sábado, 4 de octubre de 2014

Ruta de los Molinos: circular desde los Baños de la Hedionda a Casares



CRÓNICA: MIGUEL ALONSO

Desde Estepona salimos cerca de las nueve de la mañana, ya que algunos compañeros nos pidieron unos minutos para tomarse un café en el Bar Estadio pues se quedaron dormidos y no habían desayunado por llegar a la hora de partida.

Tras los cafelitos, nos dirigimos en dos coches, un pequeño grupo de ocho socios, cuatro en cada vehículo, por la autovía A-7 hacia Manilva y en la rotonda situada en el punto kilométrico 146,5, tomamos un desvío a la derecha (camino de Sabinillas a Casares), a la altura del supermercado Lidl, siguiendo la carretera hasta atravesar, bajo un puente, la autopista de peaje AP-7.


A los pocos metros de recorrido, accedimos a un carril terrizo que se iniciaba a nuestra derecha y que nos llevó a la altura de la ermita de San Adolfo (9:20 h), donde, en un rellano bajo la sombra de unos árboles, dejamos aparcados los coches, cerca del inicio del sendero local “Canuto de la Utrera” (SL-11), por el que finalizaríamos nuestra larga ruta circular al atardecer.


Entorno de la ruta
Una zona de gran belleza por la variedad de paisajes por la que transitaríamos; unos bosques de ribera, vegetación típica mediterránea, arboleda de acebuches y algarrobos en cañones de calizas, con vistas sobre la costa mediterránea, las primeras montañas de la Serranía de Ronda, la Sierra de la Utrera, conocida también por El Castillón, conjunto kárstico, el más meridional de Europa. Este macizo lo atraviesan tres valles encajonados y paralelos a la costa, denominados canutos, de paredes verticales, donde nidifican numerosas aves, entre ellas el águila perdicera y el alimoche. El karts está franqueado al este por el arroyo de Albarrán o río Manilva, por el que iniciaríamos la ruta y al sur por el Canuto de la Utrera, por el que finalizaríamos nuestro recorrido al caer la tarde.

Ruta de los Molinos
Desde el lugar donde aparcamos los coches, comenzamos el recorrido, siguiendo el camino de la derecha, para continuar por una senda que bordeaba el río Manilva, conocido también por arroyo del Tocón u arroyo de Albarrán, ruta local conocida como de los Baños (SL-10) o de los molinos, de tradición morisca (siglo XVI), la mayoría de ellos en ruinas, no así la antigua acequia, que está en uso y el acueducto, cercano a los Baños de la Hedionda por el que pasamos y un balneario de aguas sulfurosas, usadas desde tiempo de los romanos, que actualmente está abandonado.

El sendero, que unía antiguamente los municipios de Manilva y Casares, discurrió por dos tramos claramente diferenciados.

Primer tramo
A los pocos metros de recorrido, llegamos a los famosos baños de aguas sulfurosas Baños de la Hedionda (9:27 h) nombre que deviene por el fuerte olor que desprenden las aguas por contener Sulfuro de Hidrógeno (H2S), siguiendo a pie una senda a la izquierda del río, en sentido ascendente, recorriendo unos 3,5 kilómetros. Este tramo es el que presentaba mayor dificultad, sobre todo por la necesidad de tener que vadear el río varias veces por un sendero muy bien señalizado con marcas verde y blanca y amarilla y blanca, al coincidir trazados locales y de corto recorrido.

Al poco llegamos al primer molino (9:48 h) que encontramos rodeado de huertos de naranjos y cuya acequia, aún en servicio, data del siglo XVI. Después de dejar atrás el molino, tuvimos que vadear el río por tres veces, hasta situarnos unos 300 metros aguas arriba, en la margen izquierda del río, a la altura de un gran eucalipto que teníamos en la ribera de enfrente, que nos servía de referencia para comenzar la subida por un estrecho sendero (10:30 h). El recorrido era especialmente interesante ya que discurría encajonado por una angostura creada por la erosión de la roca caliza dando ocasión a formas caprichosas que resultaban de especial belleza.

Una vez que alcanzamos la parte alta del sendero llegamos a una alambrada con una puerta que tuvimos que abrir para continuar la marcha (10:55 h), siguiendo el recorrido en sentido descendente hasta llegar, en pocos minutos, a las ruinas del antiguo molino del Cancón, siguiendo unos metros más adelante hasta llegar a otro molino restaurado y muy bien cuidado, con espacios y cuadras para caballos, que el dueño, un británico, al parecer, dedica al deporte del polo.



 dedica al deporte del polo.
A partir de aquí, la ruta se alejaba del cauce del río, siguiendo por una senda junto a las cuadras de caballos, y tras cruzar la cancela (11:05 h), un cartel, en la puerta, anunciaba que estábamos en el sendero local “Los Baños” (SL-10). Unos metros más hasta llegar al alto de una loma divisando, al frente, el pueblo de Casares.

Seguimos avanzando por una planicie en sentido nornordeste en busca de otra portada (11:13 h) que nos llevó a una alambrada de color verde, por la que bajamos pegados a ella hasta llegar de nuevo al cauce del río y ver otro molino con una chimenea redondeada que, a preguntas a un hombre montado en un caballo, este nos dijo que se le conocía por “Molino del Sordo” (11:33 h). 

Cruzamos el río un par de veces más hasta situarnos en la margen este, con el cauce a nuestra izquierda, continuando por una cómoda senda hasta llegar (11:49 h) al “Molino del Americano” o “Molino Rojo”, nombre que creo se debe al color con el que están pintadas las paredes de la finca. Una gran casa que parecía abandonada, con varias piedras de moler (ya en desuso) en el cauce del río para facilitar el paso de este.

Segundo tramo
En el molino del “Americano” comenzaba el segundo tramo, de cierta dificultad, con una longitud de 1.900 metros hasta Casares, por un carril ascendente, que iniciamos pasado el río, por una senda empedrada de unos 100 metros de longitud, llegando al poco a un cruce de caminos (12:02 h), donde en un poste, unas tablillas indicaban los senderos a seguir. El de “Los Baños” (SL-10), por el que nosotros veníamos; la Gran Senda de Málaga (GR-249) y el de Pequeño Recorrido (PR-A 162). Desde este punto nos quedaban unos tres cuartos de hora hasta llegar a Casares.

El camino pasaba junto al nuevo cementerio (12:32 h) para seguir por una empinada calle hasta llegar a la Plaza de España (13:00 h) donde, sobre un pedestal, había un busto de Blas Infante, considerado el padre de la patria andaluza y una fuente de agua construida en 1785 bajo el reinado de Carlos III. Después de un descanso en la terraza del Bar-Café “Los Amigos”, en la plaza de España, junto al monumento, donde tomamos unos refrescos, emprendimos el regreso, no sin antes hacernos la foto del grupo por un señor italiano que se brindó a ello (13:32 h).

Camino de regreso
Después de la foto de grupo, emprendimos el regreso en sentido inverso al de subida, pasando por un bello lugar con un mirador y en cuya calle había un horno de bonita estampa, todo él pintado de blanco. Casi una hora de recorrido hasta vernos de nuevo ante el “Molino Rojo”, lugar en el que paramos para tomarnos el bocadillo (14:39 h). Tras un breve descanso, emprendimos la marcha cruzando el río (15:09 h) y al llegar al “Molino de los Caballos” (15:39 h) cruzamos el río por un puente metálico llegando al “Canuto Chico” y a la pista de hormigón que, tras una fuerte subida, nos llevó a la altura de un poste de cables de alta tensión (16:08 h), referencia por la que nos teníamos que desviar para seguir, campo a través, sin ninguna señalización, hacia la carretera. Tomamos un camino equivocado, pasando con un cierto riesgo ante unos colmenas para criar abejas y cosechar miel.

Al fin llegamos al kilómetro 9 de la carretera A-377 que, desde Manilva lleva a Casares (16:58 h). Un par de kilómetros andando, aproximadamente, hasta las cercanías del kilómetro 7 donde, a la izquierda, tomamos un desvío para iniciar el sendero local del “Canuto de la Utrera” (SL-11), un recorrido de 2,4 kilómetros.


La Sierra de la Utrera
Conocida también como “Canchos de la Utrera” o “El Castillón”, posee un importante patrimonio paleontológico, con el registro de fósiles que abarca desde el Jurásico hasta el Plioceno, y por el que ha pasado el hombre prácticamente desde el inicio de la Prehistoria. Posee numerosas cuevas, entre las que destaca la del Gran Duque, hábitat del hombre del neolítico.

Tras la carretera, entramos en el paraje conocido por Los Llanos (17:04 h), detrás del que comenzaba el Canuto Grande de la Utrera, recorrido que nos llevaría una hora de caminata hasta el lugar donde dejamos aparcados los coches.

Recorrido por el Canuto Grande
Al comienzo del canuto, pasamos ante una columna de piedras (17:14 h) en la que una placa recuerda a una antigua amiga y senderista, Cristina Martín, ya fallecida.

Según avanzábamos, la estrechez del valle se iba encajonando dando lugar a un arroyo, donde la lluvia, a lo largo de los milenios, ha excavado la roca hasta formar un estrecho pasillo, por donde caminábamos con dificultad, debido a las grandes piedras que tuvimos que sortear, pero de gran belleza por los bellos cortados que ibamos contemplando.

Poco a poco fuimos atravesando el cañón, pasando por unas instalaciones abandonadas; dos grandes espacios en forma de piscinas que se construyeron ante la posibilidad de encontrar petróleo. Finalmente solo encontraron bolsas de gas, menos mal, abandonando el complejo construido a tal efecto y dejando este espacio en un estado deleznable a cuya situación se une la explotación de una cantera de áridos que está destruyendo la sierra a pasos agigantados. Próximos al final, observamos una maravillosa estampa del cañón con el Mediterráneo al fondo.
Ya en el punto donde teníamos los coches (18:22 h), esperamos unos minutos a que, José Luis Jiménez, que se había adelantado al último grupo, regresara de darse un chapuzón en los baños. Una vez reagrupados, emprendimos el regreso a nuestras casas cuando el reloj marcaba las seis y veinte de la tarde, llegando a Estepona sobre las siete.
Hasta la próximo ruta.

                   VERSIÓN EN PDF PARA IMPRIMIR

   El grupo ante el busto a Blas Infante en la plaza de España de Casares. De izquierda a derecha: Miguel Alonso, Luis Clemente, Luis Resina, Margaret O'Connor y Rima. Detrás, Manuel Muñoz, José Luis Jiménez, Paquita Naranjo.



   RECORRIDO EN COCHE DESDE ESTEPONA A LA ERMITA DE SAN ADOLFO DE MANILVA


  VISTA SATÉLITE


 
MAPA TOPOGRÁFICO


  
PERFIL DE ALTURA





GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Miguel Alonso y Manuel Muñoz)



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