CRÓNICA: MIGUEL ALONSO
El viernes día 14 de septiembre salimos de Estepona, pasadas las 8 de la tarde, emprendiendo el recorrido por la Autovía del Mediterráneo A-7 en sentido Málaga-Almería, continuando por la carretera A-92 M siguiendo las indicaciones hacia Granada. Al cabo de unos 193 km de recorrido desde Estepona, nos desviamos en la salida 221, para parar en la gasolinera “Petrobed Promociones” del pueblo de Láchar (22:25 h), donde nos esperaban: Margaret, Pepi, Charo, Gisela, Juan Manuel y Carlos.
Agrupados todos, continuamos en los coches hacia Valderrubio, lugar donde nuestro compañero Ricardo Comino nos ofreció pasar las noches del viernes y sábado en su cortijo situado en las afueras del pueblo.
Una vez acomodados (23:15 h), nos dirigimos al centro del pueblo buscando un lugar donde cenar. Pero dada la hora, pasaba la media noche, y cuando ya estábamos resignados a no poder cumplir nuestro deseo, Ricardo se acercó a la sede local del Partido Comunista de Andalucía, que sí estaba abierto y en donde nos atendieron estupendamente. Unos comimos unos bocadillos de lomo; otros de queso y otros ensaladas, todo ello regado con “tinto de verano”, cervezas o zumos que nos supieron buenísimos.
Bien pasada la una de la madrugada, regresamos al cortijo satifechos y dispuestos a pasar la noche y descansar para emprender al día siguiente la excursión a los Cahorros del río Monachil.
En la mañana del sábado día 15 (8:50 h), nos dirigimos hacia Granada parando en una gasolinera cercana al Centro Comercial Neptuno, en la prolongación de la calle de Recogidas, donde habíamos quedado con Maria del Carmen Sierra, antigua amiga de mi primera juventud en Granada y con los compañeros Ignacio Pérez de Vargas y su amigo Paco González, seguimos hacia el granadino pueblo serrano de Monachil donde realizaríanos la excursión.
El pueblo de Monachil
Está situado a tan sólo 8 kilómetros hacia el sureste de Granada, en la parte del centrosur de la comarca de la Vega de Granada. Es aquí donde están Los Cahorros, una zona de alucinantes paisajes, ideal para hacer senderismo o practicar escalada. Resulta increíble que este lugar esté a 15 minutos en coche desde la ciudad de la Alhambra, apareciendo uno, en tan escasos minutos, en un lugar completamente distinto, en donde la paz y tranquilidad se imponen.
Una vez llegados a la era de los Portachuelos, en las afueras del publo, bonito mirador con unas espléndidas vistas, acondicionada para aparcamiento y dado que estaba cerrada la venta cercana, donde pensábamos desayunar, tuvimos que regresar de nuevo al pueblo donde si pudimos hacerlo en un bar situado en una bonita plaza cercana al río (10:00 h), emprendiendo posteriormente la subida a los aparcamientos donde nos esperaban, Gisela, Juan Manuel y Carlos, comenzando seguidamente nuestra ruta por un camino de tierra que dicurría bajo dicho mirador.
La ruta por los Cahorros del río Monachil
El río Monachil nace en Sierra Nevada, en la falda occidental del pico Veleta, en la zona de Borreguiles Altos, cerca de la estación de esquí de Pradollano y desemboca en el río Genil al oeste de Granada.
El sendero discurriría, en su mayor parte, paralelo al cauce del río Monachil entre acequias, paredes verticales y puentes colgantes, para luego salir del cañón a monte abierto hasta llegar a la antigua Central Hidroeléctrica de La Vega.
Dejamos los coches en la era de los Portachuelos, bonito mirador con unas espléndidas vistas, acondicionada para aparcamiento. Unos metros antes se encuentra el inicio del recorrido, junto a un panel que nos daba una serie de recomendaciones a tener presentes a lo largo del recorrido.
Comenzámos la ruta por un camino, dejando a nuestra izquierda otro panel con un plano donde se reflejaba la ruta a seguir. El primer tramo discurría entre huertos y frutales, dejando a nuestra izquierda un restaurante y continuando por el camino de la derecha paralelo a una acequia. El camino nos llevó a un cruce donde un panel nos indicaba las dos opciones a seguir: un grupo optamos por subir por el de la izquierda hacia los Cahorros Altos y el otro hacia los Cahorros Bajos por el de la derecha, agrupándonos después en el “Puente colgante de Los Cahorros”.
El recorrido hacia Los Cahorros Altos se hacía subiéndo por un sendero escalonado, desde el que comenzamos a avistar, al fondo, el cañón que forma el río Monachil, llegando a una meseta donde están situadas las eras de los Renegrales, desde donde se divisaba perfectamente el encajonamiento del río y la verticalidad de sus paredes. A la izquierda pudimos ver, en el cerrillo, el camino a media ladera por el que bajaríamos al regreso.
Bajando a la otra era y al otro lado, contemplamos el pico del Castillejo (1.236 m), continuando el recorrido por el sendero que va adentrándose en el desfiladero, bajando hacia el río por una escalinata tallada en la roca, para pasar posteriormente por las ruinas de la antigua casa del guarda de la central eléctrica. Junto a las ruinas encontramos otro cartel indicador con una serie de advertencias que hay que tener muy en cuenta antes de cruzar el puente colgante de los Cahorros, de 63 metros de longitud y unos 100 años de antigüedad, aunque reformado posteriormente.
Desde el puente pudimos ver la cascada que brotaba del muro de hormigón que sirvió de presa para el canal de una antigua central eléctrica. Una vez pasado el puente que salva el Monachil, el camino bajaba hasta los desfiladeros del río donde se han trazado numerosas vías de escalada en sus paredes.
Caminamos sobre un petril hormigonado, a modo de vereda, que cubre una conducción de agua potable entre paredes de más de 30 metros de altura. En algunos puntos había colocados unos agarres para poder avanzar sin peligro. En otros tramos había que pasar agachados.
Pasado el túnel de las Palomas o cueva de las Palomas, formado por la erosión fluvial, salimos al paraje de las Hazuelas, también llamado Cerro de las Uvas, por la abundancia de viñas que hubo tiempo atrás. Al fondo vimos el Tajo de la Sabina.
Al fin llegamos a la altura del puente y galería de las Hazuelas, continuando hacia adelante siguiendo el curso del río Monachil, caminando por la vertiente norte del Tajo del Contadero. Al otro lado del río se encontraba el Tajo del Cibrinalejo, el Peñón Negro y el Tajo de la Campana y al otro lado un sendero que conectaría con el camino de la Solana, entre otros.
Hacia la Central de la Vega
Llegados a un cruce, en donde se nos indicaba la dirección hacia la “Central de la Vega” y “Central de Diechar”, continuamos pasando por el Nacimiento de las Chorreras, que forma parte de la red de abastecimiento de agua potable a Monachil, dejando las instalaciones de la vieja presa y a la izquierda una pista que nos llevaría al barranco de las Revueltillas y al camino de la Solana, llegando a la Central Hidroeléctrica de La Vega punto final de nuestro recorrido.
Empredimos el regreso por el mismo camino, volviendo a entrar en el desfiladero de los Cahorros hasta llegar de nuevo al “Puente colgante de los Cahorros”. En este lugar nos fuimos reagrupando para comer y algunos darse un baño bajo la cascada. Posteriormente continuamos el camino de regreso saliendo del desfiladero y siguiendo, unos a la izquierda, para descender hacia los Cahorros Bajos por un camino de escalinatas con barandas de madera, pasando por varios puentes colgantes hasta llegar al aparcamiento de la era de los Portachuelos. Otro grupo continuamos el recorrido, saliendo del desfiladero paralelos al curso de una acequia y una barandilla de madera, hasta llegar de nuevo al cruce donde al comienzo subimos hacia los Cahorros Altos, desandando el recorrido que hicimos al comienzo y dirigiéndonos también al aparcamiento de la era de los Portachuelos donde nos reunimos los dos grupos.
Finalizada la ruta, regresamos a Granada para dejar a María del Carmen Sierra, de la que nos despedimos, e Ignacio y Paco que estaban alojados en un hotel de Granada junto con sus esposas Pura y Lucía. El resto continuamos hacia Valderrubio (19:10 h) para dejar a Ricardo, ya que tenía un encuentro familiar y nosotros para asearnos y tomar un corto descanso, emprendiendo posteriormente el regreso a Granada para hacer una ruta nocturna por el viejo barrio del Albaicín.
Ruta nocturna por el Albaicín y tapeo en Granada
Dado que era la "Ofrenda Floral" a la Virgen de las Angustias (patrona de Granada, cuya fiesta se celebra el último domigo de septiembre), motivo que ignorábamos, tuvimos que cambiar nuestro plan para acceder al Albaicín, ya que habían interrumpido el paso de los autobuses de las líneas 7 o F por la parada donde habíamos quedado citados, situada en la Acera del Darro cercana de la fachada posterior de "El Corte Inglés" (20:00 h). Al final tuvimos que coger unos taxi en la Plaza Nueva para acceder, por la carretera de Murcia, hasta el El Mirador de San Cristóbal al que llegamos a las 21:00 h, iniciando desde este lugar un recorrido por las raíces moriscas del viejo Albaicín.
Desde este mirador, al oeste de la ciudadela del Albaicín (Patrimonio de la Humanidad), se contemplaba, al frente, la muralla defensiva construida por los Reyes Ziríes en el siglo XI para proteger su fortaleza, que se extiende por la vertiente occidental, teniendo al fondo las torres y palacios de la Alhambra, destacando la famosa Torre vigía de la Vela, la más alta de la Alcazaba, a cuyos pies hay un panel donde figuran los famosos versos de Francisco de Icaza: “Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada, como la pena de ser ciego en granada”.
De este a oeste se contemplaba, a los pies del mirador, la ciudad de Granada y al fondo los pueblecitos de la vega con sus tintineantes luces, detacando a la derecha el único campanario de la Catedral, uno de los edificios clave de la arquitectura española, que se asienta sobre la antigua gran Mezquita nazarí de Granada.
El recorrido continuó por las callejuelas del barrio, comenzando el tapeo cerca de la Plaza Larga del Albaicín alto, en el bar “Casa Torcuato” (21:20 h) continuando el recorrido hasta el famoso Mirador de San Nicolás, un disfrute para los sentidos, desde donde contemplamos a nuestro frente, al otro lado del río Darro, la colinas de la Alhambra con sus torres, murallas y palacios iluminados. Ante tanta belleza, vinieron a mi mente los versos del poeta Ibn Zamrak o Ibn Zumruk (Granada, 1333 - 1394) que decían: "¡Cuánto recreo para los ojos! Mírame, visitante. Conocerás mi ser si miras mi hermosura".
Seguimos la ruta de “Granada de tapas”, uno de los principales atractivos gastronómicos del lugar, hasta llegar a la ciudad parando en el famoso Restaurante Sevilla (23:30 h), el más antiguo de la capital, situado en la Alcaicería (antiguo mercado árabe de la seda) junto a La Capilla Real y El Palacio de la Madraza (primera Universidad del mundo) donde tomamos el refrescante “tinto de verano” unos, cervezas otros y todo ello acompañado con unas riquísimas tapas de fritura de bacalao con queso y la famosa tortilla del Sacro Monte, típico plato del barrio gitano del Sacromonte, elaborada con sesos de carnero o de ternero que suele llevar también pequeñitos trozos de nueces, guisantes y pan rallado. Algunas recetas incluyen pedacitos del jamón de Trevélez (pueblo situado en Sierra Nevada), papas y chorizo.
Finalmente nos dirigimos hacia la céntrica calle Real, donde nos tomamos unos helados, tras lo cual nos despedimos de Pura, Lucía, Paco e Ignacio, dirigiéndonos el resto al cortijo de Valderrubio donde pasamos la noche del sábado al domingo.
El domingo nos levantamos tarde, y después del desayuno con café y tostadas con aceite en el Restaurante Los Olivos de Valderrubio (10:30 h), emprendimos el regreso a Estepona, contentos y cansados, después de un maravilloso fin de semana en tierras granadinas.
El viernes día 14 de septiembre salimos de Estepona, pasadas las 8 de la tarde, emprendiendo el recorrido por la Autovía del Mediterráneo A-7 en sentido Málaga-Almería, continuando por la carretera A-92 M siguiendo las indicaciones hacia Granada. Al cabo de unos 193 km de recorrido desde Estepona, nos desviamos en la salida 221, para parar en la gasolinera “Petrobed Promociones” del pueblo de Láchar (22:25 h), donde nos esperaban: Margaret, Pepi, Charo, Gisela, Juan Manuel y Carlos.
Agrupados todos, continuamos en los coches hacia Valderrubio, lugar donde nuestro compañero Ricardo Comino nos ofreció pasar las noches del viernes y sábado en su cortijo situado en las afueras del pueblo.
Una vez acomodados (23:15 h), nos dirigimos al centro del pueblo buscando un lugar donde cenar. Pero dada la hora, pasaba la media noche, y cuando ya estábamos resignados a no poder cumplir nuestro deseo, Ricardo se acercó a la sede local del Partido Comunista de Andalucía, que sí estaba abierto y en donde nos atendieron estupendamente. Unos comimos unos bocadillos de lomo; otros de queso y otros ensaladas, todo ello regado con “tinto de verano”, cervezas o zumos que nos supieron buenísimos.
Bien pasada la una de la madrugada, regresamos al cortijo satifechos y dispuestos a pasar la noche y descansar para emprender al día siguiente la excursión a los Cahorros del río Monachil.
En la mañana del sábado día 15 (8:50 h), nos dirigimos hacia Granada parando en una gasolinera cercana al Centro Comercial Neptuno, en la prolongación de la calle de Recogidas, donde habíamos quedado con Maria del Carmen Sierra, antigua amiga de mi primera juventud en Granada y con los compañeros Ignacio Pérez de Vargas y su amigo Paco González, seguimos hacia el granadino pueblo serrano de Monachil donde realizaríanos la excursión.
El pueblo de Monachil
Está situado a tan sólo 8 kilómetros hacia el sureste de Granada, en la parte del centrosur de la comarca de la Vega de Granada. Es aquí donde están Los Cahorros, una zona de alucinantes paisajes, ideal para hacer senderismo o practicar escalada. Resulta increíble que este lugar esté a 15 minutos en coche desde la ciudad de la Alhambra, apareciendo uno, en tan escasos minutos, en un lugar completamente distinto, en donde la paz y tranquilidad se imponen.
Una vez llegados a la era de los Portachuelos, en las afueras del publo, bonito mirador con unas espléndidas vistas, acondicionada para aparcamiento y dado que estaba cerrada la venta cercana, donde pensábamos desayunar, tuvimos que regresar de nuevo al pueblo donde si pudimos hacerlo en un bar situado en una bonita plaza cercana al río (10:00 h), emprendiendo posteriormente la subida a los aparcamientos donde nos esperaban, Gisela, Juan Manuel y Carlos, comenzando seguidamente nuestra ruta por un camino de tierra que dicurría bajo dicho mirador.
La ruta por los Cahorros del río Monachil
El río Monachil nace en Sierra Nevada, en la falda occidental del pico Veleta, en la zona de Borreguiles Altos, cerca de la estación de esquí de Pradollano y desemboca en el río Genil al oeste de Granada.
El sendero discurriría, en su mayor parte, paralelo al cauce del río Monachil entre acequias, paredes verticales y puentes colgantes, para luego salir del cañón a monte abierto hasta llegar a la antigua Central Hidroeléctrica de La Vega.
Dejamos los coches en la era de los Portachuelos, bonito mirador con unas espléndidas vistas, acondicionada para aparcamiento. Unos metros antes se encuentra el inicio del recorrido, junto a un panel que nos daba una serie de recomendaciones a tener presentes a lo largo del recorrido.
Comenzámos la ruta por un camino, dejando a nuestra izquierda otro panel con un plano donde se reflejaba la ruta a seguir. El primer tramo discurría entre huertos y frutales, dejando a nuestra izquierda un restaurante y continuando por el camino de la derecha paralelo a una acequia. El camino nos llevó a un cruce donde un panel nos indicaba las dos opciones a seguir: un grupo optamos por subir por el de la izquierda hacia los Cahorros Altos y el otro hacia los Cahorros Bajos por el de la derecha, agrupándonos después en el “Puente colgante de Los Cahorros”.
El recorrido hacia Los Cahorros Altos se hacía subiéndo por un sendero escalonado, desde el que comenzamos a avistar, al fondo, el cañón que forma el río Monachil, llegando a una meseta donde están situadas las eras de los Renegrales, desde donde se divisaba perfectamente el encajonamiento del río y la verticalidad de sus paredes. A la izquierda pudimos ver, en el cerrillo, el camino a media ladera por el que bajaríamos al regreso.
Bajando a la otra era y al otro lado, contemplamos el pico del Castillejo (1.236 m), continuando el recorrido por el sendero que va adentrándose en el desfiladero, bajando hacia el río por una escalinata tallada en la roca, para pasar posteriormente por las ruinas de la antigua casa del guarda de la central eléctrica. Junto a las ruinas encontramos otro cartel indicador con una serie de advertencias que hay que tener muy en cuenta antes de cruzar el puente colgante de los Cahorros, de 63 metros de longitud y unos 100 años de antigüedad, aunque reformado posteriormente.
Desde el puente pudimos ver la cascada que brotaba del muro de hormigón que sirvió de presa para el canal de una antigua central eléctrica. Una vez pasado el puente que salva el Monachil, el camino bajaba hasta los desfiladeros del río donde se han trazado numerosas vías de escalada en sus paredes.
Caminamos sobre un petril hormigonado, a modo de vereda, que cubre una conducción de agua potable entre paredes de más de 30 metros de altura. En algunos puntos había colocados unos agarres para poder avanzar sin peligro. En otros tramos había que pasar agachados.
Pasado el túnel de las Palomas o cueva de las Palomas, formado por la erosión fluvial, salimos al paraje de las Hazuelas, también llamado Cerro de las Uvas, por la abundancia de viñas que hubo tiempo atrás. Al fondo vimos el Tajo de la Sabina.
Al fin llegamos a la altura del puente y galería de las Hazuelas, continuando hacia adelante siguiendo el curso del río Monachil, caminando por la vertiente norte del Tajo del Contadero. Al otro lado del río se encontraba el Tajo del Cibrinalejo, el Peñón Negro y el Tajo de la Campana y al otro lado un sendero que conectaría con el camino de la Solana, entre otros.
Hacia la Central de la Vega
Llegados a un cruce, en donde se nos indicaba la dirección hacia la “Central de la Vega” y “Central de Diechar”, continuamos pasando por el Nacimiento de las Chorreras, que forma parte de la red de abastecimiento de agua potable a Monachil, dejando las instalaciones de la vieja presa y a la izquierda una pista que nos llevaría al barranco de las Revueltillas y al camino de la Solana, llegando a la Central Hidroeléctrica de La Vega punto final de nuestro recorrido.
Empredimos el regreso por el mismo camino, volviendo a entrar en el desfiladero de los Cahorros hasta llegar de nuevo al “Puente colgante de los Cahorros”. En este lugar nos fuimos reagrupando para comer y algunos darse un baño bajo la cascada. Posteriormente continuamos el camino de regreso saliendo del desfiladero y siguiendo, unos a la izquierda, para descender hacia los Cahorros Bajos por un camino de escalinatas con barandas de madera, pasando por varios puentes colgantes hasta llegar al aparcamiento de la era de los Portachuelos. Otro grupo continuamos el recorrido, saliendo del desfiladero paralelos al curso de una acequia y una barandilla de madera, hasta llegar de nuevo al cruce donde al comienzo subimos hacia los Cahorros Altos, desandando el recorrido que hicimos al comienzo y dirigiéndonos también al aparcamiento de la era de los Portachuelos donde nos reunimos los dos grupos.
Finalizada la ruta, regresamos a Granada para dejar a María del Carmen Sierra, de la que nos despedimos, e Ignacio y Paco que estaban alojados en un hotel de Granada junto con sus esposas Pura y Lucía. El resto continuamos hacia Valderrubio (19:10 h) para dejar a Ricardo, ya que tenía un encuentro familiar y nosotros para asearnos y tomar un corto descanso, emprendiendo posteriormente el regreso a Granada para hacer una ruta nocturna por el viejo barrio del Albaicín.
Ruta nocturna por el Albaicín y tapeo en Granada
Dado que era la "Ofrenda Floral" a la Virgen de las Angustias (patrona de Granada, cuya fiesta se celebra el último domigo de septiembre), motivo que ignorábamos, tuvimos que cambiar nuestro plan para acceder al Albaicín, ya que habían interrumpido el paso de los autobuses de las líneas 7 o F por la parada donde habíamos quedado citados, situada en la Acera del Darro cercana de la fachada posterior de "El Corte Inglés" (20:00 h). Al final tuvimos que coger unos taxi en la Plaza Nueva para acceder, por la carretera de Murcia, hasta el El Mirador de San Cristóbal al que llegamos a las 21:00 h, iniciando desde este lugar un recorrido por las raíces moriscas del viejo Albaicín.
Desde este mirador, al oeste de la ciudadela del Albaicín (Patrimonio de la Humanidad), se contemplaba, al frente, la muralla defensiva construida por los Reyes Ziríes en el siglo XI para proteger su fortaleza, que se extiende por la vertiente occidental, teniendo al fondo las torres y palacios de la Alhambra, destacando la famosa Torre vigía de la Vela, la más alta de la Alcazaba, a cuyos pies hay un panel donde figuran los famosos versos de Francisco de Icaza: “Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada, como la pena de ser ciego en granada”.
De este a oeste se contemplaba, a los pies del mirador, la ciudad de Granada y al fondo los pueblecitos de la vega con sus tintineantes luces, detacando a la derecha el único campanario de la Catedral, uno de los edificios clave de la arquitectura española, que se asienta sobre la antigua gran Mezquita nazarí de Granada.
El recorrido continuó por las callejuelas del barrio, comenzando el tapeo cerca de la Plaza Larga del Albaicín alto, en el bar “Casa Torcuato” (21:20 h) continuando el recorrido hasta el famoso Mirador de San Nicolás, un disfrute para los sentidos, desde donde contemplamos a nuestro frente, al otro lado del río Darro, la colinas de la Alhambra con sus torres, murallas y palacios iluminados. Ante tanta belleza, vinieron a mi mente los versos del poeta Ibn Zamrak o Ibn Zumruk (Granada, 1333 - 1394) que decían: "¡Cuánto recreo para los ojos! Mírame, visitante. Conocerás mi ser si miras mi hermosura".
Seguimos la ruta de “Granada de tapas”, uno de los principales atractivos gastronómicos del lugar, hasta llegar a la ciudad parando en el famoso Restaurante Sevilla (23:30 h), el más antiguo de la capital, situado en la Alcaicería (antiguo mercado árabe de la seda) junto a La Capilla Real y El Palacio de la Madraza (primera Universidad del mundo) donde tomamos el refrescante “tinto de verano” unos, cervezas otros y todo ello acompañado con unas riquísimas tapas de fritura de bacalao con queso y la famosa tortilla del Sacro Monte, típico plato del barrio gitano del Sacromonte, elaborada con sesos de carnero o de ternero que suele llevar también pequeñitos trozos de nueces, guisantes y pan rallado. Algunas recetas incluyen pedacitos del jamón de Trevélez (pueblo situado en Sierra Nevada), papas y chorizo.
Finalmente nos dirigimos hacia la céntrica calle Real, donde nos tomamos unos helados, tras lo cual nos despedimos de Pura, Lucía, Paco e Ignacio, dirigiéndonos el resto al cortijo de Valderrubio donde pasamos la noche del sábado al domingo.
El domingo nos levantamos tarde, y después del desayuno con café y tostadas con aceite en el Restaurante Los Olivos de Valderrubio (10:30 h), emprendimos el regreso a Estepona, contentos y cansados, después de un maravilloso fin de semana en tierras granadinas.
Mapa del recorrido por carretera (de 193 km en 2:00 h) desde Estepona a Valderrubio.
Mapa del recorrido por carretera (de 38,2 km en 0:45 h) desde Valderrubio a Monachil.
Mapa del recorrido por carretera (de 38,2 km en 0:45 h) desde Valderrubio a Monachil.
Parte del grupo de 18 participantes en la excursión a los Cahorros del río Monachil. De izquierda a derecha, agachados: Gisela Torandel y Javier Duarte. De pie, en primera fila: Guadalupe Ortiz, Juan Manuel Cappella, Pepi González, Ignacio Pérez de Vargas, María del Carmen Sierra, Margaret O'Connor, María Fernández y Miguel Alonso. Detrás, en segunda fila: Ricardo Comino, Charo García, Francisco, Robert B. Sinnock, Ana Ortiz García y Marja Bolscher. Faltan Carlos de Lara y José María Martín que hace la foto.
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