sábado, 30 de mayo de 2015

Circular por la Sierra de San Bartolomé y Monte Betis



CRÓNICA: RAFAEL RODRÍGUEZ

"Una ruta muy corta…"
Desde Estepona nos desplazaremos por la autovía A-7 en sentido Cádiz, trece compañeros en cuatro vehículos, continuando por la N-340. Pasado Tarifa, a unos 10 kilómetros, llegamos a un cruce que encontraremos en el kilómetro 71, para seguir la señalización que nos indica, a la izquierda, hacia Bolonia por la carretera CA-8202. 

Ya sólo nos resta subir un corto puerto, de unos 2 kilómetros de recorrido, que nos lleva a la venta El Tropezón, donde aparcamos los coches, siendo también punto de encuentro y donde aprovechamos para prepararnos y tomar algo de alimento ya que no podemos desyunar al encontrarse cerrada la venta.

Por la sierra de San Bartolomé
A las 09:30 horas comenzamos la ruta por un camino asfaltado en dirección sureste, hacia el poblado denominado Betis, llegando a la zona de “Tumbas de Betis”, situadas a la izquierda de la carretera, donde vemos unas tumbas antropomorfas talladas en las rocas de arenisca datadas entre los siglos VIII y X de la era tardo medieval.

De nuevo en la carretera seguimos dejando atrás la indicación de zona de escalada “Tajo del Búo o Canuto del Arca”, tras unos metros retrocedemos ya que el GPS nos indica que esa es la desviación correcta.

Comenzamos el ascenso en dirección oeste bordeando la montaña, pasando por una zona boscosa de eucaliptos que se mezclan con los autóctonos lentiscos, palmitos y coscojas.

Continuando hacia arriba, llegaremos al sector que le da el nombre popular a toda la zona, “Mosaico,” con una belleza peculiar de las placas que nos recordará a las piezas de un gigantesco puzzle. Llaman la atención las extrañas burbujas de arcilla que la erosión ha descarnado, dejando en la pared oquedades circulares casi perfectas.  

Tras alguna parada para reagruparnos llegamos a una verja de ganado que bordeamos hacia la derecha para contemplar una maravillosa panorámica de la Ensenada de Bolonia: la Punta Camarinal al fondo, con su faro guía y la Sierra de la Plata o Silla del Papa a la derecha.

Después de las necesarias fotos sobre las piedras que jalonan el precipicio, realizamos un breve descanso para tomar algo de alimento y continuamos hacia el sur buscando una puerta-angarilla que nos dará paso a un camino en bajada conocido por el nombre de “Ruta de Ignacio Morales” que nos conduce a la falda del monte, para adentrarnos en el pinar de piñoneros que asciende hasta las zonas más altas de la Sierra de Betis , nos acompañan las vistas a Bolonia y el vuelo majestuoso de los buitres leonados que anidan en las oquedades de las rocas.

Descendemos y ascendemos a partes iguales por un sendero muy bien señalizado y limpio por lo que algunos advertimos que esta no es la ruta que pretendíamos realizar, que discurre según el gps ladera abajo.

Llegamos hasta una valla que nos deja ver las dos vertientes del la Sierra de San Bartolomé. Nuestras dudas sobre el sendero seguido se hacen patentes. Nos agrupamos y decidimos seguir el sendero marcado hasta llegar a un nuevo cruce desde el que divisamos la carretera hacia la izquierda, y una senda que asciende en dirección sur que es la que finalmente tomamos.

En este momento Violeta pronunció la frase que da nombre a esta crónica y que después repetiríamos hasta que encontramos el camino de vuelta "Una ruta muy bonita pero corta".

Comenzamos un corto ascenso en dirección sur intentando encontrar la primitiva ruta de la que estamos lejos. Tras unos metros recorridos llegamos al vértice geodésico del Monte Betis o Betijuelo que nos ofrece unas buenas panorámicas en todas direcciones, lo que aprovechamos para orientarnos mejor.

Junto al panel informativo encontramos una baliza que señala un sendero en descenso sur, que decidimos seguir, hasta encontrar nuevas indicaciones que nos dirigen de nuevo dirección sur hacia la playa que vemos en el horizonte.

Tras llegar a lo que parece un cortafuegos y tendido eléctrico, nueva parada para decidir, las indicaciones siguen sin variar hacia el sur por el cauce del Arroyo de Los Puercos , pero no las tomamos y seguimos por un cortafuegos que sale a la derecha y que pensamos nos conducirá hasta la primitiva ruta.

Recorremos unos cientos de metros y nos adentramos en el bosque de pinos buscando el sendero que se pierde entre la maleza, nueva parada, algunos creen que es mejor seguir el sendero que hemos dejado y otros pensamos que hay que seguir hacia la derecha. Decidimos descansar y comer mientras que Pepe García y el que escribe recorren el cortafuegos para ver si tiene salida. Así nos parece, por lo que volvemos a comer y comentarlo con los compañeros que ya prácticamente habían acabado.

Retomamos la marcha por el cortafuegos, siguiendo el tendido eléctrico que nos conduce, tras dos kilómetros en dirección oeste, hacia el núcleo rural de El Chaparral.

Llegamos a la carretera a las 15:15 horas. El calor y el cansancio de esta "ruta corta pero bonita" se hacen evidentes, aunque con más tranquilidad entre todos, por saber hacia donde nos dirigimos.

Recorremos los tres kilómetros que nos separan del comienzo de la ruta aunque algunas no los terminaron, Violeta, Rosa y María, ya que Roque las acercó el último tramo con el coche. El resto llegamos espaciadamente hasta la Venta el Tropezón, a las 15:50 horas.

Tomamos unos refrescos y algunos recurrimos al plato estrella de Pinsapos "Huevos fritos con patatas" para terminar de recuperarnos.

Algunos compañeros se fueron marchando por cuestiones personales, mientras que otros, en relajada conversación, terminamos la comida y decidimos tomar café y pasteles en el camino de vuelta, en Los Barrrios.

El viento de poniente no ayudó demasiado así que después de saborear los buenísimos pasteles de la pastelería La Plata, ya de vuelta en Estepona, decidimos acabar con un… dos… mojitos junto al mar, en el restaurante La Gamba.

Un atardecer cálido y relajado en compañía de amigos… mojito, charla,… recuerdos y anécdotas de rutas pasadas y… nos dieron las diez, y las once, las doce… ya en el Bar San Lorenzo, donde con unos montaditos, dimos por acabado esté día tan completo.



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   SITUACIÓN DEL BAR ESTADIO EN ESTEPONA, LUGAR DE CITA

   
MAPA DEL RECORRIDO ,POR CARRETERA DE ESTEPONA AL INICIO DE LA RUTA

VISTA SATÉLITE

MAPA TOPOGRÁFICO

PERIL DE ALTURA

PARTICIPANTES
De izquierda a derecha: Marisa Salgado, Paula López, Javier Duarte, Violeta Montequín, Rosa María Martín, María Martín, Pepe García, José Luís Gil, Roque Jesús Gómez, Margaret O´Connor, Lola Criado, José María García de la Nava y Rafael Rodríguez que hace la foto.

GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Lola Criado, Roque Jesús Gómez, José Luís Gil y Rafael Rodríguez) 

sábado, 23 de mayo de 2015

Visita a las ruinas de la ciudad romana de Acinipo y recorrido turístico por Ronda


Crónica: Rafael Rodríguez

Desde el lugar habitual salimos a las 8:40 horas doce compañeros en tres coches por la Autovía del Mediterráneo A-7, en sentido Málaga, desviándonos en San Pedro de Alcántara por la salida 172, donde recogemos a tres compañeras mas para seguir hacia Ronda por la carretera A-397.

Tras una hora de recorrido hacemos una parada para desayunar en la Venta La Parrilla, junto al Hotel Sierra Hidalga, poco antes de la entrada a Ronda, donde nos espera Pau que viene desde Málaga. Cafés, infusiones y molletes con tomate y zurraspa nos hacen la mañana mas llevadera. 

Continuamos dirección Sevilla hasta el cruce con la carretera de Setenil de las Bodegas y las ruinas de Acinipo. Son cinco kilómetros de recorrido jalonados de bodegas y vides a uno y otro lado de la carretera, por lo que el paseo resulta muy agradable.

Visita al yacimiento de Acinipo

Ya en Acinipo iniciamos el recorrido dirigiéndonos hacia la parte oeste de la ciudad para observar los restos de las termas, construidas en el siglo I a.C. y que  han sido parcialmente excavadas en los últimos años. Es posible observar el caldarium, el tepidarium y otras estancias así como varias conducciones de agua y elementos arquitectónicos tales como columnas que conformaban los primitivos edificios y que se encuentran apiladas en un lateral.

Seguimos el agradable paseo dirección norte, por una pronunciada pendiente que obligó a construir, de forma escalonada, todos los edificios de la ciudad hasta el teatro.

Observamos los restos de muralla que aún quedan para obtener una panorámica perfecta de la amplitud, que en su día, alcanzó este asentamiento.

El teatro de Acinipo es el elemento mejor conservado del yacimiento; esta construcción aprovecha la propia pendiente para el graderío, excavado directamente sobre la roca madre. La escena del teatro fue construida con los materiales resultantes de la construcción del graderío y se encuentra en pie en casi todo su alzado si bien los elementos arquitectónicos más representativos desaparecieron hace siglos. En su momento poseía dos vomitorios laterales para el acceso de público y un muro perimetral que no se conserva, tampoco el vomitorio izquierdo.

Damos una vuelta rápida al perímetro, con paradas para observar los restos de la muralla norte y en el horizonte las localidades de Grazalema  y Setenil de las Bodegas, para descender por el lado opuesto de la subida  en dirección a los templos.

Otra breve parada para explicar la función religiosa y social que cumplían estos edificios y nos dirigimos a la salida, donde muy amablemente el encargado,  nos hace la foto de grupo en la explanada de entrada, dando por terminada la visita.

Visita a la ciudad de Ronda

A las 13:30 horas llegamos de nuevo a Ronda e iniciamos la visita a la ciudad desde el Barrio de San Francisco, donde nos espera nuestra compañera Pepa Aguilar. junto a la puerta de Almocábar.

Tomamos dirección oeste hasta la gasolinera donde a la izquierda parte un camino empedrado junto al arroyo Culebras que nos conduce hasta los Baños Árabes por un sendero en descenso que circunvala la muralla árabe.

Este recinto termal es el mejor conservado de la Península. Su construcción y período de funcionamiento se remonta a los siglos XIII y XIV. Tras visionar un vídeo y vistar los jardines continuamos unos metros más abajo para observar la panorámica que ofrece el río Guadalevín recibiendo el agua del Arroyo Culebras poco antes del Puente Viejo.

Bella panorámica que aprovechamos para realizar algunas fotos. Después continuamos en ascenso por una escalinata hasta la Calle Real donde podemos observar el Arco de Felipe V, la vieja Puerta Árabe del Puente fue sustituida y agrandada por la actual en el reinado Felipe V, el primer Borbón del trono español, en el año 1742, según consta en la inscripción en una piedra situada cerca de la puerta y la Fuente de los Ocho Caños, la más antigua de la localidad, junto a la iglesia del Padre Jesús, que tiene la característica de separar los usos que habitualmente se hacen de las fuentes. Presenta una pilastra para bebida del ganado y en la parte opuesta los ocho caños que le dan su nombre.

Volvemos unos metros sobre nuestros pasos para  entrar en los Jardines del Tajo y poder observar impresionantes vistas del Tajo y del Palacio del Rey Moro, así como del lecho del río Guadalevín y del Puente Nuevo frente a nosotros. Nos detenemos el tiempo justo para fotos y contemplar las excelentes vistas ya que el calor y el hambre aprieta y vamos justos de hora.

Dejamos los jardines y volvemos por la Calle del Rosario hasta la Plaza de España, cruzamos el Puente Nuevo y hacemos una breve parada en el mirador de la Aldehuela para contemplar de nuevo los jardines por los que hemos transitado y el lecho del río.

Sin dilación nos dirigimos en dirección sur, siguiendo la calle Armiñán, hasta el Restaurante Luciano donde comemos.

Comida y descanso

Hay que agradecer al propietario, Luciano, la disponibilidad y atenciones que nos brindó así como la comida que previamente, gracias a Miguel y sus tarjetas, le detallamos por platos y comensales para facilitarle la labor.

Nos reserva el comedor de la planta superior del restaurante, donde podemos descansar y degustar el variado menú compuesto de: gazpacho y ensaladas; primeros platos de pescado, trucha del tajo, bacalao a la rondeña; carnes, solomillo al jerez, rabo de toro; bebidas y postres, todo por un precio muy económico.

A las 16:40 horas continuamos la visita volviendo sobre nuestros pasos hacia la Plaza de la Duquesa de Parcent sede del Ayuntamiento y de la colegiata de Santa María de la Encarnación.

Continuamos por la calle Manuel Montero hasta el Palacio de Mondragón y la Puerta de los Molinos junto  a la Plaza de María Auxiliadora.

Parte del grupo decidimos bajar por la Cuesta de los Molinos hacía el lecho del río, mientras que el resto espera en la plaza.

Un bonito y escarpado sendero que conduce hasta el lecho del río pasando bajo el arco del puente nuevo y que nos brinda unas preciosas vistas del tajo y las cascadas.

Tras volver a la plaza continuamos la visita por la calle Marqués de Salvatierra, llegamos al palacio del mismo nombre y a la entrada del Palacio del Rey Moro que decidimos visitar.

Recorrido por los jardines, donde decide descansar parte del grupo, mientras que otros, bajamos al río nuevamente por la entrada a la Mina, galería construida aprovechando una falla del terreno, que desciende tras 204 escalones (unos 60 metros) hasta el lecho del río Guadalevín, proporcionándonos unas vistas impresionantes del tajo, desde abajo, y del cauce del río.

Iniciamos la vuelta deteniéndonos en las estancias que jalonan la bajada, que servían de aposentos a los prisioneros cristianos y para guardar los utensilios y "pellejos" u odres utilizados para portear el agua, ascendiéndola hasta la parte superior del palacio.

Continuamos la visita por la Cuesta de Santo Domingo hasta llegar de nuevo a la Calle Armiñan donde nos dirigimos por el Parador Nacional hasta el famoso mirador de la Espinela (vulgarmente conocido por “Balcón del Coño”), junto al Paseo de Blas Infante, continuando el recorrido por el entorno de la Plaza de Toros que, por su historia y por su arquitectura, por su carácter y belleza, está reconocida como una de las más antiguas de España y una de las más monumentales que existen

Tras reunirnos con Gregorio, tomamos dirección a la Carrera de Vicente Espinel, conocida comúnmente como “Calle de la Bola”, calle peatonal que agrupa el comercio más antiguo y tradicional de la ciudad, para tomar café y comprar algunos dulces.

Tras reponernos con helados y al calor de unos chocolates y dulces iniciamos el regreso volviendo a cruzar el Puente Nuevo, obra maestra de 98 metros de altura, construida en sillares de piedra extraídos del fondo de la garganta del Tajo, que permitió la conexión del barrio moderno o del Mercadillo con el barrio antiguo de la ciudad y posibilitó la expansión urbanística.

Una vez en el Barrio de San Francisco, agradecemos a nuestra guía Pepa Aguilar su disposición y el tiempo que nos ha dedicado para que podamos conocer un poquito mejor Ronda. 

Nos despedimos e iniciamos el regreso al lugar de salida donde llegamos a las 22,30 h. tras haber completado un día muy completo y variado, pero que sin duda nos ha hecho disfrutar de amigos y compañeros, en este singular enclave de la serranía malagueña. 
 

    VERSIÓN IMPRIMIBLE EN FORMATO PDF
 
 
 



   SITUACIÓN DEL BAR ESTADIO DE ESTEPONA PUNTO DE ENCUENTRO

   RECORRIDO POR CARRETERA DE ESTEPONA A RONDA

PARTICIPANTES

De izquierda a derecha: Ascensión Luna, Jesús Díaz, Rafael Rodríguez, Rosa María Martín, Miguel Alonso, Toñi Torrecilla, Lola Criado, José Luís Gil, Pilar Villar, Paula López, Margaret O´Connor, Gregorio Torregrosa y Javier Duarte.

GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Lola Criado, Jesús Díaz, Pepa Aguilar, Miguel Alonso y Rafael Rodríguez).

sábado, 16 de mayo de 2015

Recorrido desde el puerto de El Bujeo por el río Guadalmesí y los Llanos de Juncal




CRÓNICA RUTA: ISABEL LÓPEZ
Nos encontramos en el sitio y a la hora habitual, Bar Estadio, 8:30 horas: Margaret, Miguel Pernas, José Antonio, José Luis Gil, Manuel Muñoz, Violeta Montequín y yo (Isabel López). Ignacio Pérez de Vargas y Puri Ruedas recogerán a Paco González en la Alcaidesa. Echamos en falta a Miguel Alonso y a Rafa Rodríguez.

Tras aclarar la confusión de Rafas en el grupo de Whatsap y cual de ellos era el que estaba en Sabinillas, se distribuyen los coches y salimos hacia el Área Recreativa El Bujeo, que se encuentra en el kilómetro 95 de la carretera N-340, sentido Tarifa. Allí nos encontramos con Jesús Díaz, Pilar Villar, Paula López y Rafael Ángel Guzmán.

El día estaba fresquito y con algo de neblina, así que sacamos de nuestras mochilas algo de abrigo, ya que la zona a la que íbamos se la conoce como “bosque de niebla” porque es habitual que se formen bancos de niebla por la acción del viento de levante.

A las 9:45 horas empezamos la subida suave por una pista forestal durante una hora aproximadamente, encontrando a nuestro paso vacas, ternerillas, yeguas, potrillos y algunas cabras que pastaban tranquilamente a ambos lados del camino, y a la altura de un depósito de agua, nos desviamos a la derecha para subir hacia el puerto de la Higuera. Inicialmente seguimos la senda que nos adentraba en el bosque de alcornoques donde encontramos una familia de cerdos cruzados con jabalí que comían bellotas y escarbaban buscando bulbos y lombrices.

Un poco más arriba desapareció la senda y seguimos el camino que Jesús tenía grabado en su GPS, dejamos la zona arbolada y atravesamos una pradera con abundante hierba, gracias a que ese tipo de tierra (bujeo) tiene la propiedad de almacenar agua y permite que se mantenga verde casi todo el año.

A las 11:30 horas encontramos nuevamente la pista forestal, nos apartamos a la izquierda, en el inicio de la senda que tomaremos para la vuelta, que es una zona muy agradable para hacer un descanso y tomar un tentempié.

Ya repuestos, reiniciamos la subida por la pista forestal hacia las antenas, la neblina parece que se va retirando y empieza a hacer calor, aunque de vez en cuando aparecen fuertes rachas de viento, habitual en este lugar por ser la zona más alta (820m) y que esculpe las grandes rocas de arenisca, dándoles unas formas caprichosas al igual que a los ejemplares de pino negro, que en estas altitudes han sustituido a los alcornoques y quejigos.

Ante el fuerte viento y la falta de visibilidad, algunos decidimos no subir a todo lo alto del Tajo de las Escobas (donde se ubican numerosas antenas de telefonía, televisión y militares), pero otros subieron para distinguir entre la niebla la espectacular panorámica que desde allí se contempla: al norte la Sierra del Niño, Sierra del Aljibe y Picacho, al noreste las sierras Crestellina, de las Nieves y Bermeja, al sur la Bahía de Algeciras, San Roque, el Peñón de Gibraltar y las costas africanas, al suroeste, Tarifa y Playa de los Lances, al oeste Sierra de Fates y Vejer, al noroeste Benalup, Medina Sidonia y Alcalá de los Gazules.

Bajamos nuevamente por la pista hasta llegar a la zona, donde tomamos el tentempié y que ya se ha convertido en nuestro restaurante habitual, para tomar el bocadillo antes de iniciar nuestro camino por el denso “bosque de niebla”.

A las 14:30 horas, reanudamos la marcha por un estrecho sendero que nos introduce de lleno en el bosque de alcornoques y quejigos recubiertos de musgos y helechos, manchas arbustivas de rododendros en flor, acebos, zarzaparrillas, avellanillos, yedras que trepan por los árboles y que a veces llegan a ahogarlos, varias especies de helechos que alcanzan más de metro y medio de altura compiten por la luz; en lugares más abiertos, el púrpura de las dedaleras (Digitalis) y el azul del jacinto estrellado o flor de la corona (Scilla peruviana) ponen un toque de color a la gama de verdes que nos ofrece este bosque, en el que coexisten especies subtropicales con especies mediterráneas, que se mantiene gracias al microclima que le proporciona su situación geográfica y orografía, por una parte el viento de levante le trae la niebla y el de poniente la lluvia.
Después de 30 o 40 minutos de disfrutar de este bosque, nos encontramos con la pista forestal que nos conduciría a donde tenemos los coche: Rafa Guzmán, Violeta y Puri deciden seguir este camino, mientras que los demás subimos unos metros hasta encontrar a la izquierda un sendero que nos conducirá hasta el río Guadalmesí “río de las mujeres” que nace en la Sierra de la Luna y discurre entre rocas, cascadas y pozas formando un canuto con poca luz y mucha humedad que permite el bosque en galería de laurisilva, ahora los alisos sustituyen a los alcornoques, que quedan en las partes más altas.

El trascurso por este sendero de sube y baja, con rocas dispuestas a modo de peldaños, que va paralelo al río y que lo cruza en varias ocasiones, es un placer para los sentidos, no sólo presenta rincones idílicos, sino que se puede disfrutar del canto de numerosos pájaros que se suponen que son pinzones, jilgueros, currucas, martín pescador, etcétera.

Poco a poco el sendero se va separando del río y se hace más abierto, la niebla ya desapareció por completo y el sol aprieta fuerte; divisamos la carretera N-340 a la altura del Mesón de Sancho, estamos a 2 kilómetros por carretera de los coches, debemos aún hacer un último esfuerzo, el sendero se desvía a la izquierda y tenemos que subir una loma, a cielo abierto, entre rocas y matorral bajo, que nos llevará de nuevo a la pista que nos conduce hasta donde dejamos los coches esta mañana. Puri y Violeta nos esperan allí distraídas con las idas y venidas de varios terneritos que pacen con sus madres.

Son aproximadamente las 17 horas, el GPS de Jesús señala que hemos hecho 15 kilómetros, y según el perfil del año pasado, hemos subido y bajado unos 500 metros netos de altitud. Hemos pasado otra buena jornada de senderismo, aunque hemos echado mucho de menos a Miguel y a Rafa Rodríguez.


                  DOCUMENTO IMPRIMIBLE EN FORMATO PDF


   SITUACIÓN DEL BAR ESTADIO PUNTO DE CITA EN ESTEPONA


  RECORRIDO POR CARRETERA DE ESTEPONA AL ÁREA RECREATIVA EL BUJEO


El grupo de catorce participantes. De izquierda a derecha: Manuel Muñoz, Francisco González, Pilar Villar, José Luis Gil, Paula López, Miguel Ángel Pernas, Isabel López, Margaret O'Connor, Violeta Montequín, Puri Ruedas, Rafael Ángel Guzmán e Ignacio Pérez de Vargas. No salen José Antonio Quirós y Jesús Díaz que hace la fotografía.

GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Jesús Díaz)