Salimos desde el lugar habitual, Bar Estadio, frente al campo de futbol San Fernando, diecisiete compañeras y compañeros en dirección a Algeciras desviándonos en la salida 130 en sentido Guadiaro-Castellar de la Frontera-Sotogrande, cogiendo seguidamente la dirección a Jimena de la Frontera a donde llegamos después de recorrer unos 55 kilómetros en un tiempo de una hora aproximadamente.
Aparcamos los coches en un parque público, justo a la entrada del pueblo, en donde se nos unió Andrea,una compañera del club GRUME.
Comenzamos el recorrido atravesando las peculiares y empinadas calles, hasta salir del pueblo en dirección al Camping de Los Alcornocales. Una vez que cruzamos este, llegamos a la calle Fuente Nueva, intersección con la carretera CA-8201 (Jimena de la Frontera -Puerto Galis), donde iniciamos el sendero ascendiendo por una calzada, la Vereda de Ubrique, antiguo camino empedrado que conducía a Sevilla.
La subida no era muy pronunciada, pero si dificultosa por lo agreste del terreno en algunos tramos. Caminamos entre olivos, acebuches y matorrales con unas espléndidas vistas de Jimena a nuestras espaldas.
Al poco comienza a hacer calor, por lo que nos tenemos que detener en alguna ocasión para reagruparnos y tomar algo de líquido.
Tras una subida de dos kilómetros aproximadamente, llegamos a la intersección de otro sendero que continúa en descenso por la derecha. Nosotros continuamos, tras superar dos verjas de ganado, por el cortafuegos en ascenso hasta un mirador con paneles informativos sobre la flora del lugar.
A partir de aquí vamos descendiendo suavemente por unas pista forestal en buen estado y a la sombra de los pinos.
Pronto llegamos al Mirador de las Asomadillas con vistas espectaculares de 360 grados al valle del río Hoz Garganta, Jimena, el Peñón de Gibraltar y el pico Yebel Musa en la costa magrebí, momento que aprovechamos para hacer la foto ritual del grupo.
Desde este punto iniciamos el descenso hasta la carretera, que cruzamos, para seguir descendiendo hasta el río. Era un tramo un poco dificultoso pero muy corto y que superamos sin mayores dificultades.
Pasamos una verja y ya estábamos en las primeras pozas del río. Son las doce y media por lo que decidimos darnos un chapuzón y tomar algo de alimento antes de continuar.
Entre cantos rodados cruzamos el río por una pasada que conduce hasta la vereda de La Maestranza, que discurre aguas abajo, paralela en su margen derecha. El sendero se encontrába en algunos tramos excavado en la arenisca, lo que denotaba el trasiego que tuvo este camino en tiempos no muy lejanos. A veces pedregoso a veces entre la vegetación, vamos descendiendo en dirección sur.
La ruta continuaba paralela al río salpicada de impresionantes recodos de lajas y vegetación con algunas playas y pozas fluviales donde reposa tranquilamente el ganado.
Llegamos al antiguo molino de la Chica y tras cruzar de nuevo el río iniciamos el ascenso hasta un cruce.
Eran las dos de la tarde y en este punto, el grupo se divide entre los que deciden marcharse y dar por finalizada la ruta, once compañeras/os, debido a las obligaciones personales y el calor que no nos da tregua y siete que decidimos continuar la ruta programada hasta finalizarla.
Descendimos un corto tramo por un camino en buen estado llegando a otra de las pozas del río en donde decidimos refrescamos y comer tranquilamente.
A las cuatro y media seguimos por la margen izquierda un sendero zigzagueante junto a unas casas y campos de labor, a veces por tierra, a veces entre las rocas desgajadas de las lajas próximas hasta enlazar con un camino que da acceso a las fincas.
Rincones y pozas más variadas y profundas invitaron a algunos compañeros a nuevo chapuzón y sobrellevar el calor que nos sigue.
Tras recorrer un kilómetro aproximadamente, llegamos al cruce de la Vereda Encubierta, que conducía en ascenso al Risco y al Castillo y por la izquierda, paralela al río, a la antigua calzada romana y a la fábrica de Artillería.
Decidimos tomar este último, más largo, para visitar las ruinas de la fábrica y el Cao donde se tomaba el agua para los hornos de fundido del mineral.
El camino era llano, pero al descubierto, con un sol de justicia, por lo que se nos hizo bastante pesado, más si cabe, al haber acabado con las reservas de agua.
A las cinco y media, después de abandonar la pista de tierra, llegamos a las primeras casas del pueblo por una carretera, que en ascenso, recorría unos dos kilómetros hasta llegar al primer bar que encontramos cerca del aparcamiento de los coches, el Restaurante Cuenca con aire acondicionado.
VISTA SATÉLITE
MAPA TOPOGRÁFICO
PERFIL DE LA RUTA
PROCESADOR DE TRAYECTO
PARTICIPANTES
De izquierda a derecha y de abajo a arriba: Rafa Rodríguez, Roque Jesús Gómez, Miguel Pernas, Miguel Alonso, Javier Duarte, Andrea Michalowiez, José López, Ana Ortiz, Inmaculada Martín, Pura Ruedas, Inmaculada Jurado, Margaret O´Connor, María Dolores García, Gabriel Guerrero, José Luis Jiménez, Ignacio Pérez de Vargas y Sofía Mateos.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos Inmaculada Jurado, Jose Jesús López, Pura Ruedas, Miguel Alonso y Rafa Rodríguez)
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