Hacia Cartajima salimos desde diferentes puntos: de Estepona trece socios; cinco desde San Pedro de Alcántara, otros cinco desde Marbella y dos que venían de Málaga, en total 25 compañeros, para reunirnos en la Venta el
Navasillo, situada en el kilómetro 13 de la carretera A-397 Marbella-Ronda, llegando a las 9:30 h, aproximadamente, donde desayunamos cafés, zumos, molletes y
tostadas para comenzar bien el día. Una vez que llegaron algunos rezagados y terminamos de desayunar, continuamos el recorrido en coche, en sentido Ronda, desviándonos a la izquierda por la carretera MA-7306 para continuar por la MA-7303 que nos llevaría a Cartajima, lugar donde comenzamos nuestra ruta.
Al pueblo llegamos hacia las 10:45 h, aparcando los vehículos a la entrada, en una explanada cercana al cementerio, comenzando la marcha a las 11:00 h.
Atravesando el pueblo, nos dirigimos hacia las afueras del mismo para continuar por un sendero que transcurría por un extenso bosque de
castaños, descendiendo suavemente, mientras algunos íbamos recogiendo algunas castañas que encontrábamos al paso, hacia un arroyo que cruzamos, continuando en una corta subida hasta llegar de nuevo a la
carretera MA-7303, momento que
aprovechamos para hacernos la foto de grupo.
Continuamos por la carretera unos metros, en sentido Júzcar, hasta llegar a un cruce donde tomamos a la derecha hacia Los Riscos por una pista que, subiendo entre
tomillos, nos introdujo en uno de los enclaves más espectaculares del Alto
Genal.
A las 13:00 h llegamos a la
entrada del sendero que nos conduciría a “Los Riscos”, un impresionante laberinto de rocas, de unos dos kilómetros cuadrados de superficie, que forman originales esculturas debido a un proceso de erosión a lo
largo de cientos de miles de años.
Una vez reagrupados, iniciamos un sendero señalizado, que no era el nuestro, que nos introducía en la vaguada interior y realizaba un recorrido circular por antiguas eras, de un
kilómetro aproximadamente, terminando en una era que hacía las veces de balcón
mirador.
Aquí comenzaron nuestros problemas y lo que estaba
siendo una travesía agradable y relajada se transformó, debido algunas discrepancias en el
camino a seguir. Al final se optó por una trayectoria que nos hizo hacer un recorrido más largo y con mayor dificultad.
Comenzamos la ascensión sin sendero definido, ya que no había ninguno señalizado, por un
laberinto de rocas en el que los primeros buscaban las partes más accesibles y
el resto del grupo les seguía. Poco a poco el grueso del grupo se fue fraccionando en
cuatro: uno pequeño en cabeza, con ritmo más vivo; el más numeroso, que
ascendía con dificultad; otro pequeño más rezagado, que acompañaban a Gloria con problemas a la hora
de seguir a los demás y Miguel que se dirigió, él sólo, hacia la pared que había a nuestra derecha, bordeándola hacia arriba, pero al final, al no seguirle nadie, decidió bajar uniéndose a dos rezagadas del grueso del grupo.
Al existir distintos ritmos y grupos poco a poco nos fuimos
separando y tomando direcciones diferentes. Al final de la ascensión intentamos
reagruparnos, eran las 15:45 h con un sol de justicia y sin tener claro qué camino seguir. José Antonio, que iba en cabeza, había
conseguido salir y Roque, que intentó seguirle, le perdió de vista al llegar a la altura de un precipicio, teniendo que
retroceder para reunirse de nuevo al grupo.
Cansados de no ir a ninguna parte llamamos a José Antonio y nos
indicó que él salió por la izquierda de la vaguada. Decidimos retroceder unos
metros y buscar esa salida por la izquierda, aunque el consenso no era general.
Roque y Rafa iniciaron de nuevo la ruta por la izquierda, adelantándose unos
metros al grupo y poco a poco ascendieron hacia la ladera sur buscando los pocos
resquicios que dejaba el angosto terreno seguidos por los demás.
En la parte más alta divisaron la vaguada de un arroyo donde
terminaba la zona rocosa, por lo que dirigieron al grupo hacia ella. La bajada no
fue cosa fácil, la realizamos por una torrentera: saltos, vegetación, grietas y
grava suelta fueron nuestros acompañantes hasta llegar al cauce del arroyo.
Javier se quedó atrás para orientar al grupo más rezagado y evitar que se perdieran. Chema, Miguel, Robert y María venían en ese grupo ayudando a los que
iban más justos de fuerzas.
Cuando el grueso del grupo llegamos al cauce, decidimos seguir en dirección sur el curso del arroyo hasta que encontramos una alambrada que sorteamos,
ya con la vista del pueblo y los aparcamientos a nuestro alcance. Desde ahí un pequeño tramo de bajada y por fin, después de seis horas en Los
Riscos, llegamos a la carretera cuando eran las 19:00 h.
Ya más relajados, bajamos un kilometro hasta llegar a los aparcamientos, donde se encontraba José Antonio. Unos
minutos después llegaron Javier y Chema, que siguieron el curso del arroyo, separándose del grupo de rezagados, con la idea de recogerlos en los coches y acortarles en lo posible
la bajada, ya que estos acompañaban a Gloria que andaba con bastantes dificultades.
Nos refrescamos en una fuente contigua al aparcamiento y comenzamos la espera. Tiempo
para cambiar impresiones y conversar con un lugareño que nos indicó por donde
debíamos haber subido y bajado.
A las 20:00 h aún no habían llegado, oscurecía por momentos y la
inquietud entre todos los que estábamos en el aparcamiento era evidente. Por
teléfono les indicamos y dirigimos en lo
posible para que siguieran el camino que habíamos llevado nosotros. Aún así, el grupo se fraccionó
en dos: por un lado Johan, Gloria y María que siguieron las indicaciones que les dábamos por el móvil, saltando la cerca de alambre para seguir el mismo camino que nosotros y por otro lado Robert y Miguel que
continuaron unos metros más arriba en dirección este, siguiendo la alambrada hasta la siguiente vaguada, y de ahí a la carretera que era el camino que estaba programado.
Eran las 20:30 h cuando Chema se acercó con el coche a recoger a Robert y Miguel en la salida, por una puerta que daba el acceso desde la carretera, y desde allí llevarlos hasta el aparcamiento ya que la noche se vino encima.
Acabó el día y afortunadamente sólo recordaremos las magulladuras, la aventura vivida y el
tiempo que invertimos en salir de Los Riscos.
Mapa del recorrido por carretera desde Estepona a Cartajima (62 km en 1:45 h)
De izquierda a derecha, delante: Ignacio Pérez de Vargas, Lina Khchaf, Pura Ruedas, Sofía C. Mateos, María Lozano, y Lucía Gómez detrás, José María Martín, Francisco Javier Duarte, Juan Manuel Usero y Robert B. Sinnock. Detrás: José Antonio Quirós, Roque Jesús Gómez, Charo Gracía, Ana Ortiz, María Fernández, Gloria Zanz, Johan Setjo, Miguel Alonso, Asunción Herola, Isabel Naranjo, Jesús González, Gabriel Guerrero, María Dolores García y Margaret O'Connor. La foto la hace Rafael Rodríguez y por eso no sale en la misma.
Vídeo Riscos de Cartajima |
Galería Fotográfica |
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