sábado, 29 de julio de 2017

Moraga de espetos de sardinas y pinchos de carne

CRÓNICA: MIGUEL ALONSO Y RAFAEL RODRÍGUEZ

Como en años anteriores, el pasado sábado día 29 de julio realizamos una moraga en la que nos juntamos un numeroso grupo entre socios y amigos.
Esta era la “VII Moraga” que realizamos en la playa de la Escollera de Estepona, encuentro que aprovechamos para degustar unos riquísimos espetos de sardinas y pinchitos morunos de cordero y pollo, chorizos y morcillas, además de gazpacho andaluz y una sopa de ajoblanco, plato típico malagueño que se compone de pan, almendras molidas, ajo, agua, aceite de oliva, sal y vinagre. Todo ello acompañado por una refrescante sangría que elaboró nuestro compañero Roque, de vino tinto con frutas y para rematar un fresquito postre de sandía y melón.

Este año nos reunimos 39 participantes, entre socios y amigos, evento que se pudo realizar gracias al trabajo de un grupo de compañeras y compañeros que se empeñaron en que todo saliese perfectamente.

Preparativos previos a la noche del sábado
Comenzamos a organizarlo todo en reuniones previas el miércoles y continuamos el jueves y viernes con la compra de una nueva parrilla, pinchos metálicos para asar la carne de pollo y cordero, platos, servilletas y manteles, vasos etc.

Por la mañana del sábado realizamos las últimas compras en Carrefour: bebidas carbónicas, tónicas y ginebra para el “Gin Tonic”, botellas de ron para hacer mojitos, aceitunas, pan, melón, sandía, carbón, hielo y algunas productos de limpieza.

Después de las compras nos dirigimos al campo de Ignacio para recoger las mesas, bebidas y demás utensilios que cargamos en los coches. Posteriormente nos dirigimos al almacén del Alzheimer, donde cogimos las sillas para aquellos compañeros que no tuviesen.

La tarde noche de la moraga
A las 8 de la tarde quedamos citados en el lugar del evento situado al final del paseo marítimo, en la calle Puerto Pesquero, donde se encuentran los cuartos de los pescadores. Tras pasar, con alguna dificultad, los coches la barrera de entrada al puerto, gracias al concurso de nuestro compañero Antonio Navas, nos dirigimos hacia el lugar donde estaba la patera “Málaga” para efectuar la moraga, lugar reservado en la Delegación de Participación Ciudadana a primero de junio.

Juan Andrés López no pudo venir a hacer la moraga, pero nos había gestionado con su primo la compra de las sardinas que recogimos previamente a la moraga a las 18:00 h y le entregamos a José Vallecillo, un espetador profesional, que se encargó de salarlas y espetarlas.

Antes de comenzar tuvimos que comprar hielo y también leña aunque al final llegó el pedido y no hizo falta.

En uno de los extremos del contenedor se pusieron las dos parrillas para asar los pinchitos de carne, labor que asumió Sofía, ayudada por otros compañeros que armaron los pinchitos de pollo, cordero, morcillas y chorizos.

Montaje de las mesas para comer
Según fueron llegando las compañeras y compañeros y fueron dejando hueco las personas que estaban en la playa, los compañeros descargaron y colocaron siete mesas plegables cerca del muro de separación con la playa, además de cubrirlas con manteles de papel y sobre estos, los platos con su servilleta y cubierto para los 39 comensales.

Mientras tanto Sofía y José Vallecillo continuaban con los preparativos para la comida.

La moraga de las sardinas
Acondicionado el contenedor metálico lleno de arena y extendida la leña sobre un hoyo minuciosamente preparado, se prendió la candela y, mientras se iban haciendo las ascuas de la leña, que ardía lentamente, José se puso a espetar las sardinas.

La sangría la preparó Roque con su simple pero exquisita fórmula: vino tinto, azúcar, fruta picadita y unos cubitos de hielo para refrescarlas. Estaba muy buena.

Mientras, los compañeros que iban llegando se fueron acomodando en las mesas con sus sillas y en el pretil de divisoria con la playa.

La noche estaba perfecta, una tímida luna creciente se dibujaba en el cielo dando un toque perfecto en la velada.

Por fin vinieron los primeros espetos de sardinas, que apenas tocaron la bandeja y, más tarde, los pinchitos. Las sardinas eran medianas y el calor de la candela las dejó muy sabrosas.

Se fueron formando grupos entre los compañeros con sus respectivos invitados y familiares, donde se conversaba y comían los espetos junto con un vaso de sangría que quitaba el sentido o cerveza fresquita.

Fin de la noche
Poco a poco, los espetos dieron paso a los pinchitos y una vez acabada la comida y entrada la noche, el grupo se fue disolviendo con la marcha de algunos compañeros, mientras otros quedamos recogiendo y limpiando los recipientes donde habíamos puesto la comida.

La candela iba languideciendo lentamente, teníamos que irnos, pero antes, como colofón algunos compañeros, Rafa, José Luis Gil, Antonio y Juan Luís prepararon unos “Gin Tonic”, cóctel obtenido por la mezcla de ginebra y tónica y los “Mojitos de ron” con su respectivo hielo, hierbabuena fresca y jarabe de lima que se perdieron rápidamente, por lo que hubo que repetir varias veces.

Una vez apagado el fuego y el espacio en perfecto estado de revista, abandonamos el recinto bien entrada la madrugada, tiempo límite de la autorización que nos habían dado para poner fin a una noche de camaradería y encuentro, como siempre.

A la mañana siguiente, un grupo compuesto por Ana, Lola, Antonio, José Luís, Rafa y posteriormente Javier, llevamos todas las cosas, que aún permanecían en los coches, al campo y almacén para dar por finalizada la Moraga de 2017.

A todos ellos muchas gracias por su colaboración y trabajo y hasta el próximo evento que será la celebración del VII Aniversario del club con una corta ruta y la clásica comida de confraternidad entre socios y simpatizantes del club.

  MAPA DE LA SITUACIÓN DEL LUGAR DONDE SE HARÁ LA MORAGA
 

Parte de los 39 participantes en la moraga, ante los cuartos de los pescadores del puerto pesquero de Estepona. De izquierda a derecha: Javier Duarte, Rosa María Martín, Paquita Márquez, Antonio Martín, Javier Vidales, Elena Guerra, Rafael Giner, José Luis Gil, Mercedes Tovar, Julia Romero, Enrique Castilla, Juan Luis Lara, Javier Mena, Ana María Díaz, Ana María De Torres, María Ángeles Vera, María del Carmen Macía, María Dolores Naranjo, Antonio Navas, Rafael Rodríguez, Marisa Salgado y Miguel Alonso. 

GALERÍA FOTOGRÁFICA Y VÍDEOS
(Fotos: Mª Luisa Borrego, Mª Ángeles Vera, Elena Guerra, Lola Criado, Javier Mena, Juan Luis Lara, José Luis Gil, Miguel Alonso y Rafael Rodríguez).










  



 

sábado, 22 de julio de 2017

Recorrido lineal por la costa desde Valdevaqueros a Bolonia y regreso a Valdevaqueros




CRÓNICA: MIGUEL ALONSO

De Estepona salimos, pasadas las 8 de la mañana, un pequeño grupo de siete compañeros en 2 coches conducidos por Miguel Ángel Pernas y Francisco Javier Mena, dirigiéndonos por la Autovía del Mediterráneo A-7 en sentido Algeciras. Una vez pasada esta, seguimos hacia Tarifa divisando desde la carretera una gran duna de arena llamada Punta Paloma, al fondo de la cual observábamos una zona boscosa que en su parte trasera se levantaba una pared montañosa: las sierras de la Higuera y de la Plata.

Al llegar al kilométrico 74, tomamos la carretera que comenzaba a la izquierda, la A-2325, siguiendo la indicación de un cartel que nos anunciaba a un kilómetro Punta Paloma. Continuamos de frente y a unos mil metros nos desviamos a la izquierda donde una indicación señalaba Camping Las Dunas.

Entrando por este carril, llegamos a la  donde aparcamos los coches (9.30 h) en una zona de aparcamiento vigilado por un simpático joven senegalés. Desde Estepona habíamos recorrido por carretera 87,3 kilómetros en 1.30 horas.

El entorno de la ruta
Nos encontrábamos en el Parque Natural del Estrecho que abarca, desde Getares en Algeciras hasta el Cabo de Gracia en Tarifa, que fue declarado espacio protegido en 2003, siendo la extensión natural más meridional del continente europeo.

La pedanía de Bolonia se encuentra en una pequeña ensenada del litoral suratlántico gaditano, delimitada por los cabos Paloma y Camarinal. Esta pequeña bahía está rodeada por las elevaciones de la Loma de San Bartolomé, al este, y las sierras de la Higuera y de de la Plata al oeste.

Sin duda las playas de Tarifa son uno de sus principales referentes turísticos, conocidas dentro y fuera de España, en ellas encontramos kilómetros de arena fina y dorada y aguas cristalinas, eso sí, muy frías.

La playa de Valdevaqueros
Es famosa por la multitud de deportes náuticos que se practican en ella, tiene una extensión de algo más de 5 kilómetros con grandes dunas de arena blanca. El viento de levante, que azota esta zona de la costa de forma casi permanente, convierte esta localidad en la meca de deportes náuticos, como el surf.

La más conocida es la paradisíaca playa de la Ensenada de Bolonia, de las mejores de toda la costa gaditana con casi 4 kilómetros para disfrutar de una de las pocas playas que aún se conservan en estado casi virgen. Destacan sus grandes dunas y aguas de azul muy intenso. Junto a ella se encuentra el complejo arqueológico de la antigua ciudad romana de Baelo Claudia y en gran parte de ella es común la práctica del nudismo, al igual que en la de Punta Paloma. Ambas se sitúan en pleno paraje natural, en una zona formada por varias calas de arena dorada y rocas que permiten más la intimidad.

Recorrido por la costa
Iniciamos el recorrido (9.50h) a mitad de la ensenada de Valdevaqueros (4.050 m de longitud) cerca de la desembocadura del arroyo El Valle que forma un gran estuario al llegar al mar. Al frente teníamos la duna del mismo nombre, que se agranda gracias a los vientos que soplan de levante arrastrando las arenas de la playa hacia el poniente.

Caminabamos hacia Punta Paloma teniendo que sortear una zona de piedras sin gran dificultad y después por zonas de playa. A estas tempranas horas de la mañana el tiempo no invitaba a disfrutar de unos chapuzones en el mar.

El recorrido lo hicimos en gran parte por la costa hasta la playa de Bolonia. En total 19,2 kilómetros de poca dificultad, tan solo la de caminar por las playas, en algunos tramos de piedras grandes y en otros por senderos sobre unos acantilados desde los que disfrutábamos de la visión de un mar en calma siguiendo las marcas en las rocas (trazos blanco y verde) que significan sendero local.

El día se presentaba algo gris con unas nubes blancas que nos permitían andar sin el agobio del calor. Al otro lado del estrecho se veía la costa marroquí donde destacana el famoso promontorio del Ibi Musa (851 m) que, junto con el Peñón de Gibraltar (426 m), forman las míticas Columnas de Hércules de origen mitológico, promontorios que flanquean el Estrecho de Gibraltar. Era el límite del mundo conocido por los griegos.

Andados unos tres kilómetros llegamos a Punta Corrales (11.h), no pudiendo seguir por la orilla, por lo que tuvimos que subir por un sendero cerca de un pinar, por encima de los acantilados, que atravesaba campos poblados de lentiscos, especie muy típica del área mediterránea junto con mirtos y palmitos.

A lo largo de nuestro camino por la playa, vimos más de una docena de precarias embarcaciones de madera abandonadas, las tan oídas pateras, con las que cruzan el Estrecho tantas personas, la mayoría de origen subsahariano, alcanzando las costas andaluzas unos y otros sucumbiendo en el intento. Una pena injusta para estos semejantes.

Por la zona de las piscinas naturales
Volvimos a bajar a la playa pasando por las llamadas “piscinas naturales” (11.34h); formaciones geológicas producidas en las paredes de los acantilados. Son plataformas de abrasión en las zonas intermareales, que dan lugar a unas balsas, especie de piscinas, donde el agua está retenida y por tanto más cálida. Continuamos el recorrido por una bella zona con rincones donde cantidad de bañistas acampan en tiendas o se tumban en tollas sobre la playa para disfrutar de unas cristalinas aguas color turquesa. Un bello entorno hasta llegar a la playa de Bolonia (12.45h).

Comida y baños en la playa de Bolonia
Llegados a esta otra gran playa, paramos para darse unos baños Elena, María Ángeles y Javier. Los otros cuatro decidimos acercarnos al cercano Bar-Restaurante “Casa Ríos” (13.00h), situado en esta zona conocida como El Lentiscal, donde Macarena, una simpática camarera, nos puso unas cervezas y unos “tintos de verano” mientras hacíamos tiempo para que nos sirvieran la comida.

Al fin pudimos comer Antonio y yo el atún encebollado (típico plato de la zona) y Miguel Ángel y Juan Luis unos ricos “Borriqueteso burro (pescado blanco) asado a la espalda junto con una rica ensalada variada bajo la sombra que nos proporcionaban unas sombrillas en una trerraza frente al mar, mientras tomábamos un descanso tras el recorrido.

Regreso a Valdevaqueros
Posteriormente, emprendimos el regreso (15.15h), deshaciendo el camino que trajimos, pero esta vez por el sendero que recorría un pinar cercano a los acantilados ya que la marea estaba subiendo y dificultaba el paso por la playa y las zonas rocosa.

En un momento del recorrido, Miguel Ángel. Juan Luis y Antonio decidieron bajar a la playa, caminando hacia Valdevaqueros, y el resto continuamos por el pinar, llegando a nuestro paso al restaurante “El Mirlo” (17.00h), situación que aprovechamos para tomarnos unos cafés con hielo con los que saciamos la sed.

Colorido espectáculo de Kitesurf
Aproximándonos a la playa de Valdevaqueros, vimos cantidad de cometas de diferentes colores de la práctica del Kitesurf que sobrevolaban sobre nuestras cabezas. Un bello espectáculo de colorido sobre el cielo.

Al aparcamiento llegamos a las seis y media. Allí nos estaban esperando los compañeros que tomaron la costa para regresar, después de haber hecho una ruta con un recorrido, entre ida y vuelta, de unos 19,2 kilómetros.

A Estepona llegamos sobre las ocho de la tarde después de haber disfrutado de un bonito día recorriendo unas de las playas más bonitas de la costa gaditana.
 

DATOS GENERALES
Guía: Miguel Alonso.
Participantes llamad al coordinador: Miguel Alonso al  619 703 107.
Entorno: Parque Natural del Estrecho.
Localidades: Valdevaqueros-Bolonia en Tarifa, Cádiz.
Itinerario: Recorrido desde la playa de Valdevaqueros a la de Bolonia y regreso a la de inicio en Valdevaqueros.
Recorrido: Lineal.
Longitud recorrido: 17,2 kilómetros.
Duración aproximada de la excursión: 6 a 7 horas, dependiendo de los baños.
Dificultad: Media-Baja.
Tipo de terreno: playas, dunas y senderos.
Salida de Estepona: 8:00 horas del Bar Estadio, frente al campo de fútbol San Fernando.
Punto de encuentro: 10:00 horas en el aparcamiento de El Lentiscal, situado en la playa de Valdevaqueros.
Equipo obligatorio (se comprobará antes de salir): calzado para andar por playas y senderos, bastones, pantalones cortos, agua, bocadillo, Tarjeta Sanitaria, Tarjeta FAM y DNI.
Se recomienda: gorra, bañador, gafas de sol, crema de protección solar, vaselina líquida para protegerse de la salinidad del agua del mar, silbato, bebidas isotónicas, frutos secos, fruta fresca, barritas de cereales, cámara fotográfica y prismáticos.

NORMA GENERAL: para participar en la excursión es condición imprescindible ser socio del club y estar federado. Comunicará previamente la asistencia al coordinador/a del club y firmará antes un impreso eximiendo de responsabilidad al guía y al club.
INVITADOS: podrán participar dos veces al año, como máximo. Solici-tarán la “Licencia Federativa para un  Día”, llamando al club antes de las 12 horas del jueves antes de la ruta.
DESPLAZAMIENTO EN COCHE: el precio se calculará multiplicando los kilómetros recorridos por 0,23€ y el total se dividirá entre los ocupantes, incluido el propietario. En el caso de hoy multiplicaremos por 2 los 80,5 kilómetros (ida y vuelta) y el resultado de 161 kilómetros por 0,25 euros que nos resultan 40,25 euros a dividir entre los ocupantes del vehículo.
EN CASO DE ACCIDENTE: llamad inmediatamente al número de teléfono de Emergencias 112 y al Centro de Atención 24 horas de SERSANET, teléfono 902 107 120.
ASISTENCIA EN VIAJE: ASITUR número de teléfono 902 110 026

                     VERSIÓN IMPRIMIBLE EN FORMATO PDF

 

   Situación del Bar Estadio de Estepona, lugar de cita para emprender la ruta.

  MAPA DEL RECORRIDO POR CARRETERA DE ESTEPONA A VALDEVAQUEROS

VISTA SATÉLITE DEL RECORRIDO

MAPA TOPOGRÁFICO

PERFIL DE ALTURA


   El grupo al inicio del recorrido en la playa de Valdevaqueros. De izquierda a derecha: Juan Luis Lara, Antonio Martín, Francisco Javier Mena, Miguel Ángel Pernas, María Ángeles Vera, Elena
Guerra y Miguel Alonso.

GALERÍA FOTOGRÁFICA (En elaboración)
(Fotos: María Ángeles Vera, Francisco Javier Mena, Miguel Alonso)
https://photos.app.goo.gl/S9miX7mjXP4C7jFA2

sábado, 15 de julio de 2017

Recorrido lineal desde Genalguacil al río Genal y, por su cauce o vereda, a la venta San Juan


CRÓNICA: MIGUEL ALONSO

De Estepona salimos a las 9.15 de la mañana un grupo de 7 compañeros distribuidos en 2 coches, dirigiéndonos a la avenida de Andalucía para desviarnos por la carretera MA-8301 hacia el puerto de Peñas Blancas (975 m).



Desde este lugar, continuamos hacia Genalguacil por la carretera MA-8302, que sigue de frente, hacia la izquierda, y que nos llevaría directamente al pueblo después de haber recorrido desde Estepona 41 kilómetros en unos 50 minutos.

La carretera tenía un trazado de muchas curvas, por lo que debimos conducir con precaución.Observamos con alegría que por fin habían asfaltado los últimos 3,5 kilómetros de carretera, que llevaban 30 años pendientes de hacerlo, y acondicionado las cunetas con unas vallas de madera y, en los últimos metros, con un carril para peatones.Ya en Genalguacil, atravesamos el pueblo hacia la salida del mismo, parando ante la Venta Las Cruces (10.15 h), lugar donde comenzaríamos el sendero hacia el Prado de la Escribana, junto al río Genal.

En este lugar se nos unieron Juana y su hija Natalia, que venían de Málaga, y Yolanda, de Fuengirola, mientras esperábamos a que Miguel Ángel Pernas y Javier Mena, regresaran de la Venta San Juan, distante unos 3,5 kilómetros, lugar donde finalizaba el recorrido, a dejar uno de los coches para, al termino de la ruta, volver en ese a recoger el otro vehículo que dejamos en al inicio.

El pueblo de Genalguacil
Se encuentra enclavado en pleno Valle del Genal. Su término municipal se extiende, sobre un territorio muy abrupto y empinado, desde el margen izquierdo de dicho río hasta las cumbres de la Sierra Bermeja. Dentro de su término, se han hallado restos pertenecientes a las culturas fenicia y helénica. El nombre actual proviene del árabe “Genna-Alwacir” que quiere decir “Jardines del Visir”.

Uno de los principales atractivos de este pueblo, además de sus vistas al Valle del Genal, es que está convertido en un auténtico “Pueblo Museo”: cada dos años se celebran los “Encuentros de Arte Genalguacil”, en los que artistas venidos de diversos puntos geográficos, tanto de España como de otros países, se reúnen aquí para, durante una semana, realizar distintas piezas de arte que luego dejarán expuestas de manera permanente en las calles del pueblo.

Caminando por sus típicas callejuelas empedradas, uno se encuentra numerosos detalles tratados artísticamente o de forma original como: los números de las casas, nombres de las calles, bancos para sentarse, chimeneas, murales, esculturas… convirtiendo el paseo por sus calles en un auténtico museo que se integran con el entorno.



Descenso al Prado de la Escribana y río Genal
Al fin, una vez de vuelta los compañeros, iniciamos la bajada hacia el río (11.00 h). En el arcén de la carretera había una tablilla indicativa de la dirección a seguir, el sendero de pequeño recorrido (PR-A 240) de Genalguacil a Benarrabá, dejando a nuestra derecha una pista polideportiva para después abandonar el trazado de la vereda de los Limones y del PR-A 240 y encaminarnos por la vereda de las Cañas, que se desprendía a la izquierda por una fuerte pendiente, donde otra tablilla en un poste indicaba 4.800 metros al Prado de la Escribana (12.20 h)


A llegar a la altura de un grupo de chaparros alineados con el sendero había, a la izquierda, un carril al cual se accedía por una angarilla. Por el margen contrario discurría el arroyo de las Cañas. El sendero acababa uniéndose al carril de acceso a la casa de las Cañas. Inmediatamente después nos unimos al carril principal (11.25 h), tomándolo hacia la derecha. Un poco más adelante, vadeamos por un puentecillo el arroyo de las Cañas para continuar caminando un buen trecho en llano con el río Almarchar a nuestra izquierda.



Continuamos por la pista forestal que une Benarrabá con Genalguacil, pasando junto a la entrada de la finca El Chicharal, siendo visibles unas palmeras de gran altura junto a la casa. Al poco llegamos al Prado de la Escribana (12.17 h).


El río Genal
Sin duda, el Genal y sus afluentes es la unidad ambiental más destacada de esta etapa, tanto por la belleza de su cauce con sus vegas, meandros y sotos como por las actividades tradicionales vinculadas al río y su ribera, como son las huertas y los molinos.

El paisaje es totalmente forestal, con diversas especies arbóreas dominantes, en especial alcornoques y quejigos, pero también castaños y pinos resineros. El bosque en galería multiespecífico tiene un papel preponderante en el fondo de un valle en forma de “uve” muy cerrado, con fuertes pendientes, en un terreno de esquistos y pizarras. Entre las especies de ribera destacan los grandes álamos y chopos, los sauces y los tarajes

 
Recorridos por el sendero y cauce del río Genal
Es uno de los mejores referentes de belleza ribereña y valor ecológico en la provincia de Málaga que atesora una interesante diversidad de especies vegetales y animales, tanto dentro como en los alrededores de sus aguas, al mismo tiempo que conserva enclaves casi vírgenes, poco acostumbrados a la presencia humana.


Después de un corto descanso en la Escribana, continuamos el recorrido dividiéndonos en dos grupos: la mayoría (7 compañaremos) optaron por caminar por el cauce del río y otros 3 por el sendero balizado, correspondiente a la etapa 27 de la Gran Senda de Málaga (Benalauría - Genaguacil).



Caminábamos, a través de numerosos túneles de vegetación de ribera, uno de los alicientes de esta ruta fluvial, que nos esperaban a lo largo del camino. El agua estaba a buena temperatura y el calor era mitigado por el frescor del agua y la arboleda que nos preservaba del sol.

A nuestra derecha, las pasarelas metálica por las que caminábamos los que prefirieron ir por el sendero.

Los que caminaron por el río lo hicieron más lentos ya que el cauce estaba cubierto por piedras con verdín, que imponían tomar mucha precaución ante posibles accidentes. Pero sí disfrutaban del frescor del agua y de algún chapuzón, a la vez que del canto de los pájaros que abundaban a lo largo del recorrido.

Los que caminamos por el sendero, el recorrido fue más ligero y muy agradable también, bajo la misma arboleda que nos protegía del sol. En un punto del recorrido tuvimos que servirnos de un cable de acero para pasar pegados a una pared rocosa, muy bien instalado, que facilitaba el paso por un corto trecho sin más protección que el cable.

El sendero discurría por algunos pasos de pasarelas metálicas sobre el cauce del río y continuaba por tierra en repetidas bajada y subidas, en algunos tramos con unos peldaños confeccionados con unos palos de madera atravesados que facilitaban salvar las pendientes y que permitía bajar al río a bañarse.

Finalizando el recorrido, llegamos a una zona más abierta, donde había una vieja casa abandonada (13.55 h). Ya estábamos muy cerca de nuestro punto de destino, una chopera, la referencia de que estábamos a la altura del Camping San Juan y los restos de un antiguo molino de agua.

Comida en la Venta San Juan, a orillas del Genal
Al fin llegamos a la Venta San Juan (14.00 h) que se encontraba a pie de carretera y al puente sobre el río, línea divisora de los pueblos de Algatocín y Jubrique.

Una vez en la venta, nos sentamos en la mesa que teníamos reservada para comer.
Teníamos hambre por lo que, pasado un ratito, solicitamos nuestro menú. En primer lugar, pedimos una jarra de cerveza y dos “tinto de verano” para saciar la sed que traíamos.

Comenzamos con un primer plato de gazpacho andaluz y una ensalada de la casa para compartir. Estando a punto de comer el segundo plato, ya había pasado una hora, llegó el primer compañero del grupo del río, Miguel Ángel Pernas, que se sentó con los 3 que ya estábamos comiendo. De segundo pedimos un filetón con patatas de 1 kilo para los tres y Pernas, un filete con patatas. Finalizamos con unos helados.

Tras un rato de sobremesa nos hicimos la foto del grupo ante la fachada de la venta (16.48 h). Posteriormente esperamos a que Pernas y Mena vinieran con el otro coche que dejamos por la mañana en la venta Las Cruces. Al rato llegaron y tras despedirnos de Yolanda, Juab¡na y Natalia que seguía directamente hacia Fuengirola, emprendimos el regreso a Estepona llegando sobre las 6 de la tarde.

Un bonito día que añadir a los muchos que venimos disfrutando estos casi siete años de vida de nuestro club.
  
COMIDA EN LA VENTA SAN JUAN
ASADOS: En su carta sobresalen las carnes a la brasa: solomillos, entrecot o chuletones.
PLATOS ELABORADOS: Venado en salsa, rabo de toro, pinchos variados o las cazuelas de pollo o conejo.
POSTRES CASEROS: Flanes de castañas y frutas, quesadas, mousses diversos y tartas de elaboración propia.

RECOMENDACIONES
- Llevad calzado y ropa adecuada. Es muy importante que llevéis una suela adherente y con grosor suficiente, ya que las plantas de los pies se pueden resentir con las piedras del río.
- No olvidar llevar algún calzado de repuesto para después de la ruta.

DATOS GENERALES
Guía: Miguel Alonso.
Participantes llamad al coordinador: Miguel Alonso al número de teléfono 619 703 107
Entorno: Valle del río Genal (Sierra Bermeja).
Localidades: Genalguacil-Algatocín, Málaga.
Itinerario: Desde Genalguacil, bajada al Prado de la Escribana y, continuando por el cauce del río o vereda junto al Genal, a la venta San Juan.
Recorrido: lineal.
Longitud recorrido: 6,4 kilómetros.
Duración aproximada de la excursión: 5 a 6 horas incluyendo los baños en el río.
Dificultad: Media.
Tipo de terreno: Senderos y cauce del río (opcional).
Salida de Estepona: 9.00 horas del Bar Estadio, frente al campo de fútbol San Fernando.
Punto de encuentro: 10.00 horas en la Venta Las Cruces, situada en la salida de Genalguacil a Algatocín.
Equipo obligatorio (se comprobará antes de salir): botas o zapatos de montaña, zapatos para andar por el río, bastones, pantalones cortos, agua, Tarjeta Sanitaria, Tarjeta FAM y DNI.
Se recomienda: gorra, bañador, gafas de sol, crema protección solar, bebidas isotónicas, fruta, cámara fotográfica y prismáticos.

NORMA GENERAL: para participar en la excursión es condición imprescindible ser socio del club y estar federado. Comunicará previamente la asistencia al coordinador/a del club y firmará antes un impreso eximiendo de responsabilidad al guía y al club.
INVITADOS: podrán participar dos veces al año, como máximo. Solicitarán la “Licencia Federativa para un Día”, llamando al club antes de las 12 horas del jueves día 13 de julio.
DESPLAZAMIENTO EN COCHE: el precio se calculará multiplicando los kilómetros recorridos por 0,23€ y el total se dividirá entre los ocupantes, incluido el propietario. En el caso de hoy, multiplicaremos los 41 kilómetros por 2 (ida y vuelta) y el resultado de 82 kilómetros por 0,23 euros que nos da un total de 18,86 euros a dividir entre los ocupantes del vehículo.
EN CASO DE ACCIDENTE: llamad inmediatamente al número de teléfono de Emergencias 112 y al Centro de Atención 24 horas de SERSANET, teléfono 902 107 120.
ASISTENCIA EN VIAJE: ASITUR número de teléfono 902 110 026

                      VERSIÓN IMPRIMIBLE EN FORMATO PDF

  El grupo de asistentes a la ruta en la puerta de la Venta San Juan. De izquierda a derecha: Antonio Martín, Violeta Montequín, María Ángeles Vera, Miguel Ángel Pernas, Miguel Alonso, Francisco Javier Mena, Natalia Morales, Juana Palomares, Juan Luis Porras y Yolanda García.


  MAPA DEL RECORRIDO POR CARRETERA DE ESTEPONA A GENALGUACIL
VISTA SATÉLITE DEL RECORRIDO
MAPA TOPOGRÁFICO
PERFIL DE ALTURA



GALERÍA FOTOGRÁFICA.
(Fotos: Mª Ángeles Vera, Francisco Javier Mena, Miguel Alonso, Antonio Martín, Juan Luís Lara) 

https://photos.app.goo.gl/1HQ2J7pMu0D1ueys1