terminada esta salida, con la firme intención de volver a realizarla íntegramente en la próxima ocasión.


                      TEXTO EN FORMATO PDF
 
    MAPA RECORRIDO POR CARRETERA DE ESTEPONA A EL COBRE

    VISTA SATÉLITE

    MAPA TOPOGRÁFICO

   PERFIL DE ALTURAS

  
PARTICIPANTES
De izquierda a derecha: Rafael Rodríguez, Alicia Ruiz, Luis Clemente, Roque Jesús Gómez, Javier Duarte, Rosa María Martín, Margaret O´Connor, José Antonio Quirós y José Luís Gil. 
No salen: Rafael Ángel Guzmán, Pilar Villar y Jesús Díaz.

GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Pilar Villar, Jesús Díaz, José Luís Gil y Rafael Rodríguez.)


domingo, 1 de febrero de 2015

Por la Puerta Verde de Estepona al castillo de El Nicio


CRÓNICA: RAFAEL RODRÍGUEZ


De Estepona salimos trece compañeros desde los aparcamientos de la avenida Litoral, situados en la zona cercana al colegio de San José, donde dejamos aparcados los coches.

Iniciamos la ruta en una fría pero soleada mañana, por el camino de Estepona a Jubrique (Vía Pecuaria), que comienza en dicha avenida, a la altura de la desembocadura del arroyo la Cala, por su margen izquierda.

En esta excursión transitaremos los valles de los ríos Padrón, Castor y Velerín, recorriendo las lomas que los separan, ascendiendo hasta una de las fortificaciones más inesperadas, de mayor tamaño y mejor conservadas de la costa del sol malagueña como es el castillo de El Nicio.

Caminamos por un firme asfaltado, junto al arroyo de la Cala, por su margen izquierda mirando hacia la sierra, Vía Pecuaria “Camino Estepona a Jubrique”, pasando bajo el puente de la Autopista A-7, todo recto (tramo marcado como Puerta Verde de Estepona). Más adelante, nos dirigimos en descenso hacia el río Padrón. Cruzado este, tomamos a la izquierda, en dirección a la urbanización “Forest Hills”, encontrándonos con una zona recreativa. Justo detrás, sale un camino de tierra a mano derecha por el que seguimos nuestra ruta.

Tras una breve parada para decidir el camino a tomar, continuamos por una cuesta ascendente de hormigón en el primer tramo y de tierra en los siguientes, que nos conduce hasta el camino de Las Abejeras y tras unos metros, al área recreativa donde decidimos parar para tomar algo de alimento.  

Después continuamos por la pista hasta llegar a un nuevo cruce de caminos, donde tomamos a la izquierda, en dirección Camino de la Piqueta para comenzar un rosario de subidas y bajadas, que de no ser por la paciencia de mis compañeros, hubiesen acabado con el que escribe.

Una vez terminadas estas subidas y bajadas, que parecen no acabar nunca, llegamos hasta un cruce donde conectamos con el camino que sube de la urbanización de “Forest Hills”. En este punto, aprovechamos el paso de un corredor para hacernos la foto de grupo.

Seguimos por el desvío de la izquierda el camino principal, llegamos a una zona no arbolada, divisando una casa blanca sobre la loma y los restos del castillo a nuestra derecha.

Subimos el repecho y llegamos al castillo de El Nicio a las 13:30 horas. Momento para fotos y decidir en qué lugar nos sentamos, lo hacemos en la ladera sur con unas excelentes vistas a Estepona, que nos transportan a otros tiempos, día soleado y tranquilo para comer y relajarnos.

Después de reposar y aprovechar para intercambiar opiniones con los compañeros, iniciamos la vuelta a las 13:50 horas.

La marcha es rápida, ahora todo es bajada, con alguna que otra parada para beber y reagruparnos hasta llegar a la urbanización Forest Hills.

Continuamos por una pronunciada cuesta hasta el río Padrón. Antes de llegar al viaducto de la autopista, pasamos el río por una plataforma de hormigón hasta llegar a un descampado, donde seguimos a la izquierda caminando bajo el viaducto hasta llegar a un cruce donde tomamos una corta cuesta que acaba en un camino asfaltado, continuando a la izquierda hacia Estepona, llegando a la desembocadura del río la Cala y al aparcamiento donde dejamos los coches a las 16:00 horas.

Para finalizar la jornada, algunos compañeros nos sentamos en la terraza del restaurante La Gamba, situado al final del paseo marítimo, para terminar este día al calor de los últimos rayos solares, unos cafés y unos mojitos.


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   MAPA PUNTO DE CITA E INICIO DE LA RUTA
   Los aparcamientos en la avenida Litoral, cerca del colegio de San José, arroyo La Cala.

VÍSTA SATÉLITE
MAPA TOPOGRÁFICO

PERFIL DE ALTURA

PARTICIPANTES
De izquierda a derecha: Lola Criado, Isabel López, Ana María de Torres, Luisa María Cañizo, Jesús Díaz, Remedios Palop, Miguel Ángel Pernas, José Luis Jiménez, Pilar Villar, Margaret O´Connor, Martine Colombu, Rafael Rodríguez y José Luis Gil.

GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Lola Criado, Isabel López, Jesús Díaz, José Luis Gil y Rafael Rodríguez.)