sábado, 31 de agosto de 2013

Sendero del Gaitanejo y baños en el embalse del Conde de Guadalhorce

CRÓNICA: MIGUEL ALONSO
El sábado día 31 de agosto decidimos hacer una ruta por el entorno de los embalses, en el Paraje Natural Desfiladero de los Gaitanes. Partimos de Estepona por la autovía del Mediterráneo A-7 en sentido Málaga, desviándonos en la salida 185 para continuar por la carretera A-355 hacia Ojén y seguir carretera arriba dejando atrás los pueblos de CoinPizarra y Carratraca, para luego desviarnos hacia Ardales por la Autovía del Guadalhorce A-357.



A la altura de Ardales, tomamos por el desvío que nos indicaba hacia El Chorro. A partir de ahí la carretera iba bordeando gran parte del Embalse del Conde de Guadalhorce, que en todo momento quedaba a nuestra izquierda, hasta que, recorridos unos 5 kilómetros desde el desvío, llegamos a un punto donde se nos indicaba a la derecha y Parque Ardales al frente. Siguiendo las indicaciones al frente llegamos al Camping Parque Ardales, justo al lado del Desfiladero de los Gaitanes y más adelante, al fin, llegamos a nuestro punto de destino (10:30 h), el Restaurante El Kiosko junto al que dejamos aparcados los coches.


Antes de emprender la ruta, encargamos un arroz a la paella para las dos y media de la tarde en el restaurante, así dejábamos tiempo suficiente para recorrer el sendero y darnos unos baños en el embalse antes de la comida.

El entorno
El Paraje Natural Desfiladero de los Gaitanes, junto con el embalse del Guadalhorce, forman un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Por ello escogimos, para esta jornada del 31 de agosto, esta ruta que discurría por un entorno acuático, además de por su belleza paisajística, lugar ideal para disfrutar de una buena sesión de baños combinada con una ruta sencilla aprovechando este privilegiado entorno.

El Sendero del Gaitanejo
El tiempo era ideal para caminar, corría un aire fresco y la proximidad de los embalses también aportaba cierta humedad que refrescaba el ambiente.
Tuvimos que retrasar el inicio de la ruta por esperar a Violeta, que venía sola desde San Pedro de Alcántara y que se había extraviado tomando equivocadamente la dirección de El Chorro. Como tardaba, decidimos esperarla José Luis y el que os hace esta crónica, mientras el resto de compañeros comenzaron la andadura (11:00 h) para reunirnos más adelante con ellos.

Al fin apareció Violeta muy apurada (11:30 h) por la tardanza y emprendimos la marcha por el mismo lugar que nuestros compañeros, justo al lado del restaurante El Kiosco, donde se encuentra la entrada a un pequeño tunecillo excavado en roca arenisca, de unos 150 metros de longitud, que daba paso, al otro lado de la montaña, a una ladera de pinar con vistas al Embalse del Gaitanejo por el que fuimos andando rodeados en todo momento de abundante vegetación, especialmente de pino de repoblación, que daban un toque verde al paisaje.

A unos cien metros del túnel subía el sendero, a la derecha, y al cabo de unos metros de fuerte subida, alcanzamos la pista que partía desde el Restaurante el Mirador (12:15 h) donde nos reagrupamos todos.

Continuamos por la pista con nuevas perspectivas del Embalse del Gaitanejo, que fuimos viendo entre las ramas y las copas de los pinos que flanqueaban el camino, atravesando un nuevo túnel, también excavado en roca arenisca, que nada más dejar atrás nos condujo a un lugar plagado de grandes oquedades rocosas, hasta llegar a la Central Hidroeléctrica (12:40 h).

El camino seguía junto a una alambrada metálica que rodeaba la Central Eléctrica, que dejamos a nuestra derecha, observando a nuestra izquierda la Presa del Gaitanejo construida a base de bloques de sillería.

Unos cién metros más adelante, llegamos al comienzo del famoso “Caminito del Rey”, en su tramo correspondiente al Desfiladero del Gaitanejo, cuyo acceso está cortado por una puerta de hierro, ya que actualmente está impracticable, por lo que está absolutamente prohibído el acceso al mismo debido al peligroso estado en que se encuentra.

En este lugar, unas escalinatas excavadas en la roca nos permitieron bajar a una cota más baja, justo al lado donde vierte el agua de la presa y desde donde pudimos ver, más cerca, la famosa pasarela, prácticamente impracticable, del Caminito del Rey, donde nos hicimos unas fotos en ese espectacular rincón.

De vuelta a la Central Hidroeléctrica, emprendimos el regreso por la llamada Senda de Pescadores (13:00 h), que discurría paralela a la orilla del embalse y que ahora llevábamos a nuestra derecha, pasando frente a un espectacular arco trazado sobre una pared de arenisca, en la orilla contraria, conocida como La Roseta, monumental ejemplo de erosión alveolar (por las oquedades que presentan las rocas), disfrutando de un bello recorrido entre un densa arboleda de pinos y eucaliptos. Las paredes de arenisca daban un toque añadido por las oquedades que en ellas habían.

Algo más adelante, todavía junto al nivel de las aguas del embalse, la senda describía una prolongada curva, a modo de herradura, formada por un antiguo meandro del río, donde nos encontramos con lo que fueron las ruinas de antiguas viviendas rupestres, posterior refugio de pastores. A partir de aquí la senda comenzaba a subir de forma suave.

Al fin, llegamos al túnel por el que iniciamos el recorrido (13:50 h). La mayoría del grupo se cambiaron de ropa para zambullirse en las aguas del embalse y otros, nos dirijímos a la mesa que teníamos reservada en el restaurante para refrescarnos con unas cervezas o Tinto de verano mientras regresaban los compañeros del baño.

La comida
Comenzámos la comida (15:00 h) y mientras esperábamos el arroz, fuimos saciando el hambre con unas ensaladas. Por fin, apareció la paella con un rico arroz que Violeta se prestó a servirnos y que engullimos con gusto. Estábamos hambrientos y no dejamos ni un solo grano en la paella.

El ambiente entre el grupo era distendido y animado. Risas y ocurrencias, de unos y otros, amenizaban el momento. Luego vinieron los postres, los cafés…

Pero finalmente llegó el momento de la despedida para la gran mayoría del grupo (17:00 h), ya que el tiempo se les echaba encima a algunos que tenían compromisos que atender.

Quedamos unos pocos que, después de unos cafés con hielo y un corto relajamiento, dando tiempo a que desaparecieran los efectos del alcohol, dimos por finalizada la jornada emprendiendo el regreso a nuestras casas, ya pasadas las seis de la tarde.


GRUPO DE PARTICIPANTES
El grupo en la comida en el Restaurante El Kiosco del Parque Ardales. De izquierda a derecha: Miguel Alonso, Margaret O'Connor, José Castillo, Regina Rico, Juana Palomares, José Carlos Rivas, Violeta Montequín, Pepi González, Marja Bolscher, Michele Abinante, José Luis Jiménez y Chelo Alonso. No sale Sofía Mateos ausente en el momento de hacer la foto.


   MAPA DEL RECORRIDO

   CROQUIS DEL RECORRIDO


VISTA VÍA SATÉLITE DEL RECORRIDO

MAPA TOPOGRÁFICO

PERFIL DE ALTURA

GALERÍA FOTOGRÁFICA


(Fotos: Miguel Alonso, Pepí González, Juana Palomares y Jose Carlos Rivas) 




sábado, 24 de agosto de 2013

Recorrido por las playas de Zahara de los Atunes y Atlanterra

CRÓNICA: MIGUEL ALONSO


El sábado día 24 de agosto realizamos la excursión programada para este día un pequeño grupo de socios, desplazándonos hacia Zahara de los Atunes. De Estepona salimos, pasadas las 8 de la mañana, por la Autovía del Mediterráneo A-7 en sentido Cádiz. Al pasar a la altura de Tarifa la bruma nos impedía ver con nitidez la costa magrebí, situación que se mantuvo durante todo el día. El viaje transcurrió en animada conversación con los compañeros de viaje. Llegandos al kilómetro 56,2 tomamos el desvío que salía a la izquierda y que nos introdujo en la carretera A-2227.


Recorrimos unos diez kilómetros hasta llegar al arroyo Cachón, que cruzamos a través de un puente, entrando en el núcleo urbano de Zahara y siguiendo las indicaciones, giramos en un cruce a la derecha hasta llegar a la altura de los restos del antiguo Palacio Jadraza, que dejamos a nuestra izquierda, continuado hasta la playa donde dejamos aparcados los coches en los aparcamientos existentes al lado del Hotel Gran Sol, cuando eran las diez y cuarto de la mañana. Desde Estepona habíamos invertido un tiempo de unas dos horas en hacer un recorrido de 112 kilómetros.

Nos vestimos de playeros, y nos dirigimos hacia la playa los cinco compañeros que nos habíamos dispuesto a pasar la jornada playera: Violeta, Marja, Juan Manuel, Dari y Miguel, el que os narra esta crónica.

Atravesamos una franja de terreno dunar a través de una de las muchas pasarelas que había a lo largo de una playa inmensa, de más de seis kilómetros de longitud y muy ancha, con una dorada y fina arena bañada por las frías aguas atlánticas en plena Costa de la Luz.

Nuestro proyecto consistía en recorrer la playa de un extremo, cerca de la desambocadura del río Cachón al oeste, hasta el extremo contrario, al este, donde el Cabo de la Plata avanza hacia el mar impidiendo el paso a la cercana playa denominada por los zahareños “Playa de los Alemanes” y en donde se encuentra un viejo búnker en el punto más extremo del cabo (11:50 h). Al fondo se divisaba el Faro de Camarinal o «Faro de Gracia» situado entre la ensenada de Bolonia y Zahara de los Atunes.

Después de las fotos de ritual decidimos hacer el camino inverso, hacia el lugar donde habíamos comenzado el recorrido, parandonos varias veces para darnos unos baños en un agua que ya no notábamos tan fría, al contrario, nos resultaba estupenda.

Después de una ducha decidimos acercarnos a donde habíamos dejado los coches, cerca del hotel y comer (14:50 h) en un bar cercano unas tostas de atún, calamares, gambas cocidas y una ensalada de tomate aliñado acompañado por cervezas y tinto de verano que nos supo a gloria.
Un espléndido día en un bello lugar y en muy grata compañía, como siempre.
Después de la comida, nos fuimos a tomarnos unos cafés y helados en el Restaurante Almadraba (16:31 h), en el centro del pueblo. Después nos fuimos a una panadería que nos recomendaron para comprar un tortas de almendras típicas del lugar.




  MAPA RECORRIDO POR CARRETERA A ZAHARA DE LOS ATUNES
  
  El grupo ante la entrada al Castillo de las Almadrabas. De izquierda a derecha: Miguel Alonso, Violeta Montequín, JUan Manuel Usero, Dari Mohamed y Marja Bolscher.

GALERÍA FOTOGRÁFICA 
(Fotos: Miguel Alonso)




sábado, 17 de agosto de 2013

Recorrido por el cauce del río Guadalmina


CRÓNICA: MARÍA ROSA MARTÍN
Tal como estaba previsto, el pasado sábado 17 de agosto, un grupo de 14 amigos, muy variados; adolescentes y jóvenes maduras/os, junto con mis perritas Lola y Venus, quedamos para realizar la ruta del río Guadalmina, en el bello pueblo de Benahavís.


Habiendo adelantado el horario previsto de salida, para aprovechar más el día, los más decididos y aventureros nos encontramos en un primer momento en Estepona a las 9:00 horas y, media hora más tarde en la gasolinera de Repsol, en el cruce de la Autovía del Meditarráneo A-7 antes de llegar a Benahavís.



Todos puntuales, y tras las presentaciones de las nuevas amigas; Regina y Conchi, los hijos de Yolanda; Fabio y Claudio y el amigo de Miguel; Mohamed Dari, y el reencuentro después de una semana, montamos en los vehículos y partímos (9:45 h) hacia el bello pueblo de Benahavís, cargados de energía y ganas de compartir un día de amistad en la naturaleza.


Cruzamos las limpias y elegantes calles del pueblo, hasta llegar al pequeño embalse del Guadalmina, donde aparcamos los coches a la izquierda y tras cambiarnos de ropa para la caminata, nos reagrupamos, hicimos unas fotos  e iniciamos la marcha, no exenta de algún despiste que otro, que nos  hizo recorrer caminos paralelos  y retomar en un par de ocasiones el sendero  principal, no perdiendo en ningún momento el sentido del humor que nos caracteriza.

El sendero, en un principio nos alejaba del cauce, remontándo sus laderas. A ambos lados del camino encontramos pinos pinaster rodeados de un matorral muy denso de enebros, brezos, lentiscos y acebuches.

Sobre las 12:00 horas, llegamos a uno de los mayores afluente del Guadalmina, el arroyo de Cerro Gordo, con una primera pocita, donde ¡por fin!, nos refrescaríamos, "el calor ya estaba haciendo de las suyas …".  Entre remojón y remojón, conversando y alguna que otras risas,  pasamos un buen rato en la charca.

De nuevo, continuamos río abajo, entre rocas, algunas resbaladizas por el verdín, que exigía dar pasos bien firmes y seguros, nos encontramos pronto con una nueva poza para refrescarnos. Siendo la pauta de toda la jornada, poza o charca, daba igual, allí íbamos a zambullirnos.

Los insectos  hicieron de las suyas, dando algún que otro picotazo; pero como somos ¡ávidos supervivientes del Amazonas!,  supimos utilizar remedios naturales para curar el hinchazón causado por la picadura.

Sobre las 13:15 horas el hambre empezó a apretar y paramos para repostar. Compartimos la comida con alguna “despistada” que se dejó los bocatas en casa, y que al final, fue la que mejor comió. Quizás se me olvide a mí también, sin querer, el bocata en casa, el próximo día.

Tuvimos oportunidad de recibir clases de inglés y francés, jugar con los jóvenes adolescentes, contar algún que otro chiste, o que Yolanda nos enseñara la canción del  “Harén”.  En este punto, después de comer, algunos tenían que volver a Estepona y acompañados por Javi  buscaron el sendero campo a través hasta los coches.

A partir de aquí,  empezaba la parte más bonita del Gualdamina, el agua del río se hacía más cristalina y las pozas eran más amplias. Así fue que Juana se confió, creyendo que no había profundidad y llegó a mojar su mochila, aún teniéndola sobre la cabeza, temiendo por su móvil, que afortunadamente no sufrió daño alguno.

Contentos por el día, dejamos el río y tomamos de nuevo el sendero a las 16:45 horas. Al final, cerca del embalse, nos esperaba nuestro amigo Javi para retomar la jornada con nosotros.

Una vez que llegamos a los coches (17:00 h) nos cambiamos de ropa y emprendimos la marcha en los coches en busca de la piscina municipal de Benahavis (17:45 h) donde nos tomamos unos refrescos en el restaurante y nos dimos unos baños.  Se ve que aún no nos habíamos mojado lo suficiente.

Más tarde, pasadas las 19:00 horas, emprendimos el regreso a nuestras.

¡Gracias amigos!, sois unos soles.

Hasta la próxima…



              CROQUIS DEL RECORRIDO POR EL RÍO GUADALMINA
     CROQUIS: MANUEL MANZANARES

   Recorrido por carretera desde Estepona a Benahavís.

  EL GRUPO DE CATORCE PARTICIPANTES
   El grupo al inicio de la excursión. De izquierda a derecha: Dari Mohamed, Claudio Duarte, Miguel Alonso, María José Gómez, Pepi González, Regina Rico, Marja Bolscher, Juana Palomares, Concha Trigo, María José Carrillo, María Rosa Martín, Yolanda García, Fabio Duarte. Javier Duarte es quien hace la foto.

GALERÍA FOTOGRÁFICA 
(FOTOS: Juana Palomares, Javier Duarte y Miguel Alonso)

sábado, 10 de agosto de 2013

Recorrido fluvial por las angosturas del río Guadalmina


CRÓNICA: PEPI GONZÁLEZ
Elaborada con la aportación de Marja Bolscher, Sofía Mateos, Andrea Michalowiez, María José Carrillo, Javier Duarte y Johan Setjo.

Salimos de Estepona sobre las 11:00 horas con dirección a Marbella, para reunirnos, en la gasolinera del cruce a Benahavís, con nuestras compañeras Rosa y Yolanda que venían de Málaga.


Ya todo el grupo junto, continuamos en diferentes coches a subir la carretera hacia Benahavís, pasando el túnel y la zona donde cada domingo ponen el rastro. En los primeros aparcamientos dejamos nuestros coches y tras coger lo imprescindible, salvo Javi que iba cargado con varias cuerdas para poder hacer la bajada de la presa, lo que agradecimos pues nos posibilitó el experimentar esa experiencia a las compañeras mas atrevidas, comenzamos la ruta.

Caminamos, desde los aparcamientos, por el arcén de la carretera hasta llegar a la primera curva, antes de llegar al pueblo, desde donde se puede divisar este.

Bajamos unas escalinatas y nos encontramos ante un pequeño charco donde empezamos a hacernos algunas fotos los doce compañeras/os y Rocky (la mascota de Miriam) que formábamos el grupo, y a tomar algunos baños a la vista de la vegetación de los montes, al otro lado del río.

Ya decididos a comenzar la aventura, nos fuimos tirando por el tobogán natural para zambullirnos en la “Charca de las Mozas”, experiencia que algunas compañeras han vivido como una vuelta a su niñez. Nadamos un poquito y comenzamos la bajada del río Guadalmina. Nos fuimos encontrando con grandes piedras y ante un recorrido donde teníamos que tener precaución para no resbalarnos, pero en un entorno muy bonito donde se mezclaban el agua, las rocas, la vegetación, los colores, el sol y la buena gente.

Adentrados en el río, llegamos a los primeros tramos de la zona donde teníamos que ir nadando; algunas compañeras llevaban pelota y cilindro inflable, lo cual les facilitó los largos tramos de nado. Incluso, gracias al cilindro inflable de Miriam, que sirvió de ayuda a dos personas de otro grupo que tenían pánico de seguir nadando, tras haber sufrido una experiencia desagradable en el trascurso de la ruta.

El recorrido no tenía desperdicio con esos paisajes tan maravillosos que pudimos contemplar, pero cuando nos adentramos en el cierre de las angosturas, con los rayos de sol que penetraban y se reflejaban en el agua y nadando por aquella belleza de la naturaleza, la sensación fue impresionante para algunas; Marja nos comentaba que se había sentido a lo largo de la ruta como si estuviese en una película de Indiana Jones. También nos topamos con ranitas, que curiosamente se les subían a la camiseta morada de Miriam y, entre bromas, queríamos que ella las besara por si alguna se convertía en un principito (?).

Dos compañeras se adelantaron al grupo porque les apetecía disfrutar de estas experiencias de forma individual y otras, más atrevidas; Rosa y Andrea, se subieron a una roca, dentro de las angosturas, y se tiraron varias veces al agua no queriendo dejar pasar esa oportunidad.

Al llegar a la presa algunos compañeros bajaron por una especie de tobogán, por donde corría el agua, y los más atrevidos bajamos ayudados por las cuerdas que Javier había trasportado para la ocasión.

Seguimos nadando un poco más y finalmente llegamos a una especie de playita donde terminaba nuestra ruta; allí concurrían familias pasándo el sábado con neveras, sombrillas y demás. Nosotros finalizábamos la ruta de las angosturas, que algunos compañeros calificaron de maravillosa y de una experiencia fabulosa.

Finalmente subimos hasta los aparcamientos, donde estaban los coches, para cambiarnos de ropa y ponernos en marcha hacia el Parque Torre Leonera, situado en la avenida de la Moraleda, donde nos tomamos nuestro picnic, compartiendo comida y frutas. Este parque nos gustó porque es muy bonito, dentro hay muchos árboles, césped, un estanque, columpios, un anfiteatro, un mirador…, incluso nos encontramos un árbol muy especial llamado Pirul, que nuestra compañera Sofía (de origen mexicano) nos comentó que, en su país, este árbol lo consideran muy energético y que al tener contacto con él, nos recargaría de energía, de ahí que algunos nos pusimos a frotarnos con sus hojas.

Después, Estrella, amiga de Miriam, dedicó unas sesiones de tatuajes con Henna.

También tuvimos la oportunidad de permitirnos tumbarnos en el césped y, algunos, poder echar una pequeña cabezada.

A Estepona volvimos a las 18:20 horas, dando por finalizada la ruta del sábado, aunque algunos decidimos tomarnos unos mojitos, cafés o refrescos, mientras conversábamos acerca de hacer una semana de senderismo por Indonesia, el país de nuestro compañero Johan, que vino desde Madrid, donde reside, para disfrutar de esta ruta. Algunos empezamos a ilusionarnos con esa posible y futura nueva aventura pues, ya tenemos la experiencia reciente de otra semana de senderismo en Irlanda, el pasado mes de julio, que resultó un gran éxito.


   MAPA CARRETERA DE ESTEPONA A BENAHAVÍS
   Recorrido por carretera, en tono azulado, desde Estepona a Benahavís.


   GALERÍA FOTOGRÁFICA 


(Fotos. Javier Duarte  y Pepi González )

sábado, 3 de agosto de 2013

Moraga de espetos de sardinas


CRÓNICA: RAFAEL RODRÍGUEZ

Un año más, ayer sábado celebramos la moraga de espetos en la playa de la Escollera. Durante toda la semana un grupo de compañer@s  trabajaron para que todo saliese perfectamente.

El jueves nuestro proveedor habitual nos falló y tuvimos que comenzar una búsqueda de sardinas  a contrareloj. Afortunadamente las gestiones realizadas por Ignacio y Puri dieron resultado y a última hora nos consiguieron tres cajas de sardinas con las que pudimos realizar la moraga.

La  avanzadilla llegó al puerto a las 19:30 horas descargamos rápidamente y nos pusimos manos a la obra…, tuvimos la suerte de que Yolanda vino acompañada de sus primos Iciar y Carmelo que junto con ella, María, Lupe, Chema, Pepi y Javi comenzamos a dar los primeros pasos…

Una vez descargada la leña, Rafa y Javi se encargaron del fuego y de realizar los espetos con la ayuda de Carmelo y de Roque que llegó poco después…, mientras tanto, los demás dirigidos por Chema, comenzaron a preparar la ensalada y a colocar las bebidas en los cubos con el hielo.  

La leña ardía lentamente mientras que los compañer@s que iban llegando acomodaban en la arena sus sillas y mesas. El viento cedió y la noche se quedó perfecta.

A los primeros vasos de gazpacho de Chema le siguieron los primeros espetos de sardinas que apenas tocaron la bandeja. Mientras tanto Pepi, Sofía y Ángeles preparaban los espetos de morcilla y chorizo y Roque daba los últimos toques a los litros de sangría.

Los espetos se sucedían sin tregua y aunque las sardinas eran muy grandes, aguantaron bien el fuego quedando muy sabrosas.

Los compañer@s con sus respectivos invitados y familiares fueron haciendo pequeños grupos donde se conversaba y comía a partes iguales.

Una vez terminados los espetos, pasamos al postre; unas ricas y fresquitas calas de sandía para terminar la cena.

De las siete cajas de sardinas que se trajeron, se utilizaron cinco y las dos restantes, una se repartió allí mismo entre los compañeros que quisieron llevárselas a casa y la otra se ha intentado donar al comedor social de Estepona pero estaba cerrado, por lo que la hemos congelado.

Poco a poco el grueso del grupo se fue retirando, quedando algunos compañeros que ayudaron a recoger todo perfectamente, apagar el fuego  y dejar la playa en perfecto estado.

Un pequeño grupo decidimos relajarnos tranquilamente con unos mojitos en la "Buena Vida", dando por terminada esta agradable velada en compañía de amigos y familiares a las 03:20 horas.

Gracias a tod@s por vuestro trabajo y colaboración. 
  
   Mapa de situación del lugar del evento en la zona del Puerto Pesquero de Estepona.
   
GALERÍA FOTOGRÁFICA
Fotos: Lola Criado, Inmaculada Jurado, Pepi González y Rafa Rodríguez.