domingo, 27 de abril de 2014

Recorrido desde El Chorro a las Mesas y Ardales


CRÓNICA: MIGUEL ALONSO
Este domingo participamos un grupo de 16 socios de nuestro club Los Pinsapos, en esta ruta organizada por la Delegación de Deportes del Ayuntamiento de Estepona y la Diputación de Málaga, trazado correspondiente a la Etapa 21 de la Gran Senda de Málaga (GR 249) de 16,5 kilómetros de recorrido.
De Estepona partimos en autobús un numeroso grupo compuesto por 48 senderistas residentes en Estepona, dirigidos por la técnica del ayuntamiento Ana Belén de los Ríos.
Nos dirigimos por la Autovía del Mediterráneo A-7 en sentido Málaga, desviándonos en la salida 185 para seguir por la carretera A-355 en sentido Ojén, continuando hacia Coín, Pizarra, Álora y Estación de El Chorro.
Antes de llegar a la Estación de Ferrocarril de El Chorro, lugar fijado en principio como punto de inicio, el autobús nos dejó (10:00 h) en una explanada situada en el kilómetro 11 de la carretera MA-5403, donde comenzaba la ruta, conducidos por los guías de la Federación Andaluza de Montañismo: José María Barbero y José Miguel Moreno, que nos fueron explicando, a lo largo del recorrido, las diferentes peculiaridades y anécdotas, según el lugar por el que pasábamos, mientras disfrutábamos del correspondiente resuello.
Después de una primera charla de José María en la explanada, comenzamos la andadura (10:15 h) del primer tramo de un recorrido en dirección nordeste suroeste, caracterizado por una primera subida de más de 375 metros de desnivel de 3 kilómetros de longitud. Caminábamos por una senda pedregosa, pasando por el Mirador de la Tubería, desde el que teníamos unas espléndidas vistas de la zona de la Estación de El Chorro y del río que discurría a sus pies; el famoso pico Huma (1.199 m) que dominaba el paisaje y al fondo el Desfiladero de los Gaitanes, destacando el famoso Caminito del Rey.
Seguimos subiendo pasando por el Tajo de Arenisca y después de unos metros de subida, al fin llegamos al Contraembalse de la Encantada (11:20 h).
Al cabo de un corto recorrido llegamos a un lugar donde una cadena (11:30 h) cruzaba el camino impidiendo el paso a los vehículos. Metros más adelante paramos de nuevo al pie de un pinar para tomarnos un refrigerio y reponer fuerzas.
Seguimos caminando atravesando el pinar, una zona donde el camino era más llevadero, hasta llegar a la altura de una tablilla (12:15 h) que indicaba GR-7 y marcaba a Ardales 6 horas.
En este punto entramos por una carretera asfaltada que descendía y que, a los pocos metros, nos acercó (12:30 h) a la altura de las escalinatas de entrada a las ruinas mozárabes de Bobastro, que datan del siglo IX, enclave de gran importancia histórica y arqueológica.
Al fin se decidió parar para comer (14:10 h) en una zona donde unos pinos nos prestaban su sombra.

La variedad del paisaje resultaba asombrosa a lo largo del recorrido ya que nuestro camino nos llevaba sobre sucesivas atalayas desde las que podíamos disfrutar de espléndidas vistas.

Continuamos caminando por zonas de almendros, con el fruto casi a punto de maduración, por una pista de tierra hacia la zona de Las Viñas, un perfil alomado, sin apenas vegetación, jalonado de construcciones agropecuarias y segundas viviendas situadas bajo el cónico Cerro de la Calinoria (565 m) de naturaleza calcárea, donde se encuentra la Cueva de Ardales.

Llegados a un punto de la pista de tierra por la que caminábamos, apareció a nuestra izquierda (14:50 h) tras un campo de almendros bajo nuestra vista y al pie de la Sierra de las Nieves el pueblo de Ardales punto final de nuestro recorrido.

Seguimos avanzando por un camino de hormigón en una fuerte bajada acercándonos poco a poco al pueblo que aparecía tras el puente de la carretera bajo el que seguimos hasta llegar al Restaurante El Cruce (16:30 h) donde nos esperaban Paqui y Manolo, que hicieron la ruta en sentido contrario al nuestro ya que se perdieron, y el autobús en el que regresamos a Estepona.

A Estepona llegamos después de un viaje entretenido en el autobús, con rifas de camisetas y una guía de senderos de la provincia, que sorteó Ana Belén y que le tocó a Margaret.

Espléndido día y con colofón ya que, nada más llegar al Bar Estadio, nos desplazamos en nuestros coches al Paseo Marítimo, donde en el Bar La Gamba nos invitaron a un refrescante mojito; Lola, Miguel Pernas y Rafa que días atrás cumplieron años.


                      VERSIÓN PARA IMPRIMIR

  
   RECORRIDO DESDE ESTEPONA A LA ESTACIÓN DE EL CHORRO, ARDALES


VISTA SATÉLITE RECORRIDO

MAPA TOPOGRÁFICO

PERFIL

GALERÍA FOTOGRÁFICA 
(Fotos: Lola Criado, Roque Jesús Gómez, Rafa Rodríguez y Miguel Alonso)



VÍDEO DEL RECORRIDO


VÍDEO RUINAS DE BOBASTRO



sábado, 19 de abril de 2014

Circular Pinsapar Sierra Bermeja y Los Reales

CRÓNICA: RAFAEL RODRÍGUEZ



Salimos del lugar habitual catorce compañeros, tres de ellos, Susana, Antonio y Luis que lo hacen por primera vez con nosotros, a las 9:20 horas en dirección a la carretera MA-8301 desde la avenida de Andalucía, hacia el pueblo serrano de Jubrique, llegando a la explanada de Peñas Blancas (975 m) tras haber recorrido 15 kilómetros  a las 9:50 horas. Hacemos una breve parada para decidir la ruta a tomar ya que el tiempo y el fuerte viento nos hacen dudar del camino a seguir.

Tras un breve dialogo decidimos hacer la ruta inicialmente planteada, por lo que continuamos por la carretera MA-8302 que, en bajada, conduce a Genalguacil. A un kilómetro nos encontramos, a la izquierda, con un rellano donde unas cadenas impiden el paso a los vehículos. Al llegar tuvimos algunas dificultades para aparcar ya que el lugar habitual estaba al completo. Una vez solucionado el aparcamiento, comenzamos nuestra caminata hacia el pinsapar a las 10:10 horas.  

La ruta
A unos metros del comienzo, continuamos por un sendero que sale a nuestra izquierda, dejando la pista que lleva al Monte del Duque. El sendero transcurre por un tupido bosque siempre en ascensión hacia el Paseo de los Pinsapos. Alguna que otra parada para contemplar el paisaje y los pinsapos hasta llegar a la Plazuela de los Pinsapos. Una vez reagrupados, tomamos algo de alimento y aprovechamos la presencia de un matrimonio senderista de Mérida, Marisa y Manolo, que muy gustosamente nos hacen las fotos de grupo y que deciden acompañarnos hasta el refugio Agustín Lozano.

Continuamos en subida por una senda que discurre por la cara norte del paraje conocido por Los Realillos o Reales Chicos (1.350 m), adentrándonos en el bosque de este famoso abeto español, árbol emblemático de nuestro club.

La ascensión se hace más dura, el grupo se estira y queda dividido en varias unidades. Alguna parada para esperar a los rezagados y asegurarnos del sendero correcto para continuar Después de recorrer unos 2 kilómetros en subida hasta el puerto de la Garganta del Algarrobo, conocido por Carril del Pinsapar, llegamos a la altura de Los Realillos donde hacemos una breve parada dado el viento y la niebla que hay. Nos reagruparnos e intercambiamos prendas de abrigo con aquellos compañeros que han sido menos precavidos, ya que al salir a la vertiente sur, el poniente azota con intensidad.

Entre una niebla, que espesa por momentos, nos dirigimos hacia el bosque que precede a las antenas de televisión y telefonía. Algunos pinos del bosque nos obsequian con lluvia horizontal (agua que precipita la niebla en los pinos) en el recorrido.

Coronamos Los Reales (1.452 m) sin poder disfrutar de una de las vistas más espectaculares de la Costa del Sol y los pueblos serranos desde Sierra Bermeja. Algunos compañeros subimos hasta el hito geográfico para hacer algunas fotos, mientras que el resto del grupo aprovecha para descansar resguardados tras las paredes de los transformadores.

Seguimos en bajada hacia el mirador de Salvador Guerrero. El grupo se disgrega en varias unidades aprovechando la comodidad de la pista por la que transitamos. La mayoría del grupo se dirige directamente al refugio Agustín Lozano (1.300 m), mientras que cinco compañeros continúan la ruta hasta el mirador salvador Guerrero para unirse a nosotros posteriormente.

Llegamos al refugio a las 13:05 horas. Se agradece el calor y los platos calientes que degustaron algunos compañeros: no había callos con garbanzos especialidad de la casa, pero los suplimos con caldo de cocido, potaje de verduras, plato de los montes (huevo,lomo,patatas y chorizo) y café e infusiones mientras que otros daban buena cuenta de sus bocadillos.

Recuperadas las fuerzas, iniciamos la marcha a las 15:30 horas dirigiéndonos carretera abajo unos 1.100 metros hasta el inicio del sendero que nos introduce de nuevo el pinsapar.

El Pinsapar
De una extensión de unas 1.236 hectáreas, está protegido desde 1989 por la Junta de Andalucía como Paraje Natural, está poblado por este árbol robusto, un tipo de abeto, (abies pinsapo), de hasta 30 metros de altura, de copa piramidal, variando su forma debido a la edad y a las adversidades sufridas, que presenta acículas (hojas puntiagudas) cortas, de 10 a 15 milímetros, gruesas y rígidas. Las piñas son cilíndricas situándose en la parte superior de la copa. Es una reliquia de un pasado glaciar que, en la actualidad, sólo tiene presencia en algunas sierras de Cádiz y Málaga.

Los pinsapos se encuentran en zonas altas, mezclados con un matorral de aulagas o piornos finos y madroños, como en el caso del vértice de Los Reales (1.450 m). En el ascenso, hemos  visto otras especies, tales como el pino o el alcornoque.

Tras llegar a La Plazoleta de Los Pinsapos, continuamos hacia el lugar donde tenemos aparcados los coches. El grupo se estira  de nuevo en varias unidades debido a los distintos ritmos de bajada, hasta llegar a los coches a las 16:30 horas dando por finalizado un precioso recorrido por nuestra Sierra Bermeja, una ruta que repetimos con frecuencia y que en estos días de Semana Santa en Andalucía hacemos a petición de algunos compañeros que todavía no conocen este bello paraje.

Llegamos al lugar de salida a las 17:20 horas, la mayoría de compañeros se despiden debido a sus ocupaciones personales, mientras que un pequeño grupo nos quedamos para tomar un café en el Bar Estadio.

Tiempo para intercambiar anécdotas del día, programar nuevas rutas y hablar sobre proyectos pendientes. En definitiva tiempo para relajarse con compañeros y amigos al calor de un buen café.

                   VERSIÓN PARA IMPRIMIR
  
   MAPA CON EL RECORRIDO DE ESTEPONA A PEÑAS BLANCAS


   VISTA SATÉLITE


   MAPA TOPOGRÁFICO

     PERFIL DE ALTURA


   PARTICIPANTES
   Los 14 participantes, de izquierda a derecha: Rafael Rodríguez, María del Mar Parrillo, Martine Colombu, Susana Yañez, Antonio Ruiz, Toñi Torrecilla, Violeta Montequín, Luis Clemente, Miguel Alonso, Manuel Muñoz, Francisco González, Margaret O'Connor, Lola Criado y Johan Setjo.

VÍDEO




GALERÍA FOTOGRÁFICA 
(Fotos: Miguel Alonso,Johan Setjo, Manuel Muñoz, Rafael Rodríguez)






sábado, 12 de abril de 2014

Recorrido desde Ojén a Juanar, Puerto Rico y Marbella


CRÓNICA: RAFAEL RODRÍGUEZ

A las 8:30 horas salimos del lugar habitual, Bar Estadio, en tres coches nueve compañeros, dos de los cuales, María del Mar y Juan Antonio lo hacen por primera vez. Nos dirigimos por la Autovía del Mediterráneo A-7 en sentido Málaga, desviándonos en la salida 185, hacia el Centro Comercial La Cañada, para seguir por la carretera A-355 hacia Ojén, recorriendo unos 37 kilómetros en unos 30 minutos. Previamente Margaret dejó su coche en el Arroyo la Represa, junto al cementerio de Marbella, lugar de llegada. 

Los demás nos dirigimos al punto de encuentro situado en el aparcamiento cercano al río Almadán de Ojén, junto a la gasolinera de Repsol. Allí nos espera Manuel y Martine. A las 9:20 horas llegaron Margaret y Miguel. Una vez preparados, iniamos la marcha a las 9:40 horas.

Esta excursión la realizamos en dos tramos diferenciados: el primero desde el pueblo de Ojén a los Llanos de Juanar y el segundo continuando en bajada desde el mirador del Macho Montés, por Puerto Rico, finalizando en las cercanías del cementerio nuevo de Marbella.

PRIMER TRAMO: Desde el pueblo de Ojén a los Llanos de Juanar y Mirador del Macho Montés.

Comenzamos junto a un panel indicador, donde se inicia el sendero subiendo una escalinata, entre unas casitas bajas, para continuar hacia la casa del Cerezal, antigua vivienda forestal. Después de unos mil metros de recorrido, llegamos a una bifurcación en la que tomamos el camino de la izquierda que nos condujo, traspasando una cancela de hierro, al Parque Botánico El Cerezal, espacio catalogado como Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo, momento que aprovechamos para hacer algunas fotos. Lugar con una gran variedad de vegetación: palmitos, lentiscos, acebuches y algarrobos, especies originales características del encinar que coexisten junto al pinar.

Tras cruzar el parque, tomamos un sendero a nuestra izquierda que nos introdujo en un túnel que discurría bajo la carretera. Desde aquí iniciamos la subida hacia los Llanos de Juanar por un sendero que al principio discurría pegado al cauce de un torrente seco (arroyo Almadán), para finalmente irnos distanciando de él. A lo largo del recorrido vimos masas de alcornocales centenarios junto con pinares, lentiscales, acebuchales y una verde y frondosa vegetación, debido a la humedad que aportan la cañada y el propio arroyo.

El camino, una de las partes más agradables del itinerario, va cogiendo altura entrando en una zona de pinar con suelo arenoso. Algunas paradas para tomar aire y contemplar unas impresionantes vistas de las montañas que nos rodean: las sierras Blanca y Canucha que forman un único conjunto dentro de la unidad blanca, pero orográficamente se pueden partir en dos macizos montañosos. 

En Sierra Blanca nos encontramos la mayor altura de las dos sierras: el Cerro Lastonar (1.275 m) y siguiendo la arista al suroeste, tenemos la Sierra de Marbella con el conocido pico de la Concha (1.215 m). Hacia el nordeste y en la misma cuerda, las lomas que franquean el Salto del Lobo (1.221 m) y la Cruz de Juanar (1.181 m). Fuera de esta arista y al este, el Cerro del Puerto de Marbella (1.087 m) y más al este el Cerro Nicolás (1028 m).

El itinerario era muy entretenido y fácil, aunque en ascenso constante. En algunos tramos, nos detuvimos para ver la costa y el pueblo de Marbella. Hacia arriba y a la derecha el Cerro Nicolás nos servía de orientación hasta nuestra meta, los Llanos de Juanar, fin de la primera parte de la ruta, cuando llegamos a un poste de señalización, donde nuestro camino se unía al carril del olivar de Juanar, donde paramos para descansar, refrescarnos, tomar algo de alimento y hacer algunas fotos aprovechando la presencia de otros senderistas.

Dado que aún era temprano, decidimos acercarnos al Mirador del Corzo, que se encontrába a unos 500 metros de nuestra posición. Lola y Ana decidieron esperar mientras que los demás nos acercamos a contemplar unas impresionante vistas de la costa y del recorrido de subida. Algunas fotos y volvimos sobre nuestros pasos en dirección al Refugio del Juanar. 

Algunos aprovechamos para tomarnos alguna cerveza y refrescos, mientras otros compañeros disfrutaban de las sombras que proporcionaba el bosque. Una vez refrescados, salimos y comimos junto a ellos. Tiempo para algún que otro chiste y anécdota que nos ayudó a relajarnos en este maravilloso entorno.

Iniciamos de nuevo la marcha a las 14:45 horas en dirección al Mirador del Macho Montés, antes de iniciar el segundo tramo de la excursión.

SEGUNDO TRAMO: Desde el mirador del Macho Montés, bajada por Puerto Rico al cementerio nuevo de Marbella.

Desde el mirador, teníamos una impresionante vista panorámica de Marbella y de la costa, así como del camino que recorreríamos en bajada por el Puerto de Marbella pasando por una zona arenosa con impresionantes vistas de las montañas que nos acompañaban: a nuestra izquierda la Loma Pierna del Caballo y a nuestra derecha la Loma de la Gaceta. Aprovechando la presencia de otros senderistas nos hicimos la foto de grupo.

Comenzado el descenso, el camino discurría por una pequeña loma, cerca del arroyo de Puerto Rico, atravesando una zona que parecía un jardín, dada la cantidad de plantas y flores que flanqueaban el camino. La bajada fué rápida, con algunas paradas para hidratarnos y esperar a los más rezagados. Llegamos a Puerto Rico Alto, una encrucijada de senderos que nos señalanan unas tablillas en un poste (Juanar, Puerto Las Pitas, Casa del Pinar y Marbella). Más abajo, una casa abandonada y, tras pasar un pinar, continuamos hasta llegar junto a una tubería que lleva el agua a Marbella, desde el manantial de Puerto Rico, que pasamos por una senda que serpenteaba a la izquierda de este tubo.

A lo largo del camino, siempre en bajada, las marcas del sendero blanco y amarillo, que indican pequeño recorrido (PR), nos señalan la ruta en las rocas y alguna que otra marca de pintura roja en el suelo. El sendero alternaba zonas de arenisca con otras de piedras y grava suelta, que hacían que más de uno sufriera resbalones sin mayor importancia. Así hasta llegar a Puerto Rico Bajo, dejando a nuestra espalda el pico de la Cruz de Juanar, al fondo, caminando bajo una impresionante pared de roca caliza con varias oquedades o cuevas, usadas por los pobladores prehistóricos y en las que encontramos algunos escaladores que con sus gritos perturban la tranquilidad de la tarde.

Finalmente llegamos a una pista que nos condujo a la altura de una cadena, lugar donde dejamos aparcado el coche de Margaret por la mañana. Margaret acercó a los conductores hasta Ojén, mientras que el resto de compañeros se dirigieron, unos metros más abajo, hasta el Restaurante Nueva Kaskada donde nos esperaron. 

Ya todos juntos pudimos disfrutar de unos momentos de relax, conversación y de las atenciones y amabilidad, tanto del personal, como del dueño del restaurante EWALD FICHTHALER que nos saludó y animó a que volviésemos para degustar la amplia y variada carta. 

Entre refresco y refresco; entrantes a base de pimientos asados y aceitunas troceadas; copa de ensalada malagueña con patata, naranja y trozos de bacalao y tarta de chocolate con nata,... todo riquísimo y un excelente colofón a un día largo y a ratos cansado, del que seguro, hemos disfrutado todos.
  
                  VERSIÓN PARA IMPRIMIR
 
   RECORRIDO POR CARRETERA DESDE ESTEPONA A OJÉN

  VISTA SATÉLITE
  
  MAPA TOPOGRÁFICO

   PERFIL DE ALTURA

   PARTICIPANTES
De izquierda a derecha: Miguel Alonso, María del Mar Parrillo, Sofía Mateos, Martine Colombu, Margaret O´Connor, Lola Criado, Ana Ortíz, José Luís Jiménez, Manuel Muñoz, Juan Antonio Fernández y Rafael Rodríguez.

GALERÍA FOTOGRÁFICA (Incompleta)
(Fotos:Rafael Rodríguez )

   

sábado, 5 de abril de 2014

Circular por la Sierra de San Bartolomé y Monte Betis

CRÓNICA: RAFAEL RODRÍGUEZ

Salimos de Estepona dieciocho compañeros a las 8:15 horas y nos desplazamos por la autovía A-7 en sentido Cádiz, continuando por la N-340. Pasado Tarifa, a unos 10 kilómetros, llegamos al cruce que encontramos en el kilómetro 72, seguiendo la señalización que nos indicaba, a la izquierda, hacia Bolonia por la carretera CA-8202. Subimos un corto puerto, de unos 2 kilómetros que nos llevó a la venta El Tropezón, lugar donde aparcamos los coches. Mientras esperábamos a Ana Gutiérrez que venía más retrasada, algunos compañeros aprovecharon para tomar un café y entrar al baño.

La ruta por la sierra

Comenzamos la ruta por un camino asfaltado en dirección sureste, hacia el poblado denominado Betis. A unos pocos metros nos encontramos las primeras tumbas antropomorfas de época altomedieval (siglos VI al X) excavadas en la piedra. Después nos desviamos de la carretera, en dirección norte, bajando la ladera para observar otro conjunto de tumbas de distintos tamaños y orientación a las anteriores.

Volvimos a la carretera para tomar un desvío a la derecha que ascendía en sentido sur bordeando la zona de escalada “Tajo del Búo”, que vamos dejando a nuestra derecha, mosaicos de piedras y formaciones rocosas singulares que le dan el nombre popular a toda la zona, “Mosaico,” con una belleza peculiar de las placas que nos recuerda a las piezas de un gigantesco puzzle. Llaman la atención las extrañas burbujas de arcilla que la erosión ha descarnado, dejando en la pared oquedades circulares casi perfectas que nos acompañan en la ascensión hacia una zona boscosa de eucaliptos que se mezclan con los autóctonos lentiscos, palmitos y coscojas.

Según vamos ascendiendo hacemos algunas que otras paradas para tomar aire, hacer fotos y volver la vista atrás contemplando las playas de Valdevaquero y de Los Lances.



Seguimos en subida hacia el oeste, llegando a la parte más alta, tras pasar una valla de contención del ganado. No tuvímos demasiada suerte y solo pudimos divisar el paisaje a intervalos debido a la niebla. Fotos y espléndidas vistas de la Ensenada de Bolonia: la Punta Camarinal al fondo, con su faro guía y la Sierra de la Plata o Silla del Papa a la derecha. Nos desplazamos en dirección este para terminar de ver las formaciones rocosas que colgaban hacia el precipicio y recorrer la parte más alta de la sierra (331 m).

Volvimos sobre nuestros pasos hacia el sur, buscando la puerta-angarilla que nos daba paso al camino de bajada, conocido por el nombre de “Ruta de Ignacio Morales”. Transitamos por un bosque de pinos acompañados por el vuelo majestuoso de los buitres leonados que anidaban en las oquedades de las rocas.


Llegados a la zona baja nos desviamos unos metros del sendero para ver un claro del bosque, momento que aprovechamos para hacenos la foto de rigor.

Continuamos el descenso, ya por una pista más comoda, dentro del bosque de pinos reales. LLegamos a un cruce, el ganado nos hace desviarnos a la izquierda abandonando la senda por la que deberíamos haber perimetrado el contorno de la sierra. Descendemos en sentido sur por un terreno que alterna zonas encharcadas con zonas secas. Abandonamos el bosque de pinos transitando por prados verdes a los pies de la montaña. 

Tras pasar una vaya de ganado llegamos a la carretera que une la pedanía de El Chaparral con la Venta El Tropezón, donde tenemos aparcados los coches.

El día comenzó a abrir ofreciéndonos, en este tramo de carretera hacia los coches, unas espectaculares vistas tanto a derecha, Sierra de San Bartolomé como a izquierda Bahía de Bolonia.

Llegamos al lugar de salida a las 15:05 horas y tras refrescarnos y distribuirnos de nuevo en los coches, algunos compañeros se marcharon y otros decidimos bajar hasta Bolonia aprovechando la mejoría del día. Tiempo para relajarnos, disfrutar del sol, las vistas, comentar anécdotas de la ruta y saborear unas cervezas con atún encebollado y ortiguitas en el Restaurante Otero a pie de las ruinas.


Paseo por el entorno de Baelo Claudia

Una vez repuestos, bajamos a la playa y nos dirigimos, bordeando las ruinas de la ciudad de Baelo Claudia, hacia la duna de levante, en la Sierra de La Plata. Un paseo muy relajante y con unas vistas preciosas. Transcurre por la parte más alta de la playa, junto al pinar y las dunas, estando balizado de madera con algunos puentes en los arroyos que descienden de la sierra, para acabar en un mirador frente a la duna. Tiempo para fotos y lectura de los paneles informativos sobre las especies de flora y fauna del lugar así como de las características de la formación de esta duna.

Volvímos hacia el aparcamiento para dirigirnos hacia Estepona con una breve parada en el mirador del Puerto del Cabrito para aprovechar las impresionantes vistas del Estrecho de Gibraltar, monte Moussa, Hacho, Ceuta y hacernos algunas fotos.

Llegamos al lugar de salida a las 19:45 horas, dando por teminado un excelente día que sin duda ha servido para cargarnos las pilas a todos.

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 MAPA RECORRIDO 86,81 km en 1:30 horas DE ESTEPONA A BETIS-TARIFA

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VISTA SATÉLITE


  
MAPA TOPOGRÁFICO 

  
PERFIL DE ALTURA


   PARTICIPANTES

De izquierda a derecha: Rafael Rodríguez, José Antonio Quirós, Roque Jesús Gómez, Manuel Muñoz, Miguel Ángel Pernas, Pepi González, Chari León, Charo García, Margaret O´Connor, Martine Colombu, Lucía Gómez, Ana Gutiérrez, Isabel López, Paquita Naranjo, Miguel Alonso, Javier Duarte, Rosa María Martín, Lorraine Viaga y Juan Carlos Viaga.

GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: José Antonio Quirós, Roque Jesús Gómez, Isabel López, Rafa Rodríguez y Miguel Alonso)