CRÓNICA: MIGUEL ALONSO
De Estepona partimos (10:00
h) un grupo de 6 compañeros (Pepi, Sofía, Marja, José Luis Gil y Fran Gil) en
sentido Málaga, desviándonos en el kilómetro 168,5 (salida a Benahavís. Al llegar a la
rotonda, paramos junto a la gasolinera de Repsol (10:30 h) para unirnos al
resto de compañeros que nos estaban esperando (Martine, Manolo, Violeta, y dos
amigos persas de Marja: Amore y Morteza). Posteriormente continuamos, por la
segunda salida de la rotonda, la carretera A-7175, que nos llevó a las cercanías
de Benahavís, donde paramos en la primera zona de aparcamiento cerca de la
carretera, donde dejamos los coches para comenzar el recorrido.
En este lugar nos hicimos la foto del
grupo (10:45 h) con la bandera del club y tras la sugerencia de Manolo, en vez
de seguir por la carretera hacia la Charca de las Mozas, un peligroso recorrido
de unos tres kilómetros, decidimos retroceder unos metros por la carretera para
desviarnos a la izquierda y bajar atravesando un trecho pedregoso y subir por
un corto sendero que nos llevó a la (11:07 h) “Acequia Secreta”.
Recorrido por la Acequia Secreta
Recorrido por la Acequia Secreta
Fue un acierto pues, además de evitarnos
el peligro de la carretera, el recorrido era precioso. Este nuevo sendero está
en construcción. Hay un puente de madera sobre el río, todavía no transitable,
que salva el río y discurre por una ladera paralela al cauce, unos 40 metros
por encima del nivel del río, al lado opuesto de la carretera. Desde el extremo
del puente más próximo a la ladera, pasa una acequia que viene desde el pueblo
y que lleva el agua para riego de los campos de golf cercanos a la costa.
Comenzamos un recorrido relajado,
protegidos de los rayos solares por unos túneles de abundante y variada
vegetación que flanqueaban la acequia. Íbamos disfrutando de una perspectiva
diferente a la de las angosturas, que ahora recorríamos a media altura por la
vertiente oriental, pasando por un pequeño acueducto, que salvaba el arroyo del
Coscojar, y que usamos como puente (11:38 h). A nuestra izquierda, arriba,
asomaba el cerro de Montemayor y al frente, cada vez mas cerca, el pueblo de
Benahavís.
Al fin llegamos a punto donde la
acequia recibía el agua del río (12:20 h), un cruce de caminos donde una carretera, que
bajaba por nuestra derecha, y que en unos pasos nos acercó a la de
Benahavís. Desde este lugar bajamos unos metros de carretera por un acerado que
nos condujo a las escalinata (12:40 h) por la que accedimos a la “Charca de las
Mozas” de unos cinco metros de profundidad.
El recorrido fluvial
De 28 kilómetros de longitud, el río Guadalmina nace en la Sierra
Bermeja, en el término municipal de Igualeja, pero el agua
permanente se encuentra más abajo, en el municipio de Benahavís, de donde surge
por los acuíferos kársticos formando un paraje denominado "Las
Angosturas". Desemboca en el municipio de Marbella junto a San Pedro de Alcántara;
sirviendo de separación entre los términos municipales de Estepona y Marbella. El
río queda encajonado en un corto desfiladero, “Las Angosturas del río”, de unos
dos kilómetros de longitud, originando diferentes charcas y pozas rodeadas de
paredes rocosas al pie de espectaculares tajos.
A partir de este lugar comenzamos el
recorrido por el río, en el sentido de la corriente, iniciando el primer contacto
con el agua bajando por una especie de tobogán formado por la erosión del agua
sobre las rocas. Después de esta primera poza, continuamos por una zona del río
muy pedregosa. Este tramo tuvimos que recorrerlo con cuidado ya que, presentaba
una cierta dificultad, debida al verdín acumulado en las piedras que las hacían resbaladizas.
Las siguientes pozas las pasamos con
el agua a la altura de la cintura. Poco a poco, nos fuimos adaptando a la
temperatura del agua, comprobando que los tramos más fáciles eran los que hacíamos
nadando o dejándonos llevar por la corriente del agua.
Según avanzábamos, el río se iba
encajonando, cada vez más, a través de las paredes rocosas que albergaban gran
cantidad de plantas rupícolas, llegando a una estrecha garganta o cahorro,
cuyas paredes se podían tocar con los brazos estirados. Las pozas empezaban a
tener mayor profundidad, obligándonos a nadar entre las paredes verticales
donde era difícil encontrar puntos de agarre.
Como el recorrido sabíamos que era
corto, no teníamos prisa, íbamos disfrutando tranquilamente. Según avanzábamos,
entramos en una zona donde casi no se veía el sol y la luz se colaba por las
rendijas de la parte alta, entre las rocas, creando un bello espectáculo. A
ambos lados, las rocas estaban cubiertas por unos pequeños helechos y musgos cuyo
verde daba un fresco muy agradable.
Recorrido por los sifones
Llegamos a una de las zonas más
interesantes del recorrido, una especie de túnel o cueva (14:13 h) donde en
épocas de lluvias se puede formar un sifón.
Durante varios metros de recorrido tuvimos
que nadar por un pasillo entre las rocas, donde el agua tenía bastante
profundidad y por ende más fría. Las paredes no ofrecían puntos donde agarrarse,
era la zona conocida como el “Primer sifón”. Si mirábamos hacia arriba veíamos
la formación de estalactitas.
Más adelante, llegamos a un tramo
subterráneo, el llamado “Segundo sifón”, donde una cuerda permitía subir a una
roca para desde ella saltar al agua. Al fin, la luz del sol comenzó a colarse
por las grietas de este túnel, tan espectacular, saliendo al final a una zona
más abierta, donde de nuevo vimos los deslumbrante rayos solares, continuando
por tramos de poca profundidad.
Al cabo de dos horas de recorrido
llegamos a una pequeña presa que tuvimos que bajar agarrados a una cuerda con
nudos y con la ayuda de nuestros amigos persas Amore y Morteza.
Todavía nos quedaba un tramo de pozas,
de bastante profundidad, donde tuvimos que nadar unos diez minutos, llegando a la
zona donde se abría el cauce y se acaban las angosturas, justo bajo el nuevo
puente de madera.
Comida en el Parque Torre Leonera
Finalmente salimos del río (15:22 h),
por nuestra derecha, para alcanzar la carretera y, en unos minutos, llegar al
aparcamiento donde dejamos los coches. De allí nos trasladamos en coche al
Parque Torre Leonera (15:46 h), situado en la avenida de la Moraleda, un bello
espacio, muy bien cuidado, con estanques y muchos árboles, a cuyos pies se
extendía una cuidada alfombra de césped y donde sobresalía la Torre Leonera, uno de los restos de los tiempos de la lucha entre musulmanes, cristianos y moriscos.
Pronto encontramos un árbol, con una
frondosa copa, cercano a una pequeña cascada artificial que refrescaba el
ambiente. Allí comimos nuestros bocadillos, bajo una paz relajante, disfrutando
de un merecido descanso entre comentarios y alabanzas al recorrido y al increíble entorno. Decidimos que esta sería una de las salidas emblemáticas del club.
Finalmente dimos por finalizada (16:58 h) una bella y emocionante jornada,
regresando posteriormente a nuestras casas.
VERSIÓN EN PDF PARA IMPRIMIR
El grupo antes de emprender el recorrido por la "Acequia secreta", de izquierda a derecha, agachadas: Pepi González y Sofía Mateos. Detrás José Luis Gil, Martine Colombu, Miguel Alonso, Violeta Montequín, Marja Bolscher, Amore Amiri, Morteza Noryam, Manuel Muñoz y Francisco Gil.
MAPA DEL RECORRIDO POR CARRETERA DE ESTEPONA A BENAHAVÍS
GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Manuel Muñoz)
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