sábado, 16 de junio de 2012

De Tarifa al Guadalmesí por la "Colada de la Costa"

CRÓNICA: Miguel Alonso y Rafael Rodríguez


De Estepona salimos pasadas las 8 de la mañana, en tres coches en dirección a Tarifa por la autovía A-7, a donde llegamos pasadas las 9 y media de la mañana, aparcando los coches cerca de la iglesia de San Mateo (iglesia principal de Tarifa).


Una vez aparcados los coches, nos dirigimos a desayunar, parando en el camino ante la estatua erigida al general malagueño Francisco Copons y Navía, defensor de la plaza de Tarifa, en diciembre del año 1811, en la que obligó a las tropas napoleónicas a levantar el sitio con grandes pérdidas por parte de los franceses. Después de hacernos la consabida foto de grupo, ante la estatua, continuamos hasta el cercano Restaurante-Cafetería Morilla, junto a la iglesia, donde se nos unieron otros cuatro compañeros. Una vez que hubimos desayunado, nos dirigimos hacia la Puerta del Retiro para continuar andando por la calle María de Molina, que discurre junto a la vieja muralla de la ciudad, bajo el castillo de Sancho IV El Bravo o de “Guzmán El Bueno”.


Al poco llegamos al camino denominado Vista Alegre, que está señalizado a su entrada por dos pilares blancos y tras pasar un grupo de casas, continuamos adentrándonos por un sendero de tierra que nos condujo a la costa, siempre a nuestra derecha, siguiendo las indicaciones de Cañada Real.


El recorrido nos fue mostrando las impresionantes vistas del continente africano a lo largo de los 6,3 kilométros de recorrido, según marcaba nuestro GPS, que hicimos hasta la desembocadura del río Guadalmesí.


Caminábamos por un sendero que discurría por pastizales costeros (había muchas vacas pastando) y zonas de matorral bajo. Nos sorprendió la grandiosidad de unos fenómenos geológicos producidos por la erosión, vestigios que hacen visible los efectos de los fuertes vientos del estrecho sobre las paredes de acantilados. Se trata de unas formaciones sobre las rocas llamadas “rasas mareales”: unas plataformas, al nivel de la marea baja, que aparecen por delante de los acantilados rocosos debidas a la erosión del mar sobre la roca, que daban la sensación de campos arados.


A lo largo de nuestro camino, denominado “La Colada de la Costa o Camino de Algeciras”, que estaba señalizado con balizas verdes de Vía Pecuaria y otras veces por balizas de madera, fuimos serpenteando la costa. La vegetación nos dificultaba algunas veces el camino y por la playa no podíamos por la peligrosidad de transitar por ella, aún estando baja la marea, debido a lo resbaladizo que era andar por las “rasas”.


Al poco de iniciar el recorrido, pasamos por un puente de madera que nos permitía salvar un arroyo, continuando el camino costeando las playas y acantilados, a veces por arriba y otras por calas de cantos rodados. Se trata de un sendero estrecho que aprovecha una vía pecuaria costera, atravesando los acantilados del litoral de Tarifa hacia Algeciras. Discurría, en su mayor parte, paralelo al litoral, siguiendo las indicaciones de Cañada Real, con la vista del Estrecho de Gibraltar y la costa norteafricana a la derecha, pudiendo observar, con gran nitidez, las ciudades marroquíes de Tánger y Ceuta.


Dada la situación geográfica por la que discurría el sendero, a lo largo del mismo fuimos encontrando restos de baterías militares, ya abandonadas, conservándose aún pabellones y ruinas de los antiguos cuarteles y de otras construcciones para la vigilancia y defensa de la costa.


Recorridos 6,2 kilómetros de sendero, llegamos al observatorio dispuesto para contemplar el vuelo de las aves que cruzan el estrecho hacia el continente africano. Este se encuentra situado en las inmediaciones de la antigua Torre vigía de Guadalmesí, que se alza sobre un montículo inmediato a la orilla del río del mismo nombre, construcción que data del siglo XVII y que fue construida durante el mandato de Felipe II. Cuenta la leyenda que esta torre se edificó para defender la costa ante los continuos ataques de los piratas bereberes que asolaban el litoral por esta zona.


Debido al viento de poniente, tuvimos que desplazarnos al otro lado de la torre, donde protegidos por el promotorio donde se alza esta, pudimos disfrutar de unos refrescantes baños y acto seguido, nos dispusimos a dar cuenta de nuestros bocadillos y refrescos.


Después de un descanso en el lugar, emprendimos el regreso a Tarifa por el mismo sendero, llegando al lugar donde dejamos aparcados los coches y partir seguidamente hacia Estepona dando por finalizada la ruta.


Al llegar a Estepona nos dirigimos a la Cafetería Ophira, donde habíamos preparado el cumpleaños de nuestro socio fundador y amigo Miguel Alonso, ya que 70 años no se cumplen todos los días, y aunque adelantamos la fecha, pues era el día 17, este era el único día en que podíamos reunirnos para compartir con él ese momento.


Fueron apareciendo otros compañeros que no pudieron asistir a la excursión y que no querían perderse la celebración: María Fernández, Ángeles Tirado, María Luisa Gómez, Roque Gómez, Robert Sinnock… Al fin apareció la tarta y Miguel se emocionó y nos agradeció el detalle. Luego cantamos “Cumpleaños feliz…” y le entregamos los regalos: un polo gris, que se encargó de comprar Ana y una botella de Beefeter que le regaló María.


Tomamos café y refrescos y terminamos con un rato de charla y relax un día muy completo.


   Mapa del recorrido por carretera desde Estepona a Tarifa.

   En color naranja, la ruta de Tarifa a Guadalmesí denominada "La Colada de la Costa"



   De izquierda a derecha: Rafael Ramírez, Guadalupe Ortíz, Pepi González, Pura Ruedas, Ignacio Pérez de Vargas, Ana Ortíz García, Miguel Alonso, Javier Duarte, José María Martín, Maragaret O'Connor y José Antonio Quirós. Faltan Gisela Torandell, Carlos de Lara, Juan Manuel Cappella y Nicolás Herrera que se incorporaron después.

Vídeo Tarifa -Guadalmesí



Galería Fotográfica
Cumpleaños de Miguel

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