CRÓNICA: MIGUEL ALONSO
De Estepona salimos pasadas las nueve y media de la
mañana por la Autovía del Mediterráneo A-7, en sentido Málaga, desviándonos en San Pedro de Alcántara, por la salida 172. Antes de continuar hacia Ronda por la carretera
A-397, paramos a la altura de la gasolinera BP, en la rotonda de El Corte
Inglés, donde nos esperaban Isabel, Manolo, Paqui y María.
Una vez repartidos en dos coches, continuamos el
recorrido en coche hacia Ronda, y pasada esta, continuamos por la carretera
MA-555 que en unos 20 minutos recorrimos los 15,2 kilómetros hasta Benaoján.
Sendero del Río Guadiaro
Llegados a la Estación de Benaoján, aparcamos los coches
en las cercanías y allí se nos unieron Ana Gutiérrez, que vino sola con su
perro Coco, y la hermana de Paqui, María Victoria (experta montañera, la primera mujer que atravesó la Cueva del Gato), junto con su marido Miguel
Arcas.
Iniciamos la ruta cruzando la vía del tren y, pasado el
puente sobre el río Guadiaro, nos encontramos con un panel informativo en el
que pudimos ver que en este punto coincidían tres senderos señalizados: uno, el
Sendero Local del Río Guadiaro (SL A-138), marcado con las franjas blanca y
amarilla y dos Grandes Sendas: el segundo tramo de la etapa Ronda Jimera de Líbar
perteneciente a la Gran Senda Serranía de Ronda (GR-141) y por último la etapa
25 de la Gran Senda de Málaga, ambas marcadas con las franjas correspondientes de color blanco y
rojo.
Junto al panel, había un poste con unas tablillas
indicadoras de los senderos que por allí pasaban. A la izquierda, marcaba hacia
la famosa Cueva del Gato y a la derecha hacia Jimera de Líbar, por el que
nosotros emprendimos nuestra caminata de 7,8 kilómetros de ida, ya que luego
recorreríamos otros tantos de regreso a este lugar.
Valle del Río Guadiaro
Nuestro camino discurría por la Cañada Real del Estrecho
de Gibraltar, antaño importante vía de comunicación, utilizada en ocasiones por
los bandoleros y otras por contrabandistas, sirvió en su época como única vía
de comunicación entre Ronda y Gibraltar. Este tramo une las poblaciones de
Benaoján y Jimera de Líbar, recorriendo el Valle del Río Guadiaro, entre la
típica vegetación mediterránea: alcornoques, encinas, quejigos y olivos.
El sendero, cuyo perfil está formado por suaves
toboganes, seguía paralelo al río y en algunos tramos a la Línea Férrea Ronda-Algeciras. Según caminábamos
íbamos dejando atrás las vistas del pueblo de Benaoján, una mancha blanca bajo
su imponente sierra coronada por el Pico Ventana (1.298 m), pasando de un carril
entre encinas a una senda encajada en el valle sinuoso de Las Angosturas, donde
predomina el bosque de ribera y poco después una tupida vegetación de bosque
meditarráneo.
El valle se abría con vistas a las lomas del Conio (1.171
m) y al otro lado del río, a la Sierra del Palo y Las Artezuelas, pasando por
zonas de huertas.
Pudimos observar las cristalinas aguas del río, en
ocasiones desde cierta altura, y en otras, más cerca, disfrutando del agradable
y continuo murmullo de las aguas que bajaban por su cauce.
La primera parte de la ruta discurría bajo una frondosa
arboleda, cuyas sombras ayudaban a soportar el calor. Un recorrido con la vista
sobre el valle, disfrutando de un paisaje lleno de verde vegetación, salpicada
del colorido de las florecillas primaverales.
Llegados a la altura de un molino abandonado, pudimos
observar la espectacular panorámica que nos ofrecía la Sierra de Benaoján,
situada en el otro margen del río y el Pico Ventana. Más adelante, divisamos la
enorme mole caliza llamada El Cacho, donde se conservan las ruinas de un
antiguo castillo árabe.
Las angosturas del río
El camino nos llevó a una zona llamada Las Angosturas, en
la que el valle se hace más estrecho y profundo, debido a la erosión que el río
ha ido produciendo en las rocas a lo largo de los siglos, dejando en sus
paredes bonitas formas y tonalidades rojizas.
Llegados a la altura de un pequeño puente de madera, por
el que atravesamos un arroyo que se unía al Guadiaro, nos encontramos con una
preciosa vista sobre una zona de meandros y una frondosa arboleda. Es un
manantial kárstico, cuyas aguas proceden de la sierra del Macizo de Líbar, que
se caracteriza por ser una de las sierras de roca caliza que mayor cantidad de
agua almacena, dando lugar a la formación de acuíferos, que salen al exterior a
través de manantiales.
Pasamos un puente metálico de color verde (12:55 h) que
cruzaba el río y al fin llegamos a la Estación de Jimera de Líbar, pasando
antes por una pradera junto al río bajo la sombra de una arboleda. Desde allí
nos dirigimos a la plaza de San Roque (13:20 h) para tomarnos unas cervezas y
unas ricas tapas en el Bar Allioli.
Posteriormente emprenderemos el regreso (14:30 h), por el
mismo camino, hasta retornar a Benaoján (17:05 h), nuestro punto de partida,
donde nos sentamos en la Cantina de la Estación para tomarnos los bocadillos y
saciar la sed con las bebidas que cada uno quiso mientras comentábamos las
incidencias de la ruta, regresando de nuevo a Estepona después de haber
disfrutado una maravillosa ruta.
Recorrido marcado en color azul de 81 kilómetros.
VISTA SATÉLITE RECORRIDO
PERFIL DE ALTURA
PARTICIPANTES
De izquierda a derecha: José Luís Jiménez, María Fernández, Rafael Rodríguez, Miguel Arcas, Isabel López, María Victoria Naranjo, Paquí Naranjo, Manuel Muñoz, Margaret O´Connor y Miguel Alonso. No sale Ana Gutiérrez.
GALERÍA FOTOGRÁFICA (Incompleta)
Fotos: Ana Gutiérrez, Isabel López, Miguel Alonso y Rafael Rodríguez.
VISTA SATÉLITE RECORRIDO
MAPA TOPOGRÁFICO
PERFIL DE ALTURA
PARTICIPANTES
De izquierda a derecha: José Luís Jiménez, María Fernández, Rafael Rodríguez, Miguel Arcas, Isabel López, María Victoria Naranjo, Paquí Naranjo, Manuel Muñoz, Margaret O´Connor y Miguel Alonso. No sale Ana Gutiérrez.
GALERÍA FOTOGRÁFICA (Incompleta)
Fotos: Ana Gutiérrez, Isabel López, Miguel Alonso y Rafael Rodríguez.
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