Crónica: Rafael Rodríguez
Desde el bar Estadio, salimos en cuatro coches hacia el Polígono Industrial de Estepona y, pasando el puente elevado que cruza la Autopista del Mediterráneo A-7, giramos a izquierda hasta llegar a la rotonda donde continuamos a la derecha para seguir por el Camino de Casares (Pista de la Colada de los Molinos) hasta sobrepasar la Planta de Residuos Sólidos y, a unos 500 metros de ésta, aproximadamente, se encuentra el camino de la Acedía por el que iniciamos nuestro recorrido por el Valle de la Acedía hacia la Pasada del Pino.
En este lugar dejamos aparcados los coches en el arcén de la carretera, para esperar al resto de compañeros e iniciar a pie un primer tramo del recorrido caminando por una pista hormigonada, los primeros metros y a continuación de tierra, divisando a nuestra izquierda el valle que riega el arroyo de la Acedía diseminado de villas de recreo y segundas viviendas.
Hacia la Cañada de la Pasada del Pino
Tras unas primeras rampas entre jaras y alguna que otra finca particular, ascendemos por una pista muy cómoda con algunas paradas para reagruparnos o para contemplar el valle hasta llegar a un pequeño llano con vistas a la Planta de Residuos Sólidos y a la costa.
Desde este lugar se ha abierto una pista que por la ladera del monte conecta con el final del antiguo sendero. A nuestra espalda podemos contemplar el Peñón de Gibraltar, a los lejos, y los Pedregales y Estepona a nuestra derecha. A nuestra izquierda las sierras de la Celima y Casares con Crestellina al fondo, de frente, nos acompaña en la subida, la inmensa mole rojiza de la Sierra Bermeja.
Recorridos unos 800 metros con continuas subidas y bajadas, la pista enlaza con una pista forestal abandonada, que en un suave ascenso, nos lleva a la cañada de la Garganta de la Acedía, conocida popularmente como la Pasada del Pino, donde hacemos una parada para tomar algún alimento y refrescarnos con agua en la fuente, aprovechando también para hacer la foto de rigor del grupo.
Descenso al verde Valle de la Acedía
Iniciamos el descenso por la vertiente opuesta, con vistas a Sierra Crestellina y el Valle de la Acedía, por un camino que se dirige en sentido sur y que nos lleva cerca de una balsa de agua y un helipuerto, instalaciones previstas para casos de incendios.
Nos detenemos en el cruce a esperar a los compañeros más rezagados y alguno que camina con bastantes dificultades. Tras analizar la situación decidimos que Jürgen y Miguel se adelanten al grupo y se dirijan a los coches para poder volver a buscarlo.
Los demás continuamos el recorrido con paradas constantes para no dejar atrás al compañero.
A medida que vamos descendiendo podemos contemplar unas preciosas vistas del entorno con unas impresionantes y bellas panorámicas de la costa, algo difuminada por las nubes, donde sobresale el Peñón de Gibraltar y la costa magrebí al otro lado del Estrecho de Gibraltar.
Al cabo de 1 kilómetro de recorrido, aproximadamente, llegamos al comedero de aves carroñeras conocido por “EL Muladar”, uno de los dispuestos por la Red Andaluza de Comederos de Aves Carroñeras, donde no pudimos ver buitres, pero si restos de animales diseminados en el espacio acotado del comedero.
El grupo principal continua a buen ritmo separándose de un pequeño grupo que incluye al compañero con dificultades para seguir el ritmo.
Llegamos al valle distanciados de los últimos que pronto son recogidos en el coche de nuestros compañeros.
Una vez avisados, retomamos la marcha normal hasta contactar con el primer grupo que nos espera cerca del cruce que tenemos que tomar hacia el valle.
La pista nos conduce hasta el acceso principal a la Acedía, desde la carretera de Casares con vistas a un verde y fértil valle.
Este valle es posiblemente la más bella de las zonas residenciales rurales del interior de la Costa del Sol, por el camino de la costa hacia la carretera del pueblo de Casares. La sensación de calma y tranquilidad absoluta es total entrando en la Andalucía rural y, por supuesto, con un paisaje, alrededores, flora y fauna dignos de contemplar también.
Regreso al punto de inicio de la ruta
Una vez reagrupados, tomamos una pista que desciende hacia el arroyo la Acedía para enlazar con el camino de la mañana que veíamos en la ladera este, frente a nosotros.
Tras pasar cerca de algunas viviendas rurales y de lujo, cruzamos el arroyo de la Acedía, e iniciamos el ascenso hacia la pista por la que caminamos por la mañana, que encontramos a unos 500 metros.
Desde este lugar el camino hacia los coches es muy cómodo, llegando tras completar un recorrido de cerca de 15 kilómetros en un espacio de aproximadamente seis horas, tiempo en el que hemos disfrutado de un nuevo día, un tanto ajetreado, compartido con los compañeros.
Posibilidad de comer en una venta cercana
Llegamos a los coches a las 15:10 h, nos esperan los compañerosqe volvieron en coche con el compañero, ya recuperado. Algunos, dada la hora, deciden marcharse a casa, mientras que, la mayoría, intentamos comer en la cercana venta El Torreón.
Dada la hora no es posible, por lo que decidimos probar suerte en Los Pedregales, que se encuentra cerrada y por fin, en La Peña Flamenca, donde pudimos comer y relajarnos, con las anécdotas de este particular día, en nuestro entorno más cercano.
TRAYECTO HASTA SALIDA
VISTA SATÉLITE DEL RECORRIDO
MAPA TOPOGRÁFICO
PERFIL DE ALTURAS
PARTICIPANTES EN LA RUTA
En la Pasada del Pino, de izq. a derch.: Marcelo Sierra, Mª Ángeles Peinado, Andrea Asmuss, Ana Mª Cruz, Mª Ángeles Vera, Rosa Cano, Mª Carmen Fernández, Francisca Sánchez, Jürgen Auf der Mauer, Francisco González, Mª José Rivas, Josefina Merino, Antonio Rodríguez, Marisol Vasco, Ana Cámara, Lola Carreño, Stefania Spila, Lola Criado, Andrés Febrero, Juan Manuel Usero, Miguel Pernas. No salen en la foto Roberto Álvarez y Rafa que hace la foto.GALERÍA FOTOGRÁFICA DE LA RUTA
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