sábado, 20 de octubre de 2012

De Benahavís a la Venta la Tía y a Montemayor

CRÓNICA: MIGUEL ALONSO

El pasado sábado día 20 de octubre quedamos citados en la gasolinera de Repsol, que está situada en una rotonda, pasado el desvío a Benahavís en el kilómetro 168,5 de la Autovía del Mediterráneo A-7, en sentido Málaga. Llegados a la rotonda, paramos junto a la gasolinera, punto de encuentro.

Las páginas del tiempo, en internet, daban una probabilidad de lluvia entre un 35% y un 45% de posibilidades, motivo por el que los compañeros que habían anunciado su asistencia desistieron de hacerla. Pero el grupo de siete compañeros que nos encontrábamos en la gasolinera, dado que veíamos el cielo despejado, emprendimos la marcha hacia el lugar de inicio de la ruta, a la altura de la pequeña presa del río Guadalmina.

La ruta
El recorrido nos brindó unas vistas espectaculares de las sierras de Ronda, Sierra Bermeja, Sierra Blanca, Montemayor, la Costa del Sol y Gibraltar al fondo, bajo una tenue neblina. El tiempo era ideal para andar ya que los rayos del sol no agobiaban. Pero el camino, en contínua subida, nos hizo sudar.

Iniciamos nuestra caminata a pie (9:20 h) por un sendero, junto a la bonita y pequeña Presa de Guadalmina, que quedaba a nuestra derecha, a 225 m sobre el nivel del mar, andando por un camino que nos iba alejando del cauce del río. A ambos lados del sendero encontramos ejemplares de pino pinaster rodeados de un matorral muy denso de enebros, brezos, lentiscos, acebuches y jaras.

Al llegar a una encrucijada de tres senderos, tomamos el de la izquierda, en contínua ascensión con vistas a la carretera de Ronda al fondo. Caminamos durante una hora y media, aproximadamente, hasta llegar a un punto donde salía una senda en bajaba a la izquierda. Nosotros continuamos por la que seguía a la derecha, para ascender por la cresta de una montaña, con unas maravillosas vistas de la costa y el Estrecho de Gibraltar. Aquí el camino era casi inexistente y lleno de piedrecillas sueltas. En este lugar nos alcanzó nuestro compañero Michael Drury que por culpa de parársele el reloj no llegó a la hora de salida del punto de encuentro.

Llegados a una pequeña explanada (11:35 h) decidimos hacer un alto y tomar un “tentempié” mientras disfrutábamos de las siempre presentes vista de las sierras aledañas. Después del descanso, continuamos por un sendero estrecho, a través de un bósque de pinos, por el que anduvimos una hora, aproximadamente, hasta llegar a un recinto cercado por una alambrada, (12:28 h) cuando llevábamos recorridos 6,700 km, al que se accedía por una puerta metálica donde un cartel indicaba que entrábamos en un camino privado.

La cancela daba la entrada a la finca La Resinera, perteneciente al Estado libio, por lo que para acceder contábamos con el correspondiente permiso. A partir de este punto nos restaban 1.800 metros hasta las ruinas de la venta La Tía o Natía.

Traspasando la cancela, llegamos a una rotonda desde la que partían tres senderos, nosotros cogimos el del centro, un camino forestal ancho por el que caminamos durante media hora hasta llegar a la Venta la Tía o Natías (13:05 h), que está en ruinas, después de haber recorrido 8,5 kilómetros desde el inicio de la ruta y en donde tomamos un descanso mientras comíamos, aprovechando las muchas piedras que había en el lugar para sentarnos.

Las ruinas de la venta se encontraban a 923 m de altitud, el punto más alto de la ruta, ante una explanada con muchas piedras dispersas que nos sirvieron de asiento. Las panorámicas eran extraordinarias y el silencio de la montaña, ante este idílico lugar, nos invitaban a quedarnos si no fuera porque la noche vendría inevitablemente.

Después de un prolongado descanso, que aprovechamos para tomar el bocadillo, emprendimos el regreso (13:30 h) por el mismo camino de subida, llegando de nuevo a la cancela de entrada a la finca (14:00 h) tras un corto recorrido de treinta minutos.

La bajada por la cresta de la montaña, con piedrecillas sueltas, era difícil por lo que los bastones eran imprescindibles. Al llegar a la confluencia de los dos caminos (15:00 h), ante los restos de una construcción donde debíamos tomar el camino de la derecha, que en bajada nos llevaría al Castillo de Montemayor, la mayoría de los compañeros decidieron obviar la visita del castillo y continuar por el camino de la izquierda que nos devolvió a la presa (16:10 h), lugar donde habíamos dejado aparcados los coches.

Tras un breve descanso que aprovechamos para cambiarnos de camiseta y ponernos un calzado más cómodo, nos despedimos de Michael, que había venido en su preciosa motocicleta “Vinago Lone Rider”, continuando los otros siete compañeros en dos coches hacia Estepona y San Pedro de Alcántara.

Un bonito e inesperado día que nos llevó a decidir, visto lo visto, que siempre acudiríamos al punto de partida de la excursión donde adoptaríamos, en último lugar, qué decisión tomar. 


Mapa del recorrido que haremos en coche (21,8 km en unos 30 minutos) desde Estepona hasta Benahavís.




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