ANULADA POR FALTA DE INTERÉS
De Estepona partiremos en sentido Málaga, desviándonos en el kilómetro 168,5 (salida a Benahavís) por la carretera MA-547. Al llegar a la rotonda, pararemos junto a la gasolinera de Repsol para unirnos al resto de compañeros que vengan de otros lugares. Posteriormente continuaremos por la segunda salida de la rotonda, la carretera A-7175, que nos llevará a 1,5 kilómetros antes llegar a Benahavís, la primera zona de aparcamiento cerca de la carretera, el “Mirador de las Tres Pérgolas”, para dejar los coches y comenzar la ruta. Hasta aquí habremos recorrido unos 20 kilómetros desde Estepona en una media hora aproximadamente.
De Estepona partiremos en sentido Málaga, desviándonos en el kilómetro 168,5 (salida a Benahavís) por la carretera MA-547. Al llegar a la rotonda, pararemos junto a la gasolinera de Repsol para unirnos al resto de compañeros que vengan de otros lugares. Posteriormente continuaremos por la segunda salida de la rotonda, la carretera A-7175, que nos llevará a 1,5 kilómetros antes llegar a Benahavís, la primera zona de aparcamiento cerca de la carretera, el “Mirador de las Tres Pérgolas”, para dejar los coches y comenzar la ruta. Hasta aquí habremos recorrido unos 20 kilómetros desde Estepona en una media hora aproximadamente.
Recorrido por la “Gran
Acequia del Guadalmiona”
La ruta empieza bajando al río desde el “Mirador de las
Tres Pergolas”, justo donde termina el descenso del río Guadalmina en la poza
que llaman "La playa". Unos metros más adelante, se inicia un puente
de madera laminada (37 metros de largo y 2 de ancho de 12 toneladas de peso)
por el que cruzaremos el río hasta la ladera opuesta a la carretera, bajo la
que transcurre el cauce, unos 40 metros por encima del nivel fluvial. En el
extremo del puente, en la ladera de la montaña, pasa la “Gran Acequia del
Guadalmina” con más de un siglo de vida, que forma parte del rico patrimonio
hidráulico.
Una vez cruzado, el puente comienza un corto tramo de
sendero de 200 metros de longitud por el que ascenderemos hasta el trazado de
la acequia (1,2 kilómetros) que está totalmente acondicionado y con barandillas
de madera para mayor seguridad.
Continuaremos el recorrido por la acequia, camino que
haremos relajados y protegidos de los rayos solares por unos túneles de
abundante y variada vegetación que flanquean la acequia, disfrutando de una
perspectiva diferente a la de las angosturas, que ahora recorremos a media
altura por la vertiente oriental, pasando por un pequeño acueducto que salva el
arroyo del Coscojar y que nos sirve de puente a nuestro paso. A nuestra
izquierda, al frente, se asoma el cerro de Montemayor y en el sentido de
nuestra marcha, cada vez más cerca, el pueblo de Benahavís.
Al cabo de una hora de camino, aproximadamente, llegaremos
a punto donde parte del agua de la acequia se canaliza en tubería, un cruce
donde un camino da acceso a una finca, a nuestra derecha, y que en unos pasos,
nos acercará a la carretera de Benahavís. Desde este lugar caminaremos unos 20
minutos por un acerado al lado de la carretera de unos 700 metros del
recorrido, donde nos encontraremos con dos miradores, uno orientado hacia el
oeste y el otro hacia el sureste, hasta llegar a las escalinata por la que
accederemos a la “Charca de las Mozas”, de unos cinco metros de profundidad,
situada en la ladera sur del Tajo de los Novios, punto de inicio del recorrido
por el cauce fluvial.
El río Guadalmina
De 28 kilómetros de longitud, el Guadalmina nace en la
Sierra Bermeja, en las inmediaciones del Puerto del Madroño, en el término
municipal de Igualeja, pero el agua permanente se encuentra más abajo, en el
municipio de Benahavís, de donde surge por los acuíferos kársticos formando un
paraje denominado "Las Angosturas". Desemboca en el municipio de
Marbella junto a San Pedro de Alcántara, sirviendo de separación entre los
términos municipales de Estepona y Marbella. El río queda encajonado en un
corto desfiladero, “Las Angosturas del río”, de unos dos kilómetros de
longitud, originando diferentes charcas o pozas rodeadas de paredes rocosas al
pie de espectaculares tajos.
Recorrido fluvial por
las Angosturas
A partir de este lugar comenzaremos el recorrido por el
río, en el sentido de la corriente, iniciando el primer contacto con el agua
bajando por un tobogán formado por la erosión del agua sobre las rocas. Después
de esta primera poza, continuaremos por una zona del río muy pedregosa. Este
tramo tendremos que recorrerlo con cuidado ya que presenta una cierta
dificultad debida al verdín acumulado en las piedras que la hacen resbaladizas.
Las siguientes pozas las pasaremos con el agua a la altura
de la cintura. Poco a poco, nos iremos adaptando a la temperatura del agua,
comprobando que los tramos más fáciles son los que hagamos nadando o dejándonos
llevar por la corriente del agua.
Según avanzamos, el río se va encajonando, cada vez más, a
través de las paredes rocosas que albergaban gran cantidad de plantas rupícolas, llegando a una estrecha garganta o “cahorro”, cuyas paredes se
pueden tocar con los brazos estirados en cruz. Las pozas empezarán a tener
mayor profundidad, lo que obligará a nadar entre las paredes verticales donde
es difícil encontrar puntos de agarre.
Como el recorrido es corto, no tenemos prisa por llegar,
por lo que iremos disfrutando tranquilamente. Según avanzamos, entraremos en
una zona donde casi no se ve el sol y la luz se cuela por las rendijas de la
parte alta, entre las rocas, creando un bello espectáculo. A ambos lados, las
rocas están cubiertas por unos pequeños helechos y musgos cuyo verde da un
fresco muy agradable a nuestro paso.
Por la zona de los
sifones
Llegaremos a una de las zonas más interesantes del
recorrido, una cueva que sirve de túnel, ya que se atraviesa, donde en épocas
de lluvias se puede formar un sifón.
Durante varios metros de recorrido tendremos que nadar por
un pasillo entre las rocas, donde el agua tiene más profundidad y por ende, más
fría. Las paredes no ofrecen puntos donde agarrarse, es la zona conocida como
el “Primer sifón”. Si miramos hacia arriba veremos la formación de
estalactitas.
Más adelante, llegaremos a un tramo subterráneo, el
llamado “Segundo sifón”. Al fin, la luz del sol comenzará a colarse por las
grietas de este túnel tan espectacular, saliendo al final a una zona más
abierta, donde, de nuevo, veremos los deslumbrante rayos solares, continuando
ya por tramos de poca profundidad.
Al cabo de dos horas de recorrido llegaremos a una pequeña
presa que tendremos que bajar teniendo dos opciones: una, haciendo un corto rápel
agarrados a una cuerda con nudos y con la ayuda de los compañeros y otra,
bajando por una especie de tobogán al agua.
Todavía nos queda un tramo de pozas, con profundidad,
donde tendremos que nadar unos diez minutos, llegando a la zona donde se abre
el cauce y se acaban las angosturas, justo bajo el nuevo puente de madera. El
recorrido finaliza en una última poza llamada “Charca de los tubos“.
Comida y baños en la
piscina municipal de Benahavís
Una vez finalizado el recorrido, los que quieran, nos
trasladaremos al recinto de la Piscina Municipal donde podremos comer arroz a
la paella de marisco, patatas con huevos fritos, filetito de cerdo y por
supuesto unas cervezas. Finalmente unos cafelitos y un chupito de orujo para
digerir.
Después de la comida, daremos por finalizada una bella y
emocionante jornada, regresando a nuestras casas.
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