CRÓNICA: MIGUEL ALONSO
El pasado sábado día 22
de marzo celebramos en las cercanías de Estepona la Fiesta de la Primavera, encuentro ya tradicional en
nuestro club, siendo esta la cuarta edición desde la fundación de LOS PINSAPOS
en diciembre de 2010.
Decidimos festejar la
entrada de la estación primaveral haciendo, en primer lugar, un recorrido
circular por el Valle del Arroyo La Cala y posteriormente reunirnos para comer en
la finca de nuestros compañeros Puri Ruedas e Ignacio Pérez de Vargas, donde haría
una Parrillada Argentina.
Comenzamos saliendo de
los aparcamientos situados en la avenida Litoral (9:15 h), en la zona cercana
al colegio de San José, donde habíamos quedado citados, continuando en coche
por el camino La Cala Bujeo, antiguo camino de Estepona a Jubrique (Vía
Pecuaria), que comienza en dicho lugar, por la margen derecha del arroyo la
Cala, a la altura de la desembocadura de dicho arroyo, circulando por un firme
asfaltado teniendo a nuestro frente la impresionante mole de Sierra Bermeja.
Tras recorrer unos
1.300 metros, paramos para aparcar los coches en la explanada situada frente a
las instalaciones de la “Yeguada La Granja”, cerca de la finca donde
regresaríamos al finalizar la ruta para comer en la Huerta María López.
Ruta por el valle de La
Cala
Pasadas las diez de la
mañana iniciamos la ruta a pie, desde dicha explanada, un grupo de dieciocho senderistas caminando por una
carretera asfaltada en dirección a la Sierra Bermeja, que siempre tendríamos a
nuestro frente. Al cabo de unos cuatrocientos metros, nos desviamos a la
izquierda por un túnel que pasaba bajo la autopista A-7 continuando por el
camino que discurría en paralelo a la autovía, para más adelante seguir por la
izquierda en una subida que tuvimos que hacer con tranquilidad, hasta alcanzar
la parte alta denominada Monte Castillo (11:05 h), donde tuvimos unas vistas
panorámicas del valle del arroyo La Cala, recorriendo las lomas que lo separan
del río Padrón.
La vegetación era la
propia mediterránea de alcornoques y, en las laderas de exposición más umbrosa,
alcornocales-quejigales, salvo en aquellos puntos donde afloran mármoles y calizas,
cuya vegetación potencial es de encinares, algarrobales y, puntualmente,
pinares de negral béticos.
El camino nos devolvió
de nuevo al valle en una suave bajada, llegando a una pista de tierra que nos
condujo a la zona denominada La Portezuela (11:25 h), en la que pudimos
apreciar los cursos del arroyo La Cala y el río Padrón separados únicamente por
la pista que transitamos, continuamos entre fincas particulares y alguna que
otra huerta para tomar una pista que, en ascenso pronunciado, nos llevó al
Puerto de Las Palmas.
Una vez coronado el
puerto, la pista se bifurcaba en dos, nosotros continuamos por la de la derecha
recorriendo unos tres kilómetros en subida. El paisaje desde esta parte era
espléndido con vistas al valle y a la sierra que nos vigilaba constantemente.
Llegados a un punto decidimos emprender el regreso para llegar con tiempo a la
hora de la comida.
Después de analizar por
donde seguir, decidimos bajar por un sendero que salía a la izquierda y que, en
bajada, nos llevó a una pista de tierra que nos devolvería de nuevo a la zona
de La Portezuela, caminando por el mismo camino que habíamos traído, donde
encontramos un rebaño de ovejas (12:05 h) conducidas por un pastor y dos perros
mastines con pinta de mansos.
Al cabo de unos metros
nos desviamos a la izquierda siguiendo las balizas de la Gran Senda de Málaga
marcadas con los característico trazos blanco y rojo (Gran Recorrido) del GR-249. El sendero nos
acercó al arroyo La Cala, que cruzamos de uno a otro lado varias veces, hasta
pasar a la margen derecha, conocida por Camino de los Molinos, que recorrimos
pasando por varios molinos ya en desuso hasta llegar al Vivero Río La Cala (13:05
h). En este lugar cruzamos de nuevo el arroyo para continuar por la derecha y
más adelante y por último pasarnos a la margen izquierda para seguir por la
pista de inicio de la excursión y cruzar de nuevo la autovía por el túnel hasta
llegar a la finca (13:40 h) de la que salía el olor de la carne que ya habían
comenzado a preparar Gisela y Sofía.
Al llegar tuvimos que
ayudar a los compañeros que no habían venido a andar, a montar las carpas y
preparar las mesas y sillas donde nos sentaríamos a comer un grupo de 34
comensales.
El asado argentino
La parrillada estaba
compuesta por un costillar cortado en tiras, matambre abierto de ternera, vacío
y entrañas de ternera, morcillas y chorizos criollos que nos iban
suministrando, según salían de la parrilla, sazonada con el típico chimichurri, salsa de consistencia líquida muy condimentada, cuyos
ingredientes fundamentales son perejil, ajo, vinagre ají molido y sal.
El asado lo acompañamos
con una excelente ensalada verde que prepararon Lupe y Chema y una exquisita
sangría que hizo Roque.
La comida transcurrió
en una estupenda camaradería y entre charlas, pasó el tiempo hasta la hora del
postre compuesto por, una tarta de mousse de frutas tropicales, elaborada en el
obrador esteponero de Los Remedios y un café de puchero que prepararon Puri y
Ana.
Pasadas las seis de la
tarde abandonamos el lugar después de desmontar las carpas y recogidos todos los utensilios.
El tiempo nos había
respetado la jornada, hubo sol suficiente para alegrarnos el día y al final
aparecieron unas nubes dibujando un bello cielo.
VERSIÓN EN FORMATO PDF PARA IMPRIMIR
GALERÍA FOTOGRÁFICA
Fotos: Miguel Alonso, Lola Criado, Isabel López y Roque Jesús Gómez
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