CRÓNICA: IGNACIO PÉREZ DE VARGAS
El sábado disfrutamos de un día típico del otoño, temperaturas entre 7 y 15 grados, viento frio del norte, cielo nublado y tierra húmeda por la lluvia caída durante la noche.
Creíamos
al inicio de la ruta que continuábamos con un tiempo veraniego, pero pronto
comprobamos que el otoño había llegado, de forma que tuvimos que rebuscar en
las mochilas, guantes, gorros y todo tipo de prendas, para protegernos de la
ventisca que nos azotaba con fuerza, lo que aún hacía más atractiva la ruta por
la Sierra de las Nieves.
Ruta
llena de emociones y de leves incidencias, superadas con buen ánimo y con la
solidaridad de todos los participantes.
Salimos
desde el punto de encuentro en el Bar Estadio, Estepona, a las 7:30 horas de la
mañana, en un autobús de la empresa Autocares Domínguez, con paradas en San
Pedro de Alcántara y Marbella, para recoger a los compañeros y compañeras, que
residen en este municipio, continuando
el viaje en dirección a Yunquera, donde llegamos a las 9:30 horas, allí
se unieron Paco y Germán que habían llegado desde Málaga.
Una
vez completo el grupo de los 23 participantes, continuamos en el autobús desde
el pueblo de Yunquera por un carril parcialmente asfaltado y muy estrecho hasta
el mirador de Luis Ceballos.
En
este punto, a las 10 horas, iniciamos la marcha actuando como guía Antonio
Muñoz, al que es justo agradecer su colaboración con nuestro Club, por
compartir con nosotros sus conocimientos de todos estos lugares de nuestras
sierras, poniendo en la descripción de cada rincón el cariño de la persona que
se siente atraído por la naturaleza y desea transmitirlo a los demás.
El
primer tramo fue de ascenso por el bosque de pinsapos, muy tupidos y en buen
estado de conservación, en la medida que avanzábamos en nuestro ascenso, de una
parte, la vegetación disminuía apareciendo en todo su esplendor los macizos
rocosos, y de otra, el viento frio se hacía presente cada vez con más
intensidad.
En la
cañada de la Perra pudimos disfrutar de algunos ejemplares de pinsapos
centenarios, con una altura superior a los diez metros, cuyo envejecimiento se
podía ver reflejado en la cantidad de ramas secas que poblaban sus troncos.
Nos
llamó la atención el escaso número de ejemplares jóvenes, algunos de ellos
estaban protegidos por mallas a su alrededor, para evitar que sus tiernos
tallos sirvan de alimentos a los animales que habitan la zona.
También
encontramos quejigos o robles andaluces de gran porte, con copas poco pobladas,
pero con troncos majestuosos, si bien, en escaso número, existiendo numerosos
arbustos protegidos por mallas y que por su distribución, parecen plantados de
forma ordenada por la Agencia de Medio Ambiente.
Una
vez culminado el ascenso, con un corto descanso de diez minutos, continuamos en
dirección al Paso del Tejo a Paso de la Cadena, este último nombre obedece a la
existencia de una cadena, como medida de seguridad, para recorrer un tramo con
un gran desnivel y con un sendero muy estrecho, según nuestro guía, el sendero
se podía calificar de alta montaña.
Como
decíamos al principio, un pequeño percance sufrido por un participante, a modo
de lesión leve, nada que no se cure con unos días de reposo, determinó un ritmo
más lento de marcha, así que llegamos al Pilar de Tolox o Fuente de los
Pilones, a las 15 horas.
Este
lugar fue elegido para descansar veinte minutos y tomar los correspondientes
bocatas, eso sí, resguardados en la cueva del frío viento, que parecía más
intenso, en la medida que alcanzábamos a cotas más alta.
Teníamos
el Torrecilla al alcance de la mano, pero ni el viento ni lo ajustado del
horario, nos permitieron coronar su cima.
Como
estaba anunciado, la ruta era circular,
así que una vez repuestas las fuerzas, a las 15:30 horas iniciamos el camino de
vuelta dirección noreste, pasando por la base del Peñón de los Enamorados.
Poco a
poco íbamos comprobando que la luz solar se apagaba y que el último tramo de la
ruta se hacía bajo la sombra de los enormes pinsapos y con luz artificial de
las linternas.
Resultó
divertido disfrutar del atardecer en plena naturaleza, viendo en el horizonte
las luces ya encendidas de los pueblos de la serranía, Guaro, Monda, etc…
Así,
para terminar, hemos tenido la agradable sorpresa de disfrutar de un atardecer
en pleno bosque de pinsapos, caminando bajo sus copas, que dibujaban su perfil,
con las últimas luces del día.
Hoy
hemos disfrutado de una ruta llena de encantos, en plena naturaleza, salpicada
de ejemplares centenarios de pinsapos y quejigos, con vistas espectaculares
sobre las sierras que rodean el recorrido, teniendo la seguridad de un guía que
conoce perfectamente cada rincón de estos lugares.
A las 19:25 horas llegamos al mirador de Luis Ceballos, donde nos esperaba el autobús y su paciente conductor, algo alarmado por nuestro retraso, para devolvernos a nuestro lugar de origen.
A las 19:25 horas llegamos al mirador de Luis Ceballos, donde nos esperaba el autobús y su paciente conductor, algo alarmado por nuestro retraso, para devolvernos a nuestro lugar de origen.
VERSIÓN EN PDF PARA IMPRIMIR
MAPA CON EL RECORRIDO MARCADO CON TRAZO ROJO
PERFIL Y LONGITUD DEL RECORRIDO
MAPA RECORRIDO POR CARRETERA DE ESTEPONA A YUNQUERA
GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Lola Criado, Isabel López, Ignacio Pérez de Vargas, Javier Duarte y Miguel Alonso)
No hay comentarios:
Publicar un comentario