sábado, 8 de noviembre de 2014

Travesía paisajística circular por la Sierra de las Nieves



CRÓNICA: IGNACIO PÉREZ DE VARGAS


El sábado disfrutamos de un día típico del otoño, temperaturas entre 7 y 15 grados, viento frio del norte, cielo nublado y tierra húmeda por la lluvia caída durante la noche.

Creíamos al inicio de la ruta que continuábamos con un tiempo veraniego, pero pronto comprobamos que el otoño había llegado, de forma que tuvimos que rebuscar en las mochilas, guantes, gorros y todo tipo de prendas, para protegernos de la ventisca que nos azotaba con fuerza, lo que aún hacía más atractiva la ruta por la Sierra de las Nieves.

Ruta llena de emociones y de leves incidencias, superadas con buen ánimo y con la solidaridad de todos los participantes.

Salimos desde el punto de encuentro en el Bar Estadio, Estepona, a las 7:30 horas de la mañana, en un autobús de la empresa Autocares Domínguez, con paradas en San Pedro de Alcántara y Marbella, para recoger a los compañeros y compañeras, que residen en este municipio, continuando  el viaje en dirección a Yunquera, donde llegamos a las 9:30 horas, allí se unieron Paco y Germán que habían llegado desde Málaga.

Una vez completo el grupo de los 23 participantes, continuamos en el autobús desde el pueblo de Yunquera por un carril parcialmente asfaltado y muy estrecho hasta el mirador de Luis Ceballos.

En este punto, a las 10 horas, iniciamos la marcha actuando como guía Antonio Muñoz, al que es justo agradecer su colaboración con nuestro Club, por compartir con nosotros sus conocimientos de todos estos lugares de nuestras sierras, poniendo en la descripción de cada rincón el cariño de la persona que se siente atraído por la naturaleza y desea transmitirlo a los demás.

El primer tramo fue de ascenso por el bosque de pinsapos, muy tupidos y en buen estado de conservación, en la medida que avanzábamos en nuestro ascenso, de una parte, la vegetación disminuía apareciendo en todo su esplendor los macizos rocosos, y de otra, el viento frio se hacía presente cada vez con más intensidad.

En la cañada de la Perra pudimos disfrutar de algunos ejemplares de pinsapos centenarios, con una altura superior a los diez metros, cuyo envejecimiento se podía ver reflejado en la cantidad de ramas secas que poblaban sus troncos.

Nos llamó la atención el escaso número de ejemplares jóvenes, algunos de ellos estaban protegidos por mallas a su alrededor, para evitar que sus tiernos tallos sirvan de alimentos a los animales que habitan la zona.

También encontramos quejigos o robles andaluces de gran porte, con copas poco pobladas, pero con troncos majestuosos, si bien, en escaso número, existiendo numerosos arbustos protegidos por mallas y que por su distribución, parecen plantados de forma ordenada por la Agencia de Medio Ambiente.

Una vez culminado el ascenso, con un corto descanso de diez minutos, continuamos en dirección al Paso del Tejo a Paso de la Cadena, este último nombre obedece a la existencia de una cadena, como medida de seguridad, para recorrer un tramo con un gran desnivel y con un sendero muy estrecho, según nuestro guía, el sendero se podía calificar de alta montaña.

Como decíamos al principio, un pequeño percance sufrido por un participante, a modo de lesión leve, nada que no se cure con unos días de reposo, determinó un ritmo más lento de marcha, así que llegamos al Pilar de Tolox o Fuente de los Pilones, a las 15 horas.

Este lugar fue elegido para descansar veinte minutos y tomar los correspondientes bocatas, eso sí, resguardados en la cueva del frío viento, que parecía más intenso, en la medida que alcanzábamos a cotas más alta.

Teníamos el Torrecilla al alcance de la mano, pero ni el viento ni lo ajustado del horario, nos permitieron coronar su cima.

Como estaba anunciado,  la ruta era circular, así que una vez repuestas las fuerzas, a las 15:30 horas iniciamos el camino de vuelta dirección noreste, pasando por la base del Peñón de los Enamorados. 
 
Poco a poco íbamos comprobando que la luz solar se apagaba y que el último tramo de la ruta se hacía bajo la sombra de los enormes pinsapos y con luz artificial de las linternas.
Resultó divertido disfrutar del atardecer en plena naturaleza, viendo en el horizonte las luces ya encendidas de los pueblos de la serranía, Guaro, Monda, etc…

Así, para terminar, hemos tenido la agradable sorpresa de disfrutar de un atardecer en pleno bosque de pinsapos, caminando bajo sus copas, que dibujaban su perfil, con las últimas luces del día.

Hoy hemos disfrutado de una ruta llena de encantos, en plena naturaleza, salpicada de ejemplares centenarios de pinsapos y quejigos, con vistas espectaculares sobre las sierras que rodean el recorrido, teniendo la seguridad de un guía que conoce perfectamente cada rincón de estos lugares.

A las 19:25  horas llegamos al mirador de Luis Ceballos, donde nos esperaba el autobús y su paciente conductor, algo alarmado por nuestro retraso, para devolvernos a nuestro lugar de origen.

                   VERSIÓN EN PDF PARA IMPRIMIR

       
  MAPA CON EL RECORRIDO MARCADO CON TRAZO ROJO

 
        PERFIL Y LONGITUD DEL RECORRIDO


   MAPA RECORRIDO POR CARRETERA DE ESTEPONA A YUNQUERA


   Parte de los 23 participantes en la excursión. De izquierda a derecha: Rima, Isabel López, Francisco González, Lola Criado, Margaret O'Connor, Javier Duarte, Rosa María Martín, Miguel Alonso, Toñi Torrecilla, Rosa María Priego, Ana Ortiz, Germán Aparicio, Ana María de Torres, Manuel Muñoz, Luis Naranjo, Ignacio Pérez de Vargas, Carlos de Lara y Antonio Muñoz. No salen: Benjamín González, Martine Colombu, José María García de la Nava, José Antonio Quirós y Miguel Ángel Pernas.


GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Lola Criado, Isabel López, Ignacio Pérez de Vargas, Javier Duarte y Miguel Alonso)

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