sábado, 21 de enero de 2012

Ruta por la Zagaleta


Pasadas las ocho de la mañana, contando los diez minutos de cortesía para los rezagados, partimos de Estepona un grupo de cuatro compañeros: Ángeles, Marja, Charo y Miguel, dirigiéndonos a la autovía A-7 en sentido San Pedro de Alcántara, para desviarnos hacia Ronda por la carretera A-387.

Una vez que rebasamos el restaurante el Coto, que dejamos a nuestra izquierda según subíamos, y pasada La Zagaleta, nos paramos en una explanada, a la altura del kilómetro 38,5 donde nos estaban esperando Violeta, Margaret, Mike y Chema, cuatro de los compañeros con los que haríamos el recorrido. Más tarde llegarían, José y José Carlos, los dos compañeros que faltaban.

Completo el grupo de diez "pinsapos", emprendimos la ruta, cuando eran las nueve y cuarto, por un carril que a su inicio impedía el paso de vehículos una cadena. A nuestro frente la imponente sierra Palmitera, macizo montañoso situado en el término municipal de Benahavís, considerada como la continuidad natural del macizo de Sierra Bermeja en Estepona.


Comenzamos a caminar con el fresco de la mañana y el aroma del bosque mediterráneo. A unos 30 minutos del inicio llegamos a una encrucijada de tres caminos, nosotros seguimos por el de en medio. Cuando llevábamos andando una hora, desde el comienzo, nos topamos con un ciclista a la altura de una cabaña derruida y los restos de un antiguo corral de cabras en estado ruinoso. Ante nuestras dudas, el ciclista nos indicó el camino correcto que debíamos seguir; según su podómetro, llevábamos andados unos 3,2 km y que aún teníamos unos ocho kilómetros por recorrer hasta llegar al Daidín.


Seguimos caminando abriéndose ante nuestros ojos el valle del Guadaiza; un extenso bosque de alcornoques, quejigos, alisos y pinos con la agreste sierra de las Nieves y el pico de La Torrecilla como telón de fondo.


La caminata transcurrió por un camino, prácticamente sin desniveles, a lo largo de las frondosas laderas de la sierra, cruzando arroyuelos de agua virgen.


Al cabo de unas dos horas de caminar, llegamos a una bifurcación en la que tomamos el camino que seguía a la izquierda. A poco rato, nos encontramos con el cartel que nos había anunciado el ciclista, y que nos indicaba que estábamos en la finca La Máquina, en el Dairín, que es otro nombre con el que se conoce a esta zona, aparte de Aidín o Daidín, apelativo del despoblado que se encuentra en el término de Benahavís. Se sabe que fue el nombre de uno de los más destacados señores del lugar, ya que las villas de Benahavís y Daidín fueron fundadas durante la dominación de los nazaríes.


Una vez que llegamos al Daidín, cuando eran las doce, nos dispusimos a tomarnos los bocadillos ante los restos del Daidín; ruinas reducidas a algunos arranques de los muros de las antiguas casas y de una torre vigía que se encontraban invadidos parcialmente por la vegetación.


Después de una hora de descanso, que aprovechamos para comernos los bocadillos, emprendimos el regreso por el mismo camino, llegando a la explanada donde habíamos dejado aparcados los coches cuando eran las cuatro de la tarde.


Una vez llegados a este lugar, y tras las despedidas, emprendimo el regresos los participantes que habíamos venido en tres coches, después de haber disfrutado de un excelente día en cuanto al tiempo reinante y a la camaradería que existió entre los participantes.




El grupo compuesto por: Mike, Chema, Margaret, Miguel, Violeta, Ángeles, José Carlos, José, Marja y Charo no sale ya que elle es la autora de la foto.


Transitamos por un camino que, en principio, atravesaba un bosque de pinos.




Teníamos unos ocho kilómetros por recorrer hasta llegar al Daidín, andando por un camino prácticamente sin desniveles.

A nuestro frente la imponente sierra Palmitera, macizo montañoso situado en el término municipal de Benahavís y a la derecha la agreste sierra de las Nieves.

Bello espectáculo con los rayos del sol colándose entre los pinos.

El valle del Guadaiza, un extenso bosque de alcornoques, quejigos, alisos y pinos con la agreste sierra de las Nieves y el pico de La Torrecilla como telón de fondo.

Por fin llegamos al punto donde estaba el cartel que nos nos indicaba que estábamos en la finca La Máquina, en el Daidín.

Cerca del Daidín,  el camino atraviesa un extenso bosque de alcornoques desnudos por la extracción del corcho, lo que se denomina "saca del corcho".

Tomándonos los bocadillos ante los restos de las ruinas del antiguo poblado del Daidín. 




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