Crónica: Rafael Rodríguez
Desde Estepona salimos en autobús por la Autovía del Mediterráneo A-7 en sentido Málaga, desviándonos en San Pedro de Alcántara para recoger a algunos compañeros, continuamos por la salida 172 hacia Ronda por la carretera A-397. Al llegar a Ronda continuamos a la izquierda, en sentido Sevilla, por la carretera A-374 y, más adelante, seguimos por la carretera MA-507 que nos acerca al pueblo de Montejaque, donde llegamos después de haber recorrido 83,4 kilómetros en un tiempo de hora y media.
DESCRIPCIÓN DEL ENTORNO Y DE LA RUTA
Tras pertrecharno,s caminamos por la Avda. de Andalucía junto al colegio público Vírgen de la Concepción y mesón Altillo, donde nos espera nuestra compañera Stefania.
Continuamos en dirección a la plaza del ayuntamiento ya que Pepa y Paquita tienen que preparar las tortas que nos servirán de merienda, una breve parada que aprovechamos para que la hija de Pepa nos haga la foto de grupo junto a la casa de nuestras compañeras.
Iiniciamos el recorrido por el pueblo de Montejaque dentro del Parque Natural Sierra de Grazalema.
La ruta
Callejeamos dirección oeste por las calles empinadas hasta salir del pueblo. Este camino nos lleva a dejar el pueblo a nuestras espaldas, ascendiendo por una pista en buen estado hasta unos 2.400 metros del inicio.
Una vez que salimos del pueblo, comienza a sobrarnos ropa debido a la buena temperatura y a la cuesta por la que transitamos hasta el Puerto del Almendral. Tras recorrer unos cientos de metros tomamos un desvío a la derecha abandonando la pista principal para adentrarnos en el bosque de encinas y chaparros.
Recorremos el bosque por un sendero bien señalizado y con abundante vegetación a uno y otro lado para llegar al primer claro, los Llanos de Bulfo o Gulfo. Acompañados por el ganado que pasta tranquilamente, recorremos los llanos entre charcas de las últimas lluvias para detenernos justo al final junto a un roquedo y un nuevo portillo para tomar algo de fruta y disfrutar de la tranquilidad del paisaje.
Segunda parte del recorrido hacia el "Valle Escondido"
Antes de proseguir, si miramos hacia atrás, podemos contemplar la última panorámica: de derecha a izquierda veremos la cara opuesta del Cancho de Requenque, el Cerrachón, el cerro de Zumaque y la Sierra de Mojón Alto y, girándonos algo más, el Cancho del Hondón y el Cerro de Paráuta.
Dejado el valle, nos adentramos en el “Valle Escondido”, nombre que se ajusta a su situación, entre encinas y formaciones rocosas cubiertas de musgo con innumerables cobachas. Continuamos por medio de esta depresión que constituye un pequeño torcal de formaciones imposibles, flaqueados a nuestra derecha por el Cancho de los Enamorados y Los Frailecillos.
Alguna parada para hacernos otra foto de grupo entre los roquedos y los alcornoques y para saludar a unos vecinos del pueblo que realizan la ruta en sentido inverso.
A partir de aquí, el paisaje se nos muestra mucho más abierto con llanos cubiertos de encinas y muy floridos.
Camino entre piedras y canchos
De nuevo se abre el paisaje que nos conduce entre encinas y vegetación hasta un cortijo en ruinas y muy cerca del pozo, la famosa gran encina conocida por los lugareños por la “Encina de los LLanos de Zurraque”, encina catalogada como “Arbol Singular de Andalucía”. Siguiendo al punto de salida del llano, veremos otra flecha de piedra, similar a la anterior, pero esta vez marca en sentido contrario. Hasta este lugar, llevamos recorridos unos 8,5 kilómetros desde que iniciamos la ruta desde Montejaque.
Al final del llano, ascendemos por una parte pedregosa paralelos al borde del Hoyo de la Matanza y de la imponente encina que lo jalona, que se encuentra partida y seca totalmente, denominado así por la matanza de lugareños a manos de las tropas franquistas, que se produjo en la guerra civil.
Más adelante, entre peñas y canchos seguimos por esta misma vereda ycuando vamos a cruzar un nuevo portillo nos detenemos con una lugareña que saluda a nuestras compañeras a la sombra de algunas encinas.
Descendemos hacia el valle y un muro de piedra a nuestra derecha para conmtemplar el paisaje que se nos abre con algunas cabezas de ganado pastando libremente junto a las encinas y el arroyo q discurre por el valle.
Volvemos a traspasar otro portillo siguiendo después hasta otra zona abierta para nuevamente cruzar un portillo más que nos situará en Los Llanos del Apeo.
Recorremos el llano por la vereda que discurre justo por el centro, en toda su longitud, y continuamos por un camino bien marcado que se encuentra al final del llano.
Tras cruzar un pequeño arroyo por un terreno algo embarrado, continuamos por una pista atravesando unos portillos hasta encontrar una bifurcación que indica Grazalema a la izquierda y Montejaque a la derecha.
Tercer y último tramo para regresar al pueblo de Montejaque
Siguiendo la alambrada, llegamos al final de esta donde tomamos una estrecha vereda que se va adentrando en el bosque de encinas, dejando el camino principal a nuestra izquierda. Avanzamos por esta vereda en ascenso hasta encontrarnos con una pista, que seguimos hacia la derecha, hasta llegar a una nueva explanada donde decidimos comer con las imponentes vista del Cancho del Torero, una mole caliza muy característica.
Después de la comida y el merecido descanso, continuaremos por un pista marcada que nos conduce en ligero ascenso hasta un portillo y desde allí a la Cañada de Escalante.
Descendemos con el cansancio acumulado, deteniéndonos bajo algunas encinas para reagruparnos y descansar unos momentos del calor.
Cruzamos el último portillo de la ruta y continuamos la pista hasta encontrarnos con el camino de Libar, que forma parte del Sendero de Gran Recorrido GR-7 y el Sendero Europeo de Gran Recorrido E-4.
Ya solo nos restan 3 kilómetros de caminata por la pista que discurre entre las sierras de Montalate, a nuestra izquierda, y la de Juan Diego, a la derecha, hasta llegar a la Fuente de Imbro, donde nos reagrupamos y refrescaremos para realizar el último tramo.
El camino discurre por la margen derecha del Pantano de Montejaque. Una breve parada en el Mirador de la Fuensanta para contemplar el embalse y continuar hasta la entrada al pueblo.
Tras dejar las mochilas en el autobús, nos acercamos a la Plaza de la Constitución donde ya se encuentran Kiko y Jürguen que se adelantaron, para tomar unos refrescos y cafés acompañados de las “Tortas de Chicharrones” típicas del pueblo, a las que nos invitan nuestras compañeras Paquita y Pepa.
Celebramos los cumples de Elena, Lola, Rafa y el primer nieto de Andrea y Jürguen.
Tras este momento de relax, volvemos camino del autobús e iniciamos la vuelta a Estepona, dando por finalizada una completa jornada por paisajes de gran belleza.
VISTA SATÉLITE RECORRIDO
PERFL DE ALTURAS
PARTICIPANTES EN LA RUTA
A ver si el tiempo acompaña que esa zona la quiero visitar hace tiempo
ResponderEliminar