LUNES DÍA 1 DE JULIO
CRÓNICA: MIGUEL ALONSO
En la primera semana del mes de julio realizamos una estancia en Irlanda que dedicamos a hacer varias rutas de senderismo por el condado de Kerry, al suroeste de la isla que, nuestra compañera y vicepresidenta del club, Margaret O’Connor proyectó efectuar en su bello y atrayente país.
De Estepona partimos el lunes día 1 hacia el aeropuerto de Málaga-Costa del Sol en varios grupos: unos desde Estepona y el resto desde la capital malagueña, para reunirnos a las 9:30 horas en el punto de facturación del equipaje de la compañía AerLingus y tomar posteriormente el avión que salió (11:30 h) en un vuelo de unas 3 horas de duración, hasta el aeropuerto de Cork, a donde llegamos (13:15 h) con una hora de diferencia con España.
Después de cumplir los trámites en el control y recoger nuestro equipaje, salimos a la sala donde nos esperaba Margaret junto con Mike, el conductor del minibús que nos trasladaría a Dingle.
A mitad de un recorrido de unos 160 kilómetros, paramos a comer en un establecimiento de carretera que en un rótulo en gaélico irlandés ponía An Cruiscín Lan, parecido a una cafetería en donde no se servían bebidas alcohólicas.
Dingle
Dingle
Al pueblecito llegamos sobre la 16:00 horas, hospedándonos en un B&B (Bed and Breakfast, en irlandés: cama y desayuno), uno de los típicos alojamientos rurales de Irlanda, el Marina Lodge B&B, bonito hotel con el mar y el puerto deportivo a su frente, donde establecímos el primer lugar de residencia en este viaje.
Después de un descanso nos aseamos y quedamos todo el grupo para dar un paseo por el pueblo y dirigirnos a cenar en The Dingle Pub, uno de los mucho lugares comunes de este país, donde se come y se bebe cerveza amenizado por conjuntos musicales que cantan al son de las músicas tradicionales de Irlanda.
Parte del grupo en el Aeropuerto de Cork. De izquierda a derecha: María Luisa Moreno, Luisa Cañizo, Concha Calabuig, Marisa Dávila, Ana Ortiz, José Antonio Quirós, Puri Ruedas, Roque Gómez, Jesús González, Pilar Cañizo, Isabel Naranjo. No salen en la foto: Miguel Alonso, Francisco González, Margaret O'Connor, Lucía Álvarez e Ignacio Pérez de Vargas.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Isabel Naranjo, José Antonio Quiros, María Luisa Moreno, Miguel Alonso, Puri Ruedas y Roque Gómez)
MARTES DÍA 2
Recorrido al lago de Annascaul
CRÓNICA: PURI RUEDAS
Salimos de Dingle en el microbús (10:00 h), por la carretera N-86, en dirección a Annascaul, hasta llegar al aparcamiento del Pub South Pole Inn donde nos dejo el autobús que conducía el conductor Mike, e iniciamos una ruta a pie de 12 kilómetros entree ida y vueltas, atravesando un puente y continuando por una estrecha carretera, a la izquierda del pub, en la que había una indicación al inicio que decía Río de Annascaul.
Caminamos bajo una fina lluvia disfrutando del hermoso paisaje, lleno de flores, en su inmensa mayoría, dedaleras, algunas medían más de metro y medio, fucsias (pendientes de la reina) y lirios.
Después de un largo recorrido, llegamos al lago, en un escenario increíble, envuelto en la bruma que producía la llovizna, que le daba a este hermoso lugar un aire de misterio y tranquilidad.
El lago estaba en un valle, en el que el viento soplaba a veces con fuerza. Se trata de un lago glaciar, con tres cascadas, que unidas en una sola, desembocan en dicho lago.
Llegamos hasta la cascada, pero no pudimos subir a la montaña, como estaba previsto, ya que debido a las nubes y la lluvia no hubiésemos podido disfrutar del paisaje.
El regreso fue más complicado, ya que la lluvia se hizo más intensa y el viento soplaba con fuerza, lo que provocó que terminásemos empapados al finalizar el recorrido.
Al fin llegamos al Pub South Pole Inn, donde hicimos la foto de grupo y tomamos unos cafés o tes para entrar en calor.
El Pub estaba decorado con fotografías y relatos del explorador Tom Crean, fallecido en 1938, que participó en numerosas expediciones a la Antártida, al que se le denominó Gigante Inrlandés, que abrió el referido Pub atendiendo personalmente la barra.
En el aparcamiento nos esperaba el microbús, que nos llevó a nuestro hotel Marina Lodge, en Dingle, a donde llegamos empapados, pero con la sensación de haber vivido una experiencia inolvidable en nuestra primera ruta en el condado de Kerry.
Regresamos a nuestro alojamiento de Marina Dodge donde tuvimos tiempo para descansar un rato antes de salir para cenar en Dingle Pub, lugar en el que un solista tocaba música irlandesa en un ambiente muy agradable.
Ya de vuelta al hotel entramos en otro pub donde había un grupo de música irlandesa con tipicos instrumentos. La música finalizó y conversándo con algunos irlandeses, nos pidieron cantar en español. Por lo que animamos a Jesús que cantó un par de tangos.
El grupo de izquierda a derecha: Margaret O'Connor, José Antonio Quirós, Pilar Cañizo, Marisa Dávila, Ignacio Pérez de Vargas, Luisa Cañizo, Ana Ortiz, Concha Calabuig, Francisco González, Puri Ruedas, Miguel Alonso, Isabel Naranjo y Jesús González.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Isabel Naranjo, José Antonio Quiros, María Luisa Moreno, Miguel Alonso, Puri Ruedas y Roque Gómez)
MIÉRCOLES DÍA 3
Recorrido por el Camino de los Peregrinos
Después de un copioso desayuno estilo irlandés (10:08 h), Mike nos trasladó a un lugar cerca de la playa de Ventry, a unos 7 kilómetros de Dingle, junto a un camping con caravanas donde comenzó (10:22 h) la Ruta de los Peregrinos (en irlandés: “Cosán na Naomh) cruzando casi toda la península de Dingle, unos 20 kilómetros de recorrido entre ida y vuelta.
El recorrido siguió por diferentes caminos muy frondosos, perfectamente señalizados, bordeados de plantas y flores, con algunos trechos asfaltados, llegando a un camino estrecho y embarrado (12:40 h) bordeado por una espesa vegetación. Además de sufrir las incómodas pisadas sobre un suelo blando, también nos mojamos con el “chirimiri” que continuamente dejaba la niebla.
Al fin alcanzamos (13:06 h) el Gallarus Oratory (en irlandés: Séipéilín Ghallarais) especie de cabaña, íntegramente construida en piedra con puerta de entrada y una ventana pequeña al fondo, que se considera la iglesia paleocristiana mejor conservada de Irlanda (siglos VI-IX). Es de destacar su forma semiovoidal y junto a ella una solería, también en piedra con una inscripción tallada con símbolos que se consideran de época anterior a la escritura.
En este lugar nos hicimos la foto del grupo, entre otros turistas que allí se encontraban, ya que el oratorio está considerado visita obligada del turismo en Irlanda. Luego pasamos por la tienda cercana donde exponían objetos de souvenirs con motivos religiosos y muchos de ellos con la típica forma del oratorio visitado y caramelos típicos del país.
Decidimos continuar hasta encontrar un lugar apropiado para tomar los
bocadillos (14:00 h). Después de la comida, continuamos la ruta pasando cerca de un cementerio junto a una iglesia semiderruída.
Pasamos por un lugar donde había una portilla (14:42 h), que usan para que no se salgan los rebaños del terreno. A partir de este punto no se veía con claridad la senda a seguir, excepto la linea de un muro, medianería de fincas. Hubo consenso y se decidió subir la montaña de terreno cenagoso y mojado cerca del muro de piedra existente. Aquí empezó el tramo penoso de la ruta, debido a la espesa niebla, la lluvia, la ausencia de sendero y la pendiente de la ladera, ya que solamente contábamos con un mapa de la zona, sin marca de la ruta.
El grupo se dividió, algunos se adelantaron, detrás íbamos otros cuantos y entre las últimas, empezó a cundir el pánico por miedo ante la posibilidad de perdernos en la espesa niebla y las dificultades ya mencionadas. Al llegar a la divisoria (15:50 h), la lógica según el plano era encontrar la carretera siguiendo la dirección norte, es decir, descender por la ladera opuesta.
Saltando el muro se adelantó José Antonio, antes de continuar todos, para ver si se divisaba la carretera, pero la niebla se lo impidió. Se adoptó la decisión más prudente: regresar por el camino que traíamos, es decir volver descendiendo la ladera hasta llegar de nuevo junto al cementerio. Ya habíamos avisamos a Mike, el conductor, para cambiar el lugar de recogida que habíamos convenido. Mientras esperábamos, visitamos la Iglesia Kilmalkedar (en irlandés: Cill Maoilcheader) y el cementerio, lugar muy concurrido por turistas: lápidas de granito, grandes sepulturas en el frontal, muy antiguas, donde había enterrados personajes que participaron en la Segunda Guerra Mundial, situadas entre la carretera y la iglesia, sin embargo, situadas detrás y frente a la misma, se encontraban unas piedras colocadas en vertical de diferente tamaño y forma, sin inscripción alguna, representando a personas anónimas o desconocidas.
El grupo, de izquierda a derecha: Concha Calabuig, José Antonio Quirós, Pilas Cañizo, Miguel Alonso, Margaret O'Connor, Ana Ortiz, Marisa Dávila, Puri Ruedas, Ignacio Pérez de Vargas, Francisco González, Jesús González, Isabel Naranjo y Luisa Cañizo.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Isabel Naranjo, José Antonio Quiros, María Luisa Moreno, Miguel Alonso, Puri Ruedas y Roque Gómez)
JUEVES DÍA 4
Ruta por los acantilados
CRÓNICA: ISABEL NARANJO
Desde el hotel “Marina Dodge” partimos en autobús (11:05 h) hasta la costa, cerca de una cala, con la marea baja, que se divisaba desde la vereda que tomamos a la izquierda de la carretera (11:43 h). Nos advirtieron que estuviésemos ojo avizor por los posibles huecos producidos por la erosión de la ladera.
En un agradable paseo, no sólo por las vistas de los acantilados de Dingle junto al mar, sino por el placer de pisar la hierba suave y crecida en un día, aunque sin sol, que permitía apreciar todo el bello paisaje, sin la niebla y humedad de días anteriores.
Desde el borde de los acantilados veíamos entrantes de agua entre paredes verticales formando pequeñas ensenadas, y grandes piedras que habían caído anteriormente al mar formando un paisaje de postal.
Una corta y fuerte pendiente nos llevó a unas rocas escarpadas en un montículo (13:10 h), donde hicimos una parada para hacer fotos. A continuación visitamos una torre vigía semiderruída que, según nos explicó Margaret, la habían construído los ingleses para controlar un posible ataque de las tropas napoleónicas.
Detrás de la torre caminamos sobre una cresta (13:25 h) que nos llevó a una punta sobre preciosos y verticales acantilados, que tenían una valla de protección por el peligro de caer al lugar donde las olas se estrellan contra las rocas, paredes rocosas donde se producen oleadas de espuma muy blanca,
donde todos aprovechamos haciendo fotos al quedar impresionados por tanmaravilloso paisaje y la foto de grupo (13:40 h) con la banderas de Los Pinsapos y de Irlanda, que Miguel se apresuró a comprar el día de nuestra llegada a Dingle.
Emprendimos la vuelta, descendiendo la ladera hasta encontrar un camino de tierra entre dos muros de piedra laterales, (14:15 h) que eran lindes de fincas cercadas, el cual nos llevó hasta la carretera donde nuestro “driver” Mike nos recogió (14:43 h), siendo tan amable de llevarnos a cala Brandon, lugar donde supuestamente, San Brandán, inició su viaje en un barco de piel en el siglo VI llegando a América. Nos hicimos la foto del grupo en dicho lugar y luego nos acercó al An Bothar pub donde celebramos con unas Guinness el fin de la ruta, aprovechando el lugar para comer los bocadillos en las mesas del jardín.
Regresamos a nuestro alojamiento de Marina Dodge donde tuvimos tiempo para descansar un rato antes de salir para cenar en Dingle Pub, lugar en el que un solista tocaba música irlandesa en un ambiente muy agradable.
Ya de vuelta al hotel entramos en otro pub donde había un grupo de música irlandesa con tipicos instrumentos. La música finalizó y conversándo con algunos irlandeses, nos pidieron cantar en español. Por lo que animamos a Jesús que cantó un par de tangos.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Isabel Naranjo, José Antonio Quiros, María Luisa Moreno, Miguel Alonso, Puri Ruedas y Roque Gómez)
VIERNES DÍA 5
Viaje en transbordador y ruta por la Gran Blasket
CRÓNICA: LUISA CAÑIZO
Salimos del puerto de Dingle (11:00 h) en un transbordador (ferry) con rumbo a las Islas Blasket (en irlandés Na Blascaoda), situadas en la costa atlántica, al suroeste de Irlanda, a cinco kilómetros de la península de Dingle, en un trayecto que normalmente dura 50 minutos y que a nosotros nos llevó una hora y media, debido al rescate de un accidentado que comenzaron cuando estábamos desembarcando en la isla y por avistar unos delfines al regresar al puerto de Dingle.
Había amanecido un día soleado por lo que las vistas desde el barco fueron estupendas. A lo largo de la Bahía de Dingle (en inglés: Dingle Bay; en irlandés: Bá en Daingin) pudimos ver los impresionantes acantilados que predominaban a lo largo de la costa, así como el esplendoroso verdor de una vegetación propia de esta zona tan húmeda.
Al llegar cerca de la isla nos trasladaron, desde el barco hasta tierra, en una pequeña lancha dotados de chalecos salvavidas. Para los que no habíamos montado en lancha, la aventura nos pareció muy emocionante.
Mientras se efectuaba el desembarco (la lancha tuvo que dar varios viajes de ida y vuelta) un helicóptero de salvamento y una embarcación de la guardia costera, se acercaron a la isla a realizar un rescate de una persona que había tenido un pequeño accidente durante su paseo por la isla, así que pudimos ver el rescate en vivo y en directo.
La gente comentaba que el accidente había sucedido al introducir el pie en una madriguera de conejos, por lo que fuimos advertidos de que debíamos de extremar nuestra atención, ya que a lo largo del camino podríamos introducir los pies en alguna de las muchísimas madrigueras de este gazapo, la especie más invasora y dañina del mundo que plagaban toda la isla.
Una vez en tierra, comenzamos la ruta por una isla desabitada en la que pudimos ver restos de las casas de los antiguos habitantes, algunas de ellas restauradas, y los lugares donde los pastores guardan la lana de las ovejas que pastan a sus anchas en la isla, igual que por todo nuestro recorrido en Irlanda.
Esta isla, la Gran Blasket (en irlandes An Blascaod Mór), con una orografía muy montañosa, estuvo habitada en la Edad del Hierro y en la época paleocristiana, según diferentes restos encontrados y en época reciente, hasta que fueron abandonadas en el año 1953.
El sendero, de unos 6,5 kilómetros de recorrido circular hasta la cima de la montaña. No nos presentó mucha dificultad, era amplio y no tenía un gran desnivel.
Durante todo el recorrido, las vistas eran espectaculares. A medida que íbamos subiendo pudimos contemplar, bajo nuestros pies, los impresionantes acantilados que recortaban su litoral, así como los pequeños islotes que había alrededor. La vegetación no sobresalía mucho del suelo, debido a la dureza del clima en esta zona. En la bajada, pudimos observar una pequeña playa de arena grisácea donde las focas vienen a descansar y que nos dijeron se poblaba en los meses de invierno.
Un pequeño paraíso en medio del mar.
Parte del grupo, nada más desembarcar en la Isla Blasket. De arriba a abajo y de izquierda a derecha: Puri Ruedas, Pilar Cañizo, Ana Ortiz, Luisa Cañizo, Marisa Dávila, Lucía Álvarez, Margaret O'Connor, Francisco González, Miguel Alonso, María Luisa Moreno y Roque Gómez. Faltan: Concha Calabuig, Ignacio Pérez de Vargas, José Antonio Quirós, Jesús González e Isabel Naranjo.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Isabel Naranjo, José Antonio Quiros, María Luisa Moreno, Miguel Alonso, Puri Ruedas y Roque Gómez)
SÁBADO DÍA 6
Ruta a la Cascada y al Monte de Torc
CRÓNICA: MARGARET O'CONNOR
El sábado, penúltimo día de estancia en Killarney, emprendimos (10:23 h), desde nuestro alojamiento en Abbey Lodge, la ruta por el Killarney National Park (en irlandés: Páirc Náisiúnta Chill Airme) un grupo ampliado, ya que a los 16 que éramos, se nos unieron mis hermanas Mel y Mary, que vinieron desde su lugar de residencia para acompañarnos en esta ruta, y mi hijo Sean que continuaría con nosotros hasta nuestro regreso a España el lunes día 8.
Caminamos durante 7 kilómetros por el Parque Nacional de Killarney, disfrutando de este maravilloso lugar, tapizado de verde y repleto de una extensa arboleda de robles y tejos, que nos arroparon a lo largo del recorrido hasta llegar a la magnífica Cascada de Torc (12:30 h).
Llegados a este lugar nos dividimos en dos grupos: uno que se dió la vuelta compuesto por; Ana, Concha, Puri, Lucía, Marisa, Pilar, María Luisa y Roque, mientras el resto; Ignacio, José Antonio, Paco, Luisa, Isabel, Jesús, Miguel, mis hermanas Mel y Mary, mi hijo Sean y yo, continuamos subiendo (12:51 h) por una empinada escalera de piedra de 245 metros de longitud hasta el inicio de la cascada. Desde este lugar seguimos caminamos unos 6 kilómetros, en una empinada subida, superando un desnivel de 490 metros hasta llegar a la cima (535 m) de la Montaña de Torc.
Al llegar a la cima (14:45 h), después de la dificultad del camino, nuestra alegría fue inmensa ya que pudimos disfrutar de unas increíbles vistas que se extendían por el parque a lo largo de 360 grados, avistando los lagos y la bellísima y extensa panorámica de su entorno.
Después de habernos tomado el consabido bocadillo y unas frutas y contentos por el disfrute, emprendimos el regreso (15:17 h) a nuestro alojamiento en Abbey Lodge a donde llegamos (18:45 h) después de haber realizado una caminata de 26 kilómetros, entre ida y vuelta, bajo un espléndido día soleado, algo raro en estas latitudes.
Ya en alojamiento mis hermanas se despidieron del grupo para marcharse a sus respectivas casas en Typperary, donde residen con sus familias.
El grupo, al pie de la Cascada de Tork. De izquierda a derecha: Sean Fornells, Mary O'Connor, Francisco González, Lucía Álvarez, Mel O'Connor, Marisa Dávila, Roque Gómez, María Luisa Moreno, Ignacio Pérez de Vargas, Puri Ruedas, Luisa Cañizo, Margaret O'Connor, Pilar Cañizo, Ana Ortiz, Concha Calabuig, Isabel Naranjo, Jesús González y Miguel Alonso. No sale en la foto José Antonio Quirós.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Isabel Naranjo, José Antonio Quiros, María Luisa Moreno, Miguel Alonso, Puri Ruedas y Roque Gómez)
DOMINGO DÍA 8
Recorrido por el Parque Nacional de Killarney
CRÓNICA: MARÍA LUISA MORENO
Después de desayunar, como lo hemos venido haciendo todos los días, salimos de nuestro lugar de residencia en el Abbey Lodge (10:40 h), para realizar la ruta por el Killarney National Park (en irlandés: Páirc Náisiúnta Chill Airme.
¡Qué pena, esto se acabó! ¡Gracias a Margaret por su gran amabilidad y paciencia, sobre todo, con los que no sabíamos hablar inglés!
Momento de encuentro de los grupos en el parque. En primer plano María Luisa emprendiendo la marcha y de espaldas en bicicleta: Sean, Margaret, Ignacio, José Antonio, Paco, y de pie, al fondo: Concha, Lucía, Roque, Pilar, Marisa y Luisa. El resto iban andando delante de Marías Luisa.
Nos dividimos en dos grupos: uno que decidieron alquilar unas bicicletas y directamente hacer el recorrido por el parque: José Antonio, Paco, Roque, Ignacio, Anita, Puri, Margaret y su hijo Sean. Los tres primeros llegaron a pedalear durante unos 50 kilómetros, los demás tuvieron que abandonar antes.
Los restantes; Concha, Lucía, Pilar, Luisa, Isabel, Marisa, Jesús, Miguel y yo, nos fuimos a pasear por el pueblo y hacer las últimas compras. La ciudad cuenta con la Catedral católica de Santa María (St Mary’s Cathedral), de estílo neogótico, fue construida en 1855.
Finalmente nos adentramos en el parque (12:00 h), caminando por los caminos que lo cruzan por diferentes lugares y al cabo de un rato, casualmente nos cruzamos con el grupo de nuestros compañeros ciclistas (12:57 h).
Este parque se encuentra situado a los pies de una cadena montañosa que alberga la cima de mayor altura de Irlanda (1.000 m). En el parque se encuentra la mansión y abadía de Muckross, del siglo XIX.
Anduvimos unos 5 kilómetros disfrutando de una extensa arboleda de robles y tejos, hasta llegar (13:00 h) al castillo medieval de Ross, del siglo XV, situado en una pequeña isla, a orillas del lago Leane, donde descansamos un rato para tomar un “picnic” que compramos en un kiosco allí mismo.
Para volver, alquilamos dos coches de caballos (15:00 h), muy típicos en esta ciudad, donde los nueve regresamos de nuevo al centro de la ciudad en un corto trayecto por el parque de unos veinte minutos, donde merendamos en una hermosa cafetería (16:00 h), deliciosas tartas con café o té.
Regresamos de nuevo al hotel para ducharnos, asearnos un poco y prepararnos para la cena.
Cenamos (22:00 h) en el restaurante del “Dromhall Hotel” el mismo restaurante de las noches anteriores, donde Margaret había reservado mesa, esta vez, dentro del restaurante.
Después de calmar el hambre, dimos una vuelta por el centro para estirar las piernas y ver el ambiente de la ciudad de noche, y de nuevo al hotel para organizar el equipaje para el día siguiente.
Momento de encuentro de los grupos en el parque. En primer plano María Luisa emprendiendo la marcha y de espaldas en bicicleta: Sean, Margaret, Ignacio, José Antonio, Paco, y de pie, al fondo: Concha, Lucía, Roque, Pilar, Marisa y Luisa. El resto iban andando delante de Marías Luisa.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Isabel Naranjo, José Antonio Quiros, María Luisa Moreno, Miguel Alonso, Puri Ruedas y Roque Gómez)
LUNES DÍA 8
Último día en Killarney y viaje de regreso a España
CRÓNICA: MIGUEL ALONSO
Después del desayuno (9:00 h) en nuestro último día en Killarney nos desplazamos al centro del pueblo para hacer las últimas compras y preparar los bocadillos que tomaríamos en el aeropuerto.
Último día en Killarney y viaje de regreso a España
CRÓNICA: MIGUEL ALONSO
Después del desayuno (9:00 h) en nuestro último día en Killarney nos desplazamos al centro del pueblo para hacer las últimas compras y preparar los bocadillos que tomaríamos en el aeropuerto.
De vuelta al hotel, el Abbey Lodge B&B, recogimos nuestros equipajes para cargarlos en el autobús, que nos esperaba para llevarnos al aeropuerto de Cork, distante unos 60 kilómetros.
De Killarney salimos (12:10 h), hora de Irlanda, con un margen de tiempo suficiente, dirigiéndonos por la carretera N-27. Era nuestro último viaje en este precioso país, que quedará en el recuerdo de todos, según comentábamos, en el que nos sentimos muy a gusto.
Llegados al final del recorrido, que hicimos en hora y media, y después de facturar el equipaje, nos reunimos en uno de los restaurantes del aeropuerto donde comimos mientras esperábamos la hora del vuelo FR9901 de la compañía Ryanair que tenía su salida a las 16:50 horas (hora de Irlanda).
El vuelo transcurrió sin ninguna contrariedad ni turbulencias mientras charlábamos comentando nuestras impresiones, hasta llegar al aeropuerto de Málaga-Costa del Sol (20:18 h) hora de verano en España.
El trámite en la aduana fue rápido así como la recogida de las maletas en la cinta transportadora.
Llegados a este punto nos despedimos para emprender el regreso a nuestras casas, con la satisfacción de haber realizado el primer viaje del club, de tantos días, que esperamos repetir con otro destino el próximo año.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Isabel Naranjo, José Antonio Quiros, María Luisa Moreno, Miguel Alonso, Puri Ruedas y Roque Gómez)
(Fotos: Isabel Naranjo, José Antonio Quiros, María Luisa Moreno, Miguel Alonso, Puri Ruedas y Roque Gómez)
MAPA DE LA REPÚBLICA DE IRLANDA
Mapa del condado de Kerry donde se desarrolló nuestra estancia. Señalada con A el pueblo de Killarney y con la B el de Dingle.
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