sábado, 23 de agosto de 2014

Sendero del Gaitanejo y baños en el Embalse del Guadalhorce



CRÓNICA: MIGUEL ALONSO
De Estepona partimos por la autovía del Mediterráneo A-7 en sentido Málaga, desviándonos en la salida 185 para seguir por la carretera A-355 hacia Ojén, dejando atrás este y los términos de Coín, Pizarra y Carratraca. Un despiste nos hizo retroceder y al fin tomamos la carretera correcta hacia Ardales por la Autovía A-357.

A la altura de Ardales seguimos por el desvío que indicaba hacia El Chorro. A partir de aquí, la carretera iba bordeando gran parte del Embalse del Conde del Guadalhorce, que en todo momento quedaba a nuestra izquierda, hasta que a unos 5 kilómetros de este desvío, llegamos a un punto donde se nos indicaba a la derecha hacia El Chorro y al Parque Ardales al frente. Nosotros seguimos las indicaciones pasando por el Camping Parque Ardales, en las cercanías del Desfiladero de los Gaitanes, siguiendo la carretera hasta llegar a nuestro punto de destino, el Restaurante El Kiosko (10:15 h), punto de reunión con los compañeros que venían de otros lugares y donde dejaríamos aparcados los coches, ya que aquí comenzaba nuestra ruta por el Sendero del Gaitanejo. Hasta este lugar habíamos recorrido 108 kilómetros en dos horas y quince minutos.

Fueron llegando los compañeros, los primeros, Camille y Brooke tras nosotros. Mientras venían de Málaga Mari Carmen, Paula y Toñi, decidimos tomarnos unos cafés en el restaurante y al poco llegaron las tres (10:35 h). Otros cafés para las chicas y mientras, contactamos con una pareja: Candela y Marcelo, que pedían información para hacer una ruta que coincidía con la nuestra. Aceptaron nuestra invitación y emprendimos los once el recorrido (11:00 h) atravesando el túnel que había al lado del restaurante El Kiosko.

Recorrido por el Sendero del Gaitanejo
Pasamos el corto tunecillo, de unos 150 metros de longitud, excavado en roca arenisca, que nos dio paso al otro lado de la montaña, a una ladera de pinar con vistas al Embalse del Gaitanejo. Un despiste, al iniciar la subida al camino de arriba por un punto equivocado, nos hizo andar con dificultad entre matorrales hasta llegar a la pista por donde discurría el Sendero del Gaitanejo. Una vez superado el despiste, ya en ruta, nos acercamos a un mirador (11:25 h) desde el que se contemplaba el río Guadalhorce, justamente el tramo comprendido entre el embalse del Conde de Guadalhorce y la presa del Gaitanejo, por donde discurriría nuestra ruta.

Pronto enlazamos con la pista que venía desde el restaurante el Mirador. En este cruce (11:35 h), un panel informaba del recorrido, no tardando en encontrarnos con el ramal que ascendía a la derecha y que llevaba hasta el Mirador del Almorchón y a la variante para ascender al pico del Convento (618 m). Decidimos no alargar la excursión en dos kilómetros de subida y otros tantos de bajada debido al calor, decisión adoptada por mayoría y con el desacuerdo de José Antonio, que proponía acercarse a un mirador, no muy distante, en el mismo camino, antes de seguir al pico del Convento. Tenía razón, hubiera sido una buena decisión. Merecía la pena por las vistas a contemplar.

De nuevo en la pista principal, continuamos el camino con nuevas perspectivas del Embalse del Gaitanejo, que íbamos viendo entre las ramas y las copas de los pinos que flanqueaban el camino. Pasamos a través de un nuevo túnel (11:55 h), también excavado en roca arenisca, que nada más dejar atrás pasamos por un lugar plagado de grandes oquedades rocosas originadas por la erosión alveolar, tan característica de esta zona, hasta llegar a la que fue la central hidroeléctrica más antigua de España. Pasamos junto a la valla metálica que rodeaba la central, que dejamos a nuestra derecha, e inmediatamente pudimos observar, a nuestra izquierda, la Presa del Gaitanejo, construida casi de forma artesanal a base de bloques de sillería.

El Caminito del Rey
Unos 100 metros más adelante, llegamos a las cercanías del famoso “Caminito del Rey”, en su tramo correspondiente al Desfiladero del Gaitanejo, cuyo acceso estaba cortado por una alambrada debido a las obras emprendidas para rehabilitarlo. Sí pudimos bajar por un camino más cerca de la presa (12:05 h) y asomarnos más allá. Unas fotos y la contemplación del desfiladero. En las paredes más próximas pudimos ver restos de la pasarelas del antiguo “Caminito”, ahora en obras de rehabilitación.

Senda de los pescadores
De vuelta a la antigua Central Hidroeléctrica, tomamos la “Senda de pescadores” (12:40 h), que discurría paralela a la orilla del río Guadalhorce, que ahora llevábamos a nuestra derecha, pasando frente ante un espectacular arco trazado sobre una pared de arenisca, en la orilla contraria, conocida como La Roseta, monumental ejemplo de erosión alveolar (por las oquedades que presentan las rocas).

Algo más adelante, todavía junto al nivel de las aguas del río, tras pasar una higuera, la senda describía una prolongada curva, a modo de herradura, formada por un antiguo meandro, donde nos encontramos con lo que fueron las ruinas de antiguas viviendas rupestres.

La vegetación de ribera estaba constituida por fresnos, tarajes, sauces, adelfas y eucaliptos, estos últimos, al ser una especie exótica que en tiempos pasados se introdujeron en muchos lugares de España equivocadamente, están siendo sustituidos por especies autóctonas. Abundaba un matorral de palmitos, lentiscos, algarrobos y acebuches y grandes masas de pino carrasco.

En este lugar, aprovechamos una zona recreativa con mesas, cercana a la orilla, para hacer una breve parada (12:49 h) y tomarnos un “tentempié”. A partir de aquí, la senda comenzaba a subir de forma suave, con el río siempre a nuestra derecha, hasta que los pinos que nos flanqueaban se abrían lo suficiente para permitirnos ver el “Pico del Convento” y parte de los tajos del Almorchón.
El último tramo del sendero era a la vez tendido y suave, pasando justo por delante de la Presa de Gobantes, que quedaba a nuestra derecha, mientras que a la izquierda teníamos la entrada al túnel por el que regresamos al restaurante El Kiosko (13:40 h), junto al cual dejamos aparcados los coches al inicio de la ruta.

Jornada de baño al finalizar la ruta y comida
Una vez finalizada la ruta, unos se fueron a darse unos baños al pantano, que teníamos a dos pasos del restaurante, y otros decidimos quedarnos en el comedor tomándonos unas cervezas mientras esperábamos el regreso de los bañistas para comer la paella que habíamos encargado.

Al fin llegaron el resto de compañeros (15:00 h) y al poco, el arroz a la paella junto con dos platos de ensalada, cervezas, tintos de verano y mucha alegría. Después postre, cafés y helados para las golosas. Y eso sí, una larga sobremesa hasta que decidimos levantar el campo e irnos con los coches a otra zona del pantano (17:20 h) donde había un kiosco llamado “La Isla”, en una zona recreativa, a bañarnos unos y otros a montarse en unas piraguas.

Después de la experiencia náutica y los baños, las chicas de Málaga nos invitaron a una merienda que traían y que compartieron con nosotros (19:20 h): tortilla de espinacas, ensalada, queso para untar en el pan, mejillones en conserva, todo ello  acompañado por unos refrescos que compramos en el kiosco cercano.

Comenzaba a atardecer, el sol tornaba al característico color del ocaso, de una pálida tonalidad naranja. Eran las ocho de la tarde y decidimos emprender el regreso.

Otro día más, muy completo en cuanto a ruta, baños, paella, merienda, piraguas y gran camaradería, algo habitual en nuestras salidas.

                  VERSIÓN EN PDF PARA IMPRIMIR

   El grupo frente al restaurante El Kiosko, de izquierda a derecha, delante: Candela Guirao, Antonia López, Paula López, Camille Harris, Martine Colombu, José Antonio Quirós, Miguel Alonso, Mari Carmen Martín y Marja Bolscher. Detrás, a la izquierda, Brooke Harris y Marcelo Orozco.

  RECORRIDO POR CARRETERA DE ESTEPONA AL RESTAURANTE EL KIOSKO

   MAPA TOPOGRÁFICO DE LA RUTA

  ESQUEMA DE LA RUTA

  
GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Miguel Alonso)

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