CRÓNICA: IGNACIO PÉREZ DE VARGAS
Debido al puente
de la Inmaculada ,
y en consecuencia, a la existencia de cuatro días festivos, el Club decidió
hacer dos rutas, una el viernes “La Zagaleta El Dairin” y otra el
domingo “ Senda de los Prisioneros”.
En el lugar
habitual, a las 8:30 horas, nos encontramos los once participantes, que partimos en
dirección a la Barriada
del Cobre, en Algeciras. Una vez aparcados los coches, José Antonio Quirós
solicitó información sobre la ruta a un vecino de la barriada, que se
encontraba próximo al camino de salida, que amablemente se ofreció a
acompañarnos durante un tramo del camino.
De esta forma,
con la compañía de un conocedor del terreno, José Cerrillo, iniciamos el primer
tramo del camino, que transcurre por una amplia pista forestal, y en una
bifurcación, tomamos el sendero a la
izquierda, en plano ascendente, entre las sierras del Algarrobo y el Bujeo,
hasta llegar a una zona llamada el Cerro del Rayo, desde donde podíamos ver Gibraltar
y la bahía de Algeciras, si bien, debido a las nubes y a la bruma existente en
el horizonte, las vistas estaban muy limitadas.
Continuamos la
marcha en dirección al Puerto de Comares, por un sendero pedregoso, donde
pudimos observar a un buitre leonado a escasos metros de nosotros, que
emprendió el vuelo, una vez que advirtió nuestra presencia.
Por la ladera de
la sierra del Algarrobo llegamos a un puente de piedra, en el que se puede
observar una letrero que indica “ Fin del Sendero”. Nos sentamos un rato a
descansar y a tomar una fruta.
En ese punto, ya
habíamos descubierto el perfil humano de nuestro acompañante José Cerrillo, un
hombre de setenta y dos años, viudo desde hace catorce años, con cinco hijos y
cinco nietos, que desde los catorce años ha trabajado en los parajes que
estábamos recorriendo, un amante de la naturaleza, que con su tono de voz suave
y sereno nos contaba anécdotas y detalles, que iban calando en todos nosotros,
hasta el extremo de integrarse como uno más de nuestro grupo.
A partir de este
punto, José Cerrillo decidió completar la ruta en nuestra compañía, eso sí, por
estrechos senderos que atravesaban los bosques de alcornoques, que el conocía
hasta en su más mínimo detalle.
En nuestro
recorrido, nos volvimos a encontrar con la pista forestal, donde decidimos tomar
el correspondiente bocadillo, mientras tanto, José Cerrillo esperó
pacientemente sentado en una piedra hasta que terminamos nuestro aperitivo, pero
el se negó a comer nada, sólo bebía agua, según él, porque al campo se sale
para andar, la comida se hace al regreso a casa.
Continuamos la
ruta por la pista forestal denominada
Las Corzas, hasta llegar al Mirador denominado “ Cabecera del Río de la Miel “, desde donde se podían
contemplar una espectaculares vistas del valle del río de la Miel entre las sierras, que
configuran sus laderas.
De nuevo, abandonamos la pista forestal y
volvimos a penetrar en el espeso bosque de alcornoques, por pedregosos y
estrechos senderos, donde encontramos una considerable variedad de setas, así
como madroños cargados de fruto.
El suelo del
bosque estaba cubierto por helechos secos, que formaban una alfombra de color
ocre, la densidad de la masa forestal permitía a duras penas la entrada de
algunos rayos de sol, que esporádicamente aparecían entre las nubes.
A través de
estos senderos en plano descendente llegamos al cauce del río de la Miel , continuando el
recorrido en paralelo a su cauce, hasta llegar al Molino del Aguila, construido
en el siglo XVII.
El resto de la
ruta transcurrió entre los alisos que bordean el cauce del río de la Miel hasta conectar con la
pista forestal, desde la que habíamos iniciado la ruta, a primera hora de la
mañana.
El GPS marcaba a
nuestra llegada un recorrido de 19 kilómetros, que completamos a las 17:30 horas.
En esta ruta, no sólo descubrimos la belleza de los bosques de nuestra
tierra, sino que también descubrimos la calidad humana de nuestra gente, así
como su sabiduría innata, cualidades reflejadas en la persona de José Cerrillo,
con el que compartimos un refresco en un bar de la barriada, antes de regresar
a Estepona, con la tremenda satisfacción de haber disfrutado de una jornada,
que nos ha puesto de manifiesto como a través del senderismo descubrimos nuevos
parajes naturales, y a su vez, los valores humanos de la gente de nuestra
tierra.
El grupo en pleno bosque. De izquierda a derecha: José Antonio Quirós, Loli García, Gabriel Guerrero, María Rosa Martín, Rima, Miguel Ángel Pernas, Margaret O'Connor, Ignacio Pérez de Vargas, Marja Bolscher, Miguel Alonso, José Cerrillo y Javier Duarte.
VISTA SATÉLITE
MAPA TOPOGRÁFICO
PERFIL DE ALTURA
RECORRIDO HASTA LA BARRIADA DEL COBRE
El trazado de la ruta, resaltada en color amarillo, y el sentido de la misma con flechas color rojo.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Ignacio Pérez de Vargas y Miguel Alonso)
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