MIÉRCOLES DÍA 2 DE JULIO
Viaje a Selva Negra, Alemania y primer
día en Zell am Harmesbach
Grupo de participantes del club LOS PINSAPOS en la semana de senderismo en la Selva Negra: de izquierda a derecha, agachados: Francisco González, Isabel Naranjo, Juan, Puri Ruedas y Violeta Montequín. Segunda fila: Ana Ortiz, Ignacio Pérez de Vargas, Juan Alberto Espinosa, Marisa Salgado, Luisa Cañizo, Lucía Álvarez, Lola Criado, Francisco Quirós, Francisca Del Río, Pilar Cañizo, Gloria Sanz y Juan de Dios Cabezas. Tercera fila: Ana Fernández (guía de Alventus), Isabel López, Miguel Alonso, Jesús González, José Antonio Quirós, Marisa Dávila, Martine Colombu, María Fernández, Margaret O'Connor, María Ruiz, Pepe García de la Nava, Ini Leytens (guía de Alventus) y Junghans Setjo. No salen en la foto: Chelo Alonso, Pilar Arangüena, Sean Fornells, Domingo Molina y Carmen París.
día en Zell am Harmesbach
Grupo de participantes del club LOS PINSAPOS en la semana de senderismo en la Selva Negra: de izquierda a derecha, agachados: Francisco González, Isabel Naranjo, Juan, Puri Ruedas y Violeta Montequín. Segunda fila: Ana Ortiz, Ignacio Pérez de Vargas, Juan Alberto Espinosa, Marisa Salgado, Luisa Cañizo, Lucía Álvarez, Lola Criado, Francisco Quirós, Francisca Del Río, Pilar Cañizo, Gloria Sanz y Juan de Dios Cabezas. Tercera fila: Ana Fernández (guía de Alventus), Isabel López, Miguel Alonso, Jesús González, José Antonio Quirós, Marisa Dávila, Martine Colombu, María Fernández, Margaret O'Connor, María Ruiz, Pepe García de la Nava, Ini Leytens (guía de Alventus) y Junghans Setjo. No salen en la foto: Chelo Alonso, Pilar Arangüena, Sean Fornells, Domingo Molina y Carmen París.
CRÓNICA: MIGUEL ALONSO
Nuestra estancia en Alemania transcurrió desde el miércoles día 2 de julio hasta el miércoles día 9, estancia que dedicamos a realizar varias rutas de senderismo por la Selva Negra y visitas turísticas a algunas ciudades emblemáticas de la zona y de la Alsacia francesa. Con esta semana continuamos con el precedente del año pasado, que viajamos a Irlanda, y que pensamos establecer cada año efectuando salidas, tanto por nuestro territorio nacional como por el extranjero.
Desplazamiento al aeropuerto de Málaga.
De Estepona partimos a las 10 de la mañana del miércoles día 2 de julio una parte del grupo (21 socios) en un autobús de la empresa esteponera Domínguez, contratado para desplazarnos al Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol, donde habíamos quedado citados en el mostrador de las líneas aéreas Airberlin.
Camino de Málaga hicimos varias paradas para recoger a Margaret y su hijo Sean en la parada de Laguna Village, junto al río Padrón; a Violeta más adelante, en la parada de autobuses de Guadalmina Baja; a la entrada de Marbella, en la parada de Puerto Romano, recogimos a Martine y a la altura del Pirulí, en Opencor, a María. A Isabel la recogimos en el centro, en la parada de Ricardo Soriano, 29. El resto del trayecto no se nos hizo largo pues todos íbamos con la ilusión del viaje que comenzaba.
Al aeropuerto llegamos pasadas las once de la mañana. En los monitores del aeropuerto anunciaban el vuelo AB 2539 de Airberlin hacia Stuttgart, teniendo que presentarnos en la Terminal 3, puertas 353 o 354. Allí nos fuimos reuniendo los compañeros que veníamos de Estepona, Madrid, Granada, Málaga y Motril, conformando un grupo de 33 socios de Los Pinsapos más, Ana Fernández, la guía de Viajes Alventus, que nos acompañaría en el viaje y en las excursiones que realizaríamos durante nuestra estancia en la Selva Negra.
A la hora establecida (13:00 h) comenzamos a acreditarnos en el puesto de Airberlin, obteniendo el billete de embarque a la vez que facturábamos el equipaje. Una vez pasado el control policial, con cacheo incluido, nos repartimos en los restaurantes para, mientras esperábamos la hora del vuelo, tomarnos algún alimento en charla con los compañeros impacientes por arrancar ya.
El avión despegó a las 15 horas y fue tomando altura mientras íbamos dejando atrás un paisaje de sierras que conocíamos por nuestras rutas y blancas nubes que quedaban más abajo impidiéndonos la visión. Por delante teníamos que cubrir una distancia de 1.741 kilómetros hasta nuestro destino, creo que volamos a nueve o diez mil metros de altitud, en un vuelo de dos hora y 40 minutos de duración, que transcurrió sin más novedad hasta llegar al aeropuerto de Stuttgart (17:35 h), donde nos esperaba Ini Leytens, otra guía de la agencia Alventus que nos acompañaría junto con Ana en todos los desplazamientos y rutas y Franz, el conductor alemán del autobús.
Una vez que recogimos nuestros equipajes, emprendimos (18:27 h) un recorrido por carretera hacia el pueblecito de Zell am Harmersbach, en el estado de Baden-Wurtemberg, llegando (20:43 h) al Hotel Sonne (sol en alemán), alojamiento donde nos albergaríamos los seis días y las siete noches en tan maravilloso lugar.
Hotel donde nos alojamos
Un agradable alojamiento de tres estrellas dirigido por la familia Beck, con cómodas habitaciones, restaurante, sala de estar y terraza, situado en un agradable y tradicional pueblo de la Selva Negra rodeado de bosques.
El hotel responde a la cuidada atención hostelera tradicional en esta zona, los típicos Gasthof (hoteles con encanto). Desde 1824 y de generación en generación, la familia Beck atiende a sus huéspedes. Fue renovado en el año 2013 por lo que disfrutamos de unas espléndidas y modernas instalaciones.
Ya en el hotel, nos distribuimos en las habitaciones y después de asearnos, nos bajamos al comedor a cenar. Allí se cena muy pronto, en horario europeo y nosotros, por el viaje, llegábamos justos a la hora que tienen por costumbre ellos. Tras la cena, salimos a darnos una vueltecita para tomar el primer contacto con el pueblo, regresando un poco más tarde al hotel ya que al día siguiente haríamos la primera ruta, una circular de 15,7 kilómetros desde nuestro alojamiento por el Parque Natural de Selva Negra, atravesando los frondosos bosques que pueblan el valle de Kinzigtal, hasta Nillhöfe a 561 metros, donde haremos una paradita para tomar un refrigerio y disfrutar de las vistas del valle, continuando luego de regreso hasta llegar a Zell.
El pueblecito Zell am Harmersbach
Es además un bonito pueblo, típico de la región, rodeado de bosques. Cuenta con una animada vida disponiendo de un pequeño comercio y panaderías, dos centros comerciales, restaurantes y pubs donde encontramos las típicas jarras de cerveza alemana y exquisitas tartas de frutos del bosque.
La Selva Negra
En alemán Die Schwarzwald, es un lugar de bosques interminables y pequeños pueblos con un encanto especial. Está enclavada al sur de Alemania, entre Francia, Suiza, y Austria, es una región de paisajes indescriptibles, montañas de leyenda y dilatada historia.
Se encuentra situada en el enclave de caminos más importante de la Europa Central, donde se dan la mano enormes extensiones de bosque, preciosos lagos y poblaciones históricas.
La Selva Negra está bordeada, en su parte occidental, por el Valle del Rin, valle que concentra algunas de las más bellas ciudades de Europa objeto de nuestra visita, repartidas entre Alemania y la Alsacia francesa. Un variado paisaje de montañas y suaves cumbres sobresale por encima de los tupidos bosques y una amplia red de senderos atraviesan algunos de los más hermosos rincones de la Europa Central.
En la región hay más de tres mil kilómetros de caminos e históricos senderos que durante nuestra estancia tuvimos la oportunidad de recorrer, ascender cumbres de hermosas panorámicas como el Feldberg. La región esconde algunas de las mejores perlas de la arquitectura centroeuropea como Friburgo; la vecina región de Alsacia, de rica tradición cervecera; Estrasburgo, una de las capitales de Europa; el pueblo medieval de Obernai y las redondeadas y verdes cumbres de Los Vosgos.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
GALERÍA FOTOGRÁFICA
GALERÍA FOTOGRÁFICA
DOMINGO DÍA 6 DE JULIO
Ruta Hansjakobweg y visita a Oberhamersbach. "Märchen Dorf"
CRÓNICA: LOLA CRIADO
Una preciosa ruta, creo que una de las más bonitas de la Selva Negra, que discurría por el Valle de Nordrach, siguiendo los pasos de Henrich Hans Jacob (1835/1916), hijo de un panadero y profesor de Universidad. Pasó toda la vida en la enseñanza y llegó a ser el escritor más prolífico de su tiempo en Baden-Baden. Gran caminante en cuyo recuerdo, muchas rutas de esta zona están señalizadas con un sombrerito negro, atuendo usado por este famoso y querido personaje, que se retiró hasta su muerte en una típica granja de este valle, ahora convertida en museo.
Salimos de Zell am Hamersbach (9:35 h), nuestro pueblo, en el autobús que, como siempre, conducía Franz, hacia Löcherbergwasen para, desde este punto, comenzar el recorrido en un agradable llaneo y largo descenso por el Valle de Nordrach.
El sendero se adentraba (10:55 h), en el espesor de un bosque de enormes abetos, arces, castaños, robles, hayas, piceas, avellanos y acebos, alfombrados por una gran cantidad de grandes helechos. Me sorprendió ver un enorme acebo, el más grande que he visto nunca, y también alerces, estos últimos, según me contó la guía, no pierden la hoja y la madera es muy apreciada porque no se pudre. También vi un tipo de orquídea silvestre que no había visto nunca.
Otras veces, caminábamos por prados salpicados de flores silvestres que embellecían el entorno. En las zonas bajas, encontramos también impresionantes estancias; grandes casas de madera de bella arquitectura que le han dado fama a la región.
En nuestro recorrido nos sobrepasó (12:50 h) una jinete o amazona rubia montando un bello caballo marrón con las crines del cuello y la cola blancas, una bella estampa trotando por la verde pradera que nos dejó maravillados.
Los senderos, tanto los que discurrían por el bosque como los de los prados, me parecieron preciosos, con bancos situados para sentarse, en perfecto estado, nada de pintadas ni rayajos y siempre situados de manera que las vistas eran espectaculares.
Comimos bajo un enorme árbol que tenía un banco corrido a su alrededor con unas bellas vistas al valle (13:40 h). Tras un breve descanso, continuamos el camino descendiendo hasta encontrarnos con un roble de más de 250 años (15:15 h) y muy cerca, con una fuente de agua radioactiva de la que bebimos casi todos ya que, en un cartel cercano que nos tradujo Ana, se decía que las aguas tenían propiedades beneficiosas para la salud (?).
Comimos bajo un enorme árbol que tenía un banco corrido a su alrededor con unas bellas vistas al valle (13:40 h). Tras un breve descanso, continuamos el camino descendiendo hasta encontrarnos con un roble de más de 250 años (15:15 h) y muy cerca, con una fuente de agua radioactiva de la que bebimos casi todos ya que, en un cartel cercano que nos tradujo Ana, se decía que las aguas tenían propiedades beneficiosas para la salud (?).
Desde la fuente ya se divisaba el pueblo de Oberharmersbach, que conocíamos un poco por el recorrido turístico que nos hizo el conductor del autobús, al pasar por la mañana y encontrarse con la carretera principal cortada, debido a las fiestas del pueblo, teniendo que desviarse y pasar por un extremo del pueblo.
Decidimos, una vez que llegamos a Zell tomar el tren de cercanías que nos acercó a Oberharmersbach en pocos minutos (15:50 h) y quedarnos en el pueblo a participar en las fiestas, con gran animación, y comprar y comer los productos típicos que vendían en los puestos. Al cabo de dos horas, más o menos, cogimos el tren de cercanías que, en un corto trayecto, nos acercó a nuestro pueblo.
Decidimos, una vez que llegamos a Zell tomar el tren de cercanías que nos acercó a Oberharmersbach en pocos minutos (15:50 h) y quedarnos en el pueblo a participar en las fiestas, con gran animación, y comprar y comer los productos típicos que vendían en los puestos. Al cabo de dos horas, más o menos, cogimos el tren de cercanías que, en un corto trayecto, nos acercó a nuestro pueblo.
Tras la ducha y un breve descanso, la cena en el comedor del hotel. Luego, unos salieron a darse un paseo por las calles del pueblo y otros a acostarse, y colorín colorado…
DATOS TÉCNICOS GPS
Distancia: 15,8 kilómetros
Ascenso total: 342 metros.
Descenso total: 771 metros.
Altitud máxima: 753 metros.
Altitud mínima: 225 metros.
Duración: 5 horas, incluyendo paradas.
Nivel: Bajo
Tipo de Ruta: itinerante, con inicio en Löcherbergwasen y finalización en Zell am Hamersbach.
Altitudes:
- Löcherbergwasen: 656 metros.
- Zell: 250 metros.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
LUNES DÍA 7 DE JULIO
Visita a la abadía de St. Odile y recorrido por los Vosgos hasta la medieval Obernai en Francia
El grupo de participantes en la visita a la abadía de St. Odile y recorrido por los Vosgos hasta Obernai en Francia, de izquierda a derecha, agachados: José María García, José Antonio Quirós, Juan de Dios Cabezas, Isabel Naranjo y Miguel Alonso. Segunda fila: Ignacio Pérez de Vargas, Purificación Ruedas, Lucía Álvarez de Sotomayor, Pilar Cañizo, María Ruiz, Consuelo Alonso, Luisa Cañizo, Marisa Salgado, Violeta Montequín. Margaret O'Connor, Marisa Dávila, Lola Criado, María Fernández, Gloria Sanz y Ana Ortiz. Fila del Fondo: la guía Ini Leytens, Francisco González, Isabel López, Pilar Arangüena, Sean Fornells, la guía Ana Fernández, Martine Colombu, Juan Alberto Espinosa, Domingo Molina, Carmen París, Jesús González, Francisco Quirós, Francisca del Río y Junghans Setjo.
CRÓNICA: ISABEL LÓPEZ
Salimos puntual en autobús desde el hotel (8:30 h), Ana Fernández, nuestra guía, nos recuerda que debemos llevar identificación porque hoy nos dirigimos a Alsacia, al otro lado del Rin, y auque hayan desaparecido los controles de frontera, en cualquier momento la gendarmería francesa puede requerir nuestra documentación.
La cordillera de los Vosgos discurre de forma paralela a la de la Selva Negra, se formaron ambas por la escisión en dos de un sistema montañoso anterior por la falla que forma la fosa renana, por donde discurre el Rin, que actualmente sirve de frontera entre Alemania y Francia, aunque la región de Alsacia ha sido objeto de continuos conflictos y disputas entre ambos países y ha cambiado sucesivamente de soberanía, lo que se puede detectar en su arquitectura que combina las casas entramadas típicas de Alemania con las fachadas francesas de balcones de hierro o en su dialecto principal, el alsaciano, que es una mezcla de alemán y francés.
La excursión de hoy va a ser mixta: cultural y de senderos. Empezaremos visitando la Abadia de St Odile que se encuentra a 763 metros de altitud y desde allí haremos una ruta sencilla de unos 8 kilómetros por pistas y senderos, la mayoría de bajada, coincidiendo en algunos tramos con una calzada romana, con el Camino de Santiago o con una ruta de Hansjakob, hasta llegar a Ottrott, donde nos recogerá el autobús para llevarnos a Obernai, ciudad medieval muy bien conservada.
Hoy el día está húmedo y gris, el pronóstico es de lluvia débil, vamos preparados con nuestros chubasqueros, mochilas protegidas, dejando zapatos y muda seca en el autobús por si necesitamos cambiarnos a la vuelta. El cansancio acumulado va haciendo mella y aprovechamos para dar alguna cabezadita. (Foto 1).
Tras una hora y diez minutos llegamos a la abadía, los últimos kilómetros han transcurrido por una bella carretera de subida estrecha y sinuosa, bordeada de castaños, tilos, hayas, a medida que subimos aparecen pinos silvestres o de Flandes, que se caracterizan por las piñas pequeñas y las placas anaranjadas en su parte alta.
Abadia de St. Odile
Abadia de St. Odile
Esta abadía es un centro de peregrinación (Foto 2) desde la Edad Media por personas afectadas de afecciones oculares y lugar de paso del Camino de Santiago. Ha sido reconstruida en varios periodos a partir de un primitivo convento fundado en el siglo VII por Santa Odilia, hija de los duques merovingios de Alsacia, que según la leyenda fue repudiada por su padre por nacer ciega y recobró la vista a los doce años tras ser bautizada.
Este conjunto monumental (Foto 3), se encuentra sobre una atalaya a 763 metros de altitud desde donde se divisa tanto la Selva Negra como los Vosgos. (Fotos 4, 5). Está formado por un hotel, dos restaurantes, una tienda, dos patios ajardinados con tres grandes tilos (uno de ellos hueco (Foto 6), cementerio merovingio y varias capillas: la principal de Notre Dame de L´Assomption, la de la tumba de Santa Odile (Foto 7), (donde precisamente ayer colocaron una reliquia de Juan Pablo II), la de los Ángeles (Foto 8), y la de las Lágrimas (Foto 9), exteriormente, por un sendero, se accede a la Fuente de las lágrimas donde los peregrinos se lavan los ojos buscando su sanación.
Recorrido por los Vosgos
Tras la visita a la Abadía, nos disponemos a iniciar la ruta senderista, bajamos por un sendero con escalones (Foto 10), nos vamos adentrando en el bosque y encontramos varias señalizaciones (Foto 11), tomamos la dirección hacia Elsberg por les chateaux dÓttrott, seguimos la señal roja-blanca-roja, caminamos entre hayas, abedules, pinos silvestres con un sotobosque de arándanos que empiezan a madurar (Foto 12), más adelante nos muestra Ana un árbol alto y desgarbado con ramas pendulares con unas finas y suaves acículas que salen de tres en tres, nos dice que es el alerce, (Foto 13) la única conífera europea que pierde las agujas en invierno y que es muy resistente al frío y al agua.
Tras la visita a la Abadía, nos disponemos a iniciar la ruta senderista, bajamos por un sendero con escalones (Foto 10), nos vamos adentrando en el bosque y encontramos varias señalizaciones (Foto 11), tomamos la dirección hacia Elsberg por les chateaux dÓttrott, seguimos la señal roja-blanca-roja, caminamos entre hayas, abedules, pinos silvestres con un sotobosque de arándanos que empiezan a madurar (Foto 12), más adelante nos muestra Ana un árbol alto y desgarbado con ramas pendulares con unas finas y suaves acículas que salen de tres en tres, nos dice que es el alerce, (Foto 13) la única conífera europea que pierde las agujas en invierno y que es muy resistente al frío y al agua.
Observamos que estos bosques son muy distintos a los que vimos en Selva Negra, no solo por la rocas, que en este caso son grandes bloques horizontales (Foto 14), de conglomerados y arenisca roja, sino por los árboles, que allí estaban constituidos fundamentalmente por abetos muy altos y densos y algunas hayas, mientras que aquí predominan los árboles de hoja caduca que se presentan de forma irregular y espontánea, (Foto 15), con menor densidad, más descuidados, a menudo encontramos troncos y ramas partidas. (Fotos 16, 17)
En algunos claros encontramos unos restos de construcciones, que al consultarlo en Internet, se identifica con los vestigios del Muro pagano (mur païen) que rodea el monte de St Odile a lo largo de unos 10 kilometros (Foto 18) declarado monumento histórico de Francia en 1842 y cuyos orígenes son confusos, unos lo atribuyen al siglo II a. C. y otros a la edad de bronce, de todas formas esta zona esta rodeada de leyendas y un halo de misterio, en 1992 se estrelló un Airbus A320 falleciendo 87 personas.
Abandonamos este sendero y seguimos la señal triangular amarilla que nos lleva por el sendero de las maravillas (sentier des merveilles) y Ana nos advierte que vamos a tener sorpresas, que vamos a ver los animales del bosque, avanzamos el estrecho sendero en silencio para no espantarlos y entre gigantes bloques ortogonales de piedra de arenisca tapizadas por musgos y helechos, aparecen figuras de lechuzas, ciervos, jabalíes, ardillas, etcétera (Fotos 19, 20) esculpidas en los tocones de los árboles cortados, y que Alfred Baumgart un escultor ha modelado con ayuda de una motosierra.
Retomamos el sendero señalizado con la franja horizontal roja, blanca y roja, atravesando una zona de castaños donde se detecta la presencia de jabalíes por las marcas en los árboles caídos, la rebusca de castañas entre la hojarasca y las zonas fangosas. Llegamos a una cabaña (Foto 21) y tomamos el piscolabis en sus inmediaciones, seguimos bajando y en una de las curvas zigzageantes divisamos entre los árboles dos castillos que se encuentran en ruina: Lutzelbourg y Rathsamhausen que pertenecían a dos hermanos mal avenidos. (Foto 22).
Continuamos el sendero hasta llegar a la casa de campo (Foto 23) que se encuentra al pie de uno de los castillos, que dispone de un pequeño bar donde compraremos unas bebidas para acompañar nuestro almuerzo (Foto 24). Nos sentamos alrededor de una larga mesa para tomar los bocadillos acompañados por un hermoso pavo (Foto 25), cabras, gallinas y ocas que nos observan esperando alguna recompensa.
La ciudad medieval de Obernai
Ya solo queda media hora para llegar a Ottrott, (Fotos 26, 27) pueblecito pintoresco famoso por su vino tinto donde nos recogerá el autobús para llevarnos a Obernai que es una ciudad medieval alsaciana hermanada con otro pueblo similar en la zona alemana, Gengenbach. Perteneció al Imperio Romano Germánico, fue la residencia del Duque de Alsacia, padre de St.Odile, fue asediada durante la Guerra de los Treinta Años. Actualmente es una ciudad de unos 10.000 habitantes que se dedica a la industria agroalimentaria y sobre todo es un gran centro turístico que conserva gran parte de las casas tradicionales entramadas, (Fotos 28, 29), con restos de murallas, (Foto 30) una torre del siglo XIII, el antiguo mercado del trigo, ayuntamiento y la iglesia reconstruida en el siglo XIX sobre los restos de un santuario gótico destruido en 1867 (Foto 31). Es muy singular el pozo de los seis cubos de estilo renacentista que data de 1579 (Foto 32).
Tras un paseo por este hermoso pueblo, visita a tiendas y el cafelito, nos volvemos hacia el autobús, vemos la sinagoga y nos acercamos a la pastelería que nos recomendó Ana, nos ofrecen un pastelito de coco que degustamos con placer y atravesamos el arco de una de las puertas de la ciudad (18:20 h), no ha llovido, un día más ha funcionado el sol-amuleto de Ana.Ya solo queda media hora para llegar a Ottrott, (Fotos 26, 27) pueblecito pintoresco famoso por su vino tinto donde nos recogerá el autobús para llevarnos a Obernai que es una ciudad medieval alsaciana hermanada con otro pueblo similar en la zona alemana, Gengenbach. Perteneció al Imperio Romano Germánico, fue la residencia del Duque de Alsacia, padre de St.Odile, fue asediada durante la Guerra de los Treinta Años. Actualmente es una ciudad de unos 10.000 habitantes que se dedica a la industria agroalimentaria y sobre todo es un gran centro turístico que conserva gran parte de las casas tradicionales entramadas, (Fotos 28, 29), con restos de murallas, (Foto 30) una torre del siglo XIII, el antiguo mercado del trigo, ayuntamiento y la iglesia reconstruida en el siglo XIX sobre los restos de un santuario gótico destruido en 1867 (Foto 31). Es muy singular el pozo de los seis cubos de estilo renacentista que data de 1579 (Foto 32).
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 8,7 kilómetros
Altitud máxima: 767 metros
Altitud mínima: 304 metros
Desnivel bajada: 463 metros
Duración: 4 horas y 15 minutos
Dificultad: baja
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MARTES DÍA 8 DE JULIO
Visita a Estrasburgo en la Alsacia francesa
CRÓNICA: VIOLETA MONTEQUÍN
Después de un delicioso desayuno en el hotel fuimos a Estrasburgo, capital de Alsacia, solo a una hora del hotel es una ciudad con mucha historia. Disputada por franceses y germanos es un cruce de caminos principalmente fluviales. La parte antigua de la ciudad es una isla rodeada por el río Ill. También es la capital de Europa y aquí se encuentran importantes Instituciones Europeas: El Parlamento Europeo, el Consejo de Europa y el Palacio de los Derechos Humanos.
Estaba lloviznando y todo el grupo montamos en el “batorama”, una embarcación con techo y paredes transparentes para poder ver mas y mejor. Tenían instalados micrófonos que en once idiomas (cada uno cogía el suyo) iban explicando por donde se pasaba: La Pequeña Francia, El barrio Imperial, las Instituciones Europeas, varios puentes, las esclusas, etcétera. El viaje duró un poco mas de una hora y vimos la isla completa.
Desde aquí casi todos fuimos a visitar la Catedral (seguía lloviendo) que es altísima y tiene unas vidrieras preciosas. No dio mucho tiempo ya que a la 1:45 horas teníamos que estar todos en el restaurante; pagado con el dinero que la agencia Alventus no nos cobraba por cada dieciocho personas. El primer plato consistió en zanahoria, apio y col con vinagre, el consenso general fue que estaba bueno; de segundo tres variedades de salchichas alemanas y el típico chucrut que aquí se llama choucroute. Desafortunadamente, la versión vegetariana que escogieron seis personas eran patatas hervidas con salsa de yogur, incomible según ellos. De postre helado y café. Era el cumpleaños de Martine y le dimos una pequeña sorpresa cantándole el “cumpleaños feliz”. Después, ¡ale!, a la calle otra vez. Afortunadamente ya no llovía y cada uno se fue donde quiso; unos a callejear (como yo), otros a museos, catedral, compras, etcétera.
A las 18:00 horas volvimos al autocar, tres llegaron tarde pero no voy a dar nombres porque esto es una crónica amable. Nada más llegar al autocar empezó a diluviar así que tuvimos suerte. Durante el trayecto María demostró sus habilidades poliglotas enseñándonos frases en árabe, chino y japonés, por ejemplo: “pelo sucio” se dice en chino “chin cham pu”.
La cena hoy era a las 20.00 horas un poco antes porque el equipo alemán juega en el mundial. Cantamos de nuevo para Martine y esta vez la dieron una pequeña tarta. Repartimos propinas entre las camareras, guías y chofer y hubo agradecimientos también a los dueños del hotel y las dos camisetas que regalamos entre todos a Rafa y a Miguel.
La cena hoy era a las 20.00 horas un poco antes porque el equipo alemán juega en el mundial. Cantamos de nuevo para Martine y esta vez la dieron una pequeña tarta. Repartimos propinas entre las camareras, guías y chofer y hubo agradecimientos también a los dueños del hotel y las dos camisetas que regalamos entre todos a Rafa y a Miguel.
Después de la cena algunos nos fuimos a ver el partido: ver en directo cómo el equipo alemán le metía siete golazos a la selección brasileña. Creo que todos apoyábamos a la alemana, aunque solo fuera por estar allí.
Y Colorín colorado este día se ha acabado y mañana tenemos que estar en la puerta del hotel preparados y con la maleta a las 5:45 de la mañana para emprender el viaje de regreso a Málaga desde el aeropuerto de Stuttgart.
Y Colorín colorado este día se ha acabado y mañana tenemos que estar en la puerta del hotel preparados y con la maleta a las 5:45 de la mañana para emprender el viaje de regreso a Málaga desde el aeropuerto de Stuttgart.
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MIÉRCOLES DÍA 9 DE JULIO
MIÉRCOLES DÍA 9 DE JULIO
Desplazamiento en autobús a Stuttgart
y regreso a Málaga
CRÓNICA: MIGUEL ALONSO
Se acabó nuestra estancia en La Selva Negra. Llegamos el miércoles día 2 de julio y el miércoles día 9 regresamos a España. Una maravillosa experiencia en esta parte de Alemania.
La Selva Negra nos deja recuerdos que no olvidaremos, bosques oscuros de abetos y verdes praderas, cascadas, granjas con tejados a cuatro aguas que llegan cerca del suelo, castillos llenos de historia, ciudades emblemáticas, iglesias, relojesde cuco, cerveza, tartas de cerezas…
Unos días espectaculares conducidos por las guías de Viajes Alventus, la agencia que nos programó el viaje: Ana Fernández y su compañera Ini Leytens, que nos hicieron pasar una estancia maravillosa visitando preciosos lugares y recorriendo bellas rutas: el valle de Kinzigtal, de frondosos bosques; el Feldberg, la montaña más alta que preside la zona (1.493 m) rodeada de enormes extensiones de bosque; Titisee, ensoñador pueblecito al borde del lago del mismo nombre; el descenso por el Valle de Nordrach por un sendero que se adentraba en un espeso bosque, entre enormes abetos y hayas..., donde vimos grandes y típicas casas de madera; el paseo por las estrechas calles del centro medieval de Friburgo, capital de la Selva Negra, con sus famosos arriates y la visita a la catedral y al Cerro-Fortaleza.
Otra magnífica jornada, combinando arte y naturaleza, metidos de lleno en Francia, al otro lado del Rin en la región de Alsacia, fue la visita a la Abadía de St.Odile y el posterior recorrido por los Vosgos, que nos llevaría a través de un bello valle y bosques hacia la ciudad de Obernai, fantástica ciudad medieval perfectamente conservada.
Inolvidable la visita a Estrasburgo, en el valle del Rin, sede de importantes instituciones europeas, recorriendo bajo una leve llovizna en el batorama, una embarcación con techo y paredes transparentes para poder ver más y mejor: la Pequeña Francia, El barrio Imperial, las Instituciones Europeas, varios puentes, las esclusas… y, finalmente a pie, la visita a la impresionante y altísima Catedral de Notre-Dame, imponente edificio de estilo gótico, con su estilizada aguja de 142 metros de altura y con unas bellas y grandes vidrieras. Luego la comida de todo el grupo en la brasserie À l’Ancienne Douane, situada en el edificio de la Antigua Aduana, cerca de la Catedral y de la Petite France.
Sí, al final quedarán los recuerdos: las atenciones de la familia Beck, que regenta el hotel Sonne donde nos alojamos y el de las camareras Jasmin y Micaela, siempre pendientes y serviciales; las excursiones y anécdotas que contar y el grato sabor de la convivencia entre los treinta y tres compañeros que nos convocamos en este viaje inolvidable.
Desplazamiento al aeropuerto de Stuttgar
La mañana del miércoles 9 de julio fue la del madrugón (5 de la mañana) ya que, teníamos que cubrir una distancia que nos separaba del hotel al Aeropuerto de Stuttgart, por una autopista con intenso tráfico y no podíamos exponernos a llegar tarde.
Después del desayuno, que amablemente prepararon a esas horas de la mañana, emprendimos el viaje hacia el aeropuerto de Stuttgard bajo una llovizna, al que llegamos sobre las 8:15 horas. Nuestro vuelo en Airberlin AB 2538, salió a las 11:38 hacia el Aeropuerto de Málaga donde tomamos tierra a las dos de la tarde. Después de recoger el equipaje, el grupo se volvió a separar emprendiendo cada uno el regreso a su destino: Madrid, Granada, Motril, Málaga y el grueso (21 personas) a Estepona donde llegamos pasadas las cuatro y media de la tarde. 
GALERÍA FOTOGRÁFICA
GALERÍA FOTOGRÁFICA GENERAL.
(Fotos: Johan Setjo, Ignacio Pérez de Vargas, José Antonio Quirós, Lola Criado, Isabel López y Miguel Alonso).
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