sábado, 8 de julio de 2017

Recorrido por la “Acequia del Guadalmina” a las "Angosturas del río Guadalmina"


ANULADA POR FALTA DE INTERÉS

De Estepona partiremos en sentido Málaga, desviándonos en el kilómetro 168,5 (salida a Benahavís) por la carretera MA-547. Al llegar a la rotonda, pararemos junto a la gasolinera de Repsol para unirnos al resto de compañeros que vengan de otros lugares. Posteriormente continuaremos por la segunda salida de la rotonda, la carretera A-7175, que nos llevará a 1,5 kilómetros antes llegar a Benahavís, la primera zona de aparcamiento cerca de la carretera, el “Mirador de las Tres Pérgolas”, para dejar los coches y comenzar la ruta. Hasta aquí habremos recorrido unos 20 kilómetros desde Estepona en una media hora aproximadamente.

Recorrido por la “Gran Acequia del Guadalmiona”
La ruta empieza bajando al río desde el “Mirador de las Tres Pergolas”, justo donde termina el descenso del río Guadalmina en la poza que llaman "La playa". Unos metros más adelante, se inicia un puente de madera laminada (37 metros de largo y 2 de ancho de 12 toneladas de peso) por el que cruzaremos el río hasta la ladera opuesta a la carretera, bajo la que transcurre el cauce, unos 40 metros por encima del nivel fluvial. En el extremo del puente, en la ladera de la montaña, pasa la “Gran Acequia del Guadalmina” con más de un siglo de vida, que forma parte del rico patrimonio hidráulico.

Una vez cruzado, el puente comienza un corto tramo de sendero de 200 metros de longitud por el que ascenderemos hasta el trazado de la acequia (1,2 kilómetros) que está totalmente acondicionado y con barandillas de madera para mayor seguridad.

Continuaremos el recorrido por la acequia, camino que haremos relajados y protegidos de los rayos solares por unos túneles de abundante y variada vegetación que flanquean la acequia, disfrutando de una perspectiva diferente a la de las angosturas, que ahora recorremos a media altura por la vertiente oriental, pasando por un pequeño acueducto que salva el arroyo del Coscojar y que nos sirve de puente a nuestro paso. A nuestra izquierda, al frente, se asoma el cerro de Montemayor y en el sentido de nuestra marcha, cada vez más cerca, el pueblo de Benahavís.

Al cabo de una hora de camino, aproximadamente, llegaremos a punto donde parte del agua de la acequia se canaliza en tubería, un cruce donde un camino da acceso a una finca, a nuestra derecha, y que en unos pasos, nos acercará a la carretera de Benahavís. Desde este lugar caminaremos unos 20 minutos por un acerado al lado de la carretera de unos 700 metros del recorrido, donde nos encontraremos con dos miradores, uno orientado hacia el oeste y el otro hacia el sureste, hasta llegar a las escalinata por la que accederemos a la “Charca de las Mozas”, de unos cinco metros de profundidad, situada en la ladera sur del Tajo de los Novios, punto de inicio del recorrido por el cauce fluvial.

El río Guadalmina
De 28 kilómetros de longitud, el Guadalmina nace en la Sierra Bermeja, en las inmediaciones del Puerto del Madroño, en el término municipal de Igualeja, pero el agua permanente se encuentra más abajo, en el municipio de Benahavís, de donde surge por los acuíferos kársticos formando un paraje denominado "Las Angosturas". Desemboca en el municipio de Marbella junto a San Pedro de Alcántara, sirviendo de separación entre los términos municipales de Estepona y Marbella. El río queda encajonado en un corto desfiladero, “Las Angosturas del río”, de unos dos kilómetros de longitud, originando diferentes charcas o pozas rodeadas de paredes rocosas al pie de espectaculares tajos.

Recorrido fluvial por las Angosturas
A partir de este lugar comenzaremos el recorrido por el río, en el sentido de la corriente, iniciando el primer contacto con el agua bajando por un tobogán formado por la erosión del agua sobre las rocas. Después de esta primera poza, continuaremos por una zona del río muy pedregosa. Este tramo tendremos que recorrerlo con cuidado ya que presenta una cierta dificultad debida al verdín acumulado en las piedras que la hacen resbaladizas.

Las siguientes pozas las pasaremos con el agua a la altura de la cintura. Poco a poco, nos iremos adaptando a la temperatura del agua, comprobando que los tramos más fáciles son los que hagamos nadando o dejándonos llevar por la corriente del agua.

Según avanzamos, el río se va encajonando, cada vez más, a través de las paredes rocosas que albergaban gran cantidad de plantas rupícolas, llegando a una estrecha garganta o “cahorro”, cuyas paredes se pueden tocar con los brazos estirados en cruz. Las pozas empezarán a tener mayor profundidad, lo que obligará a nadar entre las paredes verticales donde es difícil encontrar puntos de agarre.

Como el recorrido es corto, no tenemos prisa por llegar, por lo que iremos disfrutando tranquilamente. Según avanzamos, entraremos en una zona donde casi no se ve el sol y la luz se cuela por las rendijas de la parte alta, entre las rocas, creando un bello espectáculo. A ambos lados, las rocas están cubiertas por unos pequeños helechos y musgos cuyo verde da un fresco muy agradable a nuestro paso.

Por la zona de los sifones
Llegaremos a una de las zonas más interesantes del recorrido, una cueva que sirve de túnel, ya que se atraviesa, donde en épocas de lluvias se puede formar un sifón.

Durante varios metros de recorrido tendremos que nadar por un pasillo entre las rocas, donde el agua tiene más profundidad y por ende, más fría. Las paredes no ofrecen puntos donde agarrarse, es la zona conocida como el “Primer sifón”. Si miramos hacia arriba veremos la formación de estalactitas.

Más adelante, llegaremos a un tramo subterráneo, el llamado “Segundo sifón”. Al fin, la luz del sol comenzará a colarse por las grietas de este túnel tan espectacular, saliendo al final a una zona más abierta, donde, de nuevo, veremos los deslumbrante rayos solares, continuando ya por tramos de poca profundidad.

Al cabo de dos horas de recorrido llegaremos a una pequeña presa que tendremos que bajar teniendo dos opciones: una, haciendo un corto rápel agarrados a una cuerda con nudos y con la ayuda de los compañeros y otra, bajando por una especie de tobogán al agua.

Todavía nos queda un tramo de pozas, con profundidad, donde tendremos que nadar unos diez minutos, llegando a la zona donde se abre el cauce y se acaban las angosturas, justo bajo el nuevo puente de madera. El recorrido finaliza en una última poza llamada “Charca de los tubos“.

Comida y baños en la piscina municipal de Benahavís
Una vez finalizado el recorrido, los que quieran, nos trasladaremos al recinto de la Piscina Municipal donde podremos comer arroz a la paella de marisco, patatas con huevos fritos, filetito de cerdo y por supuesto unas cervezas. Finalmente unos cafelitos y un chupito de orujo para digerir.

Después de la comida, daremos por finalizada una bella y emocionante jornada, regresando a nuestras casas.

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