sábado, 28 de junio de 2014

Del pueblo blanco de Genalguacil por el río Genal a la Venta de San Juan



CRÓNICA: MIGUEL ALONSO
 
Pasadas las ocho y media de la mañana, salimos de Estepona, del lugar de cita habitual, el Bar Estadio, seis compañeros en dos coches, dirigiéndonos a la avenida de Andalucía para desviarnos e iniciar el recorrido en coche por la carretera MA-8301 hacia el puerto de Peñas Blancas (975 m).

Desde este lugar continuamos el recorrido hacia Genalguacil, por la carretera MA-8302, que sale a la izquierda, y que nos llevaría directamente al pueblo después de haber recorrido, desde Estepona, 41 kilómetros en unos 45 minutos. La carretera tenía un trazado de muchas curvas, por lo que debimos conducir con precaución.

Llegados a Genalguacil (9:40 h) atravesamos el pueblo hacia la salida por la carretera que conducía a Algatocín, parando ante la Venta Las Cruces, lugar donde comenzaba el sendero hacia el Prado de la Escribana, junto al río Genal.

En este lugar nos quedamos esperando a que, Javier y José Luis, regresaran de la Venta de San Juan, distante unos 3,5 kilómetros, lugar donde finalizaba la ruta, a dejar un coche para al termino de la ruta volver a recoger los otros coches que dejábamos en la zona de Las Cruces, punto de inicio de nuestra ruta.

El río Genal
Sin duda, el Genal y sus afluentes es la unidad ambiental más destacada de esta etapa, tanto por la belleza de su cauce con sus vegas, meandros y sotos como por las actividades tradicionales vinculadas al río y su ribera, como son las huertas y los molinos.

El paisaje es totalmente forestal, con diversas especies arbóreas dominantes, en especial alcornoques y quejigos, pero también castaños y pinos resineros.

El bosque en galería multiespecífico tiene un papel preponderante en el fondo de un valle en forma de “uve” muy cerrado, con fuertes pendientes, en un terreno de esquistos y pizarras. Entre las especies de ribera destacan los grandes álamos y chopos, los sauces y los tarajes.

La ruta
Al fin, una vez de vuelta los compañeros, iniciamos la bajada hacia el río (10:15 h). En el arcén de la carretera había una tablilla indicativa de la dirección a seguir, el sendero de pequeño recorrido (PR-A 240) de Genalguacil a Benarrabá, dejando a nuestra derecha una pista polideportiva para después abandonar el trazado de la vereda de los Limones y del PR-A 240 y encaminarnos por la vereda de las Cañas, que se desprendía a la izquierda por una fuerte pendiente, donde una tablilla en un poste indicaba 4,600 metros al Prado de la Escribana.

Seguimos descendiendo y al llegar a la altura de un grupo de chaparros alineados con el sendero, descubrimos a la izquierda un carril, al cual se accedía por una angarilla. Por el margen contrario discurría el arroyo de las Cañas. El sendero acababa uniéndose al carril de acceso a la casa de las Cañas. Inmediatamente después nos unimos al carril principal (10:57 h), tomándolo hacia la derecha. Un poco más adelante vadeamos, por un puentecillo, el arroyo de las Cañas, para continuar caminando, un buen trecho en llano, con el río Almarchar a nuestra izquierda.

En nuestro camino encontramos unos caballistas montados en sendos caballos (11:30 h) que venían de Jerez de la Frontera para participar en la Romería de San Juan que se celebraría el domingo en el Prado de la Escribana.

Al poco dejamos, en un margen del carril, la entrada a una finca para continuar por la pista forestal que une Benarrabá con Genalguacil, pasando junto a la entrada de la finca El Chicharal, siendo visibles unas palmeras de gran altura junto a la casa. Al poco llegamos al Prado de la Escribana (11:40 h) y ya en la orilla del río, paramos para tomarnos unas frutas mientras José Antonio aprovechaba para darse un chapuzón en el río.
 
Recorrido por el río Genal
Es uno de los mejores referentes de belleza ribereña y valor ecológico en la provincia de Málaga que atesora una interesante diversidad de especies vegetales y animales, tanto dentro como en los alrededores de sus aguas, al mismo tiempo que conserva enclaves casi vírgenes, poco acostumbrados a la presencia humana.

Una vez en el río (12:00 h) comenzamos a caminar por el sendero señalizado por una tablilla que indicaba GR-249 Y SL-A 157 y al poco, dejamos el sendero para seguir por el mismo cauce del Genal a través de numerosos túneles de vegetación de ribera que nos esperaban en esta bonita y agradecida ruta acuática. El agua estaba a buena temperatura y el calor era mitigado por el frescor del agua y la arboleda que nos preservaba del sol.

A los pocos minutos vimos, a nuestra derecha, una estructura metálica en forma de pasarela que pensamos sería el acceso a una finca privada, continuando nuestra marcha sobre el río, que en algunos momentos pudimos abandonar para caminar por la orilla.

El paso era lento ya que el cauce del río estaba cubierto por piedras con verdín, que nos imponían tomar mucha precaución ante posibles accidentes. Pero sí pudimos darnos unos baños de vez en cuando y disfrutar del canto de los pájaros que abundaban a lo largo del recorrido.

Al cabo de una hora de marcha (13:12 h) volvimos a ver otra estructura metálica, como la que habíamos dejado atrás. Algunos subimos a explorar el sentido de dicha pasarela mientras Javier seguía por el río. A poco nos avisó a voces que el paso por el cauce estaba cortado por unas alambradas que impedían el paso. Por lo que decidimos subir todos a la pasarela y continuar por ese camino, desconocido para nosotros, ya que el año pasado en estas mismas fechas no existía. No había ni balizas que marcaran el sendero ni paneles explicativos; ninguna información.

Continuamos el sendero llegando a un punto por el que tuvimos que agarrarnos a un cable de acero sujeto a una pared rocosa, muy bien instalado, para facilitar el paso por un corto trecho sin más protección que el cable. El sendero seguía pasando por varias zonas de bajada y subida, con unos peldaños confeccionados con unos palos de madera atravesados que facilitaban salvar las pendientes y que permitía bajar al río a bañarse.

Unos tres cuartos de hora más adelante volvimos a encontrarnos con una nueva pasarela (13:57 h) que nos facilitaba el tránsito teniendo a bajo nosotros, a escasos metros, las aguas del río.
Llegamos a una zona más abierta, encontrando con una vieja casa abandonada (14:08 h) delante de la que nos volvimos a fotografiar. No había duda, ya estábamos muy cerca de nuestro punto de destino, una chopera que era la referencia de que estábamos a la altura del Camping San Juan y los restos de un antiguo molino de agua.

Salvamos el río y por la otra orilla, seguimos hacia el puente donde está la divisoria de los pueblos: Algatocín y Jubrique y pasado este la Venta de San Juan, a la que llegamos a las 14:25 horas.

Después de asearnos y cambiarnos de ropa, nos sentamos a comer. En primer lugar pedimos unas jarras de cerveza para saliar la sed que tríamos, que compartimos. Unos platos combinados nos sirvieron para colmar el hambre: pinchos de morcilla, chorizo y trozos de carne; patas fritas, ensalada variada, secreto ibérico… y finalmente cada uno pidió el postre que le apeteció: helado, flan…

Tras un buen rato de sobremesa decidimos irnos al río (17:30 h) a una zona situada en las inmediaciones de la venta. Una playita muy agradable, bajo la sombra de unos árboles, donde reposamos los alimentos tumbados bajo unos chopos, algunos llegamos a dormirnos, mientras otros se volvieron a introducir en el río para darse un último baño.

Después de los baños y el consabido descanso, emprendimos el regreso (19:35 h). Rosa, José Antonio y Javier decidieron irse directamente a Estepona, los otros siete restantes decidimos dirigirnos a Genalguacil ya que Camille y Brook no lo conocían.

El pueblo museo de Genalguacil
Allí hicimos un recorrido por sus estrechas calles, mostrándoles las numerosas muestras artísticas que decoran sus calles y plazas. De ahí el apelativo de “Pueblo Museo” ya que estas obras son el resultados de los “Encuentros de Arte”, bienales de arte que sabiamente el Ayuntamiento viene efectuando ininterrumpidamente desde el año 1994, con el fin de dar a conocer el Valle del Genal. Estos encuentros han posibilitado que un nutrido grupo de artista plásticos, tanto nacionales como extranjeros, convivan durante las dos primeras semanas de agosto con las vecinas y vecinos del pueblo. Otras piezas se conservan en el Museo de Arte Contemporáneo del pueblo.

Después de un grato paseo por las callejuelas, paramos en un pequeño Bar-Restaurante, situado en un céntrico rincón del pueblo, para tomarnos un refresco que nos invitó José Luis.
Se acercaba el anochecer y aún teníamos un largo camino de regreso: Marja, José Luis y Miguel a Estepona; Martine e Isabel a Marbella y Camille y Brook más allá.

Otro bonito día que no olvidaremos.

PD. Haciendo esta crónica, he caído en la cuenta y tras una comprobación, he confirmado que las pasarelas y el nuevo trazado de sendero corresponden a la Etapa 27 (Benalauría-Genalguacil) de la Gran Senda de Málaga, un itinerario circular de más de 650 kilómetros que recorre la periferia de la provincia, y que la Diputación de Málaga ha realizado e inaugurado en febrero de 2014.

Es una pena pues, a la falta de la señalización correspondiente y a la carencia de paneles explicativos, se une el deterioro de los tramos con escalones malamente realizados y que con unas lluvias temo desaparezcan.

                      VERSIÓN PDF PARA IMPRIMIR

   RECORRIDO POR CARRETERA DE ESTEPONA A GENALGUACIL

   La ruta marcada con flechas color verde.

    El grupo en la Venta de San Juan. De izquierda a derecha, en primera fila: Javier Duarte, Miguel Alonso, Camille Harris, Rosa María Martín y Brook Harris. Detrás: José Luis Gil, Marja Bolscher, José Antonio Quirós, Isabel López y Martine Colombu.

 GALERÍA FOTOGRÁFICA
(Fotos: Isabel López y Miguel Alonso)

  

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