domingo, 8 de diciembre de 2013

Senda de los Prisioneros al Río la Miel.

CRÓNICA: IGNACIO PÉREZ DE VARGAS
Debido al puente de la Inmaculada, y en consecuencia, a la existencia de cuatro días festivos, el Club decidió hacer dos rutas, una el viernes  La Zagaleta El Dairin” y otra el domingo “ Senda de los Prisioneros”.

En el lugar habitual, a las 8:30 horas, nos encontramos los once participantes, que partimos en dirección a la Barriada del Cobre, en Algeciras. Una vez aparcados los coches, José Antonio Quirós solicitó información sobre la ruta a un vecino de la barriada, que se encontraba próximo al camino de salida, que amablemente se ofreció a acompañarnos durante un tramo del camino.

De esta forma, con la compañía de un conocedor del terreno, José Cerrillo, iniciamos el primer tramo del camino, que transcurre por una amplia pista forestal, y en una bifurcación,  tomamos el sendero a la izquierda, en plano ascendente, entre las sierras del Algarrobo y el Bujeo, hasta llegar a una zona llamada el Cerro del Rayo, desde donde podíamos ver Gibraltar y la bahía de Algeciras, si bien, debido a las nubes y a la bruma existente en el horizonte, las vistas estaban muy limitadas.

Continuamos la marcha en dirección al Puerto de Comares, por un sendero pedregoso, donde pudimos observar a un buitre leonado a escasos metros de nosotros, que emprendió el vuelo, una vez que advirtió nuestra presencia.

Por la ladera de la sierra del Algarrobo llegamos a un puente de piedra, en el que se puede observar una letrero que indica “ Fin del Sendero”. Nos sentamos un rato a descansar y a tomar una fruta.

En ese punto, ya habíamos descubierto el perfil humano de nuestro acompañante José Cerrillo, un hombre de setenta y dos años, viudo desde hace catorce años, con cinco hijos y cinco nietos, que desde los catorce años ha trabajado en los parajes que estábamos recorriendo, un amante de la naturaleza, que con su tono de voz suave y sereno nos contaba anécdotas y detalles, que iban calando en todos nosotros, hasta el extremo de integrarse como uno más de nuestro grupo.

A partir de este punto, José Cerrillo decidió completar la ruta en nuestra compañía, eso sí, por estrechos senderos que atravesaban los bosques de alcornoques, que el conocía hasta en su más mínimo detalle.

En nuestro recorrido, nos volvimos a encontrar con la pista forestal, donde decidimos tomar el correspondiente bocadillo, mientras tanto, José Cerrillo esperó pacientemente sentado en una piedra hasta que terminamos nuestro aperitivo, pero el se negó a comer nada, sólo bebía agua, según él, porque al campo se sale para andar, la comida se hace al regreso a casa.

Continuamos la ruta por la pista forestal denominada  Las Corzas, hasta llegar al Mirador denominado “ Cabecera del Río de la Miel “, desde donde se podían contemplar una espectaculares vistas del valle del río de la Miel entre las sierras, que configuran sus laderas.

 De nuevo, abandonamos la pista forestal y volvimos a penetrar en el espeso bosque de alcornoques, por pedregosos y estrechos senderos, donde encontramos una considerable variedad de setas, así como madroños cargados de fruto.

El suelo del bosque estaba cubierto por helechos secos, que formaban una alfombra de color ocre, la densidad de la masa forestal permitía a duras penas la entrada de algunos rayos de sol, que esporádicamente aparecían entre las nubes.

A través de estos senderos en plano descendente llegamos al cauce del río de la Miel, continuando el recorrido en paralelo a su cauce, hasta llegar al Molino del Aguila, construido en el siglo XVII.

El resto de la ruta transcurrió entre los alisos que bordean el cauce del río de la Miel hasta conectar con la pista forestal, desde la que habíamos iniciado la ruta, a primera hora de la mañana.

El GPS marcaba a nuestra llegada un recorrido de 19 kilómetros, que completamos a las 17:30 horas.

En esta ruta, no sólo descubrimos la belleza de los bosques de nuestra tierra, sino que también descubrimos la calidad humana de nuestra gente, así como su sabiduría innata, cualidades reflejadas en la persona de José Cerrillo, con el que compartimos un refresco en un bar de la barriada, antes de regresar a Estepona, con la tremenda satisfacción de haber disfrutado de una jornada, que nos ha puesto de manifiesto como a través del senderismo descubrimos nuevos parajes naturales, y a su vez, los valores humanos de la gente de nuestra tierra.

  

 El grupo en pleno bosque. De izquierda a derecha: José Antonio Quirós, Loli García, Gabriel Guerrero, María Rosa Martín, Rima, Miguel Ángel Pernas, Margaret O'Connor, Ignacio Pérez de Vargas, Marja Bolscher, Miguel Alonso, José Cerrillo y Javier Duarte.

   VISTA SATÉLITE

   MAPA TOPOGRÁFICO

    PERFIL DE ALTURA

RECORRIDO HASTA LA BARRIADA DEL COBRE


  El trazado de la ruta, resaltada en color amarillo, y el sentido de la misma con flechas color rojo.

GALERÍA FOTOGRÁFICA

(Fotos: Ignacio Pérez de Vargas y Miguel Alonso)

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