sábado, 29 de septiembre de 2012

Del Paseo de Los Pinsapos al Charco Azul

 ANULADA DEBIDO A LA LLUVIA 

Iniciaremos el recorrido por el sendero que conduce al Paseo de los Pinsapos, adentrándonos en un bosque de pinsapos o abeto español, autentica joya de la naturaleza, y al cabo de un corto recorrido llegaremos a la Plazuela de los Pinsapos, lugar donde haremos una breve parada para hacernos unas fotos y tomarnos un poco de resuello, pudiendo observar un mosaico instalado en el lugar con una poesía alegórica al árbol, perteneciente a Federico García Lorca, poeta granadino fusilado por los golpistas en la pasada Guerra Civil Española de 1936-39.

Desde este lugar transitaremos en subida, rodeados de pinsapos, por una senda que discurre por la cara norte del paraje conocido por Los Realillos o Reales Chicos (1.350 m), perteneciente al término municipal del cercano pueblo de Genalguacil.

Una vez en Los Realillos crestearemos en dirección al pinsapar de Genalguacil, cruzándolo en busca de una senda que, en descenso, llega a la altura de la fuente de La Portezuela, donde anteriormente habremos dejado un coche con el que se subirá, al inicio de la ruta a pie, para recoger los coches y regresar para recoger al resto de compañeros que nos esperan. Seguidamente nos dirigiremos hacia Genalguacil y antes de llegar a este pueblo, aparcaremos los coches para continuar a pie por un sendero en bajada hasta el Charco Azul.

El Charco Azul
El camino discurre a través de la vegetación predominante en esta zona: helechos, cardos borriqueros, ardivieja, palmitos, lentiscos y retamas, recorriendo 1,5 km hasta llegar al arroyo de Los Quejigos que cuenta con una poza de aguas cristalinas llamada Charco Azul, nombre que deviene de la transparencia de las aguas que caen en cascadas al charco por entre las rocas que lo rodean, donde podremos bañarnos. Este arroyo se une más abajo con otros en el río Almarchal, uno de los afluentes del Genal, río que da nombre al valle del mismo nombre, una subcomarca dentro de la Serranía de Ronda de la que forman parte Genalguacil y Jubrique por cuyos términos discurre nuestra ruta. A lo largo del Almarchal, la vegetación está compuesta por adelfas, juncos, aulagas, romero, jaras…
   
   En la Plazuela de los Pinsapos, encrucijada de senderos hacia el Paseo de los Pinsapos y a la derecha el sendero de subida a los Realillos.
   

   Mosaico de azulejos con un poema de Federico García Lorca dedicado a los árboles.


   Caminando entre pinos por el sendero que nos conduce al pico de Los Reales.

   El pinsapar, visto desde el sendero y al fondo las antenas situadas en el pico de Los Reales (1.449 m).

   Impresionante vista desde Los Reales y al frente los pueblos blancos del Valle del Genal.

                 La cascada que vierte sus aguas en el “Charco azul”.





sábado, 22 de septiembre de 2012

Recorrido por el río de los Caballos


CRÓNICA: MIGUEL ALONSO

El sábado 22 de septiembre realizamos una corta excursión por el río de Los Caballos, desde el pueblo de Tolox, situado en un bello paraje enclavado en el Parque Natural Sierra de las Nieves, uno de los espacios naturales más significativos de la provincia de Málaga, entre el Puerto de los Pilones y el Pico de la Torrecilla, donde se halla un bosque de quejigos centenarios adaptados a las duras condiciones climáticas de la zona, bajo una atmósfera pura y poco contaminada.

De Estepona partímos (8:50 h) un grupo de 13 compañeros por la autovía del Mediterráneo, en sentido Málaga, desviándonos en la salida 185 para dirigirnos, por la carretera A-355 que pasa cerca del Centro Comercial La Cañada de Marbella, sobrepasando Ojén y continuando hacia Monda, Guaro y finalmente llegar a Tolox (9:50 h) en donde nos esperaban otros seis: José Carlos Rivas, Julio Sierra, Jesús González, Isabel Naranjo, Juan de Dios Cabezas y su hijo Juan de Dios.

En este pueblo desayunamos emprendiendo seguidamente la marcha un total de 19 compañeros hacia el Balneario de Tolox, desde donde comenzaba nuestra ruta (10:45 h) siguiendo un sendero que partía a la izquierda del balneario y continuaba, remontando el cauce por la margen izquierda del río Los Caballos, hacia la poza conocida por “Charco de La Virgen”.

El recorrido
Era corto (nuestro GPS registró 8,6 kilómetros entre ida y vuelta), por un camino con subidas y bajadas, cruzando el río en varias ocasiones y disfrutando de magníficas vistas de la Sierra de Tolox. El sendero, que ha sido balizado recientemente y arreglado en parte discurría, en un principio, por la linde a unas fincas de naranjos, regadas por el agua de una acequia cercana que alimentaba el escaso caudal del río debido a la sequía.

Según avanzábamos, observamos los lugares donde, en años pasados, había varios saltos de agua y pozas para bañarse y que en esta ocasión, por el poco caudal que llevaba el río, no había rastro de ellas. El entorno estaba compuesto por un bosque de quejigos, pinos y algunos eucaliptos. Sobre nuestras cabezas, la sierra desafiante tapizada por el verde de la arboleda.  

Al fin llegamos al “Charco de La Virgen” (11:55 h) donde una cascada de agua, producida al confluir, río arriba, los caudales procedentes de los barrancos de la Rejía y Horcajuelos, vertía su escaso caudal desde unos 15 metros de altura. El espacio circundante a la poza estaba ocupado por un grupo de senderistas de un club de Málaga, con los que entablamos conversación contándonos nuestras experiencias senderistas. Estos abandonaron pronto el lugar, dejándonos más espacio para desenvolvernos en el sitio en donde, además de comer, algunos se diron unos baños en la poza disfrutando de sus frescas y cristalinas aguas.

Finalmente emprendimos el regreso (14:35 h) por el mismo camino que a la ida, en paralelo al río de los Caballos, hasta llegar al balneario (15:30 h) en donde nos reagrupamos, emprendiendo el regreso al pueblo en donde parámos en la calle Encina a tomarnos unas cervezas y zumos con unas tapas en el “Restaurante-Cafetería La Alberca” (16:10 h), que dispone de una gran terraza con espléndidas vistas a la sierra de Tolox.

Pasadas las 5 de la tarde, emprendimos el regreso a Estepona despidiéndonos de los compañeros que venían de Málaga.

Bonito día que transcurrió con gran compañerismo, como siempre, dispuestos a seguir saliendo los sábados a recorrer y disfrutar de los espacios naturales que nos brinda el sur de nuestra querida Andalucía.

Hasta otra.



   Mapa del recorrido que haremos (70,8 km en 1:30 h) por carretera desde Estepona a Tolox.


   Grupo de participantes en la excursión al río de Los Caballos en Tolox: de izquierda a derecha, en primera línea: Juan de Dios Cabezas Jiménez, José María García de la Nava, José María Martín, Juan de Dios Cabezas Ocaña, Ignacio Pérez de Vargas, Ana Ortiz, Isabel Naranjo, Pepi González, Gisela Torandell, Miguel Alonso. En segunda línea: Robert B. Sinnock, Gabriel Guerrero, María Dolores García, Guadalupe Ortiz, Margaret O'Connor, Juan Manuel Cappella. No salen en la fotografía; José Carlos Rivas, Julio Sierra y Jesús González.

  
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sábado, 15 de septiembre de 2012

Recorrido por Los Cahorros del río Monachil

CRÓNICA: MIGUEL ALONSO
El viernes día 14 de septiembre salimos de Estepona, pasadas las 8 de la tarde, emprendiendo el recorrido por la Autovía del Mediterráneo A-7 en sentido Málaga-Almería, continuando por la carretera A-92 M siguiendo las indicaciones hacia Granada. Al cabo de unos 193 km de recorrido desde Estepona, nos desviamos en la salida 221, para parar en la gasolinera “Petrobed Promociones” del pueblo de Láchar (22:25 h), donde nos esperaban: Margaret, Pepi, Charo, Gisela, Juan Manuel y Carlos.

Agrupados todos, continuamos en los coches hacia Valderrubio, lugar donde nuestro compañero Ricardo Comino nos ofreció pasar las noches del viernes y sábado en su cortijo situado en las afueras del pueblo.


Una vez acomodados (23:15 h), nos dirigimos al centro del pueblo buscando un lugar donde cenar. Pero dada la hora, pasaba la media noche, y cuando ya estábamos resignados a no poder cumplir nuestro deseo, Ricardo se acercó a la sede local del Partido Comunista de Andalucía, que sí estaba abierto y en donde nos atendieron estupendamente. Unos comimos unos bocadillos de lomo; otros de queso y otros ensaladas, todo ello regado con “tinto de verano”, cervezas o zumos que nos supieron buenísimos.

Bien pasada la una de la madrugada, regresamos al cortijo satifechos y dispuestos a pasar la noche y descansar para emprender al día siguiente la excursión a los Cahorros del río Monachil.

En la mañana del sábado día 15 (8:50 h), nos dirigimos hacia Granada parando en una gasolinera cercana al Centro Comercial Neptuno, en la prolongación de la calle de Recogidas, donde habíamos quedado con Maria del Carmen Sierra, antigua amiga de mi primera juventud en Granada y con los compañeros Ignacio Pérez de Vargas y su amigo Paco González, seguimos hacia el granadino pueblo serrano de Monachil donde realizaríanos la excursión.

El pueblo de Monachil
Está situado a tan sólo 8 kilómetros hacia el sureste de Granada, en la parte del centrosur de la comarca de la Vega de Granada. Es aquí donde están Los Cahorros, una zona de alucinantes paisajes, ideal para hacer senderismo o practicar escalada. Resulta increíble que este lugar esté a 15 minutos en coche desde la ciudad de la Alhambra, apareciendo uno, en tan escasos minutos, en un lugar completamente distinto, en donde la paz y tranquilidad se imponen.

Una vez llegados a la era de los Portachuelos, en las afueras del publo, bonito mirador con unas espléndidas vistas, acondicionada para aparcamiento y dado que estaba cerrada la venta cercana, donde pensábamos desayunar, tuvimos que regresar de nuevo al pueblo donde si pudimos hacerlo en un bar situado en una bonita plaza cercana al río (10:00 h), emprendiendo posteriormente la subida a los aparcamientos donde nos esperaban, Gisela, Juan Manuel y Carlos, comenzando seguidamente nuestra ruta por un camino de tierra que dicurría bajo dicho mirador.

La ruta por los Cahorros del río Monachil
El río Monachil nace en Sierra Nevada, en la falda occidental del pico Veleta, en la zona de Borreguiles Altos, cerca de la estación de esquí de Pradollano y desemboca en el río Genil al oeste de Granada.

El sendero discurriría, en su mayor parte, paralelo al cauce del río Monachil entre acequias, paredes verticales y puentes colgantes, para luego salir del cañón a monte abierto hasta llegar a la antigua Central Hidroeléctrica de La Vega.

Dejamos los coches en la era de los Portachuelos, bonito mirador con unas espléndidas vistas, acondicionada para aparcamiento. Unos metros antes se encuentra el inicio del recorrido, junto a un panel que nos daba una serie de recomendaciones a tener presentes a lo largo del recorrido.

Comenzámos la ruta por un camino, dejando a nuestra izquierda otro panel con un plano donde se reflejaba la ruta a seguir. El primer tramo discurría entre huertos y frutales, dejando a nuestra izquierda un restaurante y continuando por el camino de la derecha paralelo a una acequia. El camino nos llevó a un cruce donde un panel nos indicaba las dos opciones a seguir: un grupo optamos por subir por el de la izquierda hacia los Cahorros Altos y el otro hacia los Cahorros Bajos por el de la derecha, agrupándonos después en el “Puente colgante de Los Cahorros”.

El recorrido hacia Los Cahorros Altos se hacía subiéndo por un sendero escalonado, desde el que comenzamos a avistar, al fondo, el cañón que forma el río Monachil, llegando a una meseta donde están situadas las eras de los Renegrales, desde donde se divisaba perfectamente el encajonamiento del río y la verticalidad de sus paredes. A la izquierda pudimos ver, en el cerrillo, el camino a media ladera por el que bajaríamos al regreso.

Bajando a la otra era y al otro lado, contemplamos el pico del Castillejo (1.236 m), continuando el recorrido por el sendero que va adentrándose en el desfiladero, bajando hacia el río por una escalinata tallada en la roca, para pasar posteriormente por las ruinas de la antigua casa del guarda de la central eléctrica. Junto a las ruinas encontramos otro cartel indicador con una serie de advertencias que hay que tener muy en cuenta antes de cruzar el puente colgante de los Cahorros, de 63 metros de longitud y unos 100 años de antigüedad, aunque reformado posteriormente.

Desde el puente pudimos ver la cascada que brotaba del muro de hormigón que sirvió de presa para el canal de una antigua central eléctrica. Una vez pasado el puente que salva el Monachil, el camino bajaba hasta los desfiladeros del río donde se han trazado numerosas vías de escalada en sus paredes.

Caminamos sobre un petril hormigonado, a modo de vereda, que cubre una conducción de agua potable entre paredes de más de 30 metros de altura. En algunos puntos había colocados unos agarres para poder avanzar sin peligro. En otros tramos había que pasar agachados.

Pasado el túnel de las Palomas o cueva de las Palomas, formado por la erosión fluvial, salimos al paraje de las Hazuelas, también llamado Cerro de las Uvas, por la abundancia de viñas que hubo tiempo atrás. Al fondo vimos el Tajo de la Sabina.

Al fin llegamos a la altura del puente y galería de las Hazuelas, continuando hacia adelante siguiendo el curso del río Monachil, caminando por la vertiente norte del Tajo del Contadero. Al otro lado del río se encontraba el Tajo del Cibrinalejo, el Peñón Negro y el Tajo de la Campana y al otro lado un sendero que conectaría con el camino de la Solana, entre otros.

Hacia la Central de la Vega
Llegados a un cruce, en donde se nos indicaba la dirección hacia la “Central de la Vega” y “Central de Diechar”, continuamos pasando por el Nacimiento de las Chorreras, que forma parte de la red de abastecimiento de agua potable a Monachil, dejando las instalaciones de la vieja presa y a la izquierda una pista que nos llevaría al barranco de las Revueltillas y al camino de la Solana, llegando a la Central Hidroeléctrica de La Vega punto final de nuestro recorrido.

Empredimos el regreso por el mismo camino, volviendo a entrar en el desfiladero de los Cahorros hasta llegar de nuevo al “Puente colgante de los Cahorros”. En este lugar nos fuimos reagrupando para comer y algunos darse un baño bajo la cascada. Posteriormente continuamos el camino de regreso saliendo del desfiladero y siguiendo, unos a la izquierda, para descender hacia los Cahorros Bajos por un camino de escalinatas con barandas de madera, pasando por varios puentes colgantes hasta llegar al aparcamiento de la era de los Portachuelos. Otro grupo continuamos el recorrido, saliendo del desfiladero paralelos al curso de una acequia y una barandilla de madera, hasta llegar de nuevo al cruce donde al comienzo subimos hacia los Cahorros Altos, desandando el recorrido que hicimos al comienzo y dirigiéndonos también al aparcamiento de la era de los Portachuelos donde nos reunimos los dos grupos.

Finalizada la ruta, regresamos a Granada para dejar a María del Carmen Sierra, de la que nos despedimos, e Ignacio y Paco que estaban alojados en un hotel de Granada junto con sus esposas Pura y Lucía. El resto continuamos hacia Valderrubio (19:10 h) para dejar a Ricardo, ya que tenía un encuentro familiar y nosotros para asearnos y tomar un corto descanso, emprendiendo posteriormente el regreso a Granada para hacer una ruta nocturna por el viejo barrio del Albaicín.

Ruta nocturna por el Albaicín y tapeo en Granada
Dado que era la "Ofrenda Floral" a la Virgen de las Angustias (patrona de Granada, cuya fiesta se celebra el último domigo de septiembre), motivo que ignorábamos, tuvimos que cambiar nuestro plan para acceder al Albaicín, ya que habían interrumpido el paso de los autobuses de las líneas 7 o F por la parada donde habíamos quedado citados, situada en la Acera del Darro cercana de la fachada posterior de "El Corte Inglés" (20:00 h). Al final tuvimos que coger unos taxi en la Plaza Nueva para acceder, por la carretera de Murcia, hasta el El Mirador de San Cristóbal al que llegamos a las 21:00 h, iniciando desde este lugar un recorrido por las raíces moriscas del viejo Albaicín.

Desde este mirador, al oeste de la ciudadela del Albaicín (Patrimonio de la Humanidad), se contemplaba, al frente, la muralla defensiva construida por los Reyes Ziríes en el siglo XI para proteger su fortaleza, que se extiende por la vertiente occidental, teniendo al fondo las torres y palacios de la Alhambra, destacando la famosa Torre vigía de la Vela, la más alta de la Alcazaba, a cuyos pies hay un panel donde figuran los famosos versos de Francisco de Icaza: “Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada, como la pena de ser ciego en granada”.

De este a oeste se contemplaba, a los pies del mirador, la ciudad de Granada y al fondo los pueblecitos de la vega con sus tintineantes luces, detacando a la derecha el único campanario de la Catedral, uno de los edificios clave de la arquitectura española, que se asienta sobre la antigua gran Mezquita nazarí de Granada.

El recorrido continuó por las callejuelas del barrio, comenzando el tapeo cerca de la Plaza Larga del Albaicín alto, en el bar “Casa Torcuato” (21:20 h) continuando el recorrido hasta el famoso Mirador de San Nicolás, un disfrute para los sentidos, desde donde contemplamos a nuestro frente, al otro lado del río Darro, la colinas de la Alhambra con sus torres, murallas y palacios iluminados. Ante tanta belleza, vinieron a mi mente los versos del poeta Ibn Zamrak o Ibn Zumruk (Granada, 1333 - 1394) que decían: "¡Cuánto recreo para los ojos! Mírame, visitante. Conocerás mi ser si miras mi hermosura".

Seguimos la ruta de “Granada de tapas”, uno de los principales atractivos gastronómicos del lugar, hasta llegar a la ciudad parando en el famoso Restaurante Sevilla (23:30 h), el más antiguo de la capital, situado en la Alcaicería (antiguo mercado árabe de la seda) junto a La Capilla Real y El Palacio de la Madraza (primera Universidad del mundo) donde tomamos el refrescante “tinto de verano” unos, cervezas otros y todo ello acompañado con unas riquísimas tapas de fritura de bacalao con queso y la famosa tortilla del Sacro Monte, típico plato del barrio gitano del Sacromonte, elaborada con sesos de carnero o de ternero que suele llevar también pequeñitos trozos de nueces, guisantes y pan rallado. Algunas recetas incluyen pedacitos del jamón de Trevélez (pueblo situado en Sierra Nevada), papas y chorizo.

Finalmente nos dirigimos hacia la céntrica calle Real, donde nos tomamos unos helados, tras lo cual nos despedimos de Pura, Lucía, Paco e Ignacio, dirigiéndonos el resto al cortijo de Valderrubio donde pasamos la noche del sábado al domingo.

El domingo nos levantamos tarde, y después del desayuno con café y tostadas con aceite en el Restaurante Los Olivos de Valderrubio (10:30 h), emprendimos el regreso a Estepona, contentos y cansados, después de un maravilloso fin de semana en tierras granadinas.

   Mapa del recorrido por carretera (de 193 km en 2:00 h) desde Estepona a Valderrubio.


   Mapa del recorrido por carretera (de 38,2 km en 0:45 h) desde Valderrubio a Monachil.


   Mapa de la ruta marcada en trazo rojo.


Parte del grupo de 18 participantes en la excursión a los Cahorros del río Monachil. De izquierda a derecha, agachados: Gisela Torandel y Javier Duarte. De pie, en primera fila: Guadalupe Ortiz, Juan Manuel Cappella, Pepi González, Ignacio Pérez de Vargas, María del Carmen Sierra, Margaret O'Connor, María Fernández y Miguel Alonso. Detrás, en segunda fila: Ricardo Comino, Charo García, Francisco, Robert B. Sinnock, Ana Ortiz García y Marja Bolscher. Faltan Carlos de Lara y José María Martín que hace la foto. 


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sábado, 8 de septiembre de 2012

Recorrido desde Punta Chullera a Estepona


CRÓNICA: MIGUEL ALONSO

El sábado día 8 de septiembre realizamos una excursión algo diferente a las que anteriormente habíamos hecho. Esta consistía en hacer un primer itinerario en el autobús de línea de la empresa Portillo, que lleva a Algeciras, para bajarnos, al cabo de 18 kilómetros, en la parada de San Diego, desde donde tras cruzar al otro lado de la carretera comenzaría nuestra ruta por las playas.

En la estación de autobuses de Estepona nos fuimos reuniendo los participantes que fueron llegando puntualmente: Mari Carmen, Reme, Eva y Paco, antiguos compañeros que venían de Málaga; José Antonio Quirós, que venía, en lugar de con su esposa Marisa, con su sobrino Alejandro Izquierdo; Margaret O’ Connor con su amiga Claudia Haare; José Luis Jiménez (socio de GRUME), Carlos de Lara, Chema Martín, Lupe Ortiz, Sofía Mateos, Javier Duarte, María Fernández, María Lozano, Ana Ortiz y Miguel Alonso que escribe esta crónica.

Salimos a la hora establecida, las 10:15, de la estación de Estepona, dirigiéndonos por la Autovía del Mediterráneo A-7 en sentido Algeciras. Al cabo de unos 34 minutos llegamos a la parada de San Diego (km 137,5) distante 18 kilómetros de Estepona, donde nos bajamos, emprendiendo seguidamente un corto recorrido a pie, de unos metros por la carretera, hasta un desvío que salía a la derecha.

Nada más iniciar el recorrido, tomamos un camino a la izquierda que, en bajada, nos condujo a un paso inferior que discurría bajo la carretera (túnel). Tras pasarlo, accedimos a una pequeña playa desde la que iniciamos el recorrido hacia la izquierda, hasta toparnos con una escalera de madera por la que subimos y que nos condujo a un camino de tierra que, continuándolo todo recto, nos llevaría a la playa de Punta Chullera.

Al fin llegamos al chiringuito “Sal y Sol” (11:10 h), donde nos estaban esperándo tres nuevos senderistas: Núria, junto a sus padres Charo y Manolo con los que conformamos un grupo de 21 caminantes.

El recorrido por la costa
Una vez reagrupados continuamos el camino que salía justo detrás del chiringuito “Sal y Sol” de Playa Chullera, siguiendo una senda con escalinatas que discurría por la parte superior de las rocas y que nos daba acceso a la siguiente playa. A partir de aquí, todo nuestro recorrido discurrió por la arena, a lo largo de unos 16 kilómetros, caminando a través de varias playas: Punta Paloma, Martagima, La Duquesa/El Castillo, Sabinillas, Casares Costa, Brisamar, Arroyo Vaquero, Guadalobón hasta finalizar en la de El Cristo en Estepona.

La ruta se desarrolló dentro de lo previsto, ibamos caminando con un cierto ritmo más acompasado debido a que los pies se nos hundían en la arena y ello nos hacía la marcha más lenta.

A lo largo del recorrido nos abandonaron, en primer lugar, Alejandro, por el cansancio y su corta edad para hacer un esfuerzo de esta índole y más adelante, Manuel Sánchez por un fuerte dolor lumbar que no le permitía continuar caminando.

Llegados a la zona de La Duquesa, unas rocas nos impedía continuar por la playa, teniendo que continuar por un puente de madera (12:20 h), por el que cruzamos un arroyo, para seguir por el paseo marítimo hasta el puerto. En este lugar nos encontramos a nuestra compañera Rafi (12:45 h) que estaba allí para comer con su familia y con la que nos hicimos unas fotos delante de los pantalanes de atraque de las embarcaciones.

Desde este lugar seguimos bordeando los muelles hasta llegar al dique seco. En este punto tomamos a la izquierda para seguir en dirección a la playa de Sabinillas, pasando por el chiringuito “Cubanga” donde paramos para tomar unos refrescos y hacernos la foto del grupo (12:60 h).

Caminando por esta playa, pasamos a la altura de la Colonia Infantil de UNICAJA, en el pueblo de Sabinillas y luego la playa de Casares Costa hasta llegar a un chiringuito blanco llamado “Chiringuito La Sal” (14:10 h), junto al puesto de socorristas.

Desde este lugar continuamos por la playa, en sentido sureste, subiendo por un corto terraplén hasta llegar a la Torre de la Sal o Torre del Salto de la Mora (14:20 h), situada sobre un promontorio de la costa casareña, entre el río Manilva y el arroyo Camarate, donde paramos para tomarnos los bocadillos y desde el que divisamos los míticos peñones de Gibraltar y el impresionante Yebel Musa en la costa africana.

Después de tomarnos unos cafés en un chiringuito situado al otro lado de la Torre La Sal, continuamos el recorrido pasando por la playa de Brisamar, llegando al final de esta a una pedrera que bordeaba el paso (sin complicación) y que daba acceso al paseo de la urbanización Bahía Dorada (16:00 h) en donde nos esperaba Manuel Sánchez (el que nos dejó por los dolores lumbares) que estaba en el chalet de su familia, justo al pie del camino, y que al vernos tan sudorosos nos regaron con la manguera hechándonos una lluvia de refrescante agua.

Tras la ducha, continuamos hacia la playa de Arroyo Vaquero y luego a la del Hotel Fuerte de Estepona, pasando seguidamente por las istalaciones del complejo nudista de “Costa Natura”, cuya playa estaba totalmente cubierta por nuditas en su estado más natural.

Seguimos, ya cerca de Estepona, pasando a la altura del Hotel Elba y continuando hasta la playa de Guadalobón, que atravesamos para tomar el camino de acceso a la Playa de El Cristo, en el casco urbano de Estepona, junto al Puerto Deportivo. Playa en una bonita cala abrigada y resguardada de los vientos. En este lugar, a la altura del chiringuito “Havana Beach” (17:10 h) finalizó nuestra ruta, en cuyo lugar nos fuimos despidiendo de los compañeros emprendiendo cada uno la marcha a su lugar de origen.
Bonita excursión que nos supo a poco.

   Mapa del recorrido (trazado azul) que haremos por las playas desde la de Punta Chullera, Manilva, a la de El Cristo de Estepona.

   Parte del grupo de 21 senderistas asistentes a la excursión: de izquierda a derecha, delante sentados: Javier Duarte y Reme Anaya. De pie: Sofía Cristina Mateos, Miguel Alonso, María Lozano, María del Carmen Martín, Carlos de Lara, Margaret O'Connor, José María Martín, Guadalupe Ortiz, Claudia Haare, José Luis Jiménez, Charo León, Manuel Sánchez, Francisco García Batista, Eva Faura, Núria Sánchez, Ana Ortiz y María Fernández. No salen en la foto: José Antonio Quirós y Alejandro Izquierdo.

   
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