sábado, 12 de julio de 2014

Recorrido por las playas desde Punta Chullera hasta Estepona



CRÓNICA: MIGUEL ALONSO

De Estepona partimos (10:15 h) en el autobús de la empresa Portillo (L-31), que finaliza en la Línea de la Concepción, desde la parada de autobuses de Estepona, situada en la avenida de Juan Carlos I, frente al número 15 de dicha avenida y del edificio de los juzgados.

Nuestro destino era la parada de San Diego, situada en el kilómetro 137,5 de la Autovía del Mediterráneo A-7, en sentido Cádiz, a la altura de la urbanización Don Diego, a la que llegamos (10:45 h) y bajamos tras recorrer 18 kilómetros aproximadamente. 

Seguidamente, tras recorrer unos escasos metros por carretera, tomamos un desvío que partía a la derecha. Nada más iniciarlo, tomamos otro a la izquierda siguiendo un camino, en bajada, hasta llegar a un paso inferior (túnel) que discurría bajo la carretera. Por este accedimos a una pequeña playa desde la que iniciamos el recorrido hacia la izquierda, accediendo por una escalinata (10:55 h) que nos condujo a una pista que, continuándola todo recto, nos llevó a la playa de Punta Chullera. Allí estaba al frente el chiringuito “Sal y Sol” y a la derecha la Torre de Chullera (11:05 h), unas de las referencias del recorrido.

Continuamos justo detrás del chiringuito, siguiendo una senda que transcurría paralela a la playa, con tramos de pasarelas y otros de escalinatas, ambas con unas barandillas de madera a los dos lados para más seguridad.
El recorrido iba por la parte superior de las rocas dando acceso a la siguiente playa. A partir de aquí, el recorrido discurría a lo largo de unos 18 kilómetros por arena y por tramos de acerados de los paseos marítimos. No hacía excesivo calor y la bruma reinante nos permitía andar cómodamente.

La primera parte transcurría por la Reserva Ecológica“Playas de Manilva” y “Playas del Negro”, según rezaba en los carteles que fuimos viendo según avanzábamos. Al cabo de un kilómetro, vadeamos el Arroyo del Indiano, uno de los lugares más significativos de la ruta.

Al llegar a las playas de Tubalitas (11:40 h), decidimos hacer un alto para tomarnos unos refrescos en el chiringuito con el mismo nombre de la playa, continuando, tras un breve descanso, nuestra marcha siguiendo un camino señalizado con estacas de madera a ambos lados, que discurría en paralelo a la línea del mar, un poco más adentro de la playa.

El firme del sendero era más cómodo para andar que la arena de la playa, pero tenía el inconveniente de alejarnos del agua del mar. Así es que alternábamos ambos para refrescarnos y para andar con mayor comodidad y rapidez.

A la altura del chiringuito Floria (12:30 h) observámos gente volando en “ala delta” o algo similar. Miguel Pernas nos comentó que no hacía mucho había disfrutado de la experiencia de hacerlo por esta zona.

Continuamos el recorrido pasando por varios chiringuitos: el “Mesón Montes”, la “Garita de Juan”… desde cuyo lugar, el camino tenía un firme más sólido y cuidado, incluso con pasarelas de madera a ambos lados, camino que nos iba acercando a la zona de Manilva, pasando por el chiringuito de “Manilva Bich” (12:55 h).

Nuestra caminata discurría cruzando algunos arroyos que encontrábamos a nuestro paso y transitando por el acerado de las urbanizaciones que pasábamos: Punta Paloma, Martagima, hasta divisar a lo lejos el faro del Puerto de la Duquesa.

A la Playa el Castillo llegamos a las 13:10 horas, teniendo que dar un pequeño rodeo y cruzar el río Manilva por un bonito puente de madera que nos llevó al “Paseo Marítimo Castillo de la Duquesa” con un dique de hormigón que le protegía del mar, pasando cerca del famoso "Castillo de la Duquesa"

Al puerto de la Puerto la Duquesa llegamos (13:30 h) tras pasar por un bonito paseo decorado con jardines y unos bellos bancos con azulejos. Dado que llevamos un buen horario, decidimos continuar.

Las barcas con los espetos de sardinas nos levantaron las ganas de comer, por lo que decidimos hacerlo en un restaurante (14:10 h), en primera línea de playa, con un nombre muy sugestivo “La Raspita”.

No estaba mal para el hambre que nos despertó nuestro olfato: dos pequeñas paellas de arroz con mariscos y fritura variada (13 euros por persona) incluyendo las cervezas y zumo de unos y el tinto de verano (con vino blanco) del que os hace la crónica.

Después de la comida y tras una grata charla, decidimos continuar no antes de pedirle al camarero que nos hiciera la clásica foto (15:58 h) de grupo: éramos solamente cuatro y sin bandera ya que se me había olvidado.

Nuevamente, el recorrido transcurrió por zonas de acerado y urbanizaciones, con la vista, al fondo, de la famosa “Torre de la Sal” a la que llegamos (16:35 h) tras cruzar el arroyo Camarate por un puente de madera, entrando en la zona conocida como “Casares del Mar” dejando atrás el “Chiringuito de la Sal”.
Continuamos por las playas de Casares-Costa, entrando en un parque biosaludable, instalaciones de mobiliario urbano montadas por el Ayuntamiento de Casares para hacer ejercicios corporales en el entorno de Playa Chica. Posteriormente seguimos por Brisamar y Arroyo Vaquero, pasando por Costa Natura y la Playa de Guadalobón.

Entrando en Estepona, a la altura de la Urbanización Seghers, nos dejó Miguel Ángel Pernas y a los pocos metros, en la Playa de El Cristo (19:10 h) lo hizo Toñi Torrecilla que había quedado en este lugar con su familia. Manolo y yo continuamos hasta el Puerto de Estepona donde paramos a tomarnos unas cervezas. Finalmente tuvimos que despedirnos, emprendiendo él su camino a San Pedro de Alcántara, donde vive, y yo a mi casa.






   RECORRIDO POR CARRETERA DE ESTEPONA A URBANIZACIÓN SAN DIEGO
    Recorrido de 18,4 kilómetros hasta la parada del autobús en la Urbanización San Diego.

   VISTA SATÉLITE DEL RECORRIDO

   MAPA TOPOGRÁFICO

    PERFIL DE ALTURA

  El pequeño grupo después de la comida en el restaurante "La Raspita", de izquierda a derecha: Miguel Alonso, Toñi Torrecilla, Miguel Ángel Pernas y Manuel Muñoz.

GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Miguel Alonso)

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