viernes, 15 de agosto de 2014

Recorrido fluvial por las angosturas del río Guadalmina



CRÓNICA: MIGUEL ALONSO

De Estepona partimos (10:00 h) un grupo de 6 compañeros (Pepi, Sofía, Marja, José Luis Gil y Fran Gil) en sentido Málaga, desviándonos en el kilómetro 168,5 (salida a Benahavís. Al llegar a la rotonda, paramos junto a la gasolinera de Repsol (10:30 h) para unirnos al resto de compañeros que nos estaban esperando (Martine, Manolo, Violeta, y dos amigos persas de Marja: Amore y Morteza). Posteriormente continuamos, por la segunda salida de la rotonda, la carretera A-7175, que nos llevó a las cercanías de Benahavís, donde paramos en la primera zona de aparcamiento cerca de la carretera, donde dejamos los coches para comenzar el recorrido.

En este lugar nos hicimos la foto del grupo (10:45 h) con la bandera del club y tras la sugerencia de Manolo, en vez de seguir por la carretera hacia la Charca de las Mozas, un peligroso recorrido de unos tres kilómetros, decidimos retroceder unos metros por la carretera para desviarnos a la izquierda y bajar atravesando un trecho pedregoso y subir por un corto sendero que nos llevó a la (11:07 h) “Acequia Secreta”.

Recorrido por la Acequia Secreta

Fue un acierto pues, además de evitarnos el peligro de la carretera, el recorrido era precioso. Este nuevo sendero está en construcción. Hay un puente de madera sobre el río, todavía no transitable, que salva el río y discurre por una ladera paralela al cauce, unos 40 metros por encima del nivel del río, al lado opuesto de la carretera. Desde el extremo del puente más próximo a la ladera, pasa una acequia que viene desde el pueblo y que lleva el agua para riego de los campos de golf cercanos a la costa.

Comenzamos un recorrido relajado, protegidos de los rayos solares por unos túneles de abundante y variada vegetación que flanqueaban la acequia. Íbamos disfrutando de una perspectiva diferente a la de las angosturas, que ahora recorríamos a media altura por la vertiente oriental, pasando por un pequeño acueducto, que salvaba el arroyo del Coscojar, y que usamos como puente (11:38 h). A nuestra izquierda, arriba, asomaba el cerro de Montemayor y al frente, cada vez mas cerca, el pueblo de Benahavís.


Al fin llegamos a punto donde la acequia recibía el agua del río (12:20 h), un cruce de caminos donde una carretera, que bajaba por nuestra derecha, y que en unos pasos nos acercó a la de Benahavís. Desde este lugar bajamos unos metros de carretera por un acerado que nos condujo a las escalinata (12:40 h) por la que accedimos a la “Charca de las Mozas” de unos cinco metros de profundidad.

El recorrido fluvial

De 28 kilómetros de longitud, el río Guadalmina nace en la Sierra Bermeja, en el término municipal de Igualeja, pero el agua permanente se encuentra más abajo, en el municipio de Benahavís, de donde surge por los acuíferos kársticos formando un paraje denominado "Las Angosturas". Desemboca en el municipio de Marbella junto a San Pedro de Alcántara; sirviendo de separación entre los términos municipales de Estepona y Marbella. El río queda encajonado en un corto desfiladero, “Las Angosturas del río”, de unos dos kilómetros de longitud, originando diferentes charcas y pozas rodeadas de paredes rocosas al pie de espectaculares tajos.

A partir de este lugar comenzamos el recorrido por el río, en el sentido de la corriente, iniciando el primer contacto con el agua bajando por una especie de tobogán formado por la erosión del agua sobre las rocas. Después de esta primera poza, continuamos por una zona del río muy pedregosa. Este tramo tuvimos que recorrerlo con cuidado ya que, presentaba una cierta dificultad, debida al verdín acumulado en las piedras que las hacían resbaladizas.

Las siguientes pozas las pasamos con el agua a la altura de la cintura. Poco a poco, nos fuimos adaptando a la temperatura del agua, comprobando que los tramos más fáciles eran los que hacíamos nadando o dejándonos llevar por la corriente del agua.

Según avanzábamos, el río se iba encajonando, cada vez más, a través de las paredes rocosas que albergaban gran cantidad de plantas rupícolas, llegando a una estrecha garganta o cahorro, cuyas paredes se podían tocar con los brazos estirados. Las pozas empezaban a tener mayor profundidad, obligándonos a nadar entre las paredes verticales donde era difícil encontrar puntos de agarre.

Como el recorrido sabíamos que era corto, no teníamos prisa, íbamos disfrutando tranquilamente. Según avanzábamos, entramos en una zona donde casi no se veía el sol y la luz se colaba por las rendijas de la parte alta, entre las rocas, creando un bello espectáculo. A ambos lados, las rocas estaban cubiertas por unos pequeños helechos y musgos cuyo verde daba un fresco muy agradable.

Recorrido por los sifones

Llegamos a una de las zonas más interesantes del recorrido, una especie de túnel o cueva (14:13 h) donde en épocas de lluvias se puede formar un sifón.

Durante varios metros de recorrido tuvimos que nadar por un pasillo entre las rocas, donde el agua tenía bastante profundidad y por ende más fría. Las paredes no ofrecían puntos donde agarrarse, era la zona conocida como el “Primer sifón”. Si mirábamos hacia arriba veíamos la formación de estalactitas.

Más adelante, llegamos a un tramo subterráneo, el llamado “Segundo sifón”, donde una cuerda permitía subir a una roca para desde ella saltar al agua. Al fin, la luz del sol comenzó a colarse por las grietas de este túnel, tan espectacular, saliendo al final a una zona más abierta, donde de nuevo vimos los deslumbrante rayos solares, continuando por tramos de poca profundidad.

Al cabo de dos horas de recorrido llegamos a una pequeña presa que tuvimos que bajar agarrados a una cuerda con nudos y con la ayuda de nuestros amigos persas Amore y Morteza.

Todavía nos quedaba un tramo de pozas, de bastante profundidad, donde tuvimos que nadar unos diez minutos, llegando a la zona donde se abría el cauce y se acaban las angosturas, justo bajo el nuevo puente de madera.

Comida en el Parque Torre Leonera

Finalmente salimos del río (15:22 h), por nuestra derecha, para alcanzar la carretera y, en unos minutos, llegar al aparcamiento donde dejamos los coches. De allí nos trasladamos en coche al Parque Torre Leonera (15:46 h), situado en la avenida de la Moraleda, un bello espacio, muy bien cuidado, con estanques y muchos árboles, a cuyos pies se extendía una cuidada alfombra de césped y donde sobresalía la Torre Leonera, uno de los restos de los tiempos de la lucha entre musulmanes, cristianos y moriscos.

Pronto encontramos un árbol, con una frondosa copa, cercano a una pequeña cascada artificial que refrescaba el ambiente. Allí comimos nuestros bocadillos, bajo una paz relajante, disfrutando de un merecido descanso entre comentarios y alabanzas al recorrido y al increíble entorno. Decidimos que esta sería una de las salidas emblemáticas del club. Finalmente dimos por finalizada (16:58 h) una bella y emocionante jornada, regresando posteriormente a nuestras casas.



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  El grupo antes de emprender el recorrido por la "Acequia secreta", de izquierda a derecha, agachadas: Pepi González y Sofía Mateos. Detrás José Luis Gil, Martine Colombu, Miguel Alonso, Violeta Montequín, Marja Bolscher, Amore Amiri, Morteza Noryam, Manuel Muñoz y Francisco Gil.


MAPA DEL RECORRIDO POR CARRETERA DE ESTEPONA A BENAHAVÍS

GALERÍA FOTOGRÁFICA

(Fotos: Manuel Muñoz)




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